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La maldición - por Silvia López

La maldición

Zahari va creciendo con normalidad . Es un crío rubio con el cabello acaracolado , ojos miel y piel clara. Su mirada es como de buscador de sombras, de amaneceres espléndidos.
Se le ve sano -sano , con esas piernas arqueadas y gordas que adoran las abuelas, de niño Jesús en un belen navideño.
Así que Moralina sigue en calma . La paz es su mejor compañera.
Y ya era hora de que fuera así .
A veces , cuando malduerme en las noches cálidas de julio y el sudor recorre su cuerpo emigrando desde la nuca hacia la espalda , bordeando con mimo su columna, sueña con aquella mujer de cabello oscuro que se le apareció cuando nació su niño, y le susurra de nuevo al oído :
“No lo impedirás. No podrás cambiarlo. Es hijo de Azhar , desciende de Ordás , y ellos han sido , la mayoría,magos Cierceb ,con lo que ello conlleva –prosigue la voz con cuerpo invisible .Y sus predecesores se verán abocados a morir a los diecinueve años, salvo que hallen la pulsera que les dé el don de la supervivencia.
Recorrerá el país de Luschar a lomos de un blanco corcel , y será cuando comenzará su andadura, y subirá el macizo de Cierceb buscando la pulsera dorada, la de su familia y eso confirmará , de nuevo, el significado de la huella en forma de mapa de su nalga, y la raza de la que proviene”.
Y si así fuere, la maldición quedará anulada,
Ya amanece en Gesá , su pueblo del sur noruego . Un año ya sin Azhar , sueño de su sueño peremne , hundido para siempre en la nada . Pero vive en Moralina, en los ojos curiosos del bebé que apenas conoció a su padre, y en las mañanas de ambos, cuando la madre le susurra al hijo canciones en las que el padre recoge bayas para crear un juego de chicos.
Moralina sale de su sueño azorada y pesarosa. Se peina con desgana y el peine le hiere en la sien .De buena mañana, como cada día, abre el armario del que fue su marido y huele su ropa, la camisa azul de su original boda cercana al mar, la rebeca amarilla que llevaba cuando se conocieron , no se ha deshecho de nada. Y ,mucho menos del joyero de madera que heredó él de su bisabuela y ella de la suya y , así por generaciones.
Se abraza a la caja y saca la alianza de él , brillando y reflejando un rayo de luz que se cuela con brusquedad por el ojo de buey . Un calor abrasador en su dedo , (que ya lleva el anillo ) le previene ,le avisa….le quema e ilumina su uña, en un ya,en una milésima de segundo que le inspira, le azora, le lleva a no pensar, sólo a buscar una lima con la que hace palanca en la base del joyero . Y así, eleva el falso fondo , y , de nuevo, le ciega una luz que jamás había vislumbrado, acusadora y amarilla ; luz que refleja ,camuflando un dibujo subrayado como “macizo de Cierceb” , una dorada pulsera con un nombre grabado:
Ordás

Comentarios (5):

Darkristal

28/04/2015 a las 15:34

Muy bien, has aceptado el texto y has hecho un buen trabajo
la historia pensaba que se concentraría el el típico viaje épico del elegido, pero solo se ha concentrado en la profecía y la maldición, lo cual agradezco.
Un dato a considerar es lo difícil que se ha vuelto identificar los cambios de escena debido a, supongo, los cambios realizados para aceptar el reto.
Igual, buen trabajo n,n

Servio Flores

29/04/2015 a las 02:13

Buen trabajo.
algunos signos de puntuación mal colocados, palabras sin separación, nada que no se pueda corregir.
saludos.

Silvia

29/04/2015 a las 20:11

Muchas gracias por vuestros comentarios. Me ha coartado muchísimo el no poder usar t. Le cambia la expresividad de lo que era el escrito original. Me siento un poco decepcionada , la verdad, le falta mi sello de identidad.

illarguia

29/04/2015 a las 21:50

Gracias por tus agradables comentarios. Generalmente intento rehuir los relatos donde la fantasia es tan dominante sobre la trama, que se hace difícil de seguir sin un mapa. Los nombres inventados Zaharí y Azhar, parecen casi iguales, luego están Ordás y Gesá. Pero me choca sobre todo el de Moralina por su significado propio. Cierceb me recuerda a Chederles, el legendario lugarteniente de Alejandro, que montado en su caballo blanco, recorre los campos de batalla socorriendo a los que lo invocan.
Seguro que me he perdido por algún paisaje extraño.
Un abrazo.

grace05

11/05/2015 a las 21:52

Hola: Tu historia es buena pero confieso que debí leerla más de una vez, seguramente la falta de la ” señora T” hizo muy engorroso el escribir. Creo, humildemente que deberías leerla en voz alta, tiene algunos temas de puntuación que no permiten la lectura ágil y fluida.
¡Buena idea!!! ¡Adelante!!!!
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