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El Alma del Clan - por beba
Web: http://ahorayodigo.blogspot.com
El Alma del Clan
Josiri- bure (valiente y libre, significa este nombre), de 14 años, había corrido por la sabana, durante varias jornadas; vencería los desafíos iniciáticos que le permitirían considerarse hombre, cazar, armar una familia. Durante toda la carrera escuchaba, a lo lejos, los tambores de la tribu, y se sentía tan seguro como el niño que dejaría de ser, y el hombre que sería. (Los tambores resumen todas las voces, pasadas y presentes: el Candomblé).
De pronto, la red de los negreros le cayó encima; intuyó su destino y luchó por escapar; pero los mosquetes y los palos lo vencieron. Lo habían atrapado y lastimaron su alma.
Durante meses sobrevivió en la bodega inmunda de un viejo galeón, encadenado a la pared, espalda con espalda con otro prisionero. Allí había mucha gente; pero no había tambores; faltaba la voz de Olorun, El Alma del Clan, el poder unificador que invitaba a cantar y bailar la vida.
Asustados, perdidos, estaban como muertos; nunca se miraban ni hablaban. Era como si no escucharan los llantos ni los gemidos; como si no percibieran el chasquido de los cuerpos que eran arrojados al mar.
Los sacaban, a veces, a cubierta: unas bocanadas de aire puro… un baldazo de agua salada sobre la mugre de los cuerpos…una galleta seca…
Cuando volvía a su lugar, Josiri-buré lloraba mucho, tanto por su gente y sus sueños, como por el cielo y el aire de África que había perdido. Y porque sentía, sobre todo, la soledad sin tambores.
Pero un día, Josiri-buré comenzó a sentir al mar que repicaba contra la pared; una vez, otra vez; y ese tambor del agua lo llamaba; le tocaba el corazón.
Preguntó canturreando: — ¿Olorun?, ¿Yemanyá? Y empezó a escuchar que otras voces cantaban su mismo rezo.
Una dulce y maravillosa revelación lo deslumbró: ¡Era Olorun, El Alma del Clan!
En sordina, Josiri-buré comenzó a golpear las manos sobre los muslos; sintió tamborilear sus pies encadenados…
—Aquí estás, Olorun; no estoy solo; despierten, hermanos, el candomblé está aquí— cuchicheaba, susurraba, decía, en creciente exaltación.
Sus voces y palmadas aleteaban en la bodega; invitaban a reencontrarse en el candomblé. Ahora brillaban algunas sonrisas en la oscuridad de la bodega.
El sonido del mar era enérgico y dulce a la vez; despertaba la conciencia de hermandad en medio de la degradación: no estaban abandonados; había un horizonte, aunque no podían verlo.
—Aquí estoy, Olorun, para que te vean y te oigan.
Sabía que él era ahora el emisario del clan, un “orixá”; el responsable de mantener el tambor en repiqueteo, aunque tuviera miedo de los guardias.
—————————————————————–
Ese día, 6 de enero de 1812, los guardias ocupados en el trajín de la llegada no les hicieron sentir su rigor.
Bajaron del barco a los negros, sucios, encadenados y hambrientos, y comenzó la subasta.
El ambiente del puerto estaba estremecido de tambores cercanos y canciones. Latía el “candombe” de San Baltazar, el Rey Mago Negro. Josiri-bure, escuchaba cantar y aunque no entendía las palabras estaba como arrebatado por la emoción.
— Aquí estás, Candomblé; te estoy oyendo.
Y comenzó la subasta. Los gritos. Los chasquidos. Las “carimbas” ardientes que algunos compradores aplicaban a sus nuevos esclavos.
— Tengo miedo; aunque estás aquí, Olorun; te estoy oyendo; ayúdanos.
—————————————————————–
Lo compraron y quedó en Buenos Aires. Lo llamaron Baltazar, en su bautizo, por la fecha de su llegada.
—Aprende pronto y no metas bulla—aconsejaban los otros esclavos—. Estás cerca de Olorun; agradece que te dejó aquí y no en alguna plantación. Aquí somos familia.
Lo reconocían: —Canta, baila, candombea; eres un “orixa”.
Y mientras lo descubría todo, con asombro de niño, se hacía hombre, como había deseado.
—¡Hermano Josiri!… ¡Hermano Baltazar!…
—¡Qué hermoso, mi Baltazar! —suspiraban las negritas mientras lavaban la ropa o cebaban mates.
—Buen hombre, este negro: trabajador, honrado, alegre— decían el amo y las damas.
—Es devoto en la misa y en el candombe— reconocía el cura.
—————————————————————-
Se sacudían los cuerpos ansiosos. Revoloteaban pollerones coloridos. Estallaban a gritos las coplas chispeantes y procaces. Se mezclaban los cantos al Santo Patrono con alabanzas paganas:
“Festejan el seis de enero / la fiesta ‘e San Baltazar/, el santo más candombero/ que se puede imaginar”.
