<< Volver a la lista de textos
Perfectas imperfecciones - por Jordán
Web: http://www.elsapiosexual.wordpress.com
Ayer celebramos el primer cumpleaños de Juan. Le trajeron muchísimos juguetes: un peluche de Bob Esponja, Dora la exploradora parlanchina, una pelota de Oliver y Benji… Hoy también hace un año que mi mujer se siente fea, que no le gusta su cuerpo. Cada vez que se mira al espejo se deprime; sus michelines, su piel y sus arrugas le llevan a una irrealidad. Se siente más cerca de Juan y más alejada de mí. Hoy hace exactamente un año que no paro de repetir que muero por sus perfectas imperfecciones.
Comentarios (19):
Jimmy Conway
28/06/2015 a las 19:19
Muy buenas jordán.
Gracias por comentar mi relato. El tuyo me ha parecido tremendamente sensible y me ha encantado. Es un buen tema el que planteas; el no tener que ser perfecto para que alguien te considere extraordinario.
Saludos.
P.D: No he podido dejar de fijarme en el anacronismo de tu texto. ¡¡¿Bob Esponja junto a Oliver y Benji?!! pero si son de eras diferentes jajajajaj. Es broma 😉
Jordán
28/06/2015 a las 20:00
A los niños hay que enseñarles desde pequeños que Oliver y Benji ha sido la mejor serie de dibujos animados junto a otras tantas como la de Goku o Mazinger Z jajajaja
Juana Medina
28/06/2015 a las 20:16
Excelente micro sobre una de las “torturas de marido” a saber: tratar de darle seguridad afectiva a una compañera que se mira al espejo con los ojos de un año atrás o de un model publicitario. Pobre hombre, he suspirado con él. Muy Bueno.
Anoide
29/06/2015 a las 18:40
Creo que la mayoría de las mujeres pecamos de esto que describes tan bien. Nos buscamos las arrugas, la celulitis y las estrías para auto-acomplejarnos, y no nos damos cuenta de que esa “fealdad” está en nuestra cabeza y que vosotros ni siquiera nos veis así… El tema da para pensar.
Me gusta especialmente la forma tan sensible de narrarlo. Creo que es justo lo que esa mujer necesitaría leer para darse cuenta de cuán perfecta es.
Encantada de descubrirte 🙂 Muchas gracias por pasar también por mi relato.
grace05
30/06/2015 a las 00:00
Un relato sensible, tierno y real. Coincido con Anoide y agrego: se apegan a los hijos y van dejando de lado al esposo.
Me gusta mucho tu historia, también como la desarrollaste, sencilla, ágil y clara.
Muy buen trabajo.¡ Felicitaciones!!!
Te invito a comentar 22
Jordán
30/06/2015 a las 00:07
Muchas gracias por los comentarios. La verdad que es un relato más realista que de ciencia ficción. A muchas personas les ha tocado vivir esta situación, pero siempre con cariño y con amor se va quitando la venda de los ojos.
Fotógrafo
30/06/2015 a las 22:56
¡Qué bonito!
A mi me ha parecido un relato muy romántico. El amor es lo que nos da vida, el amor puro y verdadero.
Felicidades.
Chiripa
01/07/2015 a las 04:13
Hola Jordán
Fui uno de tus comentaristas y debo reiterar aquí que tu micro me gustó mucho.
De nuevo, ¡te felicito! Me gustará seguir leyendo tus relatos
Te invito a pasar y comentar DEPREDADOR @
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-27/3685
Mara
01/07/2015 a las 18:29
Has mostrado gran sensibilidad en el relato, quizás lo único que le faltó al personaje fue decirle a su pareja cuanto le gusta así. Muy bien.
beba
01/07/2015 a las 22:17
Hola, Jordán:
El tema es muy actual; casi te diría universal. El cuento está bien escrito; has hecho paralelismos inteligentes con los tres cumpleaños.
Si me permites una sugerencia, quita los regalos de Juan, y la lista de imperfecciones que molestan a la señora. Así lograrías más concentración de la expresividad en el desenlace.
