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El niño de las tortillas - por Wanda Reyes
Ayer, corría por las calles de la transitada ciudad. Su sonrisa inocente cautivaba a todos quienes le conocían simplemente, como el niño de las tortillas. Bajo para su edad, síntoma del hambre constante. Llevaba en su hombro una cesta de tortillas, único sustento de su familia. Su juguete, alguna piedra que se encontraba en su ruta y que hábilmente pateaba hasta que la perdía de vista. Sus ojos azabaches, cabellos desgreñados y pies desnudos mostraban al mundo sus interminables penas, ocultas detrás de aquella carita jovial. Hoy, no sabemos del niño de las tortillas, un día ya no vino más.
Comentarios (9):
Mirando al sur
28/06/2015 a las 13:09
Me encantó la frase “Bajo para su edad, síntoma del hambre constante”
Darío Lana
29/06/2015 a las 18:52
Has conseguido describir la esencia del niño y de su entorno estupendamente con muy pocas palabras y el final, contundente.
¡Me ha gustado mucho!
Wanda Reyes
30/06/2015 a las 02:12
Gracias por tomarse el tiempo de leerlo y por comentar.
Carolnefer
30/06/2015 a las 08:53
Hola Wanda,
Has conseguido que visualice la escena y al niño perfectamente, y eso con tan pocas palabras es muy difícil.
¡Te felicito!
Luis Ponce
06/07/2015 a las 00:13
Wanda: un relato redondo, completo, un planteamiento interesante y un personaje bien descrito, le dan sabor al desenlace.
El lenguaje utilizado es el apropiado para el tema y el escenario fácil de identificar para poder relacionarse directamente con el personaje.
Me gustó a pesar de su simpleza.
Saludos.
José A
09/07/2015 a las 22:05
Wanda,
¡Tu relato me ha gustado muchisimo! va en mi top de esta recopilación del taller. Lograste conseguir captar la atención desde las primeras palabras, muy facil de leer, entendible, no rebuscado, sin palabras presuntuosas, tu estilo muy pulcro y con un mensaje profundo.
Muchas felicidades!
beba
11/07/2015 a las 20:48
Hola, Wanda:
Coincido con los comentarios anteriores, acerca de la sencillez del argumento y del lenguaje; y de lo preciso de la descripción.
Adelante.
VespasianoL
17/08/2015 a las 20:40
Hola Wanda:
Tu relato me ha transportado a una playa en el nordeste brasileño. Allí un chiquillo “bajito y menudo para su edad”, con sus cortos pantalones atados a la cintura con una cuerda, no vendía tortillas pero aconsejaba a los bañistas que no se alejaran de la zona acotada por ser una playa peligrosa. Después hacía propaganda de un “chiringuito” para que fueran a comer allí. A cambio, el dueño del local le daba de comer unos “pescaditos” fritos.
Como al niño del relato, no sé cual habrá sido su futuro.
Felicidades.
Vespasiano
17/08/2015 a las 20:49
Hola Wanda:
Tu relato me ha transportado a una playa del nordeste brasileño. Allí un chiquillo “bajito y menudo para su edad”, con sus cortos pantalones atados a la cintura con una cuerda, no vendía tortillas, pero aconsejaba a los bañistas a no alejarse de la zona acotada por tratarse de una playa peligrosa; al tiempo que hacía propaganda de un “chiringuito” para que fueran allí a comer. A cambio, el dueño le daba de comer algunos pescaditos fritos.
Al igual que al chico del relato, no sé cual habrá sido su futuro.
Felicidades.