<< Volver a la lista de textos

“El último beso” - por Luciano SívoriR.

Web: http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar/

La conversación giraba en torno a los relatos policiales que quedan sin resolver.
—Crear un misterio es sencillo —afirmaba Julián Hoven, quien acababa de publicar su nueva novela, “Secuestro de Sangre”—. El gran problema es darle una solución inventiva, diferente.
—Especialmente cuando ya todo se ha contado antes —agregó Sol Fredes, directora del Círculo Policial Literario de Bahía Blanca—. Me canso de leer una y otra vez las mismas historias.
Desde 1992, los primeros jueves de cada mes, Sol reunía a quienes considerada “maestros del crimen” en el mismo restaurante de calle O´ Higgins. Éramos casi siempre las mismas ocho personas. Charlábamos acerca del negocio editorial, de qué libro estábamos leyendo e intercambiábamos ideas. Algunos aprovechaban para comentar sus avances o admitir un bloqueo mayúsculo.
—Yo estoy con un cuento de tipo “cuarto cerrado”. El asesino utiliza un cuchillo de hielo que esconde del resto en una jarra con agua —dijo Valeria Marple e inmediatamente alguien manifestó haberlo leído en algún lado.
Es extraño el proceso mental que lleva a recordar algunas cosas. Yo permanecía silencioso, sin aportar nada a la conversación, con una media sonrisa en los labios. Julián lo notó y dijo:
—¿Y a vos qué te pasa?
—Me acordé de un viejo misterio, nada más.
Todos se mostraron interesados, lo cual me obligó a continuar.
—Sucedió hace añazos, tendría unos doce o trece años. ¿Recuerdan “Siete minutos en el paraíso”?
—Claro —dijo Sol— un chico y una chica son encerrados en un placard para “ver qué pasa”.
—Podía llegar a ser una verdadera tortura, especialmente si entrabas con la chica más fea del grupo: la gorda Mary. Aquel fue el primer nombre que salió del sombrero. El segundo: Genaro Menichelli.
Martín Jasper se mostró divertido.
—Dejame ver si adivino: anteojos grandes, pecoso, ligeramente antisocial, tímido y gangoso.
—Correcto en todo, menos en lo del habla. Y lo peor: ambos se detestaban uno a otro. Se negaron a entrar juntos; cuando no les quedó otra, lo hicieron de mala gana. Yo mismo preparé el cronómetro. Esparábamos pacientemente cuando, a los cinco minutos, se escuchó un alarido espantoso. Genaro se apresuró hacia afuera exponiendo un labio inferior ensangrentado. Afirmó que la gorda Mary no sólo lo había besado sin permiso, sino que además le había arrancado la carne. Ella, encolerizada, juró que no era cierto.
Noté un brillo en los ojos de Julián.
—¿Qué pasó después?
—Lo esperable. Genaro juraba haber sido besado, y la sangre era real. Pero la gorda Mary también aseguraba no haberlo tocado. Así que el resto entramos a investigar. Se trataba de uno de esos roperos inmensos; un walk-in closet. No encontramos nada que pudiera considerarse anormal adentro.
Sol Fredes se encogió de hombros:
—Uno de los dos mintió, sin duda.
—Fue la gorda Mary —se apresuró a teorizar Martín—. Mordió inconscientemente debido a la excitación. Es demasiado embarazoso para confesarlo frente a un grupo de pre-adolescentes.
—Y sin embargo, Genaro también reconoció haber sentido un frío descomunal en aquellos labios. Eso nos descolocó todavía más, y volvimos a investigar el ropero.
—Otro “misterio de cuarto cerrado” —opinó Sol.
—Puede ser… —dijo Julián— pero no uno sin solución. De hecho, es elemental. La verdad se encuentra en un punto intermedio. Ningunó mintió del todo. Se gustaban. Ella sí lo besó, y él se autoflageló, probablemente con un elemento punzante que llevaba en el bolsillo.
Me reí a carcajadas.
—¿Qué?
—Pensalo un poquito. ¿Qué es lo más vergonzoso para un pibe de doce años? Estar enamorado. Y más indecoroso todavía es un amor entre dos personas considerables “horribles” para el resto. Afortunadamente, no hay nada mejor que una buena historia de terror sobrenatural para distraer a un grupo de chicos. Vos mismo dijiste que todos (menos ellos) ingresaron a inspeccionar el ropero en detalle. Lo planearon para besarse en paz, sin la mirada crítica de sus amigos. Su verdadero paraíso no estuvo adentro del placard, sino afuera, mientras todos buscaban un misterio inexistente.

***

La idea quedó dando vueltas en mi cabeza durante los siguientes días. No había vuelto a ver a Genaro, pero logré ubicarlo en las redes sociales y lo contacté. Cuando me contó sus novedades, mi corazón dio un vuelco. Genaro y María habían sido novios durante la secundaria y contrajeron matrimonio al finalizar la universidad. Hace unos meses ella había sido diagnosticada con cáncer de pancreas tipo IV, aquel del que no se vuelve.
Genaro recién volvía de darle el último beso a su amada en el funeral.

Comentarios (14):

Libertad Zaid

18/01/2016 a las 23:09

Que bueno volverte a leerte Luciano, después de tanto tiempo.
Vuelves a sorprender con una historia inesperada, que parte con está reunión y este relato de misterio (y con ciertas notas de humor) para terminar con una trágica historia de amor. Creo que este cambio de temple de animo en la historia han hecho que la disfrute. Tan sólo me hubiera preferido un final más alegre para la pareja, me abrumo un poco la muerte de Mary.
P.D: Creo que “pensalo” tiene tiilde.