Era el 6 de enero de 1813; Baltazar Josiri- buré encabezaba el candombe de su cofradía.
No había perdido a África; África estaba creciendo con él, en el Río de la Plata. No sabía que muy pronto sería libre.
Repicaron las campanas. Los tambores comenzaron a sonar.
Comentarios (59):
beba
28/05/2015 a las 17:16
Hola a todos:
Lo que no alcanzó en las 750 palabras es esto:
1- Yo entiendo que “candomblé” es el espíritu del clan; y “candombe” su realización en el baile. De todos modos se puede consultar en este sitio: http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/20736/el-candomble-y-las-religiones-afro-brasilenas-ii#.VWc3rUZz6h1, y en mil más.
2- La esclavitud en el Río de la Plata no fue como la de los algodonales de EEUU o los azucareros de Antillas, en los que se daba por sentada la “animalidad” del esclavo. Por cierto, látigo más o menos, es indigno marcar la vida de una persona por su color y condenarlo a servidumbre.
3- Después de mandarlo me sacudió el episodio del niño africano al que trataban de entrar a España en una valija. Y pensé: « Sirva esta historia dulzona y romántica como oración por la paz y la justicia, y por los que hoy mueren buscando entrar en donde antes los llevaban a la fuerza».
4- En mi blog (ahorayodigo.blogspot.com) he subido otro par de versiones con tambores.
A leernos entre todos y disfrutar.
ILLARGUIA
28/05/2015 a las 18:44
Saludos, beba. Como ya lo había leído en tu famoso blog no me sorprendió tu extraordinario relato de ritmo africano. Seguro que vamos a encontrar otras bellísimas historias sobre el origen de los tambores (KMarce), como una clase magistral de Los Pasos Perdidos de Alejo Carpentier en su búsqueda del ritmo primitivo.
El niño de la maleta, Abou o Adou, no deja de ser un lamentable episodio más, de la desgracia de nacer diferente, en un submundo sin las posibilidades de la civilización entre comillas. Esta civilización comprará su historia y la llevará a la TV. Esto sigue siendo un mercado, y el esclavo es la manipulación de los sentimientos. Esperemos dejar un mundo mejor a la próxima generación, con nuestras ideas limpias y nuestros escritos.
Un abrazo.
tavi oyarce
28/05/2015 a las 20:50
Me ha tocado tu relato, Beba, de verdad. Uno a veces vive sumido en un mundo de preocupaciones y ve o escucha estas noticias como si fuera algo natural. Mucho menos lo comparará con la traída de esclavos a América, como si ello fuera parte solo del pasado.
Fue bueno leer tu cuento te lo agradezco..
Todo muy bien redactado
Saludos
Bruno Molina Espinoza
28/05/2015 a las 21:07
1) Allí había mucha gente; pero no había tambores; faltaba la…
2) Pero un día, Josiri-buré comenzó a sentir al mar que repicaba contra la pared; una vez, otra vez; y…
3) — Aquí estás, Candomblé; te estoy oyendo.
Hola amiga “beba”, vengo a fastidiarte. Lo tenía planeado desde hace mucho. 😀 ¿Que qué es lo de arriba? Pues… ¿Recuerdas que la otra vez conversábamos largo rato sobre el uso del punto y coma (;)? Pues, esos ejemplitos de arriba los he sacado de tu relato, amiga.
-En el punto uno (1) no le encuentro mayor sentido la utilización de los dos puntos y coma (;). En todo caso el primero con coma (,) y el segundo con punto y coma (;), para que logres lo tan ansiado de tu parte: la separación de ideas.
-En el punto dos (2) los puntos y comas que usas, son oportunos. Pero no es oportuna la primera coma. Una de las recomendaciones de la RAE, en su apartado sobre la resolución de dudas nos dice que no debemos dejarnos llevarnos llevar por las inflexiones vocales al tratar con las comas. De ahí surge tu error precisamente.
-En el punto tres (3), lo mismo que en el punto dos (2). La coma (,) sobra y el punto y coma (;) debe ser reemplazado por una coma (,), obviamente.
De tu historia solo decir que parece un fragmento de una novela. Una novela que compraría, dicho sea de paso. Saludos amiga. Bendiciones.
Juana Medina
28/05/2015 a las 22:09
Beba, qué buena historia y cuánto te has informado!. Me gusta mucho todo el relato pero en particular la mirada positiva del personaje, quien quizás debido a su nombre de origen es capaz de descubrir Africa en sí y alegrarse de portarla.
Entre paréntesis y pensando que quizá continúes la historia: ¿sabías que Baltasar significa “Dios proteje su vida”?
A Pantaleón
28/05/2015 a las 23:03
Hola beba:
Tú relato lo encuentro muy emotivo, quizá por lo actual que resulta una historia que debía ser muy antigua, y por supuesto porque está, desde mi punto de vista, muy bien escrito.
