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Romance del Ulises - por Denise
Web: http://primeranaturaleza.blogspot.com.ar
Diez años yendo y viniendo
(y en la guerra, otros diez);
un juguete de las olas
estaba harto de ser.
Ayer toqué tierra firme
y en mi rancho puse el pie:
lo encontré lleno de gauchos,
¡no lo podía creer!
¡Querían comer mi hacienda
y tirarse a mi mujer!
Mi hijo no pudo echarlos;
eran más grandes que él.
Simulé ser un mendigo
y de a uno los maté.
¿Pero a usted, no le parece
que era injusto, señor Juez?
Los tiré fuera del rancho
y en el catre me acosté.
Comentarios (33):
Juana Medina
28/06/2015 a las 18:00
Buenísimo, Denise! Mi gaucho Ulises-Fierro me ha encantado y me ha hecho reír. ¡Siempre tu excelente humor! Vamos todavía, compañera.
He quedado en el doscientos veinte y pico. ¿ Te animás?
Un abrazo
KMarce
28/06/2015 a las 22:46
Saludos Denise,
Poco sé de gauchos, pero lo he asimilado como los granjeros de mi tierra, que no dejan que nadie osé alguna cosa con sus parcelas.
No estoy segura si el micro permite un formato de libre prosa, pero a mi así me ha parecido bien elaborado.
¡Nos leemos!
Miranda
28/06/2015 a las 23:39
Hola Denise:
Me ha gustado. Tanto en la forma como en el fondo. Muy bien contado, con ritmo y una historia creible en ese contexto.
Mayca Nasan
29/06/2015 a las 09:16
Hola!
Encuentro tu relato muy original y cargado de ingenio. Además me ha resultado divertido y refrescante, así que sólo puedo decir, enhorabuena!
Gracias por pasarte y comentar en el mío, saludos!
Leosinpirsa
29/06/2015 a las 10:00
Hola Denise,
No sabía que Ulises era argentino :), ahora comprendo su tardanza en volver a casa. Si cruzar el Mediterraneo era cosa harto complicada en aquellos tiempos, ya no te digo nada si lo hace por el Atlántico. Muy bueno lo de los gauchos, le da un toque humorístico bestial.
Mis felicitaciones y un saludo.
PAULATREIDES
29/06/2015 a las 11:04
Felicidades Denise.
Curiosa adaptación (resumen), a menos que nos deleites hasta completar todos los cantos de la Odisea. Me gustaría ver a los compañeros de Ulises-Fierro (como lo han llamado) convertidos en capibaras.
Gracias por pasarte por mi micro.
Denise
29/06/2015 a las 14:31
Muchas gracias a todos por sus amables comentarios. Los anónimos, pobres, se toparon con esta cosa rara y medio que les gustó y medio que no, me hago cargo.
Para los que no son argentinos, les cuento que es una especie de imitación de un tipo de narración argentina llamada gauchesca, que se desarrolló a mediados del siglo XIX, y que así como nació, murió. El Martín Fierro, de lectura obligada en los colegios, sería su máxima expresión, aunque en sentido estricto no es gauchesca porque rompe con algunas de sus reglas formales, y definitivamente con el enfoque del tema. Gauchesca de verdad serían, por ejemplo, el Fausto de Estanislao del Campo, y Paulino Lucero (no recuerdo el nombre del autor).
El título hace referencia al formato que elegí: el romance es un tipo de poema narrativo, derivado de la épica española, formado por una sucesión de versos octosilábicos con rima asonante en los pares. Un profesor me había dicho que es el metro que mejor se acerca a nuestra habla, por lo que me pareció ideal.
Alguien me sugirió que la prosa sería más adecuada, pero creo que le quitaría la gracia, considerando que es una reelaboración de una historia remanida.
En cuanto a lo de “tirarse a mi mujer”, confieso que no es muy gauchesco que digamos, pero pertenece a la primera versión y no lo cambié porque no encontré una expresión más adecuada y eufónica. “Cogerse” suena simplemente espantoso.
Pido disculpas por las explicaciones, pero uno de los comentaristas confesó que no sabía nada de poesía, y el otro dio muestras de no conocer nada de gauchos, y mi maestrita interior no pudo resistirse a dar la clase… No hay nada que hacer, llevo la didáctica en los genes 😛
Nota: no lean gauchesca a menos que tengan MUCHAS ganas, es bastante densa XD
Marcelo Kisi
29/06/2015 a las 14:40
Denise, Denise!
Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo 🙂
Lo tuyo, brillante como siempre. Vengo cada mes a ver con qué estarás experimentando esta vez. Y como las reglas están para romperlas, te fuiste del género micro al de poema argumental, una narrativa épica entre Martín Fierro y Cid Campeador. ¿Fierro y Ulises?? Dan ganas de preguntarte cómo se te ocurrió, cuánto tiempo te llevó. Original, bien construido, bien rimado, super bien lograda la intertextualidad y el golpe de efecto literario. Sos una genia, me saco el sombrero!!
Luciano Sivori
29/06/2015 a las 19:11
Soy Argentino, y sin embargo la explicación adicional de la maravillosa autora fue necesaria para terminar de apreciar su deliciosa prosa. (¿Debo volver a la primaria?).
¡Un genio el Ulises gauchesco!
Ya estás para algo más que un taller. ¿Para cuando la antología?
¡Saludos!
http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar/
Conxita Casamitjana
29/06/2015 a las 19:57
Original relato combinando la historia clásica con una reciente. Muy bien contada con buen ritmo. Realmente muy imaginativa.
Un saludo
Karen Katina
29/06/2015 a las 22:11
Hola Denise, excelente micro no se nada de gauchos pero se lo que me gusta y lo que no y esto me gusta, tiene ritmo y es por completo una historia con su inicio, nudo y desenlace.
Felicitaciones. Te invito a pasarte por el mio #97
Carlos Rosae
29/06/2015 a las 22:12
Muy bueno Denise!Actualizando todo un mito como la Odisea y encajando a la perfección las palabras clave.
Adela
29/06/2015 a las 23:21
Hola Denise. Me ha gustado mucho tu romance a Ulises. Gracias por tu comentario. Hasta pronto.
Josan
30/06/2015 a las 15:52
¡Hola Denise!
Muchas gracias por tu comentario. 🙂
Me parece muy original, y la métrica, la rima y el rito es genial. Además con tu breve apunte para los que no somos argentinos he podido sacarle bien el tuétano a tu poema.
Una apuesta arriesgada, pero ejecutada con maestría. ¡Chapeau!. 😉
Nos leemos, sigue dándole a la tecla por favor.
Un saludo,
Josan.
Cynthia Morales
30/06/2015 a las 16:38
¡Qué original! Me ha recordado a las canciones que cantaba de niña (omitiendo lo de tirarse a mi mujer, claro). Excelente trabajo. Me ha gustado bastante.
Gracias por pasarte por mi micro y dar tu aporte.
Saludos.
M T Andrade
30/06/2015 a las 21:11
Les dejo una muy buena poesía gauchezca comentada.
Falta el aire y sobran moscas
este domingo de enero.
El sol fríe las chicharras.
Duerme un matungo azulejo.
Algunos pollos con árganas
andan de picos abiertos.
En los charquitos de sombra
hay unas guachas bebiendo.
…………………………
¡Todo es dulce de tan pobre!
Frente al rancho del estanteo
que anda con los cuatro codos
deshilachados de tiempo,
subasta un rematador
las pilchas de un criollo viejo.
Por una larga deuda contraída en la pulpería y ante la falta de dinero para saldarla, el protagonista del poema, un viejo criollo, debe resignarse a ver como una multitud reunida en el patio de su rancho puja para hacerse con sus efectos personales en una subasta. El aire de resignación que envuelve al viejo es, al mismo tiempo, el descubrimiento o la constatación de una realidad terrible para su propia vida de criollo:
Hay muchos interesados
son vecinos todos ellos,
muchachos que hasta hace poco
le llamaban: el agüelo.
Recostao en el palenque,
los mira tristón el viejo:
han ido a comprar barato
cosas que no tienen precio…
Y piensa con amargura:
Ya no da criollos el tiempo.
Esta última máxima es, en el universo de valores del viejo, una realidad que le anuncia el final de una forma de vida, la caída de un sistema de valores del que él, por los elementos que han forjado su propia existencia, se siente único representante. Sus propios vecinos, gente que él conoce, aprovechan su precaria situación para abalanzarse sobre los restos de su pobreza. En el desarrollo propiamente dicho del remate, Yamandú Rodríguez logra los puntos más altos de tensión narrativa, administrando mediante diálogos la forma en que se desarrolla el despojamiento material del viejo:
__ “¿Qué vale este par de espuelas?”
Y las rodajas de fierro
son como dos lagrimones
que llorasen por su dueño.
