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Recuerdos del pasado - por Lemo

Cuando llegué a casa, mis padres ya lo sabían. Es más, creo que todo el pueblo se enteró en cuanto aquellos hombres uniformados pisaron el colegio.
Nada más entrar sentí el pánico que atenazaba a mis padres. Me hicieron una batería de preguntas sobre el examen y sobre mis respuestas. Estas no parecieron satisfacer su curiosidad o su ansia. Pero ya estaba acostumbrado a esa actitud. Yo me sentía tranquilo. Cierto es que las preguntas eran un tanto diferentes, pero no me pareció nada preocupante.
Parecía que todo el pueblo contenía la respiración. Por la calle niños cogidos de la mano de sus padres andaban a marchas forzadas, como si algo les persiguiese. El trajín diario de las cinco se había desvanecido. En casa el ambiente era igual de opresivo. Mamá, sentada en el sillón y con el rosario en mano, no paraba de rezar, mientras que Papá era incapaz de permanecer en su despacho más de cinco minutos seguidos. De vez en cuando se escuchaban unos leves toques en la puerta. Mi padre se dignaba a abrir el mismo y los hacía pasar a su despacho desde donde me era imposible captar el contenido de las conversaciones.
Y así llegó la hora de la cena, mucho antes de lo normal. Cenamos, más bien cené, en silencio. Mis padres apenas probaron bocado y no hicieron comentario alguno en toda la cena. Al terminar me mandaron a la cama.
Era muy temprano y me era imposible concebir el sueño. Pasada una media hora oí unos estruendosos golpes en la puerta. Salté de la cama y rápidamente me quedé agazapado en lo alto de la escalera para ver quién era y que pasaba. Reconocí a uno de los hombres de la mañana. Este le entrego una carta con una ademán marcial, y dándose media vuelta se fue sin más.
Mis padres se quedaron quietos, con el sobre en la mano. Parecían paralizados, incapaces de abrirlo. Finalmente oí el pequeño desgarro que produce el sobre al abrirse. Mi padre lo leyó tan bajo que solo pude oír un murmullo ininteligible. Mamá empezó a llorar de manera desconsolada. No la había visto nunca así. Papá la abrazó para reconfortarla, me imagino. En un acto reflejo dejó el sobre en la mesita de la entrada y se llevó a Mamá al salón. Mi curiosidad era tal que bajé rápido como una gacela y silencioso como una lechuza. Por desgracia el sobre estaba vacío.
Me volví a mi cuarto apesadumbrado. No conseguía conciliar el sueño. Estaba nervioso, rabioso y triste. Al cabo de un rato oí como subían mis padres a su cuarto. Se acercaron al mío y me hice el dormido. Sentí como se abría la puerta. No entraron, se quedaron mirando y cerraron la puerta con sigilo.
El día siguiente amaneció con un sol vigoroso, parecía que lo sucedido la noche anterior fuese solo una pesadilla. Durante el desayuno todo volvió a su cauce. Papá leía la prensa en voz alta mientras tomaba el café y Mamá hacía comentarios o preguntas sobre algunas noticias.
Me fui, como de costumbre, solo al colegio. Todo parecía en su sitio. No entendía tanto revuelo por un maldito examen. Al llegar a clase faltaban niños, cosa rara ya que solía llegar de los últimos. Pasaron cinco minutos más antes de que Don Ignacio entrara en la clase. Durante esos eternos cinco minutos no entró ninguno de los niños que faltaba. Noté que casualmente eran los alumnos más brillantes de la clase. Y en un repentino momento de lucidez me di cuenta de todo. Y lo peor de todo es que también comprendí que a partir de entonces mis paseos en bicicleta y mis tardes en la charca serían recuerdos del pasado.

Comentarios (15):

Lemo

29/10/2015 a las 16:13

Gracias por las valoraciones, sobre todo una que me ha sido muy útil, con un montón de consejos y descubriendo todos mis fallos. De nuevo, muchas gracias.
Y el que se acerque a estas lineas espero que le guste.