Saludos.
beba
29/05/2015 a las 00:45
Illarguia. No sabía que habías entrado a mi blog. Gracias por tus conceptos. Comparto lo que piensas del mundo de la noticia.
Tavi: Es cierto; a veces vivimos tan absortos en nuestros problemas y/o hobbies que no giramos los ojos al costado. Muchas gracias por tu comentario.
Bruno: No sé cómo se usa aquí el emoticón de sacar la lengua; por eso te salvas. Y porque comprarías mi novela.¡A ver que encuentro en tu cuento, amiguito! Ja, ja, ja.
Juana: Muchas gracias. No sabía el significado de Baltasar, pero me encanta y por cierto cerraría hermosamente mi cuento.
paso a buscar sus cuentos.
Netogonzo
29/05/2015 a las 02:51
Hola Beba, Tocas un tema triste, pero lo que me ha gustado mas es como te metiste en el personaje, la forma en que nos descubres lo que piensa y como podemos ver lo que esta sintiendo.
Felicidades, seguire tus textos.
AitorMB
29/05/2015 a las 08:09
Hola, Beba
muy bonita tu historia. Me ha recordado a la novela Raíces. Por ora parte me ha parecido un relato interesante, nunca habría imaginado esclavitud africana en la Plata, siempre la he asociado al Caribe o al Perú. ¿Quedan descendientes de esclavos en Argentina? En España también hubo, sobre todo en Sevilla y Valencia, pero nunca fue tan importante como en otros lugares y no quedan descendientes como si los hay por ejemplo, en Lisboa.
Que sentido del humor más retorcido, que le pusieran el nombre del rey mago 🙂
Un saludo! Y gracias por tu comentario.
PAULATREIDES
29/05/2015 a las 10:52
Buenas Beba. Un relato del pasado que sigue siendo actualidad, tristemente.
Me ha gustado como nos transportas a la época y la emoción, aunque aciaga, que transmites.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
29/05/2015 a las 13:05
Que gran paseo me has dado por tus letras beba. Me has hecho sentir la verguenza de ser atrapado por hombres sin escrupulos cuando tendría que demostrar que ya era un hombre: termino encadenado en las masmorras. Has despertado la esperanza con el golpear de las olas contra la barca emitiendo repercusiones religiosas en un canto de fe y tradición. Pero mas que todo has dado a conocer que la grandeza de un personaje lo acompaña siempre a su destino, fuere cual fuere su albergue. Exelso.
Un General puede aprender de un soldado razo pero para hacerlo tiene que ser muy buen General. Palabras de mi padre.
Darkristal
29/05/2015 a las 13:56
Vaya, buen trabajo.
Es interesante como tocas un tema tan devastador con el optimismo en las raices del pobre tipo.
Al ritmo del tambor que lo acompaña va afrontando sus pesares sin desfallecer.
Una pena sin embargo por el tipo.
Me temo que los cambios de tiempo y espacio son un problema en un relato de 750 palabras, por lo que usamos trucos bastante extraños o incluso, antiesteticos XD
pero vale, que le has dado cuerda con ganas.
Ryan Infield Ralkins
29/05/2015 a las 15:43
Fui uno de tus comentaristas, el que se confundió con las palabras candombe y candomble. Gracias por aclarar esa cuestión y perdona mi brutalidad al no entender eso desde un principio o al menos informarme en el internet.
Excelente relato, fue un placer ser uno de tus comentaristas. Me parece una historia genial y realista, llena de sentimiento también.
Excelente y genial.
Felicitaciones y saludos.
Trescatorce
29/05/2015 a las 16:50
Hola Beba,
Debo reconocer que el primer párrafo de tu relato no me ha entusiasmado… Esa manera de narrar tan directa no me termina de gustar. Pero he seguido leyendo, y en el segundo párrafo ya estaba enganchada de mala manera. Qué manejo del lenguaje, qué bonita sucesión de palabras que narran hechos. Me has ganado, y eso que (como ya te han comentado) tienes un uso no del todo correcto del punto y coma. Aunque no te digo más porque yo tampoco los sé usar muy bien, y puede ser que te remarque alguno que esté bien puesto.
Mi enhorabuena, te buscaré en próximas ediciones.
Ah, y gracias por haber comentado mi texto.
¡Saludos!
Bego Asomadaalalocura
29/05/2015 a las 17:32
Hola Beba, muy emotivo tu relato! La de injusticias que cometemos unos humanos contra otros, madre mía…
Comparto lo que dicen por aquí, parece un fragmento de algo más grande que te animo a continuar, cuando sale algo realmente bueno no se puede quedar aquí!
Un saludo!
Josan
30/05/2015 a las 17:56
¡Hola Beba!.
