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Inocencia - por Danna Novoa

El autor/a de este texto es menor de edad

La pequeña subía con precaución la escalera — Uno, dos, tres… — Contaba mientras subía cada escalón. Escucho la voz de su hermano llamándola, en la lejanía, pero no era un grito sino un susurro ininteligible. Se olvidó del peligro que su madre le había infundido sobre las escaleras y corrió hasta llegar a su hermano. Abrió la puerta que daba hacia la azotea y vio a su hermano con los brazos extendido al borde del muro.
— ¿Qué intentas hacer, hermanito? — Dijo con esa voz dulce y melodiosa que la distinguía.
— Es un juego, solo un truco de magia — respondió con las lágrimas resbalando por sus mejillas.
— ¿Puedo jugar? —Pregunto la niña, una gran sonrisa asomo por sus labios
— No, es un juego de grandes — Respondió el hermano enfurecido, ya bastante tenía con su melancólica vida.
— ¿Qué pasa hermanito? ¿Por qué lloras?
— ¿Me guardarías un secreto? — No era necesario preguntarlo, él sabía que ella no diría nada.
— Mmmm…Déjame pensar — La pequeña puso sus dedos en su cabeza como ademan de pensar —Bueno, ahora sí cuéntamelo.
El chico se lo pensó dos veces pero decidió confesárselo, ¿A quién lograría decírselo? Cuando lo hiciera, el ya estaría muerto.
— Me expulsaron de la banda, del colegio. — Bajo su mirada, la comisura de sus labios se elevó, en una sutil sonrisa —Y por si fuera poco, tengo sida.
La pequeña lo miro con confusión, solo tenía 6 años, no entendía que era lo que le pasaba a su hermano.
— No me entiendes… — Aseguro él.
— Si, hermanito, estas triste — Afirmo ella, su oso de peluche se le resbalaba por el brazo
— Si, ya lo he comprendido todo. Nadie me quiere.
— Yo te quiero, mi madre te quiere, todos te queremos.
El chico abrió los ojos, estupefacto, vio a su hermana y ya no era aquella pequeña de 6 años, era mucho más sabia que él. Lo pensó dos veces y se bajó del muro. Abajo en la calle comenzaba el desfile del día de la libertad, las luces de la ciudad se encendían como colores bailarines y los fuegos artificiales se alzaban en el cielo con vivacidad.
La pequeña se asomó al muro para poder contemplar la festividad, pero su oso cayo por el borde, subió al muro para poder divisar el peluche entre la multitud y antes de que el chico pudiese tomar su mano, cayo con los brazos extendidos hacia la calle. Abajo en la ciudad los tambores comenzaron a sonar.

Comentarios (10):

Conxita Casamitjana

28/05/2015 a las 22:23

Oh que triste, me he quedado tan apenada por esa pobre niña que “salva” a su hermano y acaba muriendo por su osito.
No lo esperaba, el final inesperado aunque muy triste.
Un saludo.

A Pantaleón

29/05/2015 a las 18:12

Hola Danna:
Inquietante tu relato, con una belleza sutil y áspera.
Felicidades y saludos.

A María

30/05/2015 a las 18:41

Hola.
La historia me ha parecido bonita, aunque me parece un poco atropellada; es decir, en poco tiempo sucede la acción más importante. Creo que podrías sacarle más partido.
Si me permites te hago una recomendación: cuida la puntuación y los acentos.

Ryan Infield Ralkins

01/06/2015 a las 14:19

De todos los relatos que he leido este mes creo que el tuyo es el que tiene el final mas triste e impactante. Pero tienes una historia muy sensible y tierna. Salvo unos cuantos errorcitos con acentos y eso, esta genial.
Felicitaciones y saludos.

Carolnefer

01/06/2015 a las 16:09

Hola Danna,

Me encanta tu relato, aunque yo hubiera alargado un poquito mas la tensión antes de ese final tan impactante y triste
Enhorabuena!

Alef-Bet

01/06/2015 a las 23:23

Hola Danna,
Yo soy uno de tus comentaristas anónimos y me permito reiterar el cierre de mi comentario: la sensación de estar leyendo, sin el más mínimo atisbo de duda, a un escritor en ciernes, solvente, imaginativo y sensible, que a poco que se lo proponga, dará mucho que hablar.
Enhorabuena,

Darkristal

02/06/2015 a las 21:49

Muy buen relato, narrado con la ternura y perspicacia de la inocencia.
Es triste el final, sin duda alguna y me ha dejado peleando por salvar a la niña que salvo a su hermano, pero solo consigo que su hermano salte después de ella.
Tendrás que aclarar, el balcón era de rejas metálicas o uno alto de concreto? porque sigue pareciéndome tonto que se caiga ;-;

Leonardo Ossa

04/06/2015 a las 03:23

Hola Danna.
Varios relatos de esta escena de tambores terminan con alguna muerte. El tuyo está escrito con ternura. A veces pensamos que afortunadamente esa es una historia que no sucedió en la realidad, pero de inmediato debemos recordar que “La realidad supera a la ficción” y que por lo tanto existe la posibilidad de que un suceso parecido haya ocurrido.
Hasta pronto y Saludos.

Christian Joseph White

13/06/2015 a las 08:18

¡WOW! ¡Que final más inesperado! Si pretendías sorprenderme, lo has hecho. Me gusto tu forma de escribir, tu narrativa encaja con la temática del relato y lo hace fluir. Sigue así, ha sido un placer leerte! Saludos Danna!!! 😉

Danna Novoa

02/11/2015 a las 01:35

Bueno…¡Hola a todos!
No me había fijado en la cantidad de errores en el acento y los signos de puntuación, los intento mejorar.
Gracias por los comentarios, esta vez voy a intentar hacerlo mejor y eso…Y el balcón era de concreto, es decir, tenia como un muro… no se si me entiendas. En fin… gracias por los aportes y me alegra un montón que les halla gustado, aun me falta un montón por aprender.

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