Literautas - Tu escuela de escritura

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El lápiz mágico - por Vespasiano

Web: http://lhlupianes.blogspot.com.es

El lápiz mágico.
Por la práctica que tenía arrojando piedras, Bonifacio Escalante ganaría cualquier concurso de lanzamiento de peso.
Pero su cerebro no había tenido el mismo desarrollo que su musculatura y, en el colegio, siempre iba en el furgón de cola. Era mi compañero de pupitre y tenía que ayudarle diariamente con los deberes.
Aquella mañana fue bastante desapacible y, en la escuela nos dieron el día libre por miedo que algún rayo acabara derribando el techo de la clase.
La noche transcurrió lenta y llena de misterio por causa del eclipse total de Luna.
A la mañana siguiente, camino de la escuela, oíamos como los vecinos comentaban “sotto voce” que, aprovechando la intensa oscuridad habían aterrizado en las afueras del pueblo algunas naves espaciales, de las cuales bajaron varios seres de extraña complexión física.
No obstante los diarios (quizás por no alarmar a la población) no publicaron ninguna información de estos hechos, y se limitaron a comentar escuetamente la larga duración del eclipse y las consecuencias de las fuertes mareas que sucedieron a este fenómeno.
Por la tarde algunos chiquillos curiosos, faltamos a la escuela para inspeccionar los terrenos donde habrían aterrizado las naves. Aparte de rastrojos quemados, no pudimos encontrar nada significativo que confirmara la presencia de esas naves cósmicas.
Mi compañero Bonifacio se apartó del grupo y, penetró en una finca sin permiso de sus dueños.
Pasados unos días nos dieron las vacaciones de verano y aquello de los extraterrestres quedó en el olvido.
…Comenzó un nuevo curso escolar y, en la clase, vi como Bonifacio resolvía las ecuaciones matemáticas y respondía con increíble acierto a tantas cuestiones cómo le planteaban.
Al término de las clases le comenté el progreso que había observado en él, con relación al curso anterior.
Y él me contestó:
«Durante el verano he estado repasando las asignaturas en las que flojeaba».
Ambos seguimos caminos paralelos durante la etapa escolar, en el instituto y más tarde en la Universidad. Y, durante todo ese tiempo, siempre le vi empuñando un lápiz que lo acompañaba noche y día.
Recuerdo que al preguntarle cómo podía durarle tanto tiempo un lápiz, al que además no había que sacarle punta, me dijo:
«Lo encontré en el campo el día que, supuestamente, los alienígenas estuvieron en nuestro pueblo».
Con el tiempo comencé a desconfiar de qué manera obtendría esos conocimientos; pues no le veía esforzarse, ni en los días previos a los exámenes. Mientras todos estudiábamos durante horas, él se iba a jugar al fútbol, salía de copas diariamente y ligaba con las chicas que engatusaba con su labia.
Y cuando era inquirido sobre esto, siempre respondía:
«A mí me basta con leer los temas una sola vez, y se me quedan grabados para siempre en la memoria».
Un día, durante una clase de derecho penal tuvo necesidad de salir al servicio apresuradamente y se olvidó, encima del pupitre, el lápiz misterioso que no soltaba ni a Sol ni a sombra.
Curioso lo cogí y… ¡el lápiz no era de madera!
Juntos acabamos la carrera que a mí tanto trabajo me había costado terminar; cuando entonces inicié mi andadura profesional en el despacho de un ilustre magistrado.
Él, después de algunas tentativas por establecerse, pero teniendo en cuenta su carácter incompatible con el esfuerzo y el sacrificio, abandonó esa iniciativa para dedicarse a la política donde, a causa de su elocuencia, escaló puestos de responsabilidad dentro del Partido Conservador.
Se avecinaban elecciones generales y él era candidato a la Presidencia del Gobierno. Y por aquel entonces, yo era contrario a las propuestas e ideas del partido de Bonifacio.
Se preparaba un debate televisivo entre los futuribles presidentes, y se me ocurrió ayudar al candidato de mi partido.
Y en la mañana del debate, ocurrió algo inesperado…
Bonifacio exaltado gritó:
«¡Mierda! ¿Dónde habré dejado mi lápiz?»
Entonces, lívido y temeroso, se percató que habían roto el cristal de la ventana del salón, donde se podían apreciar algunas huellas de barro esparcidas por el suelo.
Se presentó al debate tenso y amilanado. ¡No sabía ni conocía el programa electoral de su formación política!
El revolcón dialéctico que se llevó de su oponente pasó a la historia del país como el mayor escarnio público que haya sufrido un representante político.
Fue expulsado inmediatamente del Partido, y ahora trabaja como ascensorista en un gran centro comercial.
Actualmente, cuando tengo dudas sobre cualquier asunto laboral, fiscal o penal, consulto al lápiz mágico que guardo con inmenso celo y, ¡nunca lo llevo encima!