No me veo en la autoridad moral de corregir nada. A mí me hablan tus palabras, me muestras nítidas imágenes en pinceladas precisas. Hablas del alma de África, de música y lucha, de sueños y esperanza. Me ha gustado mucho, Beba, muchas gracias por darme todo lo que pido cuando leo: enseñanza, placer, entretenimiento y enredar en nuestra conciencia.
Sigue dándole a la tecla, por favor. 😉
Un saludo.
mondregas
30/05/2015 a las 18:32
Hola Beba:
Tu relato me ha gustado, me ha atrapado y me ha conmovido. No te digo nada más por no repetir elogios anteriores.
Respecto al poto y coma (;), un joven profesor de lengua y literatura con más de media docena de libros publicados (ahora está escribiendo otro por encargo de la editora) me dijo solo hace unos días que el ve tan poca diferencia entre el puto y coma (;) y la coma (,) que el (;) no lo emplea nunca
Dan
30/05/2015 a las 19:47
Hola Beba,
gracias de nuevo por tu comentario. No hay nada de lo que avergonzarse, de verdad. Tomé la crítica como algo constructivo, no te preocupes. La verdad es que lo que criticabas en cuanto al tono y el contraste entre el principio y el final y entre el tono y la acción era justamente lo que estaba buscando. Pero como te comenté no es algo que suela hacer y probablemente no he sabido medirlo adecuadamente.
En cuanto a tu relato, 17 comentarios más tarde poco puedo añadir. Teniendo más cuidado con el uso de la puntuación quedaría un relato impecable que apela, como ya te han dicho, a un tema universal y a unos sentimientos comunes. A veces creemos haber avanzado mucho y después nos damos cuenta de que seguimos cometiendo los mismos errores, ninguneando a gran parte de la población mundial. Un relato muy emotivo y optimista. 😉
Leonardo Ossa
30/05/2015 a las 22:15
Beba siempre me han gustado las historias que hacen referencia a las épocas en que era licita la esclavitud, porque considero que difundiendo tales narraciones se compensa de alguna manera tanta omisión histórica. ¡Qué bueno ha sido leer tus textos!
Un abrazo.
beba
30/05/2015 a las 23:54
Hola, amigos:
Gracias por las palmas.Estoy feliz con mi cuento porque va más allá de pasar un rato.
En la vida no se puede con todo; yo no puedo, ni quiero, defender más al punto y coma; en realidad es muy subjetiva la diferencia. Si alguien cree oportuno señalarlo, para eso estamos: para ayudarnos a escribir bien, con responsabilidad y respeto .
Un abrazo.
KMarce
31/05/2015 a las 01:25
Saludos Beba,
Muchas gracias por leer y comentar mi relato.
Ah la coincidencia, ayer me he visto la película que me encanta “La Amistad”, ese carguero de esclavitud testigo de un motín, y he encontrado esas similitudes con tu historia.
También comparto tu pensar con la historia del nene que entraría en la maleta, “Hoy mueren buscando entrar en donde antes los llevaban a la fuerza”, creo que deberían ponerlo en una placa.
Me ha gustado mucho tu historia, creo que de existir vidas pasadas, yo debí ser un revolucionario por la erradicación de la esclavitud u otro rebelde que se levantaría contra el régimen nazi; porque me es imposible no sentir por esas dos épocas de la humanidad.
Te comento que Bruno este mes no publicó tengo entendido.
Para mencionarte Beba, que recuerdes que los números se escriben en letras, por lo que catorce debería ir así, el resto lo has hecho bien, porque son fechas, así como los números extensos o difíciles de leer (la tierra tiene un diámetro de 40,076 kilómetros), los imposibles de sustituir por letras (anoche vi la película “28 Días después”), y las direcciones (me mudaré al 221 del Baker Street con mi novio Sherlock), 😛
Siempre cuidas mucho de la ortográfia, pero tuviste una rebelde sábana que se volvió pequeña como una sabana…
Que puedo decir, me ha gustado que pese a ser un destino tan terrible, como ser arrancado de su suelo natal, la vida fue más “benevolente” con él, que otros de sus hermanos africanos. Un día el racismo se verá con su cara fea como es, y romperemos esos prejuicios por condición social, sexo, grupo étnico o status académico.
Me ha conmovido tu historia, pese a no ser “tan trágica”, saber que eso ha existido, y existe aun en paises con otros nombres: “leáse” trato no equitativo a mínorias; me hace pensar y reflexionar.
Siempre he pensado, que el poder de la pluma es más poderoso que las balas, has hecho una historia que merece ser contada una y otra vez, nunca olvidar lo que no debemos, ni permitir, ser.
Te felicito, es un gran relato.
¡Nos leemos!
beba
31/05/2015 a las 03:17
Hola,KMarce:
Gracias por entenderme a fondo en el relato. También por los comentarios elogiosos.
Bueno: te cuento que no me comí el acento: la sabana es una llanura apenas arbolada; no es la sábana de la cama.
