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La Maldición de Pirula y.. ¡¿Qué?! - por Julieta Blanco
Cualquiera que estuviera observando a Anabel dormir aquella mañana, diría que estaba profundamente dormida. Y, pese a que el sueño sí era profundo, Anabel no estaba disfrutando de sus ventajas.
Por el contrario, una serie de molestas imágenes y sonidos entraban y salían de su cabeza, zumbando como una nube de abejas.
En primer lugar, Juan. Su apuesto vecino, sus obvias ganas de salir con él. Y acto seguido, la estúpida decisión de ver a la bruja.
Claro, había sido muy fácil tentarse con la idea de hechizar al susodicho. Anabel tenía muy poca autoestima, y esperanza cero en cuanto a enamorar un chico por sus propios medios.
Pero Pirula, la bruja, había ido demasiado lejos. En su mente la veía reír, y dormida y todo sentía el asco de los encargos que le había hecho la hechicera. ¿Cómo iba a entrar en casa de Juan a media noche?
Cuando Anabel empezó a pensar que Pirula le pedía robar pertenencias de los familiares de Juan, no para colaborar en el hechizo sino para sus propios fines, no pudo evitar desconfiar. Y le había enviado un tímido mensaje desistiendo de la operación.
La respuesta fue contundente: “No quisiera creer que estás jugando con mi tiempo. Dudo que quisieras que yo juegue con el tuyo”. Pese a todo, Anabel se retiró del juego.
O eso creía.
Se había armado de valor y había quedado con Juan, pero comenzó a tener ese problema para salir de la cama, la totalmente innecesaria maldición de Pirula.
Obviamente, Juan se cansó de tocar a la puerta de Anabel, y se fue sin obtener respuesta.
Y desde ese día, la maldición había sido peor. Anabel ya no daba molestas vueltas en la cama: dormía como un tronco hasta pasadas las doce.
Tres segundos, dos, uno… se hicieron las 12:30 y Anabel despertó sobresaltada. Saltó de la cama hecha una furia, despotricando contra Pirula.
—Bruja de mierda, ya vas a ver. Bruja pelotuda.
Anabel salió de casa sin desayunar, sin peinarse, sin vestirse. Sabía que sus vecinos no estaban a esa hora, así que rompió la ventana del frente, y ni se inmutó cuando al caer dentro de la casa se dobló el tobillo.
Corrió en busca de todo lo que Pirula le había pedido: fotos familiares, lipsticks, sábanas… La lista era de lo más alocada, como aquella misión.
Salió por entre los vidrios rotos, y corrió como una fiera hasta la cueva de la bruja. Entró sin tocar la puerta.
Lo que se encontró fue de lo más absurdo: claramente, sus pantuflas rosas de peluche y su rotoso pijama viejo, no encajaban en la escena.
Al lado de una gigantografía suya durmiendo, Juan lloraba y, pistola en mano, le suplicaba a la bruja que por favor el contra hechizo funcionara.
Y, sin percatarse de que Anabel estaba a sus espaldas, Pirula aferró los palillos de los tambores que tenía en frente y le dijo a Juan:
—Sobrino mío, diez segundos exactos de repiqueteo de tambores, y le disparas a la imagen.
Juan asintió.
Anabel estaba pasmada. ¿Sobrino?
Tiró al suelo todo lo que había robado de la casa de Juan, y se marchó sin siquiera cerrar la puerta. A lo lejos, los tambores comenzaron a sonar.
Comentarios (13):
Julieta Blanco
28/05/2015 a las 13:21
Hola a todos! Primero que nada, quiero agradecer a mis comentaristas, que esta vez sólo fueron dos: muchas gracias por su tiempo.
En segundo lugar, les dejo el link del texto del taller anterior, ya que se relaciona con este!
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-25/3212
De a poco voy a ir pasando por todos los textos que pueda… los invito a comentar!!
Marcelo Kisi
28/05/2015 a las 15:55
Hola Juli!!!
Gracias miles por tu comentario, ya somos compañeros de ruta! 🙂 A mí también me gusta tu escritura. Es fresca, sin tapujos y desenfadada, como libre. Y me fui a leer tu historia de la maldición, a ver de qué se trataba toda esta historia. Parece que viene continuación, no? ¿Qué es lo que está pasando aquí? ¿Quién es en realidad el engualichado y quién el engualichador?
El misterio está creado. Gran trabajo!!
Juana Medina
28/05/2015 a las 17:35
Muy bueno, Julieta! ¿Vamos a tener una serie de embrujados, o va camino a novela? También me gusta tu humor. ¿Pasarías por el 125?
Nos leemos. Saludos.
