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La pérdida - por L.M.Mateo+18

Marcos se sentó frente al escritorio. Había sido una mañana fructífera, a pesar de la lentitud de bancos y administraciones. Observó algunas de las notas que le había dejado la recepcionista, y decidió que lo primero era archivar la documentación. Mientras leía el correo electrónico, abrió un sobre blanco de modo mecánico y distraído, e introdujo su mano. Extrañado, miró dentro. Imposible. Lo puso boca abajo, como si al hacerlo pudiese conjurar su contenido.
El sobre estaba vacío.
Intentó no ponerse nervioso y revisó el resto de papeles, pero todos tenían la documentación correspondiente: recibos bancarios, facturas de proveedores, dinero en efectivo sobrante de caja, y un sinfín de documentación habitual en cualquier oficina. Volvió a recoger el sobre blanco y, mirándolo con incredulidad, empalideció.
Sintiendo la vergüenza de quien no ha cometido jamás un error en su carrera profesional, y el pánico de saberse despedido ipso facto si su jefe descubría la pérdida, decidió hacer memoria.
Con el corazón encogido, bajó al coche. Tal vez se hubiese caído al recoger los papeles. Buscó durante más de veinte minutos: dentro del vehículo, a su alrededor, debajo de él; incluso hizo y deshizo el camino que llevaba del garaje hasta su despacho en cuatro ocasiones, hasta que la recepcionista le preguntó si sucedía algo.
—Gracias Vera, no pasa nada. La úlcera, que hoy me está matando.
El banco. Tenía que estar allí.
Recordaba muy bien haber ido a la sucursal bancaria, tras recoger el sobre en SinCO. No le gustaba dejar documentación importante en el coche, así que lo más probable es que se le hubiese traspapelado allí. Miró la hora. El Banco General estaba a punto de cerrar. Salió a la calle mientras marcaba con apremio el número de teléfono. La señora Gómez ya no se encontraba en la sucursal, respondió una voz neutra, pero echarían un vistazo. La úlcera de Marcos protestaba con mayor fuerza cada minuto que pasaba. «Lo lamentamos, señor Regio. No está aquí».
Furioso, Marcos telefoneó a algunos lugares en los que había estado. Musitó una mala excusa a la secretaria y condujo de modo errático por toda la ciudad, volviendo sobre sus pasos. Nadie sabía nada.
Derrotado y ofuscado, se dirigió de nuevo a la oficina, a contarle a su jefe lo sucedido. Con un poco de suerte, valoraría su trabajo de los últimos cinco años y todo quedaría en una bronca. Se secó el sudor y tomó aire antes de llamar a la puerta del despacho que dictaría sentencia.
Confesó a bocajarro el pecado cometido.
Los gritos se oyeron por todo el edificio, o eso le pareció a Marcos. Con un golpe en la mesa y la cara roja de rabia, Martínez, su jefe, le dejó muy claro que lo encontraba para primera hora de la mañana, o podía considerarse despedido.
—Ocho y dos minutos, Regio, o puede recoger sus cosas —repitió Martínez. Al salir, sus compañeros lo miraron con lástima y comprensión.
Ninguno dijo nada.
Aquella noche apenas probó bocado, y durmió aún menos. Lo más difícil fue sonreír a su mujer y a su hija, mientras se tomaba los omeprazoles a puñados. No estaba preparado para hablar de lo sucedido, y cuál iba a ser la fatídica consecuencia de su pérdida.
Aún no.
Entre golpe y golpe de insomnio, aquella noche soñó con sobres vacíos que navegaban en el viento.
Al entrar en la oficina, Vera le sonrió amablemente, y le deseó buen día. Marcos contuvo el impulso de abofetearla. Entró en su despacho sin decir nada y se sentó en su mesa. Apenas podía respirar. Si algo caracterizaba a Martínez, era cumplir siempre sus amenazas.
Estaba sentenciado.
El reloj marcaba las ocho menos cinco, así que se dispuso a recoger sus pocas pertenencias: un ficus, un bolígrafo regalo de su abuelo y una calculadora que conservaba desde la facultad. Fue entonces cuando vio sobre el teclado un pósit: “Sr. Regio, esto estaba en el suelo, debajo de su mesa. Que pase un buen día. Vera”.
Marcos lloró de alivio al ver el jodido cheque.