Lo de 14 años, lo escribí al tun- tun.Gracias.
Muchos cariños.
Wuldoak
31/05/2015 a las 13:13
Hola beba.
Tu relato me parece muy bien redactado, con un plus de verosimilitud gracias a lo documentado del tema. Ignoraba la trata de esclavos en Argentina.
El tono optimista compensa la crudeza de los acontecimientos, me ha gustado el enfoque.
Saludos.
Diego Manresa Bilbao
31/05/2015 a las 18:22
Hola Beba,
Un relato interesante, se le facil y empatizas con Baltazar… Sin embargo, me parece que le falta algo de fuerza, de chispa,
Aun asi, muy bien escrito y con ritmo.
Un saludo!!!!
Martina Albeaga
31/05/2015 a las 18:37
beba, encuentro un relato muy interesante, aunque el principio no engancha del todo. Comentarte, me parece que ya te lo han dicho, que las letras en los textos literarios se escriben en letras siempre que se pueda hacer con una sola palabra. Otra cosa es la puntuación, pero eso ya te lo ha corregido extensamente un compañero. Y cuidado con el exceso de información, confunde al lector y se abruma, perdiendo el ritmo narrativo.
Enhorabuena por tu relato.
Un placer leerte.
Silvyt
31/05/2015 a las 19:19
¡Hola Beba!
Gracias por tu comentario. Una historia muy emotiva la tuya, se me ha encogido el estómago cuando lo prenden. Menos mal que el final no es horrible, sino optimista. EL muchacho parece feliz y se agradece.
Enhorabuena también por el ritmo. Lo he leído como si hubiera un tambor de fondo sonando.
Un saludo, nos leemos.
beba
31/05/2015 a las 23:01
Gracias por los comentarios más recientes.
Sólo a título de información, no de excusa: escribir cifras no es error; la RAE no dice que es incorrecto, sino que recomienda usar palabras y no cifras, en determinados casos.
De todos modos, respeto las observaciones hechas con buen modo, como estas.
Mil gracias.
Ismael Tomas Perez
01/06/2015 a las 09:44
Hola Beba:
Una historia enternecedora, de la captura y posterior venta de esclavos. Usas un vocabulario muy especifico, se nota que escribes muy bien. Has introducido diálogos y le has dado una vivacidad enorme al texto. Como siempre ¡Enhorabuena!, me ha gustado mucho.
Si te apetece pásate por el 64-Emoción
Un abrazo
Vespasiano
01/06/2015 a las 12:59
La historia no es original,recuerda a Gunta Kinter y a tantas obras literarias que abordan el tema de la esclavitud.
Me entero por tu relato acerca de la esclavitud en Argentina, cuando la idea que nos han inculcado en la escuela era la lucha de los jesuitas contra la esclavitud en el territorio de Misiones, cercano a la FOZ DE IGUAÇU, para evangelizar, que no explotar, a los indígenas. Por cierto muy bien llevado al cine en la película “La misión”, donde se te rompe el alma cuando ves la masacre que se lleva a cabo bajo el beneplásito de los poderes de la Iglesia.
Con relación a tu relato me parece emotivo, bien escrito y documentado.
Fuera del espacio acotado por las setecientas cincuenta palabras, has añadido el plus del niño de la maleta y el impedimento para entrar en paises que antes te llevaban a la fuerza porque no tenían que pagarles salarios. Ahora se les persigue porque hay que pagarles la seguridad social a los emigrantes “ilegales” aunque a muchos políticos y “empresarios negreros” les viene muy bien que haya un colectivo así al que se le pague poco y no tengan ningún derecho.
De cualquier manera, sin llegar a ser esclavos, esa sensación de haber perdido sus raices, la nostalgia que se siente de la familia, la añoranza doliente de su pueblo, la soledad, la dificultad de la lengua, son sentimientos que acompañan al emigrante “legal o ilegal” durante toda su vida.
Mª Carme Bureu
01/06/2015 a las 17:09
Hola Beba.
Es un relato muy bien escrito, me habla por su sensibilidad de la vida. No he visto simplemente una historia. Me he figurado un galeón con personas encadenadas, privadas de su libertad.
¡Felicidades! me encanto tu relato.
Gracias por pasarte por el mío y dejar tu opinión.
Un abrazo.
Christian Joseph White
01/06/2015 a las 21:53
Beba, enhorabuena por tu relato! Lo disfrute, y mucho. Quizás para otros haya sido complicado entender los términos que empleaste y todo el contexto del relato. Pero para mi fue placentero, sé bastante sobre mitología yoruba y sus respectivos Orishas, y también sobre el sincretismo, que se generó al los esclavos africanos disfrazar sus deidades con el único fin de poder seguir rindiédoles culto, teniendo en cuenta que aquella época sufrieron letales persecusiones. Me gustó también el trasfondo de esclavitud, debidamente expuesto. Si bien ya te han remarcado ciertos errores gramaticales por lo demás para mi es un gran relato, con una carga de cuestiones sociales y religosas muy grande. Saludos, nos leemos!
