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La maldición - por lunaclara
Web: http://mhelengm.blogspot.com.es
—Ha sido eso.
—¡No!
—Sí. —dijo Augusto despacio, en voz baja—. Sabes que en el mundo de tu abuela es bastante posible.
Dominica lo miraba con odio. No creía en las maldiciones y esa no iba a ser menos.
—¿¡A quién se le ocurre maldecir a unos niños, eh!? ¡¡¡A quién!!!
Sentados en la terraza de un restaurante chill-out, el detective privado y la profesora de Primaria degustaban una ensalada de frutas tropicales. Ella iba envuelta en un pareo de flores, usaba gafas de sol y una pamela que apenas dejaba distinguir sus facciones. Él llevaba un bañador tipo short, gafas Ray-Ban Aviator y una camiseta de tirantes de Armani.
Aquélla última exclamación fue demasiado potente. Entre los comensales más cercanos se hizo un silencio brusco. Dominica, sintiéndose observada y ruborizada, se encajó mejor el sombrero y siguió comiendo.
—¡Mira los papeles, Dominica! —Augusto dejó el tenedor y abrió una pequeña carpeta. Era desesperante esta mujer. Cogió los papeles que la abuela de Dominica había escrito para ellos y se los acercó bruscamente a la cara con ganas de metérselos en las narices; pero ella giró la cabeza hacia un lado, rechazándolos.
—¡No quiero saber nada de tus papeles! ¿Vale? —gritó, encarándose ahora con él—. Llevo tres meses ¡tres! perdiendo el tiempo tras ese par de viejos estúpidos por las playas de Brasil, primero, y ahora por Punta Cana, viendo cómo chochean y arrastran su baba por ahí, ¡sin ningún resultado!
—Pero si están enamorados, Dominica… —El detective no pudo evitar una sonrisa. Cuando se enfadaba estaba muy divertida. Le daban ganas de estrujarla fuertemente entre sus brazos, o de ahogarla, como hace escasos minutos.
—¿Enamorados? ¡Puaj! —Escupió ella—. Me da asco tanto arrumaco. ¡Por favor, eh! Hemos seguido hasta aquí a mi abuela y a su novio porque no me fío ni un pelo de ella. ¿Nadie tiene ahora la culpa de nada? ¡Se van a enterar! —Arrastró la silla hacia atrás con la intención de levantarse.
La abuela de Dominica y su acompañante estaban sentados tres metros más allá. Ambos reían a carcajadas, brindaban con cócteles de Piña Colada y Caipirinha, y se hacían cariñitos. “De forma escandalosa”, según Dominica.
—¡Nooo! ¿¡Dónde vas!? —Augusto se levantó lo justo para coger a Dominica de la mano. Iba a estropearlo todo y no podía permitirlo—. ¿Estás loca? ¡Siéntate! —le ordenó en voz baja mirando de reojo hacia donde estaba la pareja. Ella, deshaciéndose de su mano, se sentó de mala manera:— Tu abuela ha conseguido que él le confiese algo, ¿no? —Dominica lo escuchaba con desagrado y el ceño fruncido—. Él le prestó todos los materiales que ella le pidió, pero dice no tener idea de quién pudo maldecirlos antes de que tu abuela te los llevara… ¡Sí, Dominica, una maldición! No me mires así. Las maldiciones que se gastan en ese mundo suelen causar el mal de manera catastrófica y escalonada. Su nivel de alcance es bestial: primero, tus niños (aún no tenemos ni idea de por qué), después tú (y no me sigas mirando así, sabes que no puedes volver a España, o por lo menos no debes dejarte ver)… y ¡luego, ya veremos! Por eso tu abuela sigue ahí, al pie del cañón, buscando respuestas… —Augusto sonrió.
Dominica todavía notaba el tacto de su mano caliente.
—Yo no me creo que ese mafioso no tenga nada que ver con lo que les ha pasado a mis alumnos. ¡Pero si es el que controla los intercambios comerciales entre ambos mundos! —dijo Dominica, ya más relajada.
—Ya lo sé, y también sé que lo lleva haciendo de modo ilegal desde hace muchos años —confesó Augusto. A ella no le sorprendió.
