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La tejedora siempre tiene algo para ti - por Juan F. Valdivia
Web: https://juanfvaldivia.wordpress.com
Como ya sabrás, en el Bosque de Llogor se tejen las ilusiones.
Ah, ¿qué no lo sabías? Entonces permíteme enseñártelo.
No, no queda muy lejos. Puedes encontrar el camino hacia él inmerso en las sombras incómodas que atisbas por el rabillo del ojo, u oculto tras cualquier recoveco inesperado y amenazante. Incluso incrustado en ese preciso instante en el que te das cuenta de que has dado un paso mal. En ese tipo de situaciones, cuando tu fantasía echa a volar, se te abren las puertas al Bosque de Llogor.
¿Que cómo sé todo esto? Pues por la más sencilla de las razones: vivo allí. Permíteme guiarte.
Sí, ven conmigo. Sigue mis pasos. Ahí. Y ahí.
¿Ves cómo todo cambia sin que en apariencia cambie nada? De esa misma esencia, vaga y volátil, están hechas las ilusiones. Lo que para unos carece de sentido para otros lo significa todo.
Sígueme. Ya casi estamos. Debemos girar este recodo y… ahí está.
¿Sorprendida? Sí, nuestros árboles poco tienen que ver con los que tú conoces. Si quieres proteger tus ojos, hazlo. Pero admítelo: da gusto contemplar cómo todo el bosque parece arder. Contempla la luz del sol, atrapada en las ramas de plata, enredada en su laberinto de hojas de espejo. Pero no te lleves a engaño: el poder y la magia de Llogor no reside en sus árboles de metal. Mira entre las ramas. ¿Las ves? La maraña de telarañas, haciendo del bosque un todo impenetrable. He ahí mi hogar. Mío y de mis hermanas, las tejedoras.
¿Cómo? ¿Te has creído que éste es mi aspecto real? Me halagas. De paso así compruebas el buen hacer de mi familia. No sólo hemos tejido este traje, la carne que me envuelve, el rostro que ves o la voz que escuchas; también las sensaciones que te he provocado, esas que te han hecho acompañarme. Hemos trenzando tus ilusiones, unidas a nuestro deseo de tenerte con nosotras.
No temas: no mordemos; el daño lo hacéis vosotros.
Nosotras sólo tejemos: todas las ilusiones de tu mundo surgen de aquí.
Observa.
Al bosque llega la luz preñada de vuestros anhelos. Con la trampa de ramas y hojas la dirigimos hacia nuestras pieles, la metabolizamos y elaboramos el hilo. Con él tejemos las ilusiones por las que luego lucháis.
Ah, las ilusiones. ¿Qué sería de vosotros sin ellas? Os empujan a seguir. Algunos las alcanzáis, obteniendo la tan sobrevalorada felicidad. La mayoría de vosotros sucumbís en el intento: picáis demasiado alto y sólo lográis precipitaros. Pero vuestros fracasos siembran nuevas ilusiones. Delicioso, ¿no? ¿Cuántas veces habéis dicho ‘saldremos de ésta’, ‘a la tercera va la vencida’ o el jugoso ‘inténtalo una vez más’?
Así nos dais más alimento, más trabajo. ¿Vosotros insistís? Nosotras tejemos nuevas ilusiones. Cada vez más complejas, más irrealizables. Cebamos vuestro autoengaño, sí. ¿Y? Lo sabéis: la vida es una gran trampa, pero seguís picando.
Ah, ¿qué no me crees? Lo sé: la verdad abrasa.
¿Sigues sin creerme? Mira atrás. Venga, hazme caso. Mira atrás. ¿Recuerdas ese recodo que giramos antes? Yo –yo– te guié a él. De hecho lo tejí yo misma. Tu necesidad resplandecía tan pura, tan intensa… Incendiaba las copas de Llogor. Así que elaboré con ella una pequeña obra maestra: tu ilusión definitiva, esa que llevabas deseando cumplir desde que él te dejó. Tú lo necesitabas; yo te lo di.
Mira atrás. ¿No atreves? ¿Tienes miedo? ¡Pero si has logrado cumplir la ilusión! Lo consigue tan poca gente… Te he tejido la ilusión definitiva, y ahora que la tienes la desprecias. Además ¡te he permitido ver el bosque! Deberías sentirte orgullosa: a pocos les concedemos ese favor.
Mira atrás. ¡Hazlo! No podrá pasarte nada más. Ánimo. A la de una, dos, ¡tres!
¿Gritas? ¿Aúllas? ¿Tanto te extraña ver tu cuerpo despedazado por el tren?
No me culpes. Lo deseabas: desaparecer, dejar de sufrir. ¿Así me lo agradeces? He tejido una ilusión que pudiste alcanzar.
Ingrata…
Aunque ahora debo aclararte algo: has materializado tu ilusión por el camino ‘cómodo’. Eso supone un peaje extra, un precio que debes pagar.