Comentarios (31):

Vespasiano

29/11/2015 a las 21:08

Agradecimientos:
A mis tres comentaristas anónimos por sus opiniones y consejos que intentaré poner en práctica en la medida que sea capaz de incorporarlos a nuevos relatos y, por supuesto revisaré la historia para mejorarla en los puntos débiles señalados.
Gracias.
Compañeros Literautas:
Os paso mi blog por si os apetece pasaros por él.
lhlupianes.blogspot.com.es
Felicidades.

Wolfdux

29/11/2015 a las 22:33

Hola Vespasiano.

Una historia que me ha atrapado desde el primer momento, es muy divertida. El uso de párrafos cortos le da un ritmo que invita a leer. Felicidades y un saludo.

beba

30/11/2015 a las 01:18

Hola, Vespasiano: ¡Qué buena historia! ¡Qué genial la forma de encajar en ella al lápiz! ¡Y qué personaje, este Bonifacio; magistral creación!
la lectura se vuelve fluida; la tensión está manejada con maestría, tanto para llegar a la insólita mutación de Bonifacio, como al inesperado desenlace.
No encontré nada que necesitara aconsejar u observarte. Realmente está muy bien hecho.
Por otra parte, me emocioné con tus comentarios;me sentí “hermanada”; sabemos lo que hemos vivido. Muchas gracias.
El cuento completo está en mi blog:http://ahorayodigo.blogspot.com.ar/2015/11/el-lapiz-magico-y-la-vida.html.

Dan D'Ors

30/11/2015 a las 10:36

Hola Vespasiano,
imaginativo relato con muy buen ritmo como ya te han dicho.
Aunque supongo que alguno de tus comentaristas anónimos ya te lo habrá comentado, como nadie lo ha hecho en público todavía voy a señalarte algunas cosas que he visto y creo que se pueden mejorar, especialmente en el tema de la puntuación.
En frases como “Aquella mañana fue bastante desapacible y, en la escuela nos dieron el día libre por miedo que algún rayo acabara derribando el techo de la clase.” o “que, aprovechando la intensa oscuridad habían aterrizado en las afueras del pueblo algunas naves espaciales, de las cuales bajaron varios seres de extraña complexión física.” o ” chiquillos curiosos, faltamos a” aparecen comas solitarias, en sitios extraños. Normalmente después de un “y” o un “que” suele utilizarse una coma si lo que vas a escribir es una explicación breve tras la que seguirá la frase. Por ejemplo:
-Fui a la compra y, muy a mi pesar, me volví con las manos vacías.
-Siempre comprendí que, aunque lo leyera mil veces, aquel libro nunca sería mi favorito.
Como puedes ver, además, la susodicha explicación va acompañada de una coma después para cerrar la proposición.
Existen más ejemplos de comas descolocadas en tu texto así que te animo a revisarlo para que quede mucho mejor.
En cuanto al contenido, como ya te decía, me parece una propuesta interesante y una curiosa casualidad como el hecho de que el protagonista decida ayudar a “su candidato” lo lleva a ponerse en una situación en la que decide el futuro de su país. Como moraleja me quedo con que sin esfuerzo no se llega a ninguna parte =)
¡Un saludo y nos leemos!

garrincha26

30/11/2015 a las 14:13

Me he divertido leyendo tu relato, Vespasiano.
Creo que debes trabajar encaje de las frases, detrás de punto y aparte, algunas no terminan de introducirse adecuadamente en el ritmo del relato. Trata, por ejemplo, de no iniciarlas con “Y…”.
Otro aspecto que me llama la atención es la forma que das a los diálogos (anticipando que el personaje va a hablar, con el uso de frases del estilo “él me contestó”, seguido de dos puntos) y algunos tiempos verbales que, pienso, habría que revisar.
Al margen de estas cuestiones, me ha gustado ese aire fresco que le aporta el estilo directo, como si le contaras la historia a un “torcedor”, al descanso de un partido de Corinthians… 😉
saludos.

pd. qué envidia … haber visto jugar a Garrincha

Pikadili

30/11/2015 a las 17:00

Me ha encantado, muy divertido y bien escrito. Me sumo a las sugerencias de mis compañeros, creo que no podría señalar nada mas.
Me ha recordado mucho al estilo de Eduardo Mendoza, y eso siempre es bienvenido. Es muy agil de leer y te deja una buena sensación, es interesante.
Un saludo! Felicidades!

Juana Medina

30/11/2015 a las 20:24

Hoal Vespasiano:
Gracias por tu relato. Me ha resultado muy entretenido y de gran versimilitud teniendo en cuenta a los políticos de hoy. He pasado un rato muy agradable.
Un saludo

Vespasiano

30/11/2015 a las 20:48

Agradecimientos:
A Wolfdux por sus amables palabras y por comentar en mi blog.
A beba por sus comentarios cariñosos a mi relato y agradecerle también el arte que tiene de contar historias tan bonitas. Y muy honrado de sentirte hermanada en nuestras vivencias en países tan distantes pero tan semejantes.
A Dan D’Ors por sus consejos acerca del uso de la coma; no podrían habérmelo explicado mejor.
Y también por resaltar el mensaje “que sin esfuerzo no se logran los objetivos ni se mejora en la vida”
Agradecer también a Garrincha26 por su aportación crítica a la forma de mi historia.
Y sobre el Garrincha “auténtico”, el genial extremo de piernas difíciles de describir no dudo que (si te gusta el fútbol) sientas una sana envidia. Pero esto sucedía allá por los años sesenta del siglo pasado y también teníamos la magia de Pelé.
A Pikadili por detectar algún parecido en mi “¿estilo?” con autor tan conocido. Será pura coincidencia.
Para todos dejo la dirección de mi blog, por si queréis pasaros por él.
lhlupianes.blogspot.com.es
Felicidades.

charola

01/12/2015 a las 01:36

¡Hola Vespasiano! Siempre es un placer leerte y esta vez tu relato está bien logrado. Engancha desde el primer momento y cuesta ver los errores jeje. Aparte de algunas comas mal puestas que ya te han hecho saber, vi un “sol” con mayúscula.
Todo lo demás, genial. ¡Felicitaciones! Te invito a leer el mío. 71

Christian Joseph White

01/12/2015 a las 05:08

Interesante relato, con una trama ingeniosa. Tiene ritmo, se lee fluido. En mi opinión personal, en muchas líneas se cuenta, se narra, y lo recomendable sería mostrar. Tal vez sea por que tu historia abarca un tramo cronológico bastante amplio, y debido a la limitación de palabras del relato, tuviste que escribirlo de esta manera. Y también hay datos que podríamos considerar irrelevantes para la historia; quitándolos quizá tendría más fuerza el relato. Felicitaciones por tu trabajo, mis saludos 😉

Christian Joseph White

01/12/2015 a las 05:13

Aquí te dejo un ejemplo sobre a lo que me refiero:

¿Qué significa exactamente eso de “no cuentes, muestra”? Trataré de explicarlo con un ejemplo (bien macabro)…

VERSIÓN 1, donde cuento en lugar de mostrar:

La malvada bruja bajó unos minutos al sótano, donde tenía a los niños encerrados en jaulas con la intención de comérselos uno por uno. Ya había devorado a unos cuantos, y los huesos malolientes estaban apilados en un rincón. Sin embargo, uno de los niños se las había ingeniado para crear una llave de alambre, y no tardaría en salir de ahí y liberar a los otros prisioneros. Juntos derrotarían a la bruja y escaparían de su espantosa guarida.

VERSIÓN 2, donde muestro en lugar de contar:

La bruja bajó al sótano y sonrió a los niños, quienes se apartaron de los barrotes de sus jaulas, temblando de miedo. Dos de ellos se echaron a llorar.

—Ustedes serán los siguientes —les advirtió ella, señalándolos con su dedo rematado en una afilada y mugrienta uña. Los niños lloraron con más fuerza.

La bruja tomó un hueso de la mesa y terminó de roer los pedacitos de carne que restaban en él. Era alimento para ella, pero para los niños esos huesos habían tenido un nombre: Pedro. Una vez que la perversa criatura dejó limpio el hueso, lo arrojó al montón en una esquina. Un par de ratas se aproximaron para olisquear el nuevo regalo.

—Volveré —dijo ella, y se marchó del sótano riendo para así.

Una vez que la bruja se perdió de vista, Federico sacó de su bolsillo el pedazo de alambre doblado. Su experiencia como ladrón callejero le sería de vital importancia esta vez. Introduciendo el alambre en el candado, lo hizo girar hasta que se oyó un “clic”. El niño sonrió. ¡Lo había logrado! Sacó el candado y abrió la puerta de la jaula, y por primera vez en semanas se sintió libre. Aún tenía el alambre en su mano.

—Silencio —dijo a los otros niños—. Enseguida los sacaré a ustedes también, y luego mataremos entre todos a esa maldita bruja.

Fin del ejemplo. ¿Se nota la diferencia entre una versión y la otra? ¿Cuál les parece más interesante?

Mostrar toma más tiempo que contar, pero en escenas clave es MUCHO más efectivo. En la VERSIÓN 1 de mi ejemplo, simplemente digo lo que pasa en la historia. En la VERSIÓN 2, se añaden detalles que HACEN a la historia sin tener que escribirlos como si fuese parte de un informe. Se muestra que la bruja es sádica, se muestra que los niños están aterrorizados sin decir que están aterrorizados, y adquirimos bastante información sobre Federico a través de sus acciones.

¿Cómo saber cuándo contar y cuándo mostrar? Al menos en mi caso, me rijo por lo siguiente: cuento las cosas que tienen una importancia secundaria o simplemente informativa, y muestro las escenas que son relevantes para el desarrollo de los personajes y/o la trama.

Cryssta

01/12/2015 a las 14:22

Hola Vespasiano, un placer leerte de nuevo.

Además de lo que ya te han dicho otros compañeros yo cambiaría la frase “Con el tiempo comencé a desconfiar de qué manera obtendría esos conocimientos; pues no lo veía…” y pondría “Con el tiempo comencé a desconfiar, ¿de qué manera obtendría esos conocimientos? No lo veía…”

Felicidades por tu relato, me ha gustado mucho.

Ryan Infield Ralkins

01/12/2015 a las 17:41

Me gusto mucho el relato y mas ese giro del final que fue impresionante. Anque sinceramente admito que me gustaria saber mas de esos extraterrestres, je je.
Felicidades y saludos.

José Torma

01/12/2015 a las 19:37

Vaspasiano, mira que buen heroe sacaste sin querer. Al robarle el lapiz cambio el destino de una ciudad,pueblo o nacion.

Tu relato es muy pulcro, muy agil y engancha.

Felicidades.

Jose Caudeli

01/12/2015 a las 23:22

Vespasiano, sabes volar, tienes una gran imaginacion. Yo no se si inscribirlo dentro del realismo magico por como involucras a todo el colectivo popular dentro de esa fantasia, tan entretenida.
Si no nos apretaran tanto con el tema de la cantidad de palabras, tambien te aconsejaria como han dicho otros que nos muestres mas en escena alguna parte decisiva del relato.
Te felicito.

Luis Ponce

02/12/2015 a las 02:08

Vespasiano: como siempre un gusto leerte.
Como han comentado los compañeros, se puede perder mucho del valor de un relato al reducirlo por las condiciones obligatorias y eso lo convierte en una muestra de la originalidad en el argumento, pero a veces es insuficiente para demostrar las cualidades del narrador.
He pasado un momento agradable con la lectura, sabiendo que por lo menos un político recibió su merecido.
Nos leemos.

Guiomar de zahara

02/12/2015 a las 10:19

hola :
Ya no te voy a decir “compañero de fatigas” pues, si aún no lo eres, me pareces un escritor, tampoco voy a decir que genial, pero si, bueno.
tu relato, es original, lo cual ya de por sí es mucho. Lo que a mí en especial me gusta es la imaginación cuando leo, si encima está bien escrito ¡Mejor!

Vespasiano

02/12/2015 a las 21:30

Agradecimientos:
A Juana Medina por su comentario
A charola por indicarme lo del “Sol”. Sin duda esa maravillosa estrella me cegó. En cuanto a las comas, madre mía, que sufrimiento. Como me cuesta hacerlo bien.
A Christian por su implicación para hacerme entender la diferencia entre “mostrar” y “contar”. Trataré de ponerlo en práctica en la medida de lo posible, en próximos relatos.
A Cryssta por leerme y aportar su granito de arena a mejorar mi historia.
Felicidades a todos.

Vespasiano

03/12/2015 a las 18:52

Agradecimientos:
Quise decir: A Juana Medina por su amable comentario.
A Ryan agradecerle el elogio del giro final del relato y decirle que si la inspiración me ayuda pueda desarrollar la historia y presentar a los extraterrestres que tienen medios casi sobrenaturales para comunicarse con todo el universo.
A José Torma por encontrar el relato pulcro y ágil.
Gracias también a José Caudeli por encontrar imaginativo mi relato.
Felicidades.
Os dejo mi blog por si tenéis tiempo de pasaros por él
lhlupianes.blogspot.com.es

Vespasiano

03/12/2015 a las 20:43

Agradecimientos:
A Luis Ponce por alegrarse del triste final del político inepto. Menos mal que perdió el lápiz antes de la elecciones, que si no, menudo presidente tendrían.
A Guiomar de zahara por considerarme compañero de fatigas, pues aún me falta mucho camino por recorrer. También agradecerle los comentarios elogiosos.
Por cierto, no sé cual es el sentido o el enfoque de tu nombre en Literautas. Lo que si quiero apuntarte es que aquí en España existe un pequeño pueblo en la costa andaluza, frente a África que se llama “Zahara de los atunes”. Magníficas urbanizaciones, unas playas extraordinarias y el aliciente añadido de la pesca del atún.
Felicidades.
Os dejo mi blog por si queréis y tenéis tiempo de pasaros por él:
lhlupianes.blogspot.com.es

Manoli VF

05/12/2015 a las 22:31

¡Hola Vespasiano!

Me ha gustado tu historia de alienígenas. También agradezco el comentario de Dan, porque las comas son mi asignatura pendiente y a menudo tengo que lidiar con ellas.
A mí en tu texto me ha faltado un poco de continuidad en lo que toca a la trama, por ejemplo cuando en clase el protagonista sale al servicio y el compañero que es a la vez el que cuenta la historia coge el lápiz y exclama: “no era de madera” y deja el tema ahí, y entonces uno se pregunta cómo era. He visto que faltan algunos datos, pero quizá se deba al límite de palabras, el esfuerzo de condensar requiere que revisemos más. Por lo demás lo he visto bien.

Nos seguimos leyendo. Un saludo.

Leonardo Ossa

06/12/2015 a las 03:43

Hola Vespasiano, te han hecho algunos comentarios de los cuales voy tomando nota para apropiarme de ellos, e intentar aplicarlos en mis escritos. La historia me ha generado recuerdos de cuando yo disponía de algún tiempo para ver series televisivas con temáticas extraterrestres.
En esta oportunidad tampoco pude participar en este blog, pero espero que nos sigamos leyendo.
Saludos.

Isolina R

09/12/2015 a las 09:39

Hola, Vespasiano:
Llegar un poco tarde a comentar presenta un inconveniente (ya está casi todo dicho) y una ventaja (hay que escribir menos).
Sobre la historia me sumo a mis compañeros. Me ha parecido entretenida. Fluye bien.
En cuanto a la forma, te haré algunas sugerencias nuevas.
En: “nos dieron el día libre por miedo que algún rayo” falta una preposición (“de” o “a”). Para que no vuelvas a cometer este error, voy a darte un consejillo. Cuando antes de un “que” tenga que ir una preposición puedes comprobarlo cambiando toda la proposición por el demostrativo “eso”. No quedaría bien decir: “Nos dieron el día libre por miedo eso”. Habría que decir: “Nos dieron el día libre por miedo a eso” (o “por miedo de eso”). Otro ejemplo: “No se dio cuenta que la seguían”. Está mal. No se puede decir: “No se dio cuenta eso”. Hay que decir: “No se dio cuenta de eso”. En tu propio relato tienes otro ejemplo: “Se percató que habían roto el cristal”. No se puede decir “Se percató eso”. Hay que poner: “Se percató de eso”, así que: “Se percató de que habían roto el cristal”.
Entre el sujeto y el predicado no debe ir coma: “algunos chiquillos curiosos, faltamos a la escuela”. Sobra.
Te falla en ocasiones la acentuación de los interrogativos indirectos (“cómo”). Ej.: “oíamos como los vecinos comentaban”. Para diferenciar un “cómo” interrogativo de otro que no lo sea, puedes transformar la interrogativa indirecta en interrogativa directa así: “¿Cómo comentaban los vecinos? Lo oíamos.” Otro ejemplo: “Ignoramos cómo vendrá su amigo” se transforma así: “¿Cómo vendrá su amigo? Lo ignoramos”. En tu texto tienes: “vi como Bonifacio resolvía las ecuaciones matemáticas”. Se podría transformar de esta manera: “¿Cómo resolvía las ecuaciones matemáticas Bonifacio? Lo vi”. Conque debes ponerle tilde a “cómo”. En cambio sobra la tilde de “como” en “respondía con increíble acierto a tantas cuestiones cómo le planteaban”. Si intentas transformarla en interrogativa directa no puedes.
Rimas: “Ambos seguimos caminos paralelos durante la etapa escolar, en el instituto y más tarde en la Universidad”, “A mí me basta con leer los temas una sola vez”, “yo era contrario a las propuestas e ideas del partido de Bonifacio”
Procura evitar la pasiva: “Y cuando era inquirido sobre esto”. Es menos artificioso decir: “Y cuando se le preguntaba sobre esto”.
“Curioso lo cogí” yo lo pondría de otro modo: “Lo cogí con curiosidad”.
Espero que mis sugerencias te sirvan.
Saludos.

Vespasiano

10/12/2015 a las 23:00

Agradecimientos:
A Manoli, por su curiosidad por saber como era el lápiz mágico. Estoy intentando entrar en contacto con esos alienígenas para ver si me lo explican; o trataré de entablar amistad con el sujeto que se lo quitó a Bonifacio para que me hable de sus características y en cualquier caso poder ampliar la historia de un lápiz que consiguió salvar a un país de tener un Presidente vago e ignorante.
A Leonardo por leerme. Me alegra que la historia te haya hecho recordar otras historias de extraterrestres.
Yo también leo todos los comentarios que puedo, no solo los que me hacen sino los que escriben los compañeros en otros relatos, pues de ellos sin duda se aprende.
Felicidades.

Vespasiano

10/12/2015 a las 23:09

Agradecimientos:
A Isolina, por su tiempo empleado en comentar mi relato de forma tan exhaustiva, explicándome los puntos débiles de la historia, señalándome las correcciones gramaticales, etc.
Sin duda un regalo que aprovecharé al máximo.
Gracias nuevamente.
Felicidades.

KMarce

12/12/2015 a las 08:16

Saludos Vespasiano:

He llegado cuando todo te lo han dicho, he leído los puntos de mejora y estan muy correctos, creo que has hecho un gran trabajo y esa pulida le dará más realce.
Isolina ha sido muy pulcra, y a mí me ha servido su comentario, y es verdad el conector “a o de” hoy mismo lo he notado en mi relato de diciembre, así que lo corregí, pero ese truco es muy bueno, para no olvidarlo 😛
Con el contar/mostrar… a veces nos traicionan el límite de palabras, así que hay que escoger en lo que relata y lo que se muestra.
En cuanto al contenido, coincido con la mayoría, y me ha gustado el final, también el nombre de BONIfacio, porque así llamamos a mi perra cuando queremos molestarla, su nombre es Boni, pero le decimos Bonificia Gilberta y pone una extraña expresión…por la originalidad, te felicito. ¡Nos leemos!

Jesús R.G.

12/12/2015 a las 22:27

¡Al ladrón, al ladrón!
Un relato magnífico Vespasiano, me a gustado mucho.
¡Felicidades!

Vespasiano

15/12/2015 a las 23:46

Agradecimiento:
Para KMarce. Nunca es tarde para recibir un apoyo importante que te anima a seguir intentando mejorar y pulir la escritura. Gracias por encontrar el relato imaginativo. Y también por resaltar la coincidencia de nombre entre el personaje y tu perra. Aunque presumo que tu mascota es más inteligente que el tal Bonifacio.
Felices Fiestas.

Isan

16/12/2015 a las 18:21

He leído algún comentario tuyo acerca de los acentos (la falta de). Para mí la ortografía ocupa el último lugar en importancia de un texto, pero si se pretende escribir bien, no queda más remedio que cuidar los detalles. Por otro lado, habrá ocasiones en las que una falta de ortografía no cambie el sentido de la frase, pero en otras es determinante. Ejemplo: No es lo mismo decir “mañana examen de inglés” que “mañana examen de ingles”.

isan

16/12/2015 a las 20:27

Hola de nuevo:
Perdón por hacerte destinatario de lo que no te corresponde. Así que: a quien corresponda.

Féli Eguizábal

17/12/2015 a las 09:14

Hola Vespasiano, un poco tarde pero llego a leer tu trabajo lleno de fantasía pero del que se puede entresacar una buena moraleja. No llegas a la cima sin el esfuerzo de remontar la ladera y la falda de la montaña, aún con toda la magia del mundo.
Comparto las opiniones de los compañeros sobre todo la de “mostrar” en lugar de “contar” , pero debo admitir que para mi es tambien, una cuesta arriba que todavía tengo que superar. Nos seguimos leyendo

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