Con ellos salió a ganar,
hace ya muchos inviernos,
la novia en un bagual blanco;
la vida en un bagual negro.
Los mozos suben la oferta:
__ “Doy diez, quince, veinte pesos!”
Disputan como caranchos
el corazón del agüelo.
Y al escucharlos se pone
rojo de vergüenza el ceibo.
Impotente ante el desarrollo de los hechos, el viejo paisano ve desfilar ante el martillo del subastador todos los componentes de su apero, las espuelas, las pocas ovejas que tiene y es, concretamente, en la figura de su viejo poncho donde el poeta esboza con breves trazos una suerte de biografía del protagonista. En una serie de versos que describen el actual estado de la prenda, Yamandú Rodríguez logra la mayor carga dramática del poema al contar –mediante un proceso de síntesis y adición– un encadenamiento de episodios claves en la vida del personaje:
Sacan a la venta un poncho,
donde garúan los flecos
para mojarle los ojos
al que se lo lleve puesto.
Tiene la boca zurcida
y lo gastó tanto el viento,
que al trasluz del calamaco
se ve la historia del dueño…
Guampas, chuzas y facones
lo cribaron de agujeros…
pero su filosofía
siempre le puso remiendos:
de día con un celeste;
de noche con un lucero.
__ ¡Yo pago por esa pilcha
toda la plata que tengo!
__ ¡Subo una onza la oferta!
__ ¡Si no hay quién de más, lo quemo!
A medida que avanza el remate –y el poema– el viejo no puede hacer otra cosa que resignarse e intensificar su creencia de que “ya no da más criollos el tiempo”. Esa gente que él conoce, jóvenes en su mayoría, hijos y nietos de criollos viejos como él, son quiénes se han apoderado de sus cosas, despojándolo no sólo de su pasado personal sino también de su propia condición de criollo. Sin sus pilchas, el viejo se siente desprotegido, desnudo ante el devenir de sus últimos días. Y cuando esa terrible realidad se ha apoderado del protagonista y la misma desazón se contagia al lector que, al igual que el viejo ha asistido a ese proceso de pérdida que representa la subasta, Yamandú Rodríguez da un giro completo a su historia:
Entonces, aquellos mozos,
se acercan a defenderlo
y el más ladino le dice
entre temblón y risueño:
__Todos compramos sus pilchas
pa’ salvárselas, agüelo.
Aquí tiene sus espuelas…
Aquí tiene su azulejo…
Uno le trae en los brazos
igual que un niño, el apero
y otro le entibia las manos
con aquél poncho de flecos…
porque sigue dando criollos
muy lindos criollos, el tiempo!
La redención que llega al final – bajo la forma de la frase más famosa del poema (“Sigue dando criollos el tiempo”) – no sólo viene a anular la desesperación creciente del viejo a lo largo de toda la historia sino que instaura, además, la renovación de la creencia en un sistema de valores que parecía a punto de desplomarse. Toda la fuerza creativa de Yamandú Rodríguez se encuentra comprimida, representada, en este poema de carácter narrativo, en este cuento crepuscular en forma de versos que descubre, revela, a uno de los poetas más altos de la literatura uruguaya.
M T Andrade
30/06/2015 a las 21:14
Disculpa Denise, me faltó decir que me resultó muy simpático tu microrelato. Felicitaciones
beba
30/06/2015 a las 21:17
Hola, denise:
Gracias por pasar por mi blog y dejarme tu sincero comentario.
Me encantó la forma en que acomodaste los elementos del Martín Fierro -métrica, marco y vocabulario- a un romance humorístico con reminiscencias de La Odisea.
Antes de plantearme si se trata o no de un microrrelato, yo gozaría simplemente de un texto alegre e inteligente.
Felicitaciones.
beba
30/06/2015 a las 21:19
¡Uuuy! Perdón por la minúscula, Denise.
Jesus R.G.
30/06/2015 a las 23:23
Muy bueno, me gustó muchísimo.
Gracias.
Frida
01/07/2015 a las 01:08
Hola Denise,me ha encantado tu microrrelato. Siempre me han gustado los autores que toman los mitos y los reescriben. Tú lo has bordado. Dosis de humor, poesía, modernidad y sin perder nunca de vista la esencia del mito de Ulises. Ha sido una lectura increíble. Aplaudo lo redondo que te ha quedado.
Demetrio Vert
01/07/2015 a las 11:50
Hola Denise. Gracias por leer mi relato y por tu comentario.
Me has pillado a contrapié, pués antes de visitar el tuyo he coomentado algo sobre tu opinión en los comentarios generales. No me desdigo.
