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Un misterioso origen, revelado - por Jose Luis+18

Esta historia sucedió hace muchos años. De hecho, es tan antigua que se considera más una leyenda que otra cosa…

Poco tiempo antes de Navidad, Pettogge, un artesano experto en carpintería que estaba sufriendo apuros económicos, aguardaba impaciente al cartero. Éste al fin se presentó y le entregó al ansioso carpintero la misiva que tanto había estado esperando, remitida por su querido primo Geppetto nada menos que desde Florencia, Italia. Suponiendo que era una felicitación navideña con algo de dinero dentro, Pettogge abrió de inmediato la carta, pero lo que contenía la misma era algo muy distinto a lo esperado: instrucciones meticulosas para tallar un muñeco de madera tan realista que, al terminar de crearlo, el juguete parecería un niño de verdad.

Pensando que era una buena idea entrar en el mercado de los juguetes en época navideña, Pettogge escogió un trozo de madera de roble y se puso manos a la obra. Al cabo de pocos días de trabajo en su taller, el carpintero logró terminar el muñeco y le impuso el original nombre de Roblocho. Para gran sorpresa de su creador, fue entonces cuando el muñeco de madera cobró vida propia delante de sus narices. Hablaba y se movía igual que un niño de verdad, con la ventaja añadida de que, al ser de madera, Roblocho no necesitaba comer ni beber. ¡Era un auténtico milagro navideño!

Al principio estaba muy contento, pensando en el dinero que iba a ganar vendiendo su creación a alguna persona pudiente, pero Pettogge descubrió muy pronto un grave problema que afectaba a su “hijo”. Cuando Roblocho decía una mentira, aunque fuera pequeña, al instante cierta parte de su cuerpo se alargaba, pero no era la nariz lo que le crecía precisamente…

—Por muy extraordinario que sea, no puedo vender este obsceno juguete a nadie —se lamentó el carpintero.

Para colmo de males, desde que descubrió su habilidad, Roblocho se comportó como un malcriado y un mentiroso. Harto de tener que estar haciéndole la circuncisión cada dos por tres, Pettogge llegó a la conclusión de que su “hijo” debía emanciparse y buscarse la vida por sí mismo, de modo que lo echó de casa.

No penséis que a Roblocho le importó demasiado esta circunstancia negativa. El muñeco, muy feliz, se puso en camino, y viajó hasta que sus pies de madera se desgastaron de tanto andar. Justo cuando ya se había cansado de sus viajes, llegó a un frondoso bosque.

La llegada de Roblocho al Bosque Verde no fue casualidad: alguien le había contado que en lo más profundo, en una cabaña de su propiedad, moraba un hada que tenía el pelo azul. Ella podría, mediante su poderosa magia, convertirlo en un niño de carne y hueso, lo cual era su anhelo secreto.

Cuando por fin se conocieron Roblocho y el Hada del Cabello Azul, él le preguntó:

—¿Es cierto que tú puedes convertirme en un niño de verdad?

—Mejor que eso, Roblocho. Pongámonos a jugar y te haré un hombre…

Negociaron un acuerdo. El hada, por su parte, sacó buen provecho de la habilidad especial del muñeco de madera. Tuvieron relaciones y, de esta forma, Roblocho se convirtió en el primer juguete erótico de todos los tiempos…

Pero todo no podía ser perfecto. Roblocho era un mentiroso recalcitrante que contaba mentiras dentro de la cama, lo cual estaba muy bien, pero también fuera de ella, algo que disgustaba al hada.

En una ocasión, ella le advirtió a Roblocho que dejara de enredar con una lupa que él había encontrado en un armario. El taimado muñeco le mintió a la cara diciéndole que sí, pero ciertamente hizo caso omiso. Roblocho se fue al bosque con la lupa y siguió jugando. Por supuesto, ocurrió lo peor: el bosque se incendió en gran parte antes de que la magia del hada pudiera detener el fuego.

—Yo no he sido —mintió Roblocho, al ser acusado por el hada.

Aquella mentira fue la gota que colmó el vaso. El hada, que también era conservacionista, maldijo al muñeco y encerró su espíritu dentro de un espejo mágico. Desde aquel entonces, Roblocho nunca más pudo mentir, porque los espejos solamente pueden reflejar la verdad.

Como regalo de boda, el hada le endilgó el espejo parlante a su narcisista prima, quien se casó con un rey que había enviudado. Desde entonces, Roblocho se vio obligado a alabar la belleza de la reina, al menos hasta que su hijastra, blanca como la nieve, tomó el relevo como la más bella del reino.