DreamxAlchemist
02/07/2015 a las 18:24
Me sentí bastante identificado, me he pasado todo el año tratando de convencer a la mujer que me gusta, de que todos sus defectos son hermosos para mí. ¿Qué esperaran oír, que son horribles? Pero bueno, así las queremos. Aunque en el caso de tu relato, tras tener un bebé, creo que el golpe emocional y físico es mucho más tangible. ¡Saludos!
Frida
03/07/2015 a las 00:29
La imperfección es belleza y, deslumbradas por las mujeres retocadas que salen en las revistas y la tele, condicionadas por una sociedad que impone unos canones imposibles de belleza, acosadas en las tiendas que venden tallas mínimas, nos acomplejamos y obsesionamos, olvidando que la hermosura nace en el interior y no depende de lo que una piensa, sino de los ojos que te miran. Un tema muy real con el que cualquier hijo de vecino se puede identificar, viva en España o en la Conchinchina. Me ha encandilado desde el principio esta perfecta imperfección.Te felicito.
charola
04/07/2015 a las 02:25
Me gusta tu micro. Con palabras justas, creo las mas indicadas. Me gustó el final que es a la vez el título. Creo que redondea bien tu relato y … resulta tan real. Quizás es lo que vivimos las mujeres al tener un hijo y lo que padecen los hombres por nuestra causa que como pones allí irreal.
¡Bien logrado! Saludos.
Te invito a pasar por el mío. #52
Luis Ponce
04/07/2015 a las 17:48
Jordán: el tema de tu relato es completamente real y actual.
La responsabilidad de la maternidad, algo que es genético y que a ninguna mujer se lo puedes quitar, permite justificar esa completa dedicación hacia el ser mas desvalido: su hijo.
Después ya habrá tiempo para el marido, pero su prioridad es el niño.
Cuando se da cuenta del cuasi abandono, han pasado unos meses y trata de asimilar la culpa fijándose en lo que ella considera la causa del alejamiento de la pareja.
Ahí asoman las llantas, los michelines ( es la manera más rara en que una marca de neumáticos se haya posicionado en el diccionario), la celulitis y todas las itis adicionales.
Mientras tanto su pareja que la recuerda como la primera noche, que todavía conserva la memoria de sus olores y sabores, que la contempla orgulloso cada noche cuando ella cansada de sus labores maternales, duerme extenuada a su lado, él, la amará cada día más porque ha descubierto que su hijo, el hijo de ambos, está en buenas manos y que tendrá quien lo quiera por el resto de sus días.
Yo eliminaría toda la referencia hacia los juguetes de Juan. “le trajeron muchísimos juguetes”.
Me gustó tu relato.
Nos leemos.
lunaclara
07/07/2015 a las 22:17
Hola Jordán: gracias x pasarte x mi micro..
El tuyo me ha gustado mucho, yo incluso lo reduciría, quitaría todas las frases en las q sale Juan y dejaría como únicos protagonistas a los dos tortolitos.
Fantastico! Felicidades!
Melisa
09/07/2015 a las 20:35
Una historia de carne y hueso. ¡Felicidades!
¡Saludos!
Cryssta
20/07/2015 a las 12:26
Yo tengo una duda en esta frase “sus michelines, su piel y sus arrugas le llevan a una irrealidad” ¿a él o a ella? porque si es a ella has caído en el “leismo” y tendría que poner “la llevan a una irrealidad”.
Por lo demás tu relato me ha gustado mucho. Afortunada esa mujer por tener un marido que ama sus imperfecciones, desafortunada por tener una autoestima baja.
Dante
21/07/2015 a las 17:16
Hola Jordán. Excelente, impactante e impresionante micro. Estupendo, con todas las letras y en mayúsculas.
Me uno a las felicitaciones de los comentaristas precedentes y agrego las mías.
En cuanto al formato, tu texto es claramente un micro y hasta diría un gran ejemplo de lo que es un micro. Lo resalto, porque yo no sé mucho en materia de micros y por eso analizo el aspecto “formato” aparte en cada uno que leo, para seguir aprendiendo, en este caso de todos ustedes.