Primero, quitarme el sombrero. Genial. Yo no sé tanto para opinar si es poesía o micro. Ni siquiera si ambos se excluyen. Al final son etiquetas que utilizamos para entendernos lo mejor posible. Lo que si sé es que el texto es fántastico y personalmente lo englobaría en los dos géneros, si exiisten.
Te atreves, es más lo haces, con la poesía. Palabras mayores. Nunca seré capaz de ello. Por eso mismo, mis respetos.
Como observarás, no he mencionado la histotia contada. Pocas veces lo hago. En este taller me interesa aprender. Aprendo mucho opinando. Es más fácil harcerlo sobre los otros que sobre uno mismo. También leyendo comentarios. Algunas historias me emocionan, otras me defraudan, pero para mí, aquí, no me importa. Busco saber si el autor ha expresado bien lo qie quería decir. Aprender de sus aciertos y sus errores.
Mas, en este caso, hago una excepción. ¡Una historia magnífica!
Una fuerte felicitación y seguiré leyéndote.
Luis Ponce
01/07/2015 a las 19:07
Genial Denise, independientemente de cualquier otra consideración.
Soy seguidor permanente del humor y disfruto del tuyo, eso es sembrar en favor de la humanidad que tanta falta le hace.
Lo de maestra interna, me parece apropiado, porque todos salimos ganado, la ventaja del taller es lo que aprendes. Cosas que nadie en ninguna parte te va a enseñar, gracias por tus enseñanzas, en lo que ami respecta.
Formidable el paréntesis de M T Andrade, me ha conmovido el poema de Yamandú Rodríguez y me alegra el saber que eso no morirá si hay uruguayos como M T, que aman lo suyo.
Puede que no sea un micro relato, pero gracias por haberlo puesto.
Recibe una reverencia.
José M Quintero
02/07/2015 a las 01:03
Hola Denise.
Me ha gustado mucho tu micro.
La explicaciónme ha venido bien.
Lo de hacerlo en prosa me ha gustado.
Excelente trabajo, felicitaciones 🙂
Te invito a comentar el 146.
Anoide
02/07/2015 a las 01:22
He visto aflorar tu sentido del humor en un par de relatos tuyos y es algo que me gusta mucho. Y que te atrevas con la poesía, género con el que no me atrevo ni borracha, merece todos mis respetos. Muy bueno, Denise, ¡enhorabuena!
Denise
02/07/2015 a las 01:53
De nuevo les agradezco sus comentarios, y me alegro en serio de que les guste, la verdad es que me divertí mucho escribiéndolo.
Anoide, yo tampoco le entro a la poesía porque, para lo que me gusta se me hace inalcanzable; pero como esto lo encaré como narración, no fue taaaaaan complicado. De hecho, el 1er borrador lo escribí en prosa, y después se me ocurrió pasarlo a verso.
Marcelo Kisi, si te contara cómo se me ocurrió… quería algo épico por lo de “juguete de las olas” o “juguete del destino”. Estaba pensando en la Eneida, pero como justo estaba escuchando “Ulysses” de Franz Ferdinand… No pude resistirme XD Me habían salido un par de palabras medio gauchescas y dije: ¿Y si lo hago todo así?
M T Andrade, muchas gracias por compartir ese poema tan lindo! Y gracias también por tomarte el trabajo de comentarlo. No conocía a este autor, pero voy a investigar un poco sobre él cuando tenga tiempo.
Muchas gracias de nuevo por pasarse, saludos!!
grace05
02/07/2015 a las 22:45
Hola, Denise:
Poco me dejaron los compañeros para seguir elogiando tu texto. Poesía y humor una combinación con mucho talento. Envidiable.
¡Felicitaciones!!!
Te invito a comentar 22
Laura K.
03/07/2015 a las 15:57
Felicitaciones, has tenido una brillante idea al utilizar la prosa para escribir este microrelato, mu bien elaborado fresco, y con gracias
Kathleen
03/07/2015 a las 19:04
Hola, Denise
Me ha encantado tu historia. Es una forma divertida de ver el viaje de Ulises, que te deja con una sonrisa.
A mi personalmente, la poesía me parece el género más difícil de todos, pero tú lo has resuelto con una gran historia, buenas rimas y con un toque cómico.
Te felicito y espero leerte pronto.
Un saludo.
José Torma
06/07/2015 a las 23:25
Hola Denise.