Comentarios (24):

Vardolac37

17/12/2015 a las 18:26

Saludo jose Luis, muy creativo, al principio creí que era la vieja historia de pino… Pero al seguir leyendo descubrí que se trataba de otro muñeco, me dio risa porque a pesar de ser igual de mentiroso que el otro, a este le crecía otra cosa.
Te aconsejo que escribas palabras sencillas y de fácil entender, para que la historia fluya de manera tal que lo pueda entender aquellos que no son duchos en la lectura. Lo demás me gusta

Sara Ley

17/12/2015 a las 22:34

Me ha gustado mucho esta vuelta de tuerca que le has dado al cuento clásico, incluso los nombres de los personajes son una versión adulterada de los originales. Es muy ameno y además está muy bien escrito.

Por poner alguna pega, no creo que haga falta que digas “Florencia, Italia”. No hay más Florencias en el mundo, no puede haber confusión.

Vardolac37

18/12/2015 a las 06:25

Gracias José por tus consejos, estoy consciente que aún tengo camino por recorrer en cuanto a redacción. Pero tus palabras al final me alientan a seguir escribiendo porque la idea era atrapar al lector y entretenerlo.

Basilisa Nogales

18/12/2015 a las 23:30

Saludos Jose Luis:
Divertida tu versión del cuento para adultos.
Se lee de forma fluida y no he visto fallos de ortografía ni de nada.
La idea de que en lugar de la nariz le crezca otra parte del cuerpo es excelente. Pero considero que has desaprovechado un poco la oportunidad. Debiste orientar el relato hacia el sexo. El final que le has pùesto no me convence mucho.
Está bien escrito, muy bien. Pero le falla ese final.
Un saludo. Felices fiestas.

A. Pantaleón

19/12/2015 a las 00:02

Hola José Luis!
Muchas gracias por tus comentarios a mi relato.
Sobre el tuyo decirte que no tiene desperdicio, bien escrito, ingenioso y con un gran sentido del humor. Saludos y felicidades

L.M.Mateo

19/12/2015 a las 00:22

Hola, Jose Luis:

Una vuelta de tuerca muy divertida, pero coincido con Basilisa en que enfocarlo hacia el sexo puro y duro, te hubiese dado más juego. No te pongas límites en la imaginación, que aquí estamos para eso precisamente, imaginar.

Sí que te llamo la atención en tres cositas:

“el bosque se incendió en gran parte antes de que la magia del hada pudiera detener el fuego”. Queda un poco confuso, ya que al decir “en gran parte”, te refieres al área, y no a la causa. Creo que ponerlo entre comas, clarificaría el texto.

“Conservacionista” significa “ecologista”, así que no entiendo el significado de la palabra en este caso. ¿Qué tiene que ver con poner maldiciones?. Me ha generado confusión también.

Y aprovecho para resolver una duda que veo te ha asaltado no solo en mi texto, sino también en el de varios compañeros. El demostrativo “este”, no se acentúa. Antiguamente se aceptaba acentuado si podía crear confusión, pero actualmente se recomienda no acentuar los demostrativos, aunque puedan generar confusión. Te dejo el link a las preguntas frecuentes de RAE:

http://www.rae.es/consultas-linguisticas/preguntas-frecuentes

Un abrazo.

Leosinprisa

19/12/2015 a las 14:38

Hola Jose Luis, he de reconocer que tu historia tiene garra desde el principio, al darle la vuelta a un cuento tan conocido y haciendolo participe de otro igualmente famoso.

Un buen ejemplo de que una historia “picante” tiene su gracia si se cuenta con salero y estilo. Enhorabuena.

Un saludo y gracias por comentar mi texto.

Juana Medina

19/12/2015 a las 14:58

Hola José Luis:
Tu relato me ha resultado muy gracioso y me ha gustado mucho la vuelta final para relacionarlo con otro , cosa que podría llevar a conectarlos a casi todos, si no a todos los llamados “cuentos de hadas”. Te han dicho ya lo suficiente sobre las correcciones en el estilo, no hay mucho que agregar salvo felicitarte y desearte muy felices fiestas

Pepe ILLARGUIA

19/12/2015 a las 20:34

Don José Luis, qué bello cuento para contar a los nietos. A mí me gustan más así, no me refiero al tema erótico de este, porque en realidad los viejos mitos andan sobrados: el beso del príncipe, los enanitos con blancanieves, la bella y la bestia, el lobo con caperucita, y no digamos de los cuentos de las mil y una noche, o de las versiones de vampirellas o princesas viciosas. El cuento clásico ha perdido parte de su significación, y por eso, creo que se hace necesario una revisión.
Felices fiestas, un fuerte abrazo.