Comentarios (27):

L.M.Mateo

29/10/2015 a las 15:08

Gracias a las personas que comentaron mi texto por haberse tomado tiempo para leerme y hacerme sus sugerencias, que tendré en cuenta para la próxima edición del taller.

Un saludo,

L.M. Mateo

Peter Walley

30/10/2015 a las 08:09

Uf, qué alivio con el final 🙂

Me ha gustado la tensión que le has imprimido a la historia. El uso de frases cortas es un acierto para lo que quieres contar, bien hecho.

Lemo

30/10/2015 a las 10:39

A pesar de ser un hecho intrascendente consigues una atmósfera de desespero muy bueno. Me parece exagerada la reacción del jefe, creo que una consecuencia menor por la pérdida del cheque hubiese conseguido el mismo efecto y en mi caso mas creíble.
No deja de ser la opinión de un recién llegado, un placer leerte.

luis ponce

30/10/2015 a las 17:05

El ritmo, el suspenso, lo has logrado. De acuerdo con Lemo, es un hecho intrascendente y la reacción sobredimensionada, pero ya hemos visto que de simplezas se han escrito grandes obras.
La credibilidad del lector conlleva la popularidad, a pesar de la fantasía Harry Potter era creíble, mejor dicho gracias a la fantasía era creíble. Hay que tratar de meterse al lector en el bolsillo y la mejor manera es haciéndole creer que las mentiras que les contamos son verdades.
Hay grandes cuentistas en la historia, los que lo hacen para estafar y los que escriben, pero en ambos casos lo que cuenta es el convencimiento del ingenuo, ya sea lector o perjudicado.
Si suavizas el castigo y optas porque sea el carácter férreo de Marcos el que le obligue a buscar el contenido, puedes obtener un mejor resultado.
Me ha gustado el misterio que has logrado dar a un tema sencillo.
Agradezco mucho tus conceptos en mi relato.
Nos leemos.

L.M.Mateo

30/10/2015 a las 17:23

Gracias por vuestros comentarios. Me están siendo de gran utilidad, ya que ahora veo que al recortar el texto se perdió algo de información por el camino.
Respecto a la reacción del jefe, tengo que deciros que está inspirado en uno que tuve hace años. Por supuesto, pocos duraban en el puesto de trabajo, bien por los arrebatos del “ogro”, bien porque salíamos de allí en cuanto veíamos su carácter.
Aún así, en la primera versión, incluía la cantidad del cheque y el por qué ese dinero era tan importante, pero el número de palabras me obligó a acortar y acortar.
Y ahora al saber esto os surgirá la duda: si tan importante era el cheque, ¿por qué abre el sobre de modo distraído? Por algo muy sencillo: cuando llevamos años haciendo el mismo trabajo, acabamos por restarle importancia a muchas cosas, realizándolas de modo mecánico.
Aún así tenéis razón, en el texto tal y como está presentado, la reacción de Martínez puede parecer exagerada. Tomo nota para la próxima ocasión.
Muchas gracias.

