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LA MALDICIÓN - por Bruno Molina Espinoza

LA MALDICIÓN

Lo cierto es que nunca me importó Fiorella. Es decir, me gustaba verla caminar por mi lado presurosa, sonriente, linda como ella misma en ese uniforme blanco y absurdo que yo también usaba, pero que en ella se veía tan bien; y caminaba con ese enorme queso que casi lograba hacerle perder el equilibrio, o con ese enorme jamón… La veía, claro que la veía, y mi corazón palpitaba a mil por hora al hacerlo; pero eso no significaba que ella me importase. Lo cierto, lo sincero… era que ella me importaba un comino. ¿O quizás no? ¡No, sí, sí era así!
Me gustaba verla porque era linda. Me gustaba que sonriera, porque tenía una linda sonrisa. Me gustaba que me viera, a veces, cuando de casualidad yo también la veía; me gustaba eso, claro, porque entonces podía pensar, ¡qué digo pensar!, ¡SOÑAR! Soñar con sus labios mojados, pegados a los míos… Sí, eso me gustaba. Me gustaba soñar y ella era un sueño. Me importaba el sueño, mas no ella. “El queso sí, el jamón no”.

Bueno, en fin, como les decía: nunca me importó Fiorela. Es por eso mismo que a veces escribía su nombre con doble “l”, o sea con “ll”, y otras simplemente con un solo palito. Y ya que hablamos de palitos, pues… ella era como uno cuando me la presentó mi jefe. Era como un “palito”, de eso hablo. ¿O como un fideito? Bueno, ¡la cosa es que era flaca la bonita! Tan flaca, que si mi amiga Josselyn, que juega “Qüiditch” mientras vuela en su escoba, la hubiese visto por aquellos días, aparte de atrapar por fin una “snitch”, se hubiera muerto de la envidia tantas veces, que del infierno o del paraíso la hubiesen botado igual de veces, por el berrinche que hiciera por esos lares su alma traviesa.

No me importaba ella, pero sí los pasos que daba o las huellas que dejaba. Era como una maldición todo aquello que se empavonaba a este hecho de ella y yo, mi desinterés, su
sonrisa y el queso que la hacía perder el equilibrio, a veces. Sí, como una maldición. Un maldición como la que sufrió “Platero”, el borrico más lindo que conocí, de pequeño, en palabras que cobraron forma: forma de “Platero”, claro, y de acero, y de borrico por supuesto. Atravesé con él mil parques y columpios, un montón de carpetas, un montón… de paseos por la iglesia. Pero cuando al fin pensé pasarlo todo con mi amigo inseparable…, mi amigo inseparable se separó de mí. Murió. Lo vi morir y “El Principito” también lo vio; muriendo él también, de pena. ¡Pobre Platero! ¡Pobre Principito! ¡Pobre de mí llorando por mi borrico! ¡Pobre rosa hermosa llorando a su príncipe!

En un país muy, muy pequeño dejaría mis temores, mis tonterías que saben a jamón y queso. No, Fiorella nunca me importó. No me importó antes porque me lograba poner muy nervioso; ni me importó, antes también, porque soñaba con sus labios húmedos junto a los míos.

Como sea, hoy comeré fideos. Me dijeron que los italianos son delgados porque comen solo eso… y bueno, yo estoy algo gordinflón. Fiorela como un palito y yo como miles de globos inflados con helio, volando por entre las nubes, sin rumbo fijo… Fiorella sube en mi canastilla, usando ese uniforme blanco y absurdo que yo también usaba; sube con “Platero” que devora un enorme jamón y un enorme queso que encontró tirado por ahí… “¡Accio escoba!”, se oye fuertemente desde lo alto de mí, que vuelo por los cielos, llevando a una mujer y un borrico… De pronto, desde el sitio que está debajo de las nubes aparece una escoba voladora. Un niño suicida con apariencia de príncipe salta desde el globo más lejano y se logra asir a dicha escoba. Es mi amigo “El Principito”. Me fijo en su bolsillo y veo que no anda solo: la rosa más hermosa del mundo lo acompaña. A mí me acompaña Fiorela, o Fiorella… Claro, me acompaña a mí, porque ya no la pueden acompañar ni el queso ni el jamón.