No te resistas.
La verdad, poco importa que grites o te revuelvas: no romperás mi hilo. Una vez envuelta regresaremos a Llogor, con mis hermanas. Necesitamos aprender de almas como tú, tan débiles, tan jugosas. Así mejoraremos las ilusiones con las que cazaros.
Oh, sí. Grita pidiendo ayuda. Por favor: sigue deseando que todo sea un sueño. ¡Qué delicia! Incluso mientras te diseccionamos tienes ilusiones.
Desea, aliméntanos. Nosotras continuaremos tejiendo.
Y cazando.
Comentarios (14):
Jose Luis
18/12/2015 a las 13:10
Hola
Me gustaría hacer algunas sugerencias sobre tu texto:
Ah, ¿qué no lo sabías?————– Ah, ¿que no lo sabías?
has dado un paso mal———— has dado un mal paso
Ah, ¿qué no me crees? ————- Ah, ¿que no me crees?
¿No atreves?——————— ¿No te atreves?
¡La tejedora es la Muerte!
Es un relato muy bien trabajado, la trama es estupenda y el final muy terrorífico. ¡Muy bien!
Un saludo
Caciba
20/12/2015 a las 22:37
¡Magnífico relato de terror! Consigues que resulte inquietante desde el principio aunque todavía no se sepa de qué trata.
Muy bien escrito. Me parece perfecto, sin “peros”.
Enhorabuena.
Un saludo
Denise
22/12/2015 a las 00:47
Me ENCANTA, es intrigante, es siniestro, es sorprendente. Redondo por todos lados.
Robert w. Peterson
22/12/2015 a las 01:25
Me ha parecido un muy buen relato y la idea es poderosa. Lo que más me ha gustado es el primer párrafo, considero que es un buen despegue; las descripciones también me agradaron. Pero no puedo ignorar la sensación de que el relato no para de dar vueltas sobre la misma idea (quizá se buscó este efecto, el texto es corto y no llega a resultar monótono, pero con una extensión mayor si no introduces otros elementos lo acabarías asfixiando.
Un saludo.
Marcelo Kisi
22/12/2015 a las 06:24
Hola Juan, un relato estupendo de principio a fin, excelentemente bien escrito. Comparto con Robert, en el sentido de que se podría desarrollar un poco más la tragedia de la víctima, que no se reduzca a “la dejaron y se mató”, quizás también el modus operandi de las tejedoras, ¿qué más les hacen a sus víctimas? Pero como idea está tan buena que no me molestó, al contrario, disfruté muchísimo la lectura, tu estilo también!!
Felicitaciones y felices fiestas!
Dianet
22/12/2015 a las 11:37
Juan F. Valdivia en enhorabuena por tu magnífico relato. Yo lo he hallado tan bien, tan original y hasta te transporta a ese bosque llamado “El Bosque de Llogor “ Me gusta mucho!! Sigue asiendo tus relatos mágicos!! 😉 Saludos.
CARMELILLA
22/12/2015 a las 17:41
hola Juan, estoy de acuerdo con lo dicho, me parece un muy buen relato, muy buena idea, muy bien escrito, genera interés desde el primer momento y un final “sorprendentemente mortal”, te aseguro que no se me olvida el nombre del bosque y ni a empujones entro, a mi las tejedoras no me cazan, al menos pronto.
Seguiré leyéndote.
Gracias por compartir.
Saluditos y buenas fiestas.
Peter Walley
22/12/2015 a las 19:19
Hola Juan,
Plas, plas, plas, me quito el sombrero. Muy buen relato y magnífica la redacción.
Puestos a sugerir yo adelgazaría un poco la parte central (a la inicial no le muevas ni una coma ;-)) para ir dejando pistas del final de la protagonista, como te han dicho esa parte puede resultar algo reiterativa.
En cualquier caso muy buena la idea y con la forma con que la has contado queda incluso mejor. Mi más sincera enhorabuena.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
23/12/2015 a las 13:52
Juan , que gran laberinto para la mente de cualquier lector has sabido crear y lo haces llevandolo de la mano por los recovecos de las ilusiones de una vida. Exelso.
como siempre es un placer leerte.
De la misma forma espero poder guiarte ¿No me crees? atrévete y da la vuelta en este luminoso recodo. Alcanzas a distinguir lo que esta escrito tras esos arboles de metal: Feliz Navidad a ti y a todos los tuyos.
Mi relato es el 141.
Leonardo Ossa
23/12/2015 a las 22:56
Hola Juan, es un excelente relato el que nos presentas en esta oportunidad, me ha dejado pensando el trabajo de las tejedoras.
Espero que tengas un feliz fin de año.
Saludos.
Juan F. Valdivia
24/12/2015 a las 15:05
Hola a todos.
En primer lugar daros las gracias por los comentarios. En segundo, y no menos importante. Pedir disculpas por no haber podido contestaros antes.