Luis Ponce

19/12/2015 a las 22:37

Hola José Luis:
Gracias por tus comentarios en mi relato, los tomaré en cuenta.
El tuyo me ha gustado mucho, bien contado, buen lenguaje para el tema. Pero, me parece que podías haber continuado solamente con el un cuento, sin mezclarlo con otro, pues a mi entender le resta unidad y en un relato tan corto, la unidad cuenta.
Aprecio la originalidad y el sentido del humor.
Te deseo un año de muchas letras.

Peter Walley

20/12/2015 a las 12:33

Hola José Luis,

Muy original la vuelta de tuerca que le has dado al cuento, me ha gustado mucho. Para mí lo mejor ha sido la cantidad de referencias a otros cuentos, dejas al lector con una sonrisa en la boca. Y el estilo de narración impecable.

Saludos y felices fiestas.

Wiccan

21/12/2015 a las 00:02

Buenas Jose Luis,
Muchas gracias por pasarte por mi relato y por tus ánimos.
En cuanto a tu texto, te felicito completamente. Desde el momento en que llamas al muñeco Roblocho no puedes evitar dejar de sonreir, me ha gustado mucho la vuelta de tuerca que le das a los cuentos, soy un gran aficionado de este tipo de historias (si no has visto la serie “Erase una vez” te la recomiendo porque se basa principalmente en esto). Parece mentira que con la premisa del mentiroso, el bosque y el espejo todo el mundo especulase sobre blancanieves y nadie recordase al mayor mentiroso de los cuentos. En cuanto a la forma, salvo lo indicado por los compañeros no se me ocurre mucho más que decir, el relato se lee fácilmente, es ameno, no existen palabras ni fallos que interrumpan su fluidez y tiene una gran dosis de humor. Es cierto que podrías haber tirado por algo más sexual, pero como entiendo que querías hacer una parodía del cuento infantil creo que la forma en que lo has realizado es mucho más correcta. Gran relato y un placer leerlo.
Muchas gracias por compartirlo y felices navidades.

Christian Joseph White

21/12/2015 a las 08:16

Hilarante, y muy original. El cierre final ha quedado, en mi opinión, de perlas; pues integra al espejo a la trama y suma hábilmente otro cuento famoso más al relato. Me ha reír mucho su nombre “Roblocho”, jajaja. ¡Que ingenioso! Felicitaciones por tu trabajo, Jose. Un gusto leerte, y hasta la próxima.

¡Saludos! 😉

Clau Cruz

22/12/2015 a las 18:27

Hola Jose Luis:

Gracias por tu comentario a mi texto.

Tu relato me ha parecido muy ingenioso… me ha gustado en verdad, no pude evitar sonreír mientras lo iba leyendo, me gustó la manera en que le diste vuelta a la historia original y para mi en lo particular me encantó la liga del final con un cuento más.

Saludos y Felices fiestas.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

24/12/2015 a las 04:10

Jose Luis, Tu relato posee el atractivo de lo que parece prohibido.Sin embargo, con gracia e ingenio lo vas llevando entre laberintos de cuentos clásicos; inspiracion fina en exceso. Enhorabuena y felices Navidades.

Mi relato es el 141

Lemo

25/12/2015 a las 18:56

Hola Jose Luis:

Es el segundo relato seguido que leo que acaba con Blancanieves, jaja.
Que bueno tu relato, dando la vuelta al calcetín varias veces. Quizás le faltó un poco mas de Picante. Me divertí mucho leyéndote. Felicidades.

Feliz Navidad y Feliz 2016.

KMarce

26/12/2015 a las 03:25

Saludos José Luis:
Muchas gracias por tu loectura y comentario en mi relato.
Creo que la palabra es “conservadora”, para entender a como va la decisión del hada.
Soy de las que gustan los cuentos infantiles, y éste fue una de las primeras películas que miré de Disney, así que espero que no me traumes con la idea de un muñeco super dotado. Prefiero el clásico como tal.
Sin embargo me ha llamado la atención tu habilidad de combinar, moldear y adaptar las historias. Concuerdo que darle ese espiritu de “espejo” que cerró el ciclo de todas las consignas que nos solicitaron en el taller. Y este personaje más que recordarme a Pinocho, me hizo recordar a “Gigolo Joe” el robot-gigolo de I.A. que representó Jude Law.

Felices fiestas, ¡nos leemos!

beba

26/12/2015 a las 21:40

GEEENIAAAL:
Y está todo dicho. De lo más creativo y original. Sólo aplaudir y reirse a carcajadas.
Buenos augurios.

José Torma

29/12/2015 a las 01:22

Bravo Tocayo.

Excelente vuelta de tuerca a una historia conocida, cuyo misterioso origen ha sido revelado. Me gusto mucho, tanto que no me detuve a ver si tenias algo en lo formal que te pudiera comentar.

Felicidades.