Con respecto a la forma: impecable. Lo mejor de todo es, a mi criterio, la elección de la voz narrativa en primera persona protagonista. Le da un tono intimista y contundente, y a la vez, paradójicamente le da máxima universalidad porque es aplicable a cada pareja. Ya volveré sobre este aspecto en el análisis de contenido. Asimismo, los signos de puntuación lucen correctos y el vocabulario es muy pertinente en función de la historia que trata de contar. Se trata de una hermosa y real historia narrada bellamente, que “muestra” más de lo que cuenta. ¡Qué más se puede pedir!. Hay un dicho en Argentina que dice: “lo bueno viene en frasco chico”. Tiene múltiples aplicaciones, pero creo que a este micro le iría de maravilla. El frasco es chico (micro) pero el producto (historia) es bueno. Algo muy bueno, excelente, ha venido en un saludable frasco chico. El “frasco” no impidió que se tratara de una historia con mayúsculas.
Ahora sí, con el puente que me proveyó gentilmente el refrán, paso al análisis del contenido. Mucho se podría decir sobre el contenido, y mucho y muy bueno y acertado es lo que han señalado quienes me han precedido.
Destaco en primer lugar la verosimilitud de la historia. Es tan, pero tan creíble que la hace casi real. Es como si lo estuviéramos viendo, o incluso, casi que nos coloca encima la piel del protagonista o nos mete dentro de él y es como si lo estuviéramos no ya viendo sino viviendo. Siempre resalto el aspecto de la verosimilitud puesto que es una meta que debe perseguir todo escritor. Cada vez que se logra, nuestro simple escrito se convierte en literatura. Nada más y nada menos. Y vos lo has logrado con creces en este caso.
También es loable la universalidad de la historia, porque narraste una historia mínima y encima en un formato mínimo como el micro y su “expansión” es máxima, a todo tiempo, lugar y cultura desde que el hombre es hombre y hasta que el hombre desaparezca.
La conjunción de ambos extremos (verosimilitud y universalidad) te ha mostrado cómo tantas personas de diferentes edades y sexos (algunos de los cuales serán madres y padres y otros todavía no) se sintieron plenamente identificados. Sea con su propia experiencia, con las historias que escucharon o leyeron u otros les compartieron, o con lo que piensan que podría suceder en ese caso, pero sea como fuere, todos y cada uno se sintieron identificados.
Más áun: lograste tocar la sensibilidad de hombres y mujeres, y construiste una oda o elogio del amor en estado puro. Y dejaste flotando un concepto emocional, sentimental y racionalmente interesantísimo, que suscribo: el amor verdadero implica amar y aceptar al otro incluso con sus defectos, y en algún caso, como sucede con los “defectos” (lo entrecomillo porque muchas veces no son tales) físicos, amar y aceptar al otro incluso por ese “defecto”. Cuantas veces ese “defecto” fue la causa de la atracción. Además, otro concepto relacionado con este que también suscribo: amar implica amar a TODA la persona, integralmente, con lo cual los defectos, aún reales se diluyen en una totalidad virtuosa, y a manera de espejo, nos recuerda que nosotros también tenemos defectos y que a pesar de eso, la otra persona (o las otras personas si vamos más allá de la pareja) nos aman o quieren y aceptan. Y todavía podrías ir más lejos: no sólo es un canto al amor de pareja sino a lo que es una familia.
Por eso, el título es lisa y llanamente soberbio y contundente: no podría llamarse de otro modo que no fuera “Perfectas imperfecciones”. Un título como este fuerza a tener cuidado con él, puesto que condensa tan bien el micro que hasta podría escribirse un ultramicrorrelato (el micro del micro del micro) que contendría en sí todo el potencial de esta magnífica historia.
Dicho sea de paso, aún como en todo micro, sea difícil detectar si hay principio, nudo y desenlace, no hay dudas de que hay historia, porque si algo hay y lo dejás muy bien planteado, es la existencia de conflicto. Un conflicto que en el mismo planteo tiene ínsito el remedio: el amor puro y verdadero.