José Luis: muchísimas gracias por tus palabras. Tienes toda la razón del mundo en esas faltas de ortografía. Sé que no puede servir de excusa (esas tildes mal puestas me duelen más de lo que te imaginas), pero esos defectos que has resaltado sólo me los explico porque no he dejado el relato ‘al barbecho’ unos días, y que no lo he leído en papel. Ya tengo clarísimo que con todo texto necesito hacer ese proceso: ‘olvidarme de él’, imprimirlo y luego leerlo con un lápiz listo para atacar a los defectos que sí o sí siempre se me cuelan. Eso sí, la tejedora NO es la muerte 😉
Robert: en efecto aciertas en el esquema ‘espiral’ del relato, girando en torno a una idea. De hecho se trata de un estilo o forma de escribir en cierta medida obsesivo (que pretende generar esa impresión ‘envolvente’) que me encanta practicar. Como dices la idea así, tal cual se plasma en el relato, no da para mucho más. Si quisiera abundarme en el concepto del bosque y sus habitantes ya tendría que introducir muchos más factores -> muchas más palabras. Gracias por tus palabras.
Marcelo: te digo lo mismo que ha Robert. Se puede sacar mucha más historia tanto de la víctima como de las arañas y del bosque. Pero en 750 palabras me conformo con haber podido crear un elemento fantástico a partir de cero, presentar una situación y dibujar un desenlace. Con esa extensión poco más se puede hacer. Un saludo y gracias por comentar.
Peter: te digo casi lo mismo que a Robert. Lo que no quita que, ya con más tiempo y sin problemas de espacio, no reorganice el texto. Muchas gracias por tus palabras.
Caciba, Denise, Dianet, Carmelilla, Osvaldo, Leonardo: me alegro de que el cuento os haya gustado. Muchas gracias por molestaros en comentar.
Lamento no poderme pasar este mes por ningún relato. Ando peor de tiempo que nunca, liado tanto con la novela como con ‘la vida fuera de las letras’. Seguro que me pierdo historias de lo más interesantes, pero no me puedo multiplicar. Ojalá pudiera 🙂 A ver si de aquí a ‘fin de curso’ encuentro un hueco para participar en algún otro taller. La novela me está absorbiendo mucho más de lo que me espera, creciendo en palabras como si no tuviera un fin 🙁
Mientras tanto, si a alguno le ha gustado tanto este cuento como para leer más cosas mías, se puede pasar por mi web. En ella continúo colgando el serial de fantasía, como se puede acceder al resto de cuentos.
Un saludo a todos y de nuevo gracias.
Ryan Infield Ralkins
24/12/2015 a las 16:51
Bueno, concuerdo con los compañeros. Es un relato de terror magnifico, en el que la intriga crece poco a poco hasta llegar a ese final que literalmente para pelos, je je.
Lo único que debo decir, y no es que este mal, sino que me choca un poco, es esta parte: “Yo –yo– te guié a él.” Por lo menos a mi me hizo detener, interrumpiendo momentaneamente la lectura.
Pero el relato esta genial.
Felicitaciones y saludos.
Wolfdux
26/12/2015 a las 12:43
Hola Juan, también voy liado este mes y me esta costando más de lo debido pasarme por los diferentes relatos, ¡pero aquí estoy!
Tras los comentarios de los compañeros y sus sugerencias poca cosa puedo aportar. Tu estilo marca de la casa esta presente, la pulcritud y el esmero con el que escribes se nota en el resultado final y siempre es de agradecer encontrar textos como los tuyos.
Pues nada, una alegría verte por el taller de nuevo, el año que viene más ;·)
Espero que tengas una muy buena salida y entrada de año. Un abrazo.
¡Nos leemos!
Juan F. Valdivia
01/01/2016 a las 13:20
Hola.
En este día ‘extraño’ he encontrado un poco de tiempo para pasarme por aquí.
Ante todo desear a todos que el 16 resulte mejor que el 15. A algunos eso no nos debería suponer mucho esfuerzo, en vista del año pasado 😛
Ryan: eso del ‘yo’ era un intento por enfatizar, algo que al no poder poner cursivas ni disponer de más palabras para generar una locución o un giro, sólo se me ocurrió ponerlo así. Si te sirve de excusa, ni a mí mismo me acabo de satisfacer… pero lo dejé. Aun con ese detalle me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por molestarte en opinar.
Woldux: espero que esos líos tengan un buen origen y den frutos 😉 A ver si con un poco de suerte repito en algún otro ejercicio. Esto de intentar estar enfocado en un sólo objetivo, la novela, a veces resulta agotador, por no decir alienante. Sobre todo para alguien como yo, acostumbrado a estar picando ‘de flor en flor’ y con textos que nunca excedían a las 15.000 palabras. Gracias por tus palabras y ¡nos vemos!
Un saludo a todos y de nuevo ¡feliz año!