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El lápiz mágico - por Andrés Scribani
Internamente nuestra casa se puede describir como simple pero deslumbrante. Hay tres aspectos que llaman mucho la atención cuando se está en ella: la decoración minimalista, la vitalidad proveniente de las plantas, y la pequeña colección de figuras talladas a mano que mantiene mi papá; sobre éste último aspecto quisiera resaltar que las formas y significados que representan dichas figuras te hacen desear poder admirar todos los pequeños detalles en cada una de ellas, sin embargo hay una que causa mucho más curiosidad que todas las demás, debido a que es la única figura que se encuentra en el escritorio de la computadora de papá y su forma parece estar diseñada para dirigir la atención más hacia el lápiz que sostiene (no muy diferente de cualquier otro lápiz) que hacia la figura en sí.
Hace unos días le pregunté a mamá qué significaba ese lápiz, y solo me replicó que una mejor respuesta me la daría papá. Aunque él y yo hablamos y compartimos mucho diariamente, había olvidado preguntarle por qué aquel lápiz era tan importante. Unos días después, cuando se disponía a relajarse, me acerque a él para hacerle la pregunta…
—Bueno Bernardo, la verdad es que es una historia larga, que inició unos 7 años antes de tu nacimiento —dijo papá.
—¿Desde hace tanto tienes ese lápiz? —Respondí con sorpresa.
—Eso es porque más que un simple lápiz, es un amuleto, un lápiz mágico —me dijo con cierto regocijo.
—¿Mágico? —Interrumpí—. Creo que es la primera vez que pronuncias esa palabra frente a mí —concluí sonriendo y con ansias de saber a qué se refería.
—Por favor ayúdame mientras cocino para terminar de contarte la historia. ¿Te parece?
—¡Por supuesto! —Contesté, acompañándolo a la cocina—.
Esa historia me permitió conocer a un joven tímido, introvertido e inseguro; un Iván que nunca hubiese imaginado, en fin, la faceta adolescente de papá.
Lo que me contó fue que cuando tenía mi edad estudiaba en el mismo salón de clases con la mujer más encantadora, atrayente e interesante que haya podido conocer alguna vez, se llamaba Emma; siempre pensaba en cómo podría acercársele, conocerla mejor. Un día, al finalizar la jornada, Emma dejó caer un lápiz sin saberlo, el joven Iván lo levantó y la buscó para devolvérselo, pero ya se había marchado. Él vio eso como una oportunidad para hablarle, pero con el pasar de los días se demostraba que su inseguridad podía más que su voluntad. La cuestión es que al estar frente a ella su mente quedaba en blanco y su respiración se dificultaba, por lo que cada vez se convencía más de que debía escribirle, pero también le parecía una manera extraña de acercarse por primera vez. Habían noches en las que tomaba el lápiz de Emma y pensaba en las posibles respuestas que ella le daría al mencionarle que le parecía una persona interesante; una de esas noches decidió dejar la timidez, el miedo al rechazo y todo lo demás atrás, de haberla tenido enfrente le hablaría sin dudarlo, pero la hora le obligó a plasmar por escrito lo que por su mente pasaba. Encendió sólo la lámpara junto a su cama para evitar despertar a su hermanito (compartían cuarto), y luego con el mismo lápiz de Emma describió detalladamente el momento, su lucha interior para hablarle, cómo toda su lucha empezó por ese lápiz y su número telefónico. A la mañana siguiente llegó 30min antes que nadie al salón de clases y con cinta adhesiva pegó la carta que había escrito tras el pizarrón. Al finalizar las clases del día dejó caer frente a Emma “descuidadamente” un papelito que explicaba a través de un acertijo cómo encontrar la carta. Pasaron un par de semanas y por fin recibió un mensaje de texto de Emma que decía “me encantó la vibra de tu carta, la forma en la que la escondiste, el acertijo, cómo te acercaste y el valor e ingenio que tuviste. Nos vemos mañana :)”… ese fue el primer paso en una relación que ya cuenta con veintitrés años y un hijo.
Me sentí satisfecho al conocer la historia tras el lápiz y creo que mi empatía me permitió ver al objeto desde otra perspectiva. Ahora entiendo un poco cómo es que un objeto cotidiano puede obtener propiedades inimaginables, regalándonos alegría espontanea a través de los pequeños detalles. Tal vez mi papá si tenga razón al decirme… “de los pequeños detalles nace la verdadera felicidad”.
Comentarios (13):
Cryssta
01/12/2015 a las 09:12
Hola Andrés, me ha gustado bastante tu relato. Solo hacerte unos apuntes:
– tendrías que haber puesto “treinta minutos” en lugar de “30min”.
– “espontánea” lleva tilde
– es “mi papá sí tenga razón…” el “sí” se lleva tilde al ser una afirmación
– creo que quedaría mejor poner “me permitió ver el objeto” en vez de “al objeto”
Sigue escribiendo, lo haces muy bien.
