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El llanto de los libros que no existieron. - por Luis A.R. Selgas

Web: http://universosenblanco.com/

El sobre estaba vacío, lleno de todas las palabras que no se había atrevido a escribir ni pronunciar. Estaba lleno de sus fracasos y de aquellos éxitos que seguramente nunca ocurrirían debido a las acciones que no se había animado a emprender.
Y es que el miedo lo dominaba, probablemente lo envolvía todo en este mundo lleno de batallas que nunca se ganaron por pereza a ser libradas. Un mundo lleno de sobres vacíos. Un universo en blanco desbordado por infinidad de libros que nunca se atreverán a salir del cajón. Él tenía varios de esos libros amontonados en un armario, cubiertos con el polvo que va creando el pasar del tiempo al convertir los días en años. Eran libros con autor pero sin lectores. Historias que jamás habrán ocurrido, ya que nadie ha estado allí para presenciarlas. Y la culpa era suya y nada más que suya, por no haberse atrevido a narrarlas lo bastante alto para ser escuchadas.
Las páginas de un manuscrito comenzaban con un duelo bajo el sol y una historia susurrada al oído de un moribundo. Sangre y espadas envueltas en un secreto inconfesable.
Otro de los fajos de hojas contenía en su interior un universo lleno de jóvenes dioses, que aprendían a crear y destruir los mundos llenos de vida que giraban alrededor de sus cabezas, mientras su sociedad, y por ende toda la realidad, se venía abajo inexorablemente.
Las páginas atadas dentro de una carpeta insinuaban la historia de un futuro distópico (o quizás no). Donde la libertad de información había creado una sociedad en la que la línea entre la verdad y la mentira se han difuminado totalmente. Donde sus habitantes creaban la realidad día a día a base de compartir información sin contrastar en sus redes sociales.
Y así otros mundos de papel, cortos y largos, simples y complejos; lloraban en silencio, clamando por existir más allá de la tinta que los contenía. Si eran de calidad o poco más que basura literaria era una divagación sin sentido. Sin nadie que los leyera eran aire, espacio ocupado por la nada absoluta que se desvanecía en la incertidumbre.
El sobre continuaba vacío. Escrito en su solapa estaba la dirección de la editorial destinataria. También existía una carta de presentación perdida en algún rincón del multiverso polvoriento. Los libros llamaban a su autor a gritos, exigiendo que terminase con aquel martirio infinito. Que enviase al fin la maldita carta y sellase su futuro fuese el que fuese. Publicar o hundirse en el fracaso. Eran su anhelo y su temor.
El autor intentó rellenar ese sobre, tomo un papel y en lugar de eso escribió este relato.

Comentarios (12):

Bego asomadaalalocura

29/10/2015 a las 15:21

Que alegría volver a leerte Luis, cualquiera diría que hablas de ti en este relato, bueno de ti y un poco de todos, por lo menos hablo por mi… Tenemos que ponerle remedio, ninguna historia más en un cajón! Las habrá mejores y peores pero ninguna merece estar a oscuras.
Un texto muy inspirador.
Un abrazo.

delaberna

29/10/2015 a las 15:38

Espectacular…precioso!

Este relato merece que vuelva mas adelante ha intentar hacer una crítica más profunda, que ahora estoy como niño con zapatos nuevos con tanto relato por descubrir.

Aunque no creo que vaya a encontrar ninguna sugerencia para mejorarlo.
Enhorabuena!

Brenda

29/10/2015 a las 17:06

Waau!! Me a encantado! Al usar un protagonista escritor haces que muchos se identifiquen…! La verdad es que es muy buen trabajo! Felicidades!!!

Sergio Mesa

29/10/2015 a las 18:08

jejejej, metaliteratura. un tema peliagudo, pero como siempre te desenvuelves con soltura. buen relato. y bueno saber de ti, que andabas casi tan perdido como yo.

y el caso es que tengo algo que tratar contigo, sobre algo que hace tiempo trataste conmigo. pero no encuentro tu email, escríbeme al mio y te cuento. forvetor@hotmail.com

un saludo, nos leemos!
Sergio Mesa
http://miesquinadelring.com/

Sergio Mesa

29/10/2015 a las 18:09

jejejej, metaliteratura. un tema peliagudo, pero como siempre te desenvuelves con soltura. buen relato. y bueno saber de ti, que andabas casi tan perdido como yo.

y el caso es que tengo algo que tratar contigo, sobre algo que hace tiempo trataste conmigo. pero no encuentro tu email, escríbeme al mio y te cuento. forvetor@hotmail.com

un saludo, nos leemos!
Sergio Mesa

Maureen

29/10/2015 a las 19:00

Hola. Soy una de tus comentaristas (la que te habló de «Seis personajes en busca de autor»). Espero haberte ayudado con mis opiniones y, si tienes alguna duda sobre lo que te he puesto o se te ocurre cómo podría haber mejorado mi crítica, por favor, dímelo sin problemas (voy a marcar para seguir esta entrada, así puedes contestar por aquí y te leo).

Aránzazu

30/10/2015 a las 15:22

Vaya, que fuerza en las palabras, me ha impresionado muchísimo el relato, es precioso.
Enhorabuena!!
un saludo

luis ponce

02/11/2015 a las 01:14

Esa es nuestra realidad, has dado en la herida.
Esperemos que tu relato nos sirva de acicate, para no dejar los libros inconclusos o los poemas no enviados.
A los tiempos, bien escrito y acertado en la realidad.
Nos leemos

Frida

02/11/2015 a las 02:10

Luís, debo decirte:¡Bravo, bravísimo!. Me ha subyugado tu relato, es tan poético y tan real para todos los que tratamos de plasmar palabras con tinta en papel, que creo que no sólo se queda en identificativo, sino en una gran verdad que puede convertirse en fuerza de voluntad. Me ha llegado al alma y creo que será difícil borrar la impresión que me ha causado. Es magnífica la forma de narrar que posees, la facilidad de captura del sentimiento. Espero poder aprender de ti. Mi más sincer enhorabuena por tan bello relato.

Peter Walley

02/11/2015 a las 18:36

Hola Luis,

Me ha encantado desde el título, y la ejecución está a la altura. Una historia con la que muchos nos podemos identificar pero que pocos podemos describir tan bien. Enhorabuena.

Wolfdux

07/11/2015 a las 11:12

Hola Luis,

tengo algo muy parecido a etsto para el Taller de noviembre, y me has dado un par de ideas que puedo intentar aplicarlas al relato. Referente al texto, me parece una historia la mar de curiosa, me ha gustado mucho, esta escrito con sentimiento y dice muchas verdades. Felicidades. Un abrazo.

José Torma

11/11/2015 a las 18:31

Que tal Luis.

Tu relato es pura empatía, quien de nosotros no ha vivido esa zozobra ante nuestros bebes, nuestros escritos que queremos mas que a nuestro propio ser.

A mi, y es cosa de gusto solamente, me hubiera gustado una redistribucion del texto, a mi gusto esta apretado y se hace dificil la lectura. Tambien entiendo que capaz fue jugarreta del formato.

De cualquier modo, me gusto mucho.

Felicidades.

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