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Parece que fue ayer... - por Arney Rodríguez Reyes
Ahora estaba dentro de la caja de las cosas viejas, al lado de dos majjorete, una barbie y un oso de peluche al que la faltaba el ojo derecho. Parece que fue ayer, cuando era el juguete favorito, viajaba con él a todo lado, jugaban en la arenera, alunizaron para comer pasabocas mientras miraban el Sol; conquistaron una isla pirata, caminaron por Marte… Parece que fue ayer cuando se volvió hombre y lo abandonó dentro de una caja de cartón, sobre los álbumes fotográficos, prisioneros de la guerra contra el tiempo, condenados a marchar en la fila de los olvidados…
Comentarios (8):
Denise
29/06/2015 a las 21:08
Triste destino el de los juguetes…
Un relato nostálgico y melancólico, diría yo.
Saludos!
PAULATREIDES
30/06/2015 a las 08:46
“…,prisioneros de la guerra contra el tiempo,…” me encanta.
Buen relato, triste, pero bueno.
Aunque es una guerra perdida, los juguetes de antes podían aguantar alguna que otra batalla. Los de ahora parecen biodegradables, no pasan de la primera incursión.
Saludos.
Luis Ponce
01/07/2015 a las 19:19
Arney.
Triste, que parece es el sinónimo de juguete, recordar la infancia parece doloroso para todos.
Pero bien contado.
Saludos.
Miranda
02/07/2015 a las 17:11
Hola Arney.
Creo que es la primera vez que te leo, estas entre los 10 siguientes al mio, asique te ha tocado.
Me ha gustado como lo cuentas, es una historia que conecta con todos, ya que la vivimos alguna vez, cuando nos reencontramos, por cualquier motivo, con un objeto significativo.
Unicamente comentarte 2 errores:
1 majjorete no es con doble jj sino con doble tt
“MAJORETTE”, según la RAE “Muchacha vestida con uniforme militar de fantasía que, en ocasiones festivas, desfila junto con otras agitando rítmicamente un bastón y al son de una banda de música”
2 “viajaba con él a todo lado” debería ser en plural, al menos en español de España “viajaba con el a todos lados”. Ya que se refiere a que los lugares eran muchos, todos.
Saludos
Me ha gustado leerte
beba
02/07/2015 a las 23:57
Hola, Arney:
Tu texto es muy bello y nostalgioso. Está muy bien escrito; buena ortografía, buena puntuación. Vocabulario muy sencillo, construcción clara.
Sólo te señalo que le falta estructura narrativa. Pero es agradable leerte.
No participo este mes. Si quieres leerme, te paso el link en mi blog:¿Culpa de la serpiente? http://ahorayodigo.blogspot.com.ar/2015/06/cuentos-del-paraiso-1.html
grace05
03/07/2015 a las 22:00
Muy buena historia. Me gustó mucho. Melancolía y nostalgia en recuerdos de juegos de niñez.
¡Excelente, te felicito!!!
Te invito a comentar 22
Vespasiano
11/08/2015 a las 19:49
Hola Arney:
Tu relato me ha recordado que además de pocos juguetes, algunos no teníamos ni una caja donde guardarlos.
El personaje de tu historia me hace pensar que, a pesar de su nostalgia de la niñez, es una persona estable que no ha sufrido traslados de ciudades o de países y por tanto ha podido conservarlos.
Yo, de mis juguetes, conservo una copia de una foto que me envió mi primo, pasado mucho tiempo, donde estoy junto a él con una escopeta que disparaba un tapón de corcho.
Me ha gustado tu relato.
Felicidades.
KMarce
01/09/2015 a las 04:38
Saludos Arney:
Soy muy sentimental con los juguetes, si lees mi comentario en el micro de El Baile, poco arriba del tuyo, comprenderás la razón.
Así que este episodio del olvido y meterlos en una caja, me ha sido casi un relato de terror.
Hace poco construimos en casa, mi hermana aficionada a botar todo, tomó una ardilla de peluche y la puso en la basura; estábamos súper ocupadas cuando ahí estaba otra vez, la ardilla en el muro. Ella pensó que YO la saqué, y volvió a tirarla a la basura.
Pero estoy “casi” segura que esa ardilla se escabulló de la basura y se quedó en algún otro lugar fuera de mi casa y de la bolsa… Yo la había encontrado un día en la calle de regreso a casa y se la regalé a mi perrita que la amaba con locura. (mi perrita ya falleció). Extraños casos como de la dimensión desconocida.
Así que tu historia, me ha producido mucha nostalgia y espero que un día sean “rescatados” de su olvido.
Muy buen relato. ¡Nos leemos!