Te han hecho algunos comentarios en torno al “detalle” de los juguetes. Yo no lo veo mal. Sí te recomendaría que si quisieras publicar este micro en otro ámbito, los suprimas no por una cuestión estilística o lingüística, sino por el tema de marcas, derechos de autor y demás. Sería una pena que alguien (que desgraciadamente los hay) porque les mencionaste “su” producto te quieran hacer algún cuestionamiento o reclamo, cuando en todo caso la mención sería una excelente publicidad porque acceden a una historia sobresaliente. Tanto en lo que hace al contenido como a la forma, identificar o no a los juguetes es irrelevante, y el micro es tan excelente con ellos como sin ellos, así que si lo vas a publicar, podés suprimirlo sin ningún cargo de conciencia.
Casi se me pasa un aspecto formal. Cryssta plantea una duda y piensa si el texto no habría caído en un leísmo. Me parece más bien que es una cuestión idiomática. De todos modos, si te surgiera la duda, podrías cambiar el “le llevan a una irrealidad” por “la llevan a una irrealidad”. De esa manera, se disiparía la eventual duda y, además, se correspondería con el modo de hablar de algunas regiones. Al menos en el español rioplatense, y con prescindencia de la duda que plantea Cryssta, se diría “la llevan a una irrealidad”. Como ves, esto no es ni una observación ni una crítica, es un simple comentario al pasar, que podrá o no ser tenido en cuenta por vos y por Cryssta.
Volviendo al contenido y tocando incidentalmente también la forma, excepto el detalle de la individualización de los juguetes que sólo me parece que podría tener alguna consecuencia si quisieras publicar el micro, sinceramente yo no le tocaría nada. Me parece fantástico en cuanto a forma y contenido.
Me quedo con el pensamiento de Frida: “La imperfección es belleza y, deslumbradas por las mujeres retocadas que salen en las revistas y la tele, condicionadas por una sociedad que impone unos canones imposibles de belleza, acosadas en las tiendas que venden tallas mínimas, nos acomplejamos y obsesionamos, olvidando que la hermosura nace en el interior y no depende de lo que una piensa, sino de los ojos que te miran”. A la luz de tan sabio pensamiento, creo que tu relato resalta más, pues demuestra que cualquier hombre, y ni que te digo si es padre, está enamorado o simplemente ama a una mujer, puede detectar los “retoques” de la imagen digital y puede ver la verdadera hermosura interna y externa, integral, de su mujer y en cierto modo, de la mujer (quien es padre, está enamorado o simplemente ama, o si simplemente ha atravesado todos o algunos de esos estados) hasta podría preferir (en abstracto claro, no se trata de una relación real) a la modelo o actriz real en lugar de la imagen retocada. Y si eso es así, cuánto más preferirá la belleza real (interna y externa) de su mujer. En otras palabras: además de haber construido un elogio del amor y la familia, le diste una soberbia estocada a la “tiranía de la imagen” que reina en el mundo de la publicidad que no tiene piedad ni de las mujeres cuyas imágenes refleja y que le arruina la vida al resto de las mujeres llenándolas de complejos sin sentido.
Este micro y esta historia condensan sabiduría, amor y humanidad en estado puro. Felicitaciones por eso, y si te señalé el “detalle” de los problemas que podría traer la identificación de los juguetes, es porque pienso que esto DEBE ser publicado alguna vez :), justamente por que condensa sabiduría, amor y humanidad en estado puro. Gracias por permitirnos gozar estéticamente y sentir y pensar humanamente.
Saludos.
P.D.: En mi micro te respondí y agradecí tu comentario. Te invito también a leer el mensaje de agradecimiento general y el post N° 56 en el cual he expuesto algunos detalles que me llevaron a escribir ese micro.
Cryssta
22/07/2015 a las 11:53
Mi duda venía porque no estaba segura si en la frase se refería al marido o a su mujer, al leer el texto de nuevo veo claro que se refiere a ella porque si no hubiese puesto “me”. Una vez me he dado cuenta de mi error de lectura tengo claro que al menos en España Jordán ha caído en el leísmo, algo muy común también en este país.