Aránzazu

30/10/2015 a las 11:31

Me fascina leer una historia que me enganche desde la primera línea y sin diálogos. Me ha gustado mucho. Enhorabuena

Pikadili

30/10/2015 a las 12:37

Te expresas con mucha facilidad y consigues que la lectura sea amena, eso le da valor al relato.
Por otro lado, creo que no le iria mal un repasillo (por lo pronto, se me ocurre la repeticion de la palabra “coche” en uno de los parrafos), y meter alguna separacion mas. Pero son detalles menores. El texto es casi perfecto y has sabido dominar el tiempo para no terminar a toda prisa.
Tengo que decir que no me gusta mucho el uso de la frase, la veo forzada. El relato es muy ingenioso, creo que podrias haber inventado algo menor para meterla.
Muy buen trabajo! Saludos!

Lemo

30/10/2015 a las 13:01

Muchas gracias Aránzazu.
Pikadili estás seguro que es para mi el comentario ? En mi relato no aparece ningún “coche”.

L.M.Mateo

30/10/2015 a las 13:21

Hola Lemo,
me ha gustado mucho la historia, sobre todo porque me he quedado con ganas de más: saber qué ha sucedido con los listos de la clase, cómo viven los mediocres… creo que da para una historia mucho más larga y desarrollada.
Adoro esas pequeñas pinceladas de tensión en la calle y el hogar, con la gente caminando deprisa, la madre con el rosario en la mano, su padre paseando arriba y abajo.
Vamos al plano formal: algún acento perdido, las frases a veces son demasiado largas o se utilizan muchos verbos que podrías haber ahorrado, para imprimirle mayor dinamismo al texto.
He observado también alguna reiteración, y alguna obviedad (el niño ya está en clase, damos por supuesto que si Don Ignacio entra, será en la misma sala, porque hasta donde sabemos, el crío no tiene rayos X, ;)).
También falta alguna coma en el lugar preciso, y eliminar otras para dar más dinamismo.
Las frases finales, en mi opinión, cobrarían fuerza eliminando los “y”, e intentando evitar repetir “todo”. Algo así como: “En un repentino momento de lucidez, me di cuenta de todo. Lo peor es que también comprendí que, a partir de entonces, mis paseos en bicicleta y mis tardes en la charca serían recuerdos del pasado”.
Espero haberte sido de ayuda en algo, y muchas gracias por haber pasado por mi relato.
Nos leemos en el próximo taller.
Un abrazo.

KMarce

30/10/2015 a las 23:21

Saludos Lemo:

Muchas gracias por leer y comentar mi relato.
Si has leído mis comentarios, sabrás que son extensos. Pero L.M.Mateo ha dicho algunas anotaciones que también noté y de las cuales estoy de acuerdo.

Te señaló en dónde están algunas que él no mencionó: La frase resulta muy larga, sin puntuación de respiro: “Mi padre se dignaba él mismo…(hasta) las conversaciones.” Debes separar con un , o ; — También la palabra mamá o papá debe ser con minúscula ya que no es un nombre propio. Y la repetición de “mis padres” puede obviarse en algunas frases, ya que están “ellos” y él únicamente en la escena.
Evita reabundar en una idea, tal como mencionó LMMateo, como en la escena que van a verlo a su habitación.
Creo que te pasa lo mismo que a mí, soy terriblemente visual, entonces describimos “todo lo que vemos en la mente”, pero no es necesario. He aprendido un poco a simplificar (menos mis comentarios ;P).

Te recomiendo que leas a vos alta, o pidas a otro que lo lea, marcando cada signo de puntuación. Ese fue el primer consejo que yo recibí, evitar el uso excesivo de las comas.
Una frase tiene “un corte” con una coma, a veces es mejor dejar que la imagen fluya, como en “mamá sentada en el sillón y con el rosario en la mano, no paraba de rezar…” Ahí dejas que la impresión sea ” no parar de rezar” y no el hecho que está sentada, con un rosario, sin dejar de rezar. Espero darme a entender.

Contenido. Me ha gustado mucho, pero mucho el transfondo de la historia. Sobre todo porque hay un sobre que SI tuvo un contenido, una carta que los padres eliminaron para que el chico (que asumo es un pre adolescente) no sepa que decía. Y hay muchas preguntas que salen a la luz durante todo el texto, haciendo que sea el lector quien en su maravillosa mente, cree esos espacios en blanco.