Un abrazo
Andrés Scribani
01/12/2015 a las 17:23
Quería agradecerte por leer y comentar mi relato, por resaltar mis errores. Ya los corregí en la copia que mantengo.
Es mi primera vez escribiendo y publicando algo. Suelo escribir pero por placer personal. Y cabe destacar que es agradable recibir buenas críticas de gente que escribe tan bien como tú.
Cryssta
01/12/2015 a las 21:52
Pues este taller engancha, yo también soy novata, este es el tercer relato que escribo y estoy encantada, estoy aprendiendo muchísimo.
José Torma
03/12/2015 a las 19:02
Que tal Andrés.
No te desanimes que una vez que uno empieza a mostrar su trabajo, ya no hay quien te pare. Yo voy por mi segundo año en Literautas y quiero pensar que he avanzado un poco.
Me gustaria sugerirte que le dieras aire a tu relato. Un punto y a parte hace maravillas en los ojos cansados. Tambien, le das pauta para que nos caiga bien la idea de lo que intentas transmitirnos.
Revisa bien la puntuacion de los guiones largos, ya que hay varias que estan mal utilizadas. Si entiendo bien, todos los verbos que van con el habla se ponen en minuscula. Iria tiene un post muy interesante que te podra ayudar a mejorar este asunto.
Soy un sentimental y me gustan las historias felices, asi que disfrute mucho leyendote.
Felicidades y bienvenido.
Andrés Scribani
04/12/2015 a las 00:26
Gracias por recomendar el post sobre los diálogos José, ya lo he marcado y guardado para leerlo luego.
Lo de los espacios fue que al copiar mi relato al formulario de envío se cambió la distribución del texto, no me fijé, y quedó de este modo. Pero estaré pendiente para el de éste mes.
Es bueno saber que te gustó la historia. Gracias por todo.
Andrés Scribani
04/12/2015 a las 00:44
***HEY!, TAL VEZ TE INTERESE***
En todos mis escritos suelo dejar pequeños detalles ocultos. Generalmente los dejo para alguien en particular, pero para todos los talleres de Literautas siempre dejaré detalles para mis lectores en general. Es mi manera de generar una interacción peculiar con quien me lee y hacer su lectura un poco más dinámica y, de ser posible, divertida.
Para éste relato lo hice un poco evidente, pero de todas formas señalo el detalle porque uno de mis comentaristas anónimos me pidió especificar la Edad del personaje que relata a historia debido a que no lo percibía por el lenguaje del mismo.
Aclarado el punto sólo queda agradecerte de ante mano por leer y de ser necesario corregir mi relato. Un abrazo.
lunaclara
04/12/2015 a las 20:20
Hola Andrés! Bonito relato. Yo soy muy nostálgica y eso es lo que me ha transmitido.
Creo que te expresas muy bien y el final feliz me ha dibujado una sonrisa, aunque yo sea mas de finales no felices….
Espero seguir leyéndote.
Saludos y felicidades.
Gracias x leerme.
Christian Joseph White
08/12/2015 a las 20:07
Bonito relato. De lectura amena, y con buen ritmo. Has aprovechado de buena manera la premisa del taller. Me ha encantado particularmente la forma en la que inicia y nos trasladas hasta ese preciso lugar, la escenificación y las imágenes me parecieron grandiosas. Un gusto leerte, continúa así 😉 Hasta la próxima.
¡Saludos, Andrés!
Andrés Scribani
11/12/2015 a las 23:42
Gracias lunaclara. El hecho de que comentaras que te ha sacado una sonrisa me la ha regalado a mi, es grato conocer esos detalles. También espero seguir escribiendo por mucho tiempo.
Gracias por comentar.
Christian, igualmente es un gusto recibir buenas críticas y saber que mi relato logró trasladarte a través de los detalles en las descripciones. Uno de mis comentaristas anónimos me dijo que la introducción estaba de más, sin embargo siempre pensé lo contrario, porque la coloqué con una razón; ahora tu comentario ha reafirmado lo que yo pensaba.
Más tarde me tomaré un tiempo para leer tu relato. Gracias por pasar por el mio.
Saludos.
Pato Menudencio
21/12/2015 a las 22:40
Y pensar que la vida tiene varios de esos momentos…
Saludos.
Andrés Scribani
23/12/2015 a las 18:05
Justo el recuerdo de momentos así quería evocar.
Y también hacer un llamado al lector para que intentara apreciarlos un poco más :).
Gracias por comentar.
drow_jack
02/01/2016 a las 03:50
Fluido y enternecedor.
Sigue así. Nos leemos.
Andrés Scribani
02/02/2016 a las 00:15
Gracias por pasar y comentar drow_jack