¡Bueno! Lo cierto es que ella nunca me importó, o me importó lo equivalente a un comino… Lo cierto también es que mi amiga Josselyn era muy mala como “buscadora” y por eso la sacaron de su equipo… ¿Lo cierto? Lo cierto es que te dedico este cuento como regalo… Lo cierto es que es solo un cuento y yo, yo te amo.

Comentarios (12):

Leonardo Ossa

28/04/2015 a las 22:48

Bruno, ha sido un relato bien elaborado. Haz mezclado muy bien dentro de la historia las menciones a Platero y El Principito. Leyendo tu comentario, encuentro que el escrito fue inspirado, por el gusto de tu novia a tales relatos. Espero que a ella principalmente le haya gustado tu cuento.
Saludos.

Bruno Molina Espinoza

29/04/2015 a las 06:23

Se emocionó. 😀 Lo único es que no le gustó que mencionara a mi amiga Josselyn.

Ana Schaller

29/04/2015 a las 17:17

Hola Bruno,

Tu relato tiene un toque poético, pero en general me ha resultado recargado. Me da la impresión de que tratas de imitar a algún escritor al que admiras y el resultado es poco natural. Estoy segura de que tienes tu propio estilo y te animo a que sigas buscándolo.

Hay frases excesivamente largas que son un embrollo. Por ejemplo, ” Tan flaca, que si mi amiga Josselyn…”. He tenido que leerla varias veces para verla clara. Especialmente el final de la frase resulta muy confuso. Un escritor de prestigio (no recuerdo su nombre) aconsejaba a los aspirantes a escritores que jamás permitieran que el lector tuviera que leer un párrafo dos veces para llegar a entenderlo.

No veo la razón de ser del punto y coma en ” “El Principito” también lo vio; muriendo…”. Creo que una coma habría sido más correcta, pero esto no es más que una pequeñez que te comento para que reflexiones sobre la puntuación.

Platero y El Principito con su rosa contribuyen a todo el artefacto poético que quieres crear y son entrañables, aunque no acabo de ver su función en el cuento.

En cuanto al contenido, creo que este texto podría encajar bien dentro de un relato más extenso, pero como relato corto me parece que le falta sustancia. En realidad no pasa absolutamente nada. Depués del primer párrafo esperaba algo de acción: “No me importaba Fiorella, pero entonces…”. Pero me he quedado como estaba al principio. Está claro que al protagonista le importaba mucho Fiorella, pero me habría gustado algo más de argumento.

La sensación que me ha quedado al terminar de leer es de “mucho ruido y pocas nueces”.

Creo que tienes potencial. Solo falta que te dejes llevar y te preocupes menos por escribir algo “espectacular”. Deja que salga tu verdadero estilo, no tengas miedo al discurso sencillo y directo, que también puede ser muy poético y evocador.

Espero seguir viéndote por aquí.

Un saludo,
Ana

Bruno Molina Espinoza

30/04/2015 a las 02:20

😮 ¡Gracias Ana! Me es nostálgico dirigirme a una dama llamada “Ana”. Mi mamá se llamaba así y yo la recuerdo gratamente en mis sueños y mis acciones. Gracias por opinar según tus criterios y consideraciones. Me resulta aleccionador las ópticas ajenas.

Mi estilo es de “escritura automática”. Un estilo que me impactó de pequeño y el cual disfruto usar a menudo. La obra “Platero y yo” es una obra escrita en “prosa poética”. Para homenajear dicha obra fusioné el estilo que practico en un formato de prosa poética. En realidad no escribo así por tal o cual autor, sino por costumbre. Llevo años escribiendo así.
El “discurso sencillo” que mencionas, no es tan así, porque encierra esa manera de escribir otros criterios distintos de evaluación. Con esto intento decir, amiga en letras, que mi meta es perfeccionar este estilo que ahora propongo. Mi fin es el de “transmitir sensaciones”. Me importa más eso que narrar hechos. Pienso (y esto es un criterio personal) que una historia se puede contar también de ese modo. Lamento que tus expectativas como lectora no hayan quedado cubiertas. Eso es un indicador de que algo no está funcionando como debería en mi técnica… Debo quizás buscar un punto medio. De repente si vuelvo a escribir como en mis inicios halle una pista sobre el rumbo que debo seguir. Por ello te invito a no olvidar mi nombre y leer mi próximo relato. Me agradaría mucho leer tu crítica entonces. Si tu opinión mejora entonces, sabré que he dado un paso hacia adelante.