Esta historia, a mi me da una impresión que puede ser el “inicio” de una distropia. Una sociedad que comienza a temblar con esos cambios que saben que son inminentes, cambios quizá no tan placenteros para los más inteligentes, los más fuertes, los super dotados: Un lugar en donde ser del comín (o inclusive ser “mediocre”) podría significar una estabilidad, que a la larga se sabe que no ocurrirá, tal como la razona el joven al final de la historia.

Buen trabajo por el uso exclusivo de “narrativa”, que bien llevada puede condensar de manera mas intrísica la experiencia de esa primera persona. Me estoy leyendo “La Caverna” de José Saramago, la escogí por esa singular razón.

Muy bueno, te felicito. Dale una púlida y tendrás un relato enriquecido.
¡Nos leemos!

KMarce

30/10/2015 a las 23:23

Uphs… releyendo hay un error: es VOZ… no te estoy voseando. 😛

Lemo

31/10/2015 a las 12:11

Muchas Gracias A L.M.Mateo y a Kmarce por tan profunda crítica. Ya he empezado a depurar el relato. Veo que tengo que trabajar mucho más mis escritos. Hay margen de mejora.
También daros las gracias ya que, por las valoraciones personales, pensé que no fui capaz de transmitir mi idea. Pero veo que vosotros la habéis captado perfectamente. En este caso sé que me repito: Gracias !!

Antonia

31/10/2015 a las 14:30

Lemo:
Me ha gustado mucho, el ritmo, la intriga que le imprimes.
Quizás, en “mi padre se dignaba a abrir el mismo”, con decir “mi padre se dignó a abrir”, se entiende que el nunca abría.
Cuándo dices “este le entregó una carta”, ni antes, ni después, dices a quién, aunque se supone que es a tu padre.
Me hubiera gustado saber qué pasó con los listillos de clase y no entiendo porqué, a partir de ese momento, tus paseos en bicicleta y tus tardes en la charca serían recuerdos del pasado, siendo tu uno de los que se quedan.
Al final, evitaría repetir la palabra “todo” tan seguida.
Por decir algo, solo como lectora. No tengo nivel para hacer correcciones.
Un abrazo querido amigo.

Marcelo Kisi

31/10/2015 a las 23:12

Hola Lemo y bienvenido!
Gracias nuevamente por pasarte por mi relato y comentarlo!
Ya veo que te han hecho muchas observaciones y correcciones. Creo que tenés talento y escribís muy bien, salvando las pulidillas que te marcaron y que no son graves. Tu estilo es ameno, manejás bien los ritmos y la construcción de frases, así que tenés una base excelente para construir historias. También para crear clima y tensión que enganchan al lector.
Mi aporte quizás se relaciona con eso, te lo voy a decir desde mis tripas, porque quizás es una cuestión de gustos, lo puedes tomar o dejar, porque veo que nadie más te lo ha señalado. En este tipo de relatos, las pistas están bien cuando sabemos que después se irán resolviendo. Si fuera el primer capítulo de una novela, todo bien. Pero en un relato que empieza y termina, para mi gusto le falta resolución: hay un reclutamiento de niños superdotados, como en El Juego de Ender? Se llevan al hermano mayor del narrador, eso decía el sobre, y por eso los padres lloran? ¿Por qué no se podrá pasear más en bicicleta? Al final, creo, habría que contarlo. Después de todo, ¿por qué no? ¿Cuál es la necesidad de someter al lector a una serie de acertijos? A veces, como en el género policial, se puede justificar: hay una necesidad, porque hay un nivel de juego con el lector. En este género, en cambio, me parece que es diferente, que se trata de la mirada de un niño que no entiende del todo lo que pasa, pero al final lo va entendiendo junto con los lectores. Si toda la trama estuviera basada en insinuaciones y pistas, es como que hubiera una historia que no se está contando. Y esta no resolución, creo yo, le quita fuerza y contundencia a la trama, como si la viéramos a través de un vidrio esmerilado.
No sé qué pensarás, y qué pensarán los demás compañeros, creo que se presta para el debate porque ya te digo, no estoy 100% seguro en este caso.
Abrazos y adelante!!

José Torma

01/11/2015 a las 00:21

Que tal Lemo?

Gracias por tus palabras a mi relato.

Creo que poco puedo aportar en lo formal, aprendo un monton al leer a tus comentaristas. Solo me queda mi opinion de lector.

El tema engancha. A mi, de los que he leido hasta ahora, es el primero donde el sobre esta vacio por una accion misma de la historia.