Martha Mari
01/06/2015 a las 22:37
Hola Beba.
Gracias por comentar mi texto, y ahora aquí me tienes disfrutando el tuyo. Me gustó, sobre todo el aspecto del optimismo y la esperanza aún en tiempos tan tortuosos. Realmente la historia se lee al ritmo de los tambores.
Enhorabuena.
Saludos!
José Torma
01/06/2015 a las 22:49
Hola Beba.
Llego tarde y te han dicho de todo. Solo me queda unirme a los aplausos. Has tocado un tema que nos mancha como humanidad, la esclavitud y sin embargo, aun que no la muestras de manera viceral, no por eso la hacer rosa.
Muy documentado y sobre todo muy bien escrito. Yo leo y voy dando la puntuacion como tu me la señalas y ese ritmo que tu me marcas es el de los tambores que segui escuchando durante todo tu relato.
Felicidades y gracias por pasarte por mi relato.
Ismael Tomas Perez
02/06/2015 a las 13:47
Hola Beba:
Muchas gracias por tu comentario sobre mi texto. Debo decirte que, efectivamente fue un error la repetición de la palabra “cuando”, sobra la segunda (me faltó un ultimo repaso)
Sobre la última frase quizá esté mal definida. “Paso” en muchas provincias es el dosel o carroza sobre la que va la Virgen en la procesión. Quizá debería haber buscado un sinónimo.
No imaginas lo que agradezco estas notas, ya que creo que es lo que nos ayuda a aprender.
Muchas gracias y recibe un fuerte abrazo
diaspora
02/06/2015 a las 15:14
Gracias tanto a beba como a Dan por sus generosos comentarios. También les agradezco sus observaciones, considero que tienen sentido.Gracias, gracias, gracias, y de ello estoy tomando nota para mis próximas intervenciones. A pesar de mis décadas de vida, estoy iniciándome en estos quehaceres, y gente como Uds. con más tiempo en el oficio, sirven de faro a los que navegamos con menos experiencia.
marazul
02/06/2015 a las 22:11
¡Qué buena ambientación, Beba! Con los nombres elegidos, la documentación y tu expresión acertada consigues que el lector se meta de lleno en la historia. Una historia que fue real y de la que la humanidad debe avergonzarse, pero no olvidar. El ser humano es capaz de eso….incluso de volver a repetirlo. Los cánticos, la música y los tambores hacen que el relato sea musical….a ritmo de tambores.
Un excelente relato, Beba.
Adella Brac
03/06/2015 a las 13:22
Para mí, este relato tiene un ritmo maravilloso. Desde el principio hasta el final he estado escuchando los tambores, y la narración avanzando con ellos, a golpe de percusión.
Es uno de esos textos con profundidad, que cuenta mucho más de lo que dice.
Enhorabuena, ¡gran trabajo! 🙂
Lavanda
04/06/2015 a las 18:38
Hola Beba, gracias por leer mi relato y tu comentario. He leido el tuyo y me ha gustado la historia y el sorprendente tratamiento que le has dado, muy bueno el final. Lo que cuentas en 750 palabras daría para un libro. Un saludo, y hasta pronto.
grace05
04/06/2015 a las 23:58
Hola, Beba:
¡Que buena historia!!! con reminiscencias de nuestra Buenos Aires colonial, en tiempos de batallas por la independencia y Asamblea del año XIII, que le dará la libertad a Baltazar . Tu relata es conmovedor de principio a fin. El poder sobre los más débiles, aún hoy lo seguimos sintiendo, oculto en relatos de justicia social.
¡Trabajo brillante!!!! Un placer leer tus textos.
Te invito a comentar 33
Thelma López Lara
05/06/2015 a las 02:28
Muchas gracias Beba por leer mi relato, tomaré en cuenta tus sugerencias.
Me encantó tu relato, tiene una historia muy hermosa.
¡Excelente trabajo!
Karen Katina
05/06/2015 a las 02:44
Hola beba.
Extraordinaria historia,muy emotiva.
Me gusto sobre todo al final por que estaba esperando muchas ver lo de siempre en esta en relación a la esclavitud, es interesante ver otra perspectiva donde él llegó a un lugar donde obtuvo un poco de dignidad y respeto.
Gracias por tu comentario en mi relato 🙂
SUGAR E. RAIN
05/06/2015 a las 04:09
Solo me paso por aquí para saludar y agradecer por tus comentarios a mi relato, de igual forma ya pude deleitarme con el tuyo, sin mucho que agregar, puesto que ya se dicho bastante.
¡Me impresiona tu capacidad de condensar tu historia en 750 palabras! Donde pudiste transportarnos al ritmo de los tambores (junto con el protagonista) desde África, luego pasando por el océano, y terminando en tierras Argentinas.