Leonel Esteban Bracco

31/10/2015 a las 01:33

Que emocionante este relato!, lamentablemente has contribuido a que hoy este mas contracturado de lo que ya estaba, porque pude ponerme en la piel de tu protagonista. He estado en situaciones parecidas en algún momento de mi vida y es así, tal cual como se siente.
Para mi no esta mal que no hayas incluido el monto…para mi es lindo imaginarse uno porque se genera toda esta situación.
Si te sirve para algo mi critica te cuento que yo hubiera agregado algún elemento mas en el momento que Vera lo saluda al entrar a la oficina, es un momento que supuestamente parece intrascendente pero luego te das cuenta que Vera esta pensando, “¡que alegría va a tener este cuando vea que le encontré el cheque!” Así que quizá hubiera puesto algo mas que le llame la atención a Marcos sobre como ella lo mira. Es mi opinión nada mas.
Un abrazo, nos leemos.

Aldo Brov

31/10/2015 a las 19:16

Hola, gracias por pasar por mi relato y dejarme tu comentario, me gustaria hacerte algunos comentarios sobre tu texto:

Lo primero que reviso es el tipo de narrador y tiempos verbales, no encontre errores significativos aqui, usas la tercera persona y el tiempo pasado. Eso se mantiene durante el relato, respecto a la tercera persona noto que el narrador en varias toma protagonismo diciendo alguna frase, que tendria que ser orientada hacia el personaje, ejemplo cuando dices: “El banco. Tenia que estar ahi” mejor seria “El sabia que tenia que estar alli” o cuando dices “estaba sentenciado” mejor pasarlo al personaje “El supo que estaba sentenciado”, lo mismo cuando dices “jodido cheque” ese calificativo deberia ser dicho por el personaje, el narrador simplemente deberia evitarlo. Estos detalles son minimos y dificilmente un lector que no se ponga a analizar podria notarlo.

Respecto a la estructura, creo que esta bien marcada por esos parrafos cortos que usas. La introduccion es el primer parrafo hasta que dices “El sobre estaba vacio” aqui comienza el nudo hasta “Estaba sentenciado” aqui comienza el desenlace. No estoy del todo convencido del uso de los parrafos cortos con solo tres o cuatro palabras, creo que esas frases quedan sueltas y tal vez deberia darsele mas cohesion con el resto de los parrafos.

Respecto a la trama, creo que la parte del desarrollo, donde el hombre va y viene buscando el contenido del sobre, el cual no nombras hasta el final, y eso es lo que despierta cierta curiosidad, creo que tal vez podria aprovecharse para generar algun otro tipo de conflicto que de mas fuerza y profundidad a la historia y que no sea solo una trama lineal sobre si encontrara el sobre o no, esa simpleza en la intriga me deja satisfecho porque la historia cierra pero siento que le falta algun condimento extra, basar toda la trama en un descuido y el mal genio del jefe que tan decididamente echara al empleado, para concluir con una resolucion tan simple creo que no ayuda a la intriga global del relato.

Considero que como trabajo general esta bien, bien escrito lo que te permite concentrarte y seguir la historia, seguramente debes tener cosas mucho mas impactantes pues veo que dominas las tecnicas basicas, tal vez el sobre vacio no te inspiro tanto como podria haberlo hecho otro tema.

Te invito a sumarte a mi comunidad http://www.escrites.com, en donde seguramente podremos ayudarnos mutuamente a seguir mejorando.