Que gusto leerte. Yo no te dire nada de formas ni de reglas. Yo me lei tu texto y casi casi me sonaba a cancion.
Me gusto mucho, felicidades.
Wolfdux
07/07/2015 a las 03:01
Denise un micro muy divertido. Desconocía la gauchesca pero no así la historia de Ulises. Felicidades y gracias por la explicación.
Pato Menudencio
07/07/2015 a las 19:26
¿Por qué leí el poema para mis adentros con acento?
jajaja. Muy bien logrado
Dante
19/07/2015 a las 21:55
Hola Denise. Brillante, hermoso y original. Una verdadera lección de literatura, de respeto intertextual por los clásicos y un sano derroche de creatividad.
Habitualmente, no me gusta mucho cuando se mezclan géneros muy distintos… A menos que se haga con una maestría como la que has demostrado y exista un contexto o algún punto de contacto que lo justifique. Vos lo encontraste y aún cuando éste no sea explícito, lo supiste expresar, diciéndolo sin decir, mostrando más que contando. Digo esto de la mezcla de géneros porque muchas veces la mezcla da un resultado absurdo. Pero el tuyo (al igual que el que le elogiara a Tinta Negra en la escena de los tambores) es perfectamente viable y verosímil y no sólo tiene sentido en sí mismo, sino que cobra sentido a la luz de ambos textos de los que proviene y se erige como una obra distinta. Les rinde un justo y perfecto homenaje a dos clásicos de la literatura y de la cultura universales y muestra que la naturaleza humana es una y única a través de la historia, no obstante las diferencias accidentales y “epocales” (si se me permite el texto) que puedan presentarse.
Destaco también otra cosa: más allá de que ha sido bienvenida la explicación que diste (que a todos nos vino bien), es dable resaltar el “respeto” con el que escribiste el texto para quienes no son argentinos. Y por la precisión con la que lo escribiste para los argentinos. Porque unos y otros lo pueden comprender perfectamente, a la vez que el vocabulario encaja dentro de lo gauchesco. Sin perjuicio de que, si quisieras pudieras buscar otras alternativas (esto lo digo porque tal vez se le pudiera buscar otra “vuelta de tuerca” a eso de “tirarse a mi mujer” sin necesidad de caer en la mala palabra que creo que un gaucho no usaría por anacrónica o culturalmente descontextualizada). Sin embargo, eso le quitaría la universalidad que quisiste darle al texto y por lo tanto, no recomendaría cambio alguno.
Sin embargo, aunque se lo haya calificado de “Ulises-Fierro” y eso sea exacto porque recuerda tanto a Ulises como a Martín Fierro, yo a este Ulises lo veo anterior a Martín Fierro, contemporáneo de la guerra de la independencia y probablemente ubicado en la anarquía de los años 20. O bien, dentro del período de guerra civil sin unidad nacional (de 1820 a 1852). Cuando refiere a las olas, bien pudo haber intervenido tanto en la guerra en el ejército como haber navegado a las órdenes del Almirante Brown, o incluso antes, pudo haber formado parte de la tripulación de Hipólito Bouchard que llegó hasta California y si mal no recuerdo, hasta algunos países de África. Eventualmente, si la ambientación fuera un poco más tardía, pudo haber compartido aventuras con el “gaucho Rivero” en las Malvinas. De la conjunción de todas o algunas de esas posibles y probables aventuras terrestres y marítimas, se reunirían los diez años yendo y viniendo y en la guerra (de independencia, guerra contra el Imperio del Brasil, guerra civil de unitarios y federales) “otros diez” (que ya serían veinte) y también había experimentado la sensación de ser “juguete de las olas”. Puedo estar equivocado, pero es una lectura plausible y demuestra un punto de contacto entre Ulises y Martín Fierro (a quien se lo arrastró a otra guerra, la nefasta experiencia de la tristemente célebre “Guerra de la Triple Alianza”). Y evidencia profundo conocimiento y maestría de tu parte, tanto en lo que concierne a la historia como a la literatura.
Felicitaciones por esta genialidad, y gracias por tornarla accesible a todo hispanohablante, a la par de que constituye una ventana para que puedan informarse, si es que conocen poco o nada, acerca de algunos capítulos (dolorosísimos por cierto) de la historia argentina y de la literatura gauchesca.
Saludos.
P.D.: En mi micro te respondí y agradecí tu comentario. Si querés, podés pasar y leerlo. También te invito a leer el mensaje de agradecimiento general y el post N° 56 en el que expuse algunos detalles que me llevaron a escribir ese micro.