Isan

30/12/2015 a las 11:15

¡Vaya coctel de cuentos y de nombres! Desde el primer momento no he quitado la sonrisa de mi boca y alguna risa que se me ha escapado. En un primerísimo momento con “misterioso”, “revelado” y “artesano experto en carpintería” creía que la cosa iría de otro cuento muy actual estos días. Me ha gustado un montón. Felicidades.

Servio Flores

31/12/2015 a las 06:20

Hola Jose Luis !
Interesante versión, amena y picaresca.
Lo de los nombres está mas que bueno.
Lo que le crece a Roblocho pues pone en el ruedo aquello de si el tamaño es importante o no… creo que el Hada al final no lo valoró tanto!

Respecto al final, es su final y está excelente, pero en algun momento imaginé que Roblocho se convertía en Ron Jeremy o algo así y pues la cosa se ponía mas dura aun.
Felicidades.

Isolina R

14/01/2016 a las 01:20

Hola, Jose Luis:
Por problemas familiares no he podido comentar como hubiera deseado; pero como no quiero ser descortés con los que me comentasteis a mí, aquí estoy.

Cuentazo el que has escrito, compañero. Y dicho esto, paso a decirte lo que, en mi opinión, podrías hacer para mejorarlo.
El título no me convence. El texto es una maravilla y el título no da la talla. Yo que tú pensaría otro. Te sugiero: “Roblocho”.
Creo que podrías eliminar bastantes palabras sin que el cuento perdiera información ni fuerza. Desde el principio dejas claro que el muñeco es “de madera”, no hace falta que vuelvas a decirlo más veces. Tampoco considero oportuno lo de añadir a “niño” “de verdad”.
Te voy a poner una versión de la primera mitad del texto (espero que no te moleste, lo hago con el deseo de que pueda servirte) sin las repeticiones que considero innecesarias a ver qué opinas:

“Poco antes de Navidad, Pettogge, un artesano en carpintería con apuros económicos, aguardaba impaciente al cartero. Este al fin llegó y le entregó la misiva tan esperada. La remitía su querido primo Geppetto, nada menos que desde Florencia.
Suponiendo que se trataría de una felicitación navideña con algo de dinero, Pettogge la abrió de inmediato; pero contenía algo muy distinto: unas meticulosas instrucciones para tallar un muñeco en madera, tan realista que, una vez terminado, el juguete parecería un niño de verdad.
Como consideraba oportuno entrar en el mercado de los juguetes en época navideña, escogió un trozo de roble y se puso manos a la obra. Al cabo de pocos días de trabajo logró terminar el muñeco y le puso el original nombre de Roblocho.
Para su sorpresa, el juguete cobró vida: hablaba y se movía igual que un niño, pero con la ventaja de que no necesitaba comer ni beber. ¡Un auténtico milagro navideño!
Al principio estaba muy contento, pensando en el dinero que ganaría vendiéndolo a alguna persona pudiente; pero descubrió muy pronto un grave problema: cuando Roblocho decía una mentira, aunque fuera pequeña, al instante cierta parte del cuerpo se le alargaba.
—Por muy extraordinario que sea, no puedo vender este juguete obsceno a nadie —se lamentó el carpintero.
Para colmo de males, el muñeco se comportaba como un malcriado y un mentiroso. Harto de tener que estar haciéndole la circuncisión cada dos por tres, Pettogge llegó a la conclusión de que su “hijo” debía emanciparse y buscarse la vida por sí mismo. Lo echó de casa.

Escribes muy bien, Jose Luis, pero creo que te convendría revisar el texto para evitar repetir la misma información una y otra vez. En este fragmento he utilizado 261 palabras y tú 360. Tal vez lo único un poco discutible en mi poda sería el inicio. Lo he quitado porque considero que sobra y a ti te ha parecido muy bien ponerlo. Creo que hablar de “leyenda” para un cuento de este tipo no es apropiado. También he quitado lo referente a la nariz porque creo que es un error. Los lectores pensamos en la nariz de Pinocho sin necesidad de que tú nos la recuerdes. Luego la palabra “obsceno” nos dará la sorpresa. En casi todo lo demás me parece que la información se mantiene y he ahorrado cien palabras.
Espero que mis sugerencias te sirvan.
Saludos.

Jose Luis

14/01/2016 a las 16:49

Hola Isolina
Gracias por tu comentario y por tus sugerencias, se agradecen. ¡Se nota que te lo has currado! Yo pensaba que a estas alturas ya nadie se fijaría en mi cuento.
Un saludo

Pato Menudencio

18/01/2016 a las 22:14

Jajajaja, me dio risa.

Recordé el chiste de “miente pinocho, miente”.

Ya imaginaba que se convertía en un niño de verdad y después trabajara de actor porno.

Saludos.

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