Denise

19/01/2016 a las 15:54

Muy bueno; el misterio del placard es interesante, la solución me hizo recordar un relato de Bierce, “Carrera inconclusa”, aunque, en ese caso, está orientado a lo fantástico.

Por cierto, no sé de dónde sacaste los nombre, pero “Valeria Marple” me suena sospechoso 😛

Saludos, y gracias por comentar mi cuento!

Pato Menudencio

19/01/2016 a las 16:00

Que buen relato. Me gustó de la misma forma en que me gustó tu relato del hombre que se transforma en mosca.

Bastante original la forma de armar “el crimen perfecto” por parte de los dos jóvenes.

Saludos. Nos leemos.

Luciano Sívori

19/01/2016 a las 16:11

@Denise. Sólo las mentes más avispadas captarían detalles como “Valeria Marple”. Bien ahí, te ganaste jugosos premios: elegí un kilo de naranjas o uno de limones.
¡Gracias a todos por sus comentarios!

Efraín Velasco.

20/01/2016 a las 02:49

Por lo regular los giros argumentales tienden hacia la tragedia, me parece original que hayas jugado al revés, puesto que pintas escena de que hablará de algún asesinato y al final resulta en un engaño adolescente, me gustó mucho tu historia.

Celeste

20/01/2016 a las 17:12

Muy bueno Luciano! Original y divertido, no me esperaba el giro que dio y me gustó mucho.
Técnicamente no tengo nada para decir sólo un considerada que creo que es consideraba, en el cuarto párrafo.
(Este mes no participé)
Felicitaciones! Saludos

Isolina R

20/01/2016 a las 20:41

Hola, Luciano:
Estoy de acuerdo con los compañeros que te han comentado antes. Es una buena historia.
En cuanto a lo formal quiero señalarte unas cosillas mínimas:
Ya te ha dicho Celeste que pusiste “considerada” por “consideraba”.
Libertad te dice que “pensalo” debería llevar tilde y no es así. Hace un poco de tiempo me asaltó esa misma duda en un texto de Denise y en otro de Marcelo y lo busqué. Ahora no lleva. La palabra que sí debe llevar es “páncreas”. Te sobra en “Ningunó”.
En: “Charlábamos acerca del negocio editorial, de qué libro estábamos leyendo e intercambiábamos ideas” yo pondría coma antes de “e”. También después de la raya de cierre en: “—Claro —dijo Sol— un chico y una chica”.
Los préstamos de otras lenguas deberían en cursiva. Como el formulario no la permite, habría que entrecomillarlos.
En: “Afirmó que la gorda Mary no sólo lo había besado sin permiso, sino que además le había arrancado la carne”, para evitar “solo lo” yo pondría: “Afirmó que la gorda Mary, además de besarlo sin permiso le había arrancado la carne”.
En: “un amor entre dos personas considerables “horribles” para el resto”, para evitar “-ables”, “-ibles” seguidos, yo pondría: “un amor entre dos personas consideradas “horribles” por el resto”.
Espero que mis sugerencias te sirvan.
Saludos.

Alicia

21/01/2016 a las 12:16

Hola Luciano,
Es primera vez que participo en Móntame un escena y espero que mis comentarios te sean útiles.

Cuando comencé a leer, creí que estaba contando un relato que nos iba a llevar a una novela negra, algo así como un estilo policial, pero no, era mucho más sencillo, pero eso me gustó porque no lo esperaba.

Me gustó también el manejo que diste a los distintos personajes que fueron interviniendo en las especulaciones de tu historia, esa dinámica estuvo interesante.

La forma como desarrollas el papel de testigo, unas veces objetivo otras reflexivo me permitió ponerme de tu lado.

Gracias por compartir.

Luciano Sívori

21/01/2016 a las 12:32

@Isolina: ¡gracias por tus correcciones! Me vienen al pelo para pegarle una pulida al cuento antes de subirlo al blog.

Gracias a todos por sus comentarios alentadores. Dan ganas de seguir escribiendo. ¡Saludos!

Minnie

22/01/2016 a las 14:27

Me gusta cómo escribes. Dan ganas de leerte. Bien narrado, buenos diálogos. Lo único que te diría si me lo permites, es que usaste demasiados personajes para un relato corto, tiende a confundir un poco y también a esperar más de ellos. Da para una historia más larga como una novela. Te sigo leyendo. Felicidades.

Peter Walley

22/01/2016 a las 20:55

Hola Luciano,

Me ha gustado el estilo del relato, me ha recordado al libro de la Srta Marple y los trece problemas. Y la solución que le has dado al ‘misterio’ es original.

Lo único que no me ha convencido del todo ha sido el último párrafo, me ha parecido un poco forzado para meter el último beso en la historia. Pero eso no le quita mérito al resto del relato, que se lee muy bien como todo lo que haces.

Marcelo Kisi

31/01/2016 a las 17:30

Luciano!
Ya se extrañaba tu estilo casual, casi anecdótico, para contar cosas bastante elaboradas y originales. Lo tuyo es un ejemplo para todos de cómo una vida de lectura influye para bien en la calidad de la escritura. Genial!
PD: si te queda tiempo, el mío es el 28. Abrazo!

Robert W. Peterson

16/02/2016 a las 20:59

Hola Luciano, estoy pasando a devolver las visitas del taller, un poco tarde en realidad.

El relato me gustó y me pareció original, sin embargo los diálogos me parecen un poco precalculados y hasta cierto punto estereotipados. Es el único punto negativo que puedo comentarte ya que las consideraciones formales creo que te las comentaron los compañeros.

Un buen trabajo, sí señor.

Nos leemos.

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *