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“El lápiz mágico” - por Luciano Sívori

Web: http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar/

“El lápiz mágico”

Amigos, compañeros, gente de los medios… estamos aquí reunidos ante una circunstancia lúgubre que hoy nos amarga todo sabor. Lápiz fue algo inconmensurable, tan colmado de vida… el estandarte de la risa en cualquier reunión. Un alma noble que comenzó desde la nada, como parte de un gran bloque de cedro español.
Su ciudad natal, Ferrol, nunca lo conformó. Desde el instante en el que se dividieron las tablitas a las que se le hacen las hendiduras de las minas, Lápiz supo que estaba predestinado a algo grandioso. No más se le aplicó pegamento en los surcos y se le colocó la mina de grafíto, resolvió dedicar su existencia al séptimo arte, a la gran pantalla. En el preciso minuto en el que Lápiz fue afilado y pasó el control de calidad, abandonó la fábrica para inscribirse en el Sindicato de Utilería.

El atrezzo en el cine nunca es un insípido ornamento. Ambienta toda escena y profundiza la producción audiovisual. La utiliería deja de ser un objeto para convertirse en un símbolo transmisor de sentimientos que nos avienta pedazos de ficción en nuestros rostros. Lápiz comprendía esta realidad, y por eso consagró todos sus esfuerzos para ingresar en el ambiente.

Sus principios fueron modestos. Participó como útil escolar en algunas publicidades españolas y en películas clase “B”. Recuerdo haberle preguntado una vez. Me dijo: “La competencia era feroz. Hay mucha utilería talentosa y poco trabajo”.

Su vida dio un vuelco cuando el Director de Escenografía Charlie Brooke vio algo en él y lo sumó al elenco de “El lápiz del carpintero”, basada en la novela de Rivas, que finalmente se estrenó en el 2003. A partir de ahí, cualquier aparición de Lápiz se transformó en un manantial de éxito.

Se mudó a Hollywood, la meca de la industria cinematográfica. Interpretó a la pluma que inspira a Jonnhy Depp en “La ventana secreta”, fue el lápiz embrujado de “Actividad Paranormal”, trabajó con Christopher Nolan en la aclamada “El Maquinista” (2004) y le llegó el premio de la Academia por “Mejor Utilería en Documental” por “Steal a Pencil for Me” (2007), donde se destacó como el accesorio más conmovedor y emotivo de la historia del cine.

Un punto clave en su carrera, que todos recordamos con cariño, le llegó en el 2008, nuevamente en compañía de Nolan. ¡Todos saben a qué me refiero! Los mafiosos están reunidos en una videoconferencia cuando el Guasón hace su aparición en escena. “¿Qué tal un truco de magia?”, dice y clava a Lápiz a la mesa con la punta hacia arriba, “voy a desaparecer este lápiz”. Y entonces sucede ese momento increíble: uno de los hombres se levanta y va hacia él; en un solo movimiento Heath Ledger (en ese rol enorme que lo inmortalizó) golpea la cabeza contra la mesa, haciendo desaparecer a Lápiz dentro del ojo. “¡Taa-raaa! ¡Ya no está!”, concluye. Y es así… es así. Tristemente, Lápiz –como en ese efecto visual impresionante que protagonizó– ya no está entre nosotros.

Su fin, la tragedia, vino de la mano de un director de cine negligente e irrespetuoso. El lugar: set donde se estaba filmando “Pinocchio”, la nueva y oscura película de Guillermo del Toro. El mexicano –notable por su contextura más bien robusta– hambriento, con una hamburguesa grasosa entre sus dedos, se sentó descuidadamente en el asiento en el cuál Lápiz reposaba.

Nadie pudo detenerlo: partió a Lápiz en dos.

Ante tal absurdo, todos nos mantuvimos firmes, estupefactos. En medio de un silencio infamante, Del Toro limpió la comisura de sus labios con una servilleta. Sólo se percató del lapicidio cuando su abogado llegó corriendo al set y lo instó a retirarse del lugar sin decir una palabra.

La familia de Lápiz no piensa levantar cargos contra el director. Un lápiz conoce los riesgos de alcanzar las máximas elevaciones de la fama hollywoodense, es consciente de las reglas del juego. El rodaje de la película, en la cual Lápiz habría tenido un rol protagónico, quedó suspendido hasta nuevo aviso.

Doy final a este homenaje dejando en el ataúd una resma de hojas blancas tamaño A4; sus favoritas. Para que Lápiz pueda seguir creando, inventando. Para que pueda continuar soñando. Antes de que retornemos a la insulsa peregrinación por esta vida, tomémonos un rato para admitir una verdad: ninguno de nosotros está realmente triste; no hace falta. Todos sabemos que allí, en aquel cajón de caoba y rodeado por velos, Lápiz todavía sonríe.

¡Gracias, Lápiz querido!

Q.E.P.D., 1987- 2015.

Comentarios (8):

Denise

29/11/2015 a las 21:01

Impecable y bizarro. Me encanta!

Isolina R

30/11/2015 a las 10:41

Hola, Luciano:
Fui uno de tus comentaristas anónimos.
Tuviste una idea estupenda.
Saludos.
Isolina

Luciano Sívori

30/11/2015 a las 18:16

¡Gracias, gracias! Me tengo que poner a revisar el resto ahora.
Pronto lo subo al blog. Un saludito.

Marcelo Kisi

30/11/2015 a las 20:07

Luciano!!
Brillante como siempre, muy claro y digno de ser guionizado. La creación de verosimilitud a la Zelig es tan genial y perfecta como desopilante.
Bravo!
Espero quieras pasar por el No. 30
Abrazo!

Celeste

30/11/2015 a las 21:26

El matrimonio hace que uno escriba así? Meteré presión en casa entonces!! Jajja! Felicitaciones por eso.
En cuanto al relato me gustó mucho, es entretenido, original. Me gustan los relatos que me hacen imaginar, y éste es uno de ellos. Me imagino que el narrador puede ser una peluca, un bastón, tantas cosas de utilería, como las que ví alrededor de la cajita caoba llorando al lápiz.
En fin, felicidades! Gran trabajo!

Luciano Sívori

01/12/2015 a las 18:37

¡Ja! Qué genia, Celeste. ¡Gracias a todos!

José Torma

02/12/2015 a las 01:10

Trepidante mi querido Luciano.

Muchas felicidades.

Peter Walley

03/12/2015 a las 07:41

Original y muy divertido, de lo mejor de este mes. Bien hecho.

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