Confieso que hubo conceptos que me costaron un poco de trabajo, debido a que no tenía el referente histórico (al menos no tan cercano), pero como mencionan es un tema universal, que tristemente se vive una y otra vez, en mi país primero con los indígenas(siendo yo de la zona norte donde hubo mayor resistencia a la conquista española), y en la actualidad que mejor ejemplo que el de los miles de indocumentados que como bien dices “hoy mueren buscando llegar…” y me atrevo a dejarlo en puntos suspensivos.
Nos seguimos leyendo, saludos.
Féli Eguizábal
05/06/2015 a las 11:14
Hola beba,
Lo prometido, es deuda; y aqui me tienes leyendo tu relato que me ha atrapado desde el principio hasta el final. Bien escrito y mejor narrado, buen ritmo y además dá todo lo que se puede pedir a una lectura. entretenimiento, apredizaje y te invita a reflexionar. Porque como dicen los compañeros, más arriba; los tiempos y comportamientos no han cambiado,solo las formas.Realmente emotivo.
Saludos cariñosos.
Nos leemos
Beranga
06/06/2015 a las 00:53
Es un tema difícil el de tu cuento, y lo has manejado muy bien. Es cierto que en estos días cuesta trabajo entender lo inhumano y cruel de la esclavitud, pero para alguien nacido y educado hace doscientos años, era lo normal. En tu historia reflejas eso, la normalidad con la que los blancos comerciaban con los negros, y la normalidad con la que los negros aceptaban su destino. Gracias a Dios que, poco a poco, el mundo se está concientizando del daño que, como sociedad, nos causa el racismo y otros tipo de discriminación.
¡Enhorabuena!
beba
06/06/2015 a las 15:27
Gracias por todos los nuevos comentarios.
Me gustó que sintiéramos juntos el tema y las emociones del cuento.
Dante
06/06/2015 a las 21:32
Hola beba:
Me encantó tu relato y me ha conmovido profundamente. Tal como vos decías al comentar mi relato que trata sobre fútbol, la violencia de los barrabravas es una vergüenza para la Argentina. Tu relato nos trae un hecho que tal vez no sea conocido por todos, pero que es un motivo de hondo orgullo: la abolición de la esclavitud en las Provincias Unidas del Río de la Plata en la Asamblea de 1813.
A su vez, tal como presentaste a Josiri-bure/Baltazar, “prefiguraste” en él, lo que ocurriría después con los inmigrantes europeos. Dice el relato de modo conmovedor: “No había perdido a África; África estaba creciendo con él, en el Río de la Plata”. Esto tal vez, aunque de manera distinta, pudiera aplicarse a los inmigrantes europeos. Cada vez que creció “en el Río de la Plata” otra tierra, otra cultura, sirvió para enriquecer la nuestra. Y cada vez que nos cerramos a otras (caso de los pueblos originarios), todos salimos perdiendo, con consecuencias tan nefastas como dolorosas (de injusticia y desigualdad) y de largo plazo.
Advierto que tu relato es tan conmovedor como profundo y sirve para reflexionar sobre la interrelación de las culturas. Principalmente se aplica a la Argentina, pero es analógicamente extensible prácticamente a cualquier país. Y también es actual, si se tienen en cuenta las contemporáneas formas de esclavitud, aunque no siempre conlleven azotes. También es actual si no se pierde de vista que muchas personas se ven forzadas a emigrar soñando con un futuro mejor y que tras de sí llevan su cultura y sus costumbres, de las que no tienen por qué apartarse porque los definen como etnia, como pueblo, como -valga la redundancia- Cultura.
Si tuviera que indicar algunos aspectos a mejorar serían formales y de poca importancia. Consistiría en un reexamen de algunas comas al principio del relato, a fin de dotarlo de más fluidez y agilidad en la lectura. Concedo que es una opinión subjetiva y como tal, discutible. Pero la expongo porque creo que este brillante relato brillaría aún más.
Por lo demás, impecable en forma y contenido y muy correctamente expuestos los cambios temporales, convenientemente divididos con las líneas largas.
Te felicito por haber aunado en un mismo relato, belleza literaria y profundidad filosófica, que nos centra en una idea: el repiqueteo del tambor sagrado, el “Olorun” de cualquier ser humano y de todos los pueblos es la libertad, y nunca podrá haber libertad si no hay igualdad.
Contundente conclusión que llega a nuestros ojos y oídos en una bellísima forma literaria. Más no se puede pedir.
Espero seguir leyendote.
Saludos.
beba
06/06/2015 a las 22:44
Al margen de los elogios, tu comentario es muy hermoso porque refleja tu propia capacidad expresiva y tu filosofía.
Muchísimas gracias.
Saludos.
Fotógrafo
07/06/2015 a las 20:19
Hola Beba.
Estoy con todos los compañeros que alaban tú relato, y comparto sus comentarios.