Darkristal
28/05/2015 a las 18:14
Hola! he venido a lee tu texto y esta interesante XD
pero sin embargo he de decir que me pierdo un rato, los textos de dos o mas talleres enlazados se vuelven algo pesado de leer.
Pero bueh, es un texto confuso pero divertido, le faltan un poco de separación entre párrafos, pero esta muy bien.
Sigue asi.
julieta blanco
28/05/2015 a las 22:48
Gracias por los comentarios!es la primera vez en el taller que hago textos relacionados, es algo que algunos disfrutarán más que otros, pero de todas formas quise que se entendiera sin recurrir al anterior, mil disculpas si resultó confuso.
Actualmente estoy trabajando en mi primera novela! Pero quién sabe si Pirula o Anabel no terminan participando de otra? La verdad es que con varios de los textos del taller se me ocurreb luego ideas mayores, esto es lo lindo del taller.
Y todos los comentarios siempre contribuyen, mucho.
Estoy teniendo una semana atareadísima pero prometo que el fin de semana me pongo con la “maratón de lectura” de todos los textos que pueda.
Saludos!!
Ome Técpatl
29/05/2015 a las 05:02
Caray, Julieta: no quisiera estar en los zapatos de Anabel, aunque me dé envidia que pueda dormir tanto. Yo, que soy del clan de los tecolotes, y que de todos modos no paso de las siete… Una historia divertida, igual que la anterior pero, ¿y ahora qué? Nos vas a tener que dar un link con la continuación, porque somos muchos los que estamos en ascuas. Enhorabuena!
Ryan Infield Ralkins
29/05/2015 a las 13:39
Muy buena fue la primera parte y la continuación mejor. Ese final del todo inesperado atrajo mucho mi atención y tengo que preguntar por obligación: ?continuara?
En cuanto al relato en si, pues es de ágil lectura y vocabulario excelente. Fácil de leer y aunque se trata de una maldición, la forma de actuar de Anabel saca una sonrisa a cualquiera.
Felicitaciones y saludos.
lunaclara
29/05/2015 a las 14:30
Hola Julieta! Qué bueno tu relato. Jolines. No sabes lo que me he reido cuando rompe los cristales y se cuela en la casa del chico.
Tu relato tiene frescura, es muy visual y es súper entretenido.
El libro ya, eh!
Felicidades!
Christian Joseph White
31/05/2015 a las 04:33
“—Bruja de mierda, ya vas a ver. Bruja pelotuda.” Jajaja, como me hiciste reír con esa línea. Genial, tu relato es muy bueno, aunque deja con ganas de más. Enhonrabuena, por lograr eso en el lector. Saludos! Y que siga esta historia. 😉
Diego Manresa Bilbao
31/05/2015 a las 18:49
Julieta,
Me ha gustado la historia, me parece un buen cuento juvenil…
Nos leemos!!!!!
grace05
01/06/2015 a las 00:29
Hola Julieta. Gracias por tu comentario en mi relato. el tuyo de maravillas. Me encantó. Por un momento creí que Juan tiraba contra la imagen y ahí mismo caía Anabel… pero no, será para el próximo capitulo?. ·Excelente tu historia y tu vocabulario tan fresco y sincero, sin vueltas.
Felicitaciones!!!!!1
KMarce
01/06/2015 a las 06:24
Saludos Julieta,
He buscado tu relato porque leí que sería una continuación de la maldición, y ya con eso me enganchó.
Hoy no seré de mucha ayuda, porque no ando despabilada, pero me alegra mucho el leer tu relato, porque lo de “bruja pelotuca” me hizo reir. Y no le encontré fallas a vuelo de pajaro, o primera lectura. O sea, que si hay algo, será minimidades que no saltan a la vista.
Pobre Anabel, y me queda la duda ¿Qué imagen?, me imagino a la pobre corriendo en pantunflas en veloz carrera…
Coincido con los halagos. Un saludo,
¡Nos leemos!
Julieta Blanco
01/06/2015 a las 19:17
Gracias a todos, me gustaría poder comentarles uno por uno. Ya voy a ir pasando por sus respectivos relatos.
Me siento feliz de haberles sacado una sonrisa, es algo que creí que nunca podría hacer, y lo digo en serio.
Soy de las que cree que es más sencillo hacer emocionar a alguien, que hacerle reír, o sonreír al menos, así que entenderán que sienta que he logrado un gran cometido, aunque aún queda mucho por aprender y pulir.
He aprendido muchísimo desde que comencé a participar del taller, sobre todo gracias a los comentarios tanto que recibo como los que he hecho.
Respecto a la continuación, claro que habrá una! Pero no será en el próximo taller, en el que nos toca un nuevo micro!!
Así que… habrá que esperar hasta después de las vacaciones!!!