A mi queda un gusto agridulce al no resolver el acertijo, pero creo que es un buen inicio de algo que tal vez pudieras desarrollar.

Muchas felicidades.

Lemo

01/11/2015 a las 00:57

Gracias Marcelo,

Tu punto de vista tiene toda su razón, quizás con mas palabras se pudiera explicar lo que dices. Me apunto el tema de la NO resolución. Aunque muchos relatos tienen esa característica, dejar que el lector ponga fin al relato.
En este caso KMarce ha sabido captar muy bien la esencia de mi intención, me imagino que ya lo habrás leído. Lo que está claro es que con la presencia de militares y la desaparición de los mas listos, ya dejo la idea de que algo va a cambiar,por lo tanto las cosas ya no van a ser como antes. Yo pensé que lo dejaba claro, pero ya veo que es muy difícil transmitir una idea solo con algunas pistas.
Como acabo de empezar no sé bien bien si ese será mi estilo, pero en este caso surgió así. Me gusta la parte de evocar y dejar al lector ser partícipe del final.
Muchas gracias por tu comentario, en este caso tomo nota pero dejo el relato tal como ha salido, bueno salvo las correcciones que me han sugerido los compañeros.
Veremos como sale el próximo.

Aldo Brov

03/11/2015 a las 16:31

Hola Lemo, gracias por leerme y comentar mi relato.

Me gusto tu relato, sobre todo por el enfoque que le diste, aprovechaste al recurso de hacer acudir al lector a una escena de tension, eso despierta interes y hace que uno se sienta inmerso en el relato. Dejas en el lector la tarea de imaginar ese mundo que creas, quienes son esos hombres, cuales son los motivos de seleccionar a esos niños, no es necesario contarlo porque tu decides enfocar la perspectiva del personaje, y generas que el lector empatice con el, compartiendo las mismas dudas.

Supongo que esto da para una historia mas compleja, pienso en una historia tipo los juegos del hambre o ese tipo de novelas tan populares hoy en dia, donde un personaje comun y corriente tiene que sobresalir luego para salvar el dia.

La estructura es bien clara, la introduccion, el desarrollo contado con esa escena nocturna, que genera tension y te atrapa, y el desenlace con final abierto.

Tal vez me gustaria saber porque los padres actuaban tan normales al dia siguiente, fingiendo que nada habia pasado, supongo que estaria bueno en una posible expansion del relato, que su madre no logre mantener ese estado de calma y expresase algo indebido antes de que el personaje se marchase, un momento de debilidad.

Respecto a la fluidez del relato, veras en la mayoria de mis comentarios que llamo la atencion respecto a las frases cortas, que cortan la fluidez del narrador y muestran una historia armada en pequeños pedacitos, compactada, para contar mas en menos. La cohesion es un punto a mejorar en todo texto, para eso hay que aprender a usar los conectores que nos permitan hacer una narracion agil, sin los cortes que nos implican las frases cortas a modo telegrafico.

Mas alla de este punto especifico, decirte que me gusto la historia. Felicitaciones.

Te invito a sumarte a mi comunidad literaria de aprendizaje colaborativo http://www.escrites.com para que sigamos ayudandonos y aprendiendo juntos.

Saludos

Roger/NHICAP

17/11/2015 a las 13:08

Hola Lemo,
Gracias por leer y comentar mi relato. Soy un fan de Paul Auster y quise hacerle un guiño.
Tu escrito me pareció inteligente e interesante con un trasfondo inquietante. Consigues un grado de fluidez aceptable con el suspense mantenido a lo largo de la narración, y exiges al lector un alto grado de concentración.
Quizás el final del relato necesite de más explicación, me parece demasiado conciso; reflexivo en boca de un estudiante de ¿primaria?,¿secundaria?
Ya te han aconsejado alguno detalles a mejorar y yo te animo a progresar en ese estilo tan propio.
Hasta otra. Un abrazo

Leonardo Ossa

20/11/2015 a las 00:44

Hola Lemo. Me ha parecido una historia intrigante que definitivamente se hace interesante, ante la cantidad de situaciones por resolver. Como escena que hace parte de un relato más extenso es bien llamativa. Espero poderte leer en otros ejercicios.
Hasta pronto. Un saludo.

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