—¿Qué vamos a hacer, entonces? Yo no quiero estar aquí de brazos cruzados. Tenemos que hablar con él… ¡Te recuerdo que esos pobres niños están atrapados dentro de un mural que pintamos en el patio del colegio! ¡Y de eso hace ya más de tres meses! —Dominica tenía la voz quebrada por la emoción al recordar a sus alumnos —. ¡Tenemos que hacer algo, Augusto!
El detective sabía que no iba a poder detener a Dominica. Estropearía el plan que él había trazado, pero estaba en todo su derecho. También sabía que Dominica no se lo contaba todo. La había visto hablar a escondidas con su abuela y esperaba el momento adecuado para exigirle una explicación.
Comentarios (23):
lunaclara
28/04/2015 a las 12:51
Hola chic@s! Mil gracias a mis comentaristas por corregir mi texto. Como algunos me dijeron, es continuacion de otros.
Nos leemos!
Margarita Graña
28/04/2015 a las 18:07
Felicitaciones Lunaclara! yo tuve el placer de ser una de las comentaristas. Muy bueno tu cuento.
Saludos
marazul
28/04/2015 a las 23:03
Hola lunaclara
Me gusta mucho lo bien que manejas los diálogos y sobre todo cuando expresan sus emociones. Ya se que tu relato es parte de una historia más larga, pues ya conocemos a Dominica y a su abuela. Ese punto divertido de la abuela alocada le da un toque humorístico muy logrado.Además la historia de los niños desaparecidos encaja muy bien con “la maldición”.¡ Enhorabuena lunaclara!
Un saludo. Marazul
Osvaldo Mario Vela Sáenz
29/04/2015 a las 01:20
Lunaclara ya conocemos a Dominica y a su loca abuela, pero de este texto lo que mas admiro es como pudiste darle vida a un conjuro donde los niños perdidos quedaron enclaustrados dentro de un mural en la escuela; genial. Enhorabuena.
J.Sfield
29/04/2015 a las 20:39
Hola lunaclara,
Buen relato, muy bien escrito. Soy un apasionado de los diálogos bien construidos y los he disfrutado mucho. La historia me parece interesante, pero me falta algo. En cuanto encuentre un rato me pongo a completarla con los relatos previos de Dominica y su abuela 🙂
¡Enhorabuena! Un saludo
Pato Menudencio
29/04/2015 a las 22:22
la abuela de Dominica es una loquilla.
Me divierte la saga de Dominica, que nunca acabe.
Ojalá consigas a alguien que ilustre la historia, sería genial.
Saludos.
Ryan Infield Ralkins
30/04/2015 a las 15:52
La mezcla de humor e intriga sumado a una excelente narracion, buen uso de vocabulario y dialogos excelentes hacen que este sea un excelente relato. Seguire pendiente a los proximos capitulos de la saga de Dominica y como dice Pato Menudencio:”Que nunca acabe”.
Felicitaciones y saludos.
Roger/NHICAP
30/04/2015 a las 16:44
Hola Lunaclara,
Me ha encantado el reencuentro con Dominica y su abuela. Me gusta mucho tu estilo tan fresco y natural. La conversación de Dominica y el detective es muy buena, precisamente por la naturalidad y la pizca de humor que encierra.
Esperaremos el siguiente capítulo. Quizás algún día pasearé a tus niños perdiidos, y a la abuela, por uno de mis relatos del taller, siempre con tu permiso. Lo pensaré.
Un abrazo.
Servio Flores
30/04/2015 a las 17:53
Como siempre bien escrito.
Recuerdo a la Dominica, desde su aquelarre!
Divertido.
Saludos
tavi oyarce
30/04/2015 a las 18:15
A veces uno queda con el deseo de seguir leyendo tus cuentos, porque es como si algo faltara por decir, y tu nos das la posibilidad de reencontrarnos con tus personajes y eso se agradece.
Qué puedo decir si no es que tus relatos cumplen las exigencias de un cuento de excelencia
PAULATREIDES
30/04/2015 a las 18:22
Genial Dominica. Los diálogos excepcionales (los tendré en mente para mi aprendizaje).
Naturalidad, simplicidad y buen hacer. Me ha sorprendido como manejas la escena.
Iré a leer el resto. Aunque forme parte de otros, dejas buenas pistas para que se pueda disfrutar sin el resto.
