¡Hola Francisco!

Lo primero agradecerte que te pasaras por mi micro relato. 🙂

En algo tan escueto es difícil no hablar de lo que uno siente, en un micro-relato uno debe escoger las palabrasa justas, pero contundentes, para lanzar un buen disparo al lector. Lo consigues, dibujas el paso del niño a la madurez retratado en el abandono de los juguetes, de los juegos.

Desde mi modesta opinión dejaría el final más abierto, para que el lector sea el que llegue a la conclusión, no dársela masticada. Algo así como: “…debía dejarlos, comprendí que la vida avanza violenta, veloz, precipitada.”.

(Hay por ahí un “olvidé” al que le ha patinado una tilde) 😉

Enhorabuena amigo.

¡Nos leemos y sigue dándole a la tecla!. 😉

Un saludo,
Josan.

Hola Francisco.

Soy una de tus comentaristas. Haz hincapié con las tildes.

Enhorabuena.

Hola, Francisco:
Muy bueno tu cuento. Comparto los comentarios anteriores; sobre todo lo de las tildes.Saludos.

¡Hola, Francisco! Me hago eco también de lo que te comentan los compañeros. El final abierto que te sugiere Josan es muy buena opción. En cuanto a las tildes, es importante que las corrijas porque desmerecen mucho un texto: “comtemplÉ”, “pasÉ”, “disfrutÉ” y “olvidÉ”.

Para aportar algo nuevo, quería señalarte lo siguiente:
“Contemple los objetos con los que en mis primeros años de vida pase horas y horas junto a ellos. ” Las palabras señaladas en negrita hacen una redundancia. Si hablas de los objetos con los que pasaste horas, decir al final “junto a ellos” es una repetición y no suena bien. La frase completa se entiende a la perfección sin estas palabras, por lo que sobran.

El tema que elegiste me parece de lo más atrayente. Veo que eres menor de edad, por lo que si ya sientes esa nostalgia de la infancia… Espera unos años más, y verás 😛 Es una etapa tan inocente, tan feliz… Me gusta mucho cuando se la trata de la manera adecuada en un relato, y creo que tú lo consigues a través de esa referencia a los juguetes.

Por otro lado, me hace pensar si el protagonista se habrá visto a madurar repentina y apresuradamente por algún giro del destino. Como los adolescentes que, de repente, se ven solos en el mundo y tienen que buscarse la vida, por ejemplo. La verdad es que me gusta esa doble lectura que tu micro puede tener.

Un saludo, Francisco. Un placer leerte, y muchas gracias por pasar también por mi relato. Espero seguir viéndote por aquí 🙂

Hola Francisco. Tras leer los comentarios anteriores, poco voy a aportar, solo mi opinión: es un relato precioso, conmovedor, un pensamiento con el que todos podemos identificarnos. Nos hacemos adultos, pero los juguetes, al menos en mi caso, nunca se olvidan. Siempre es hermoso recordarlos, son como un oasis. Bueno, en resumen, me ha gustado mucho y espero volver a leerte. Un saludo.

Gracias a todos, sus consejos me ayudan mucho. Tengo pensado mandarlo para el libro del taller asi que sus consejos me ayudan para mejorarlo. Seguramente veran en el libro la vercion ya editada.

Francisco: está empezando un largo camino, arduo, pero provechoso, porque la escritura es una actividad en la que nunca pierdes, tu intelecto y tu espíritu siempre sacan provecho de lo que haces.
El camino es largo, pero hay que hacerlo, la mejor manera es leyendo y escribiendo, leyendo todo lo que puedas y escribiendo todos los días, no importa qué.
Si puedes empieza a coleccionar los comentarios que te hacen en el taller sobre lo que escribes, yo soy un viejo y lo hago, porque podemos mejorar todos los días.
Siempre hay alguien que sabe más que nosotros y eso nos permite crearnos metas para alcanzarlos.
Me gustó tu relato, con la práctica aprenderás gramática y el uso de las tildes, pero escribe, si no lo haces nunca podrás poner tildes sobre las palabras que no has escrito.
Te deseo lo mejor.

Que tal Francisco, creo, mas no me hagas mucho caso, que yo te comente anonimamente.

Creo que tu relato tiene potencial, pero requiere trabajo de estructuracion, aparte de la ortografia que te mencionan.

Te felicito porque aun que no se que tan menor seas, te atreves y eso cuenta mucho.

Saludos y felicidades.

Francisco te felicito por tu relato el cual me ha gustado mucho.

Te invito ahora a que lo releas de dos formas distintas, una sin tildes tal y como lo has puesto y otra con ellas, verás que cambia totalmente pues si le pones las tildes realizas tú la acción y si no las pones le pides a otro que la realice.

A mí en el colegio, para que siempre recordara la importancia de las tildes y los demás signos, me hacían ver la diferencia con las mismas palabras según lo que pongas con este ejemplo:

¡Señor, muerto está! Tarde hemos llegado.

Señor muerto, esta tarde hemos llegado.

Como ves no es lo mismo, no es lo mismo, jeje.

Hola Francisco:
Leyendo tu relato recuerdo, y veo a muchos niños que han tenido que afrontar de la noche a la mañana situaciones de responsabilidad, que le venían muy grande y se han visto en la necesidad de dejar de lado sus juegos y sus juguetes.
Por lo demás estoy de acuerdo con los comentarios de los compañeros en cuanto a las tildes.
Felicidades y a seguir escribiendo.