Saludos

Marcelo Kisi

31/10/2015 a las 23:46

Hola L.M.!
Te lo digo de entrada: es uno de los cuentos mejor escritos que he leído en todo el taller de este mes!
La escritura es impecable, el estilo es simple, seguro de sí mismo hasta incluso permitirse trasgresiones, llevas al lector en tus buenas manos y das un desenlace que no por cotidiano es menos dramático, más bien al contrario.
No estoy de acuerdo en que suene exagerada la amenaza de despido, aun si no nos dijiste la suma del cheque, y precisamente por eso: ¿quién es el lector para juzgar, si no sabe todavía de qué se trata? Así está perfecto, y el lector tendrá que aguantarse otro misterio, más tensión, hasta saber qué había tan importante en el bendito sobre.
También mantengo un cariñoso debate con Aldo ya desde el año pasado acerca de las funciones del narrador. Para un narrador omnisciente quizás Aldo tendría razón: el narrador debería ser más distante, no engancharse tanto con el personaje. Pero aquí es otro tipo de narrador, llamado equisciente, que ve la trama desde el punto de vista del personaje, sabe solo lo que el personaje sabe, e incluso siente como él. Por lo tanto, desde ese punto de vista, todas las expresiones de este narrador, que se entiende que son las del personaje, están perfectamente colocadas. Quizás sí le concedo al experimentado Aldo lo de las frases aisladas (“Aún no.”, “Estaba sentenciado.”) No es que no se pueda, pero tiene que estar muy justificado.
En fin, salvo eso, yo no vi las imperfecciones que vieron otros, y no le cambiaría una sola coma a este relato. ¡Me encantó! Y te pongo en mi lista de obligados!
Gracias por este relato de alta calidad.
PD: A mí me tocó el 151, me gustará saber tu opinión.

José Torma

01/11/2015 a las 00:02

Que tal L.M.?

Gracias por pasarte por mi relato.

Ves que agradable es recibir comentarios como los que te han hecho? ayudan un monton. A mi como simple lector, la historia me engancho, como es posible que un simpre faltante en un sobre, lleve a tal desarrollo de la trama. Coincido con lo exagerado de la reaccion de Martinez, pero pues es subjetivo. Te fire que una reaccion ssimilar obtendria yo de mi actual gerente jaja.

La manera como lo manejas, a mi parecer me parece de gente grande, no caes en excesos y con lo minimo va hilando la historia. Un gran logro. Te felicito y solo por quisquilloso, que aunque por el uso de omeprazol me dice que probablemente vivas de este lado del atlantico como yo, te dire que me sono raro al principio lo siguiente:

” Mientras leía el correo electrónico, abrió un sobre blanco de modo mecánico y distraído, e introdujo su mano.” Ese “e” me hizo detenerme, me sono raro y pues solo por mencionar algo.

Felicidades.

L.M.Mateo

01/11/2015 a las 01:13

Gracias por vuestros aportes.
LEONEL se me ocurrió añadir alguna cosa más evidente para que ese saludo de Vera se entendiese mejor, pero luego decidí no hacerlo, porque creo que es más sutil y hace que el lector tenga que pensar un poquito. Cuestiones de estilo 🙂
ALDO el tema de los narradores no lo controlo aún. Además, hace mucho que no me repaso los distintos tipos que hay, así que me lo apunto para ir leyendo sobre el tema esta semana. Lo cierto es que después de lo que me has dicho, al menos la frase “El banco. Debía estar allí”, debería haberla redactado entre comillas porque efectivamente es un pensamiento directo del protagonista.
También confieso que me has pillado: la frase no me inspiró demasiado, y no es el tipo de tema que suelo desarrollar, pero necesitaba romper una barrera personal: que otros me lean. Así que me tiré de cabeza a la piscina.
MARCELO te tenía apuntado en la lista para leer mañana XD. Muchas gracias por tus comentarios, has conseguido que me sonroje.
ALDO y MARCELO, el tema de las frases cortas independientes, fueron un experimento. Está claro que un experimento mal desarrollado porque no se ha visto la intención. Si las leéis de modo independiente, son algo así como pequeños títulos a lo que viene a continuación. Incluido el “Aún no”, ya que asistimos a las pesadillas de Marcos antes del desenlace. Originalmente estaban insertas en el párrafo que les precede. Pero bueno, de experimentar se aprende 🙂
Me apunto lo del narrador equisciente, para mirarlo en profundidad, ya que suelo implicarme bastante en lo que escribo. Es hermoso ver las distintas opiniones para poder comparar.
JOSÉ, muchas gracias por comentarme. Fue un placer pasar por tu relato. Respecto a lo de ser quisquilloso, me toca hacer de Sheldon Cooper en este caso. Ese “e” que te ha parecido tan chocante, es absolutamente correcto. Nuestra amiga R.A.E dice al respecto:
“La conjunción copulativa Y toma la forma E ante palabras que empiezan por el sonido vocálico /i/ (i- o hi- en la escritura): Eres único e irrepetible; Necesito aguja e hilo”. Por supuesto hay algunas excepciones, pero mi frase no cumple con ninguna de ellas. Lo incorrecto hubiese sido utilizar el “Y”. Espero haberte sacado de dudas con esto. 🙂

Un abrazo, y gracias por los ánimos que desde el primer comentario estoy recibiendo.

P.D: He visto al repasar ahora mi texto que las palabras “ipso facto” no aparecen en cursiva como en el texto original. ¿Hay alguna manera de ponerlas? Es para tenerlo en cuenta en el próximo taller.

KMarce

01/11/2015 a las 01:19

Saludos M.L.

Gracias por pasar por mi relato (119) y dejarme tu número. Es que se me hace más fácil así. Ahora somos más y me alegra mucho ver tanta gente nueva, explorar su talento.

A lo que venimos: Empezaré con las mejoras. Coincido con lo que te han dicho todos, y estoy en debate con Aldo y Marcelo. Porque por propia experiencia, diría que mi inclinación sería con Marcelo, suelo tener esa delgada línea con el narrador. Y si acepto ese concepto equidistante. Sin embargo, la reflexión de Aldo, (que me lo ha dicho a mí) la tomo en cuenta, porque en mi proyecto actual, he corregido mucho gracias a ese consejo. Así que los abrazo a los dos.

Algo que noté, es la frase ” …le dejó claro que lo encontraba para primera hora de la mañana, o podía considerarse despedido.” No sé si es más correcto usar “encontrara” porque habla de futuro,con una máxma para solventarlo hasta el día siguiente.

La palabra “ipso facto” debe estar escrita con cursiva, por ser de orígen extranjero. El formulario no la acepta, así que se sustituye con el uso de comillas.

Contenido: Siempre he dicho lo díficil que me resulta crear una historia de un hecho cotidiano. Soy pésima en eso. Así que algo tan “trivial” resultó una escena llena de una cascada de suscesos y emociones. Coincido en la reacción del jefe, pese a que sí existe ese tipo de personas, me lanzo más por “la propia personalidad” del protagonista.
Yo trabajé en un hotel, como Gerente de grupos, y tenía dos muy importantes, uno con cincuenta y dos, y otro con sesenta y tres habitaciones. En un hotel de ciento sesenta y dos habitaciones, más del 90% de ocupación era mía, con otros grupos más pequeños. Horrible todo el trabajo. Los dos grupos grandes, eran iglesias. Una pentecostal y otra comunmente llamada “secta”. Y mi expediente de la pentecostal desapareció de mi archivo. La suite presidencial fue ofrecida a este grupo y la “secta” tambien lo quería; pero aquellos la compraron primero. El asunto fue un caos, porque toda la informacion (no grabada en sistema) estaba ahí en el expediente. Ir a donde el Gerente de Ventas y luego con el Gerente General a contar lo ocurrido. Y nadie se volvió loco. (Para términar el chisme), se comprobó que una “feligrés de la secta” se robó el expediente. Nunca confesó el porque, pero fue captada en video después de la investigación. Por ello, apoyo la credibilidad que te mencionan. Así que para mí, funcionaría más ese “ego perfeccionista”, aplicable a lo que él hace en su casa (desvelo, medicamentos, etc).

Te felicito por hacer todo un drama, y darle una importancia extrema al “contenido” del sobre vacío del mes.
¡Nos leemos!

Dianet

01/11/2015 a las 11:00

Uff que mal lo ha pasado tu protagonista en la historia y el lector “Yo”. Lo bueno es que ha tenido un final feliz 🙂
Felicidades por tu relato.
Veo que haz usado las comillas, punto y coma o dos puntos(; : «») que yo necesito en el mio y he tomado nota del tuyo.

Gracias por comentar “Celeste” y darme tan buenos consejos. Saludos..

marazul

01/11/2015 a las 12:13

Hola M.L
Como bien ha dicho otro compañero es el mejor relato que hasta el momento he leído. A todos nos ha ocurrido alguna vez haber creído que perdíamos algo importante. ¡Qué mal se pasa!,¿verdad?
Todos hemos sido Marcos por un rato, hemos sentido esa angustia, esa tensión, ese estrés y te agradezco el final, M.L.
Ya relajada sólo puedo darte la enhorabuena por tan magnífico relato
Marazul

delaberna

01/11/2015 a las 18:04

Quizá en otra época de mi vida, me habría sumado a las voces que estiman desmesurada la reacción del jefe… desgraciadamente ahora sufro a un individuo por el estilo así que me he sentido perfectamente identificada con nuestro protagonista.

Qué manera de contagiarnos el desasosiego, y más valor aún por haberlo conseguido con un hecho tan mundano.

Me ha encantado tu estilo. Cuidado, pero directo. En el que lo valioso es la historia, no demostrar la pericia del escritor. Consigues variar la sintaxis y estructuras, consiguiendo un texto que te arrastra de una frase a la siguiente, con una fluidez impecable.

Enhorabuena.

Muchas gracias por haber comentado mi relato. Me ha servido mucho… estaba preocupada porque demasiadas personas parecen haber tenido problemas con él.

Un saludo y nos leemos!

Dan D'Ors

02/11/2015 a las 03:05

Buenas LM,
me sumo a los que creen que el jefe es muy creíble…de tiranos anda lleno el mundo y, al menos la mitad, deben tener gente a su cargo… En fin. Relato muy bien contado y que te engancha de principio a fin. Bonito giro final para salvar al personaje antes de que acabase con todas las existencias de Omeoprazol del país xD
En el debate de los narradores me abstengo de opinar porque estoy como tú, con ellos muy poco frescos así que me pongo en la lista de tareas volverme a leer las entradas dedicadas a ellos =)
Poco más que añadir que no te hayan dicho ya los compañeros así que te doy la enhorabuena por tu relato 😉
¡Nos leemos!

Marcos G. Soraire

02/11/2015 a las 03:58

Hola compañero, para empezar, un relato prolijo, engancha al lector y lo pone en la piel del personaje. Estoy de acuerdo en que para mí, la forma que narras me parece acertada y en eso no coincido con Aldo, pues le da más énfasis a la narración y te permite “meterte” en la piel del personaje y narrarlo de otra forma, para mí, perdería un poco la calidad.

No sé si se podrá decir así pero quizás estoy mal acostumbrado a hablar mal pero para mí le faltarían los “que” y si no es así, me servirá para eliminar mis “qués” jaja usando el estilo indirecto.

(que) la señora Gómez ya no se encontraba en la sucursal, respondió una voz neutra, pero (que) echarían un vistazo

Martínez, su jefe, le dejó muy claro que lo encontraba para primera hora de la mañana, o podía considerarse despedido. (que lo encontraba o que lo encontrara) y no sé si está bien usada la preposición “para”, me suena extraño.

Finalmente he de decirte que me encantó esta frase 🙂 “Entre golpe y golpe de insomnio, aquella noche soñó con sobres vacíos que navegaban en el viento”. Me causó mucha gracia lo traumado del inconciente del pobre tocayo 😉

Gracias por pasarte por el mío y por tu comentario acertado en mi relato. Saludo y ojalá podamos seguir leyéndonos.

Marcos G. Soraire

Marcos G. Soraire

02/11/2015 a las 04:04

Paso de nuevo para agradecerte por el comentario en el micro de mi hermana “La Creativa” del relato #70 jajaja. Gracias.

y a preguntarte por qué le pusiste a tu relato la advertencia de “+18” 🙂 jaja, me quedó curiosidad :p

Wolfdux

02/11/2015 a las 10:40

Nada más que añadir… Solo felicitarte por este relato. Coincido con Marcelo, es uno de los mejores relatos que he leído este mes. Ha sido un placer leerte. Felicidades.

L.M.Mateo

03/11/2015 a las 14:09

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y sugerencias, la verdad es que animan a cualquiera a seguir escribiendo.

Montse

03/11/2015 a las 21:29

Hola. Muchas gracias por tu comentario a mi texto. Que tendré en cuenta para próximos relatos, aunque no dudo que, errores voy a cometer muchos, hace muy poquito que descubrí esta afición y ya no soy una niña.
Tu relato me ha gustado mucho. No he leído casi nada de lo que te han dicho otros. Mi opinión es que es un excelente relato. Con muy poco nos cuentas mucho, y está muy bien puntuado; con lo que la lectura es muy ágil y amena. Puedes escribir cosas más largas sin problema. Prueba, verás.

Un abrazo.

Manoli VF

04/11/2015 a las 11:50

Hola L. M. Mateo! Disculpa por haber tardado tanto en pasarme por tu texto, no lo había visto, y sería una pena, porque considero que es de los mejores.
Dios santo, has hecho que piense en buscar yo también los omeprazoles! transmites extraordinariamente bien la sensación in crescendo de angustia y desasosiego del personaje, ese acierto de “soñó con sobres vacíos”.

Tampoco comparto que la actuación del jefe esté sobredimensionada, y más en los tiempos que corren, sí que mejoraría el relato si definieses un poco más su carácter (el del jefe) como un hombre puntilloso y exigente, con sólo ese esbozo ya no te pondrían pegas.

Yo no he visto ningún error de escritura, si los hay, me han pasado a un plano secundario con la tensión que creas que hace al lector querer llegar hasta el final. Y también pienso que es un acierto que la secretaría simplemente salude feliz (¡Y él que se contenga las ganas de matarla, jaja!) porque así no adelantas acontecimientos.

Un saludo, y agradecerte de nuevo el comentario de mi relato.

Nos seguimos leyendo.

Yago66

05/11/2015 a las 12:50

Hola, lo primero disculparme por la tardanza, pero he tenido un problema con internet en casa, que me lleva de cabeza.
Me ha gustado bastante tu escrito, crea realmente tensión y se traslada perfectamente la angustia del protagonista buscando por todos sitios el contenido del sobre, se me hace un poco exagerado, que una persona que lleva cinco años trabajando en una empresa sin cometer un fallo, afronte el primero, con su despido, pero es posible.
Lo dicho buen relato. Un abrazo.

Ryan Infield Ralkins

05/11/2015 a las 14:41

Lo mas que me agrada de tu relato es, como ya te han dicho los compañeros, esa tensión que mantiene al lector en vilo, atento a cada palabra, a cada posible giro. El final me soprendio pues pensaba que el pobre personaje seria despedido. La sonrisa de Vera al final, y cuando el contuvo las ganas de abofetearla, me hicieron reír mucho. Ella literalmente le dio una bofetada a el, je je.
Felicitaciones y saludos.
Gracias por tu comentario en mi relato.

Lionel Muñoz

07/11/2015 a las 15:34

Leí tu relato y me pareció muy bueno, sólo me llamó la atención (sólo un poco) la reacción del jefe, y leyendo los comentarios entendí el por qué cuando le respondes a Luis Ponce. A mi también me resultó determinante el límite de las palabras. Saludos