Un saludo desde Sevilla.
julieta blanco
30/04/2015 a las 22:21
Felicidades!! Me encanta la historia de Dominica, y por lo que parece habrá más? Te sigo leyendo!! (:
Miranda
30/04/2015 a las 22:57
Hola Luna.
En cuanto lei el nombre de Dominica, recordé a los niños atrapados en el mural. Me ha divertido mucho las aventuras juveniles de la abuela. Has creado unos personajes cada vez más redondos. Sigue trabajandolos.
Enhorabuena.
ILLARGUIA
01/05/2015 a las 11:49
Buenos días, lunaclara, gracias por tu comentario. El tuyo, sin grandes alardes, va metiendo poco a poco a tus lectores en el bolsillo. Aún no he leído la serie anterior, por lo que me acongoja no poder opinar muy bien, pero te puedo dar un par de indicaciones, una mala y otra buena: la primera es que cada capítulo debe ser independiente y completo, con un desarrollo, nudo y desenlace, aquí solo es una continuación de la saga, y si alguno entra y no sabe de qué va, se pierde. La buena es que me recuerda al mejor Murakami, el de 1Q84, así que…, toca ampliar datos y leer todo el serial.
Un abrazo.
Rubia Alubia (aka A. Losa)
01/05/2015 a las 15:45
Menos mal. Dominica ha vuelto. Si con este título no me haces un relato de Dominica y su abuela… menuda decepción habría sido. Pero en serio ¿dónde están los niños? Espero que en mayo puedas resolverlo, que llevo esperando la respuesta desde octubre. jajaja
Como siempre un placer leerte, y leer de esta familia tan peculiar que a mi me cautivó desde el primer relato allá por el 2013.
Peter Walley
01/05/2015 a las 17:50
Hola lunaclara,
Espero que si hacen una tercera edición del libro de literautas a ti te dejen 5000 palabras, que yo quiero la historia completa de Dominica y los niños 🙂
Me ha resultado muy simpática, es un relato que te deja con una sonrisa en los labios. Aunque lo de tener que esperar un mes (al menos) para la continuación es muy frustrante, no nos tengas así.
Saludos, nos leemos.
José Torma
01/05/2015 a las 23:13
Hola LUna Clara, fan No 1 a la orden.
Mira como se va desarrollando la trama, creo que llevas los cimientos de un muy buen relato largo con estas pinceladas que nos vas presentando.
Este se sostiene por si mismo y crea muchas incognitas que disfrutare vayas revelando.
Gracias por tus palabras a mi texto y te sigo leyendo.
Un beso.
Chiripa
01/05/2015 a las 23:37
Hola Lunaclara,
Me encanta esta saga y no aguanto las ganas de saber el paradero de los pobres niños.
Me ha gustado mucho como has trabajado los diálogos, que le dan un dinamismo maravilloso al relato.
Enhorabuena, una vez más!!!
Te invito a pasarte por mi inocente maldición @
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-25/3237
José M Quintero
02/05/2015 a las 01:18
Hola Lunaclara.
La historia de Dominica me encanta, que gran personaje has creado con la abuela bruja.
Espero leer una continiación para mayo.
Saludos.
beba
04/05/2015 a las 02:41
Hola,Lunaclara:
Sólo unirme a los elogiosos y merecidos aplausos que has recibido. ¡Muy buena historia!
Un abrazo.
Adella Brac
04/05/2015 a las 11:47
¡Qué tonta! He tardado muchísimo en darme cuenta de que era continuación de los otros meses, es que tengo una memoria horrible xD
¡Buen trabajo, lunaclara!
Me voy a repasar la historia entera, ¡un saludo! 🙂
Wolfdux
22/05/2015 a las 18:18
Recordaba vagamente los otros relatos y hasta que no has nombrado a la abuela no he atado cabos. Muy buena continuación, igual que Aurora, impaciente por saber como seguirá esto. ¡Nos leemos!
lunaclara
27/05/2015 a las 23:06
Gracias a todos por comentarme!!! No pasa un día sin que aprenda algo nuevo de vosotros. Os mereceis una respuesta individual cada uno y cada una, pero es que me come el tiempo y me es imposible.
Este mes de mayo no he podido participar en Literautas porque no he cumplido con las bases.
Os prometo pasarme por cada uno.
Un abrazo desde Sevilla!