Lo que más me ha gustado es la parte del galeón, tiene mucha fuerza. Lo que menos las dos explicaciones que das al principio, las que van entre paréntesis. Me daba la sensación de estar ante un texto explicativo en vez de un relato literario.Pero conforme avanzaba en mi lectura me iba gustando más.
Un buen relato y un estilo excelente.
Saludos compañera.
Roger/NHICAP
09/06/2015 a las 08:08
Hola Beba,
Agradezco tu visita y lectura de mi relato. Me alegro que te haya gustado.
Tengo pendiente leer tu cuento de mayo pero estoy muy justo de tiempo. A finales de este mes espero dedicarme a leer los relatos de mis comentaristas y autores habituales. Recibirás mi opinión.
Un abrazo
Carolnefer
09/06/2015 a las 09:03
Hola Beba,
Lo primero de todo enhorabuena por este maravilloso relato! He sentido el positivismo del personaje en todo momento a pesar del horror en el que se encuentra. Muy triste y emotivo, pero muy bien escrito, felicidades!
Gracias por comentar mi primer relato, eso ayuda muchísimo
Un abrazo
Cynthia Morales
13/06/2015 a las 05:58
Hola.
Me ha llamado mucho la atención esta historia y qué decir del título. Me parece trabajada, reflexiva y clara.
Sin embargo sí me ha resultado lenta y en partes debía detenerme y retomar alguna frase para poder conectar bien, creo que por el uso de algunos signos de puntuación.
Pero en lo demás genial y orinal.
Saludos.
Conxita Casamitjana
14/06/2015 a las 17:22
Hola beba,
Me ha gustado tu historia, aunque quizá el primer párrafo es el que he encontrado más flojo. Después me has hecho entrar en la historia y me ha gustado la emoción que se desprendía y he leído con interés hasta el final y tu comentario explicando algo que a veces olvidamos que también hubo esclavitud en muchos países y desgraciadamente sigue habiendo.
Algunas de las palabras utilizadas me resultaban difíciles de comprender, pero el tono del relato me ha gustado y como lo has contado, mucho.
Un saludo.
Zulema
15/06/2015 a las 02:52
Hay cuentos que necesitan más espacio y el tuyo pasa demasiado rápido para apreciar en toda su belleza la magia de las palabras.
FELICITACIONES
ome tecpatl
15/06/2015 a las 20:15
Hola beba.
Es difícil comentar en el lugar cincuenta, porque ya está todo dicho. Me gusta tu relato, y en general no comparto las observaciones sobre el punto y coma. En mi opinión, el uso de los signos de puntuación en un escritor con algo de camino andado es algo tan subjetivo, que se convierte en una manifestación de estilo; y eso es algo que al lector puede o no gustarle, pero queda más allá de la crítica.
Esta historia, a pesar de ser ligera, me parece muy bien lograda y te felicito por ello. Trataré de encontrar un momento para pasar por tu blog, porque lo leído lo merece.
Saludos y felicidades
Roger/NHICAP
16/06/2015 a las 12:53
Hola beba,
¡Al fin llegué a leerte!
Me ha gustado tu historia, por la manera de mostramos a Josiri y su horrible experiencia, inexplicable hoy en día en países avanzados, logras que el personaje se convierta en una persona próxima al lector.
Buen trabajo beba.
Um abrazo.
Chari
21/06/2015 a las 16:07
Me gusta todo lo que has contado en tan pocas palabras y como con el tema de los tambores has sabido tratar un tema tan emotivo. Creo que nos has dejado a todos impresionados por el tema escogido y por el desarrollo de éste.
Impresionante tu documentación y conocimiento del tema.
Muy buen trabajo 😉
Por cierto, me he pasado por tu blog y te sigo.
Leonardo Ossa
25/06/2015 a las 05:00
Beba, aprendo de cada una de tus participaciones en este blog. Sigo atentamente los comentarios que haces. Gracias por haber pasado a comentar mi historia y estaré atento a leer tu micro en la participación de este mes.
¡Saludos!
Dante
26/06/2015 a las 02:45
Hola beba: tarde pero seguro. Quería decirte que he pasado por el relato https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-26/3363#comment-40087, el cual me habías pedido que lea para poder aportarle algo al compañero.
Ya lo hice. Gracias por tu compañerismo y tu buena actitud hacia este compañero cuyo relato necesitaba de los aportes de los demás. Creo que tiene mucho para dar y que gracias a gestos como el tuyo, se verá favorecido por las ventajas que ofrece Literautas.
Saludos.
Carla
02/07/2015 a las 08:07
Hola Beba,
siento llegar tan tarde a comentarte tu relato, pero aquí estoy. Me ha encantado. He disfrutado y aprendido mucho leyéndolo. Es un texto que atrapa, que no te deja alejarte del Candomblé. Mi enhorabuena. Un abrazo
Carla