Isolina R

16/11/2015 a las 21:53

Hola L. M. Mateo:
Me sumo a los comentarios elogiosos sobre tu relato. Has conseguido crear el clima de tensión que estresa al protagonista. Y lo has hecho de una forma magistral. Enhorabuena.
Sé que no vives en el mismo lado del charco que yo por el uso de los posesivos. En España no decimos: “Introdujo su mano”, sino “Introdujo la mano”. Ahí donde no haya posibilidad de error con respecto a quién pertenece algo utilizamos los artículos determinados: “abrió los ojos”, “estiró las piernas”… De modo que me suena un tanto raro lo que para ti es normal. Solo quiero decirte que yo evitaría tanto “su”, “sus”.
Y a partir de aquí voy a señalarte algunas cosillas mínimas que sí podrías revisar para mejorar el texto.
El nombre del protagonista aparece seis veces. Creo que basta con la primera. Y en todo caso podría repetirse una vez más, al final, en la última oración: “Marcos lloró de alivio”. En todos los demás yo lo quitaría. No hay posibilidad alguna de equivocar sus acciones con las de nadie más.
La palabra “documentación” también aparece repetida y en un párrafo demasiado cerca: “Intentó no ponerse nervioso y revisó el resto de papeles, pero todos tenían la documentación correspondiente: recibos bancarios, facturas de proveedores, dinero en efectivo sobrante de caja, y un el sinfín de documentación habitual en cualquier oficina. Volvió a recoger el sobre blanco”. Para evitar esa reiteración te sugiero esta manera: “Intentó no ponerse nervioso y revisó el resto, pero todos los sobres contenían la documentación correspondiente: recibos bancarios, facturas de proveedores, dinero en efectivo sobrante de caja, y el sinfín de papeles habituales en cualquier oficina. Volvió a recoger el blanco”.
En: “hizo y deshizo el camino que llevaba del garaje hasta su despacho en cuatro ocasiones, hasta que”, repites “hasta”. Te sugiero: “hizo y deshizo el camino del garaje a su despacho en cuatro ocasiones, hasta que”.
En: “Sintiendo la vergüenza de quien no ha cometido jamás un error en su carrera profesional, y el pánico de saberse despedido ipso facto si su jefe descubría la pérdida” sobra la coma. Es verdad que la oración queda larga y el lector casi se ahoga, pero lo cierto es que siente dos cosas: vergüenza y pánico. Y entre esas dos cosas no debe ir coma. Lo único que puedes hacer para acortar sería suprimir “en su carrera profesional” y “si su jefe descubría la pérdida”.
En: “le dejó muy claro que lo encontraba para primera hora de la mañana, o podía considerarse despedido” yo pondría “o” antes de “lo encontraba”.
En: “—Ocho y dos minutos, Regio, o puede recoger sus cosas —repitió Martínez. Al salir, sus compañeros lo miraron con lástima y comprensión.
Ninguno dijo nada.” Yo pondría punto y aparte después de “Martínez” y punto y seguido después de “comprensión”.
En: “Si algo caracterizaba a Martínez, era cumplir siempre sus amenazas” sobra la coma.
Los vocativos tienen que ir siempre entre pausas. Así que: “Gracias, Vera”.
¡Ah! Yo quitaría la palabra “jodido”. No cuadra con la forma en la que el narrador se muestra a lo largo de todo el texto.
Espero que mis sugerencias te sirvan.
Saludos.
Isolina.

L.M.Mateo

17/11/2015 a las 13:56

Gracias a Montse, Manoli, Yago, Ryan y Lionel, por pasaros a comentar.

Isolina, te estaba esperando, jajaja. Muchas gracias por las sugerencias, ya que algunas cosas se me habían escapado (contaminación de texto, ya sabes). Aún así te corrijo en algo: no soy del otro lado del charco, aunque desde hace algo más de un año vivo en esa zona horaria. En mi zona de España, también se suele usar mucho el posesivo y apenas nos damos cuenta.

Montse

17/11/2015 a las 17:15

También, también se suele utilizar mucho el posesivo. Quizás cuando quieres dar más intensidad o tono poético al texto.
Ánimo.

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