P.D.: No veo errores en mi puntuación; pero quizás sí los haya y no los advierto. Revisaré con el diccionario de dudas.

Gracias Ana, te agradezco por tu tiempo. 🙂

Zory

30/04/2015 a las 15:21

Hola Bruno, yo fui una de tus comentaristas anonimas! Me gusto muchisimo tu relato, para mi es una linda carta de amor =)
Te invito a pasarte y comentar por el mio, soy la numero 53. Soy nueva en esto y me gustaria conocer diversas opiniones.
Muchos saludos para ti y tu novia!

T.Arévalo

30/04/2015 a las 23:29

No se que ha pasado, pero lo cierto es que no conecto con tu relato. Yo uso el sistema de escritura automática cuando me abandonan las musas, pero para elaborar un relato… pienso que es un sistema adecuado para encontrar la inspiración necesaria hasta llegar a una historia más elaborada.

Veo que el potencial está ahí, pero creo que si enfocaras tus esfuerzos en construir un relato menos poético podrías conseguir algo más “legible”.

Comentas que prefieres provocar emociones a relatar hechos. Estoy de acuerdo en que un texto debe transmitir emociones pero no es estrictamente necesario que sea poético para conseguirlo. Hay textos novelescos capaces de despertar algo en el lector. Se puede escribir prosa de manera exquisita y emocionante a la par.

Estoy deseando leer algo tuyo escrito en otro estilo. Empieza su quieres con la escritura automática y luego reescribe para perfeccionar lo máximo posible tu texto.

Perdona por la longitud del comentario. Un saludo afectuoso.

Bruno Molina Espinoza

01/05/2015 a las 00:45

¡Hola Zory! 🙂 Gracias por ser tan gentil en tus comentarios hacia mi relato. Prometo pasarme por tu relato y dejar mis impresiones. Un gusto dirigirme a ti.

Arévalo, amigo en letras, gracias por leer mi relato y dejar tus impresiones. Saludos cordiales.

grace05

03/05/2015 a las 22:24

Hola Bruno. Tengo que decirte que me gusta como escribís. Muy poético, sensaciones y sentimientos bien descriptivos. Pero te confieso que, al leer. fui en búsqueda de un final para el personaje y Fiorella , me perdí en las alusiones a “Platero y “El principito”.
Tenés mucho potencial, tu lenguaje es excelente, pero le faltó contenido, a mi humilde parecer.
Te invito a comentar 106

Fabián

05/05/2015 a las 10:32

No voy a adentrarme mucho en el contenido por qué se nota que esto es algo personal, y que contiene “bromas” internas que solo pillaran tu novia y tu, por ejemplo la referencia a Harry Potter, que no encontré el nexo con el resto del relato.

Dicho esto, como lector random de internet que soy, como relato corto no lo veo, no encuentro la estructura clásica de introducción, nudo y desenlace. Ojo, se puede escribir algo muy bueno sin seguir el A,B,C.

El principal problema que vi, y que hizo que me aburriese un poco, es la reiteración de ideas, no solo las frases en que el protagonista se va por las ramas con sus descripciones, sino que hay párrafos enteros que me dan la sensación de haberlos leído mas atrás, de ir avanzando en el relato y pensar: “¿Otra vez? ¿Pero no dijo esto ya?”

No sé, se nota que es un trabajo personal, y que seguramente esconde mucho por ese motivo, ya que al no conocerte a ti, a tu amiga o a tu pareja, pues me pierdo en todas las referencias que haces. Por ejemplo, como lector random de internet (otra vez), Jocellyn sobra.

No te diré que cambies tu forma de escribir, pero si que, para la próxima vez, intentes traernos algo que podamos entender todos, algo menos personal e “intimo”.

Darkristal

06/05/2015 a las 14:33

Hola señor enojado, tienes un buen relato entre manos!