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El lápiz mágico - por Mauro D. Barbosa

—Me dijeron que era un lápiz mágico —dijo William sin vacilar.

Tomás no logró contener el poco café que quedaba en su boca, rociando la mesa que compartían. Era la segunda vez que se transformaba en el centro de atención de la plaza de comidas. Avergonzado, juntó algunas servilletas para limpiar el desastre que ocasionó. La ingenuidad de su compañero lo alteraba.

—¡No jodas William! ¿Aún crees en los cuentos de hadas?

—No sé qué decirte Tomás, quien me lo dio tenía muy mal aspecto. Me dijo que tenía que regalarlo, que…

—¿Por qué no lo tiró? —El golpe en la mesa silenció por completo por tercera vez la plaza de comidas. No pudo ocultar el color en sus mejillas.

—…no había otra forma de deshacerse de este artefacto del mal­ —William terminó la frase, así como también alineó las tazas sobre la mesa y limpió las pequeñas gotas que aún quedaba del café que escupió su compañero. Cuando estuvo todo en su lugar, como era habitual en él, su nariz dejó de picar.

Tomás esperó. Ver a William tocar continuamente su nariz lo exasperaba, pero ya conocía esa manía y era un querido amigo.

—¿Entonces, Willton? —así lo llamaba cuando quería tranquilizarlo— ¿Qué se supone que hay que hacer?

—No sé, ¿escribir una frase y ver qué pasa? —mientras hablaba, temblando un poco, le alcanzó una servilleta y el Lápiz. La cara de frustración que mostraba su compañero lo hizo titubear.

Por un lapso de un minuto Tomás no se movió, perplejo, meditando si quedarse o irse dejando de lado la nueva estupidez de su Amigo Obsesivo Compulsivo.

Tomó la hoja y el “Lápiz de la maldad” (que bueno sonaba eso) y mientras que por descuido tiró una taza —William comenzó a rascar su nariz instantáneamente—, escribió rápidamente una frase.

Miró a su alrededor como esperando que algo ocurriera y con una sonrisa arrogante le entregó el papel a su “Amigo Obsesivo Compulsivo ahora también Ingenuo”.

“Por favor, quiero desaparecer” fue lo que leyó William mientras alineaba nuevamente las tazas.

—¿Qué hiciste Tomás? —dijo a la vez que terminó de establecer el orden en la mesa— ¿Y si algo realmente te hubiera pasado?

—No me hagas reír, y por favor ¡suelta ya tu maldita nariz! ¡Las tazas hace rato que están milimétricamente alineadas!

El corazón de William se detuvo a la vez que tomó conciencia de la insoportable comezón. ¿Qué sigue aún fuera de lugar? ¿Qué está faltando?

—¡El punto final! —exclamó William— ¡Olvidaste colocar el punto en el papel Tomás!

Al agregar la puntuación su comezón paró por completo, y nuevamente, su mesa pasó a ser el centro de atención de la plaza de comidas, pero ya no estaba Tomás para avergonzarse.

Comentarios (5):

KMarce

30/11/2015 a las 00:18

Saludos Mauro: (Reto beba 2/10)

Iniciaré con las mejoras para después terminar en lo que me gustó. Quizá lo que noté a primera observación de vuelo de pájaro es la estructura, que tiene separación entre párrafos y diálogos. No sé si sucedió al pasarlo al formato o fue elección tuya. En mi caso particular, me gusta ver los párrafos juntos, y no tan espaciado. Pero no dudo tampoco que algunos autores optan por esta tendencia. Sin embargo, para mi forma personal de leer, ver continuidad me da tranquilidad y no me distrae.

Noté el cambio de Lápiz y lápiz, y algunas palabras que usaste con mayúscula que deberían ir en minúscula como amigo obsesivo compulsivo, creo que se usa mayúscula cuando se dan sus siglas TOC, pero lo correcto sería transtorno obsesivo compulsivo, diferente es cuando una enfermedad es nombrada, como el Síndrome de Crohn.
Y lo que me han hecho notar en mi propio escrito, los signos de coma frecuentes, hay frases que es mejor obviarla para darle más fluídez a la idea.
No estoy pasando los relatos por colador, así que esto es lo que yo he notado.

En cuanto a la historia, me parece interesante el planteamiento de un lápiz que conceda cada deseo escrito. Y se comprende que quizá más que una bendición es una maldición; por ello su anterior dueño se ha deshecho de tal adquisición. Me hubiera gustado leer que cada deseo tenía una consecuencia; porque conociendo que todo lo concede, se pedirían solo buenas cosas. Pero imagino que por espacio no se dio a más y trabajaste con lo que tenías a mano y quisiste destacar.

En resúmen ha sido un escrito fácil de leer, y con la normativa que fuera mágico se que habrán muchos con este fin en mente, lo novedoso de un tema típico, es que ubicaras la escena en una época actual. Para un próximo reto, te animo a que te salgas un poco más de tu zona de confort y le des una vuelta de tuerca diferente a lo obvio. Creo que tienes una vena imaginativa de donde sacar provecho.

Mauro

01/12/2015 a las 21:09

Hola!
Gracias por tus consejos, los tomaré en cuenta. Es la primera vez que escribo y no me esperaba tener algún comentario extra debido a la cantidad de cuentos que hay. Así que fue muy grato leerte.

Quedó claro lo que hablabas de las mayúsculas, aunque lo puse así porque me pareció que estaba bueno que se asocie a siglas aunque no fueran escritas, quizás no es lo correcto.

También es cierto sobre mostrar que cada deseo tenía una consecuencia, no lo hice así porque decidí hacer la lectura más directa, más rápida y más corta. Quizás un poco porque realmente es de lo primero que escribo, no solo en este blog. Intentaré salir de mi zona de confort para la próxima.

Saludos y gracias nuevamente.

Elisa Vueltas

02/12/2015 a las 12:05

Hola Mauro, le he echado un vistazo a tu relato porque KMarce me habló de él. He leído también los comentarios y te felicito. Me ha parecido muy bien estructurado e interesante y el hecho de que sea el primero que escribes aumenta el mérito.
Yo voy por el segundo mes, pero te daré mi opinión igualmente.

La sensación que he tenido al leerlo es buena. Es muy dinámico, con mucho diálogo y distintos hechos, por lo que no aburre en absoluto. También me ha gustado la frase que queda interrumpida por Tomás y luego hay que reanudarla; te has anotado un buen tanto ahí.

Coincido con KMarce en el tema de las mayúsculas, es más, yo apostaría por no decir explícitamente que tiene un TOC ya que eso ya se nota con sus acciones (cosa buena, mejor mostrar que narrar). Entiendo que has querido hacer un juego al añadirle la ingenuidad pero aún y eso creo que es innecesario. Otro aspecto que mejoraría es la puntuación en los diálogos; en general es muy correcta pero te has olvidado de algún punto y alguna mayúscula.

Para acabar, me ha gustado la demostración de la magia del lápiz. No me hacen falta más demostraciones porque ésta ya es bastante clara y he disfrutado con la situación previa (la reacción de Tomás y las manías de William). Sólo me queda una duda: ¿cómo es la desaparición para que su mesa vuelva a ser el centro de atención? No lo critico, es bueno dejar con dudas al lector, pero si lo habías pensado y lo quieres compartir, yo encantada.

¡Un abrazo! Mi relato es el 195, por si te interesa echarle un vistazo.

Lionel

02/12/2015 a las 14:15

Buenas. Empiezo por decir que me gustó tu relato. Disiento con KMarce en lo referente a la separación de los párrafos, a mi me pareció más cómodo para leer y acertado al estructurar la historia desde el diálogo. Yo hice un texto sobre un lápiz maligno también.
No tengo errores que resaltar porque no los noté a primera lectura, confío en lo que te marcaron en los comentarios anteriores. Saludos

Mauro D. Barbosa

02/12/2015 a las 15:34

Hola Elisa y Lionel.
Les agradezco muchos sus comentarios, que además son muy alentadores para alguien que está en pañales (¡no por la edad!).

Voy a pasar por su cuentos para ir conociéndolos un poco más.

Elisa, sobre el final, es cierto que la forma de la desaparición queda como en el aire. Es más, no tenía pensada una forma específica. Simplemente me gustó la idea de cerrar el cuento sin ser muy específico, usando una de las facetas de la personalidad de uno de los personajes, que ya fue nombrada previamente. Siento que de esa forma el cuento tiene como un “mirá, que interesante como terminó”. En lugar de escribir algo directo como “Al agregar la puntuación su comezón paró por completo, pero Tomás ya no estaba para notarlo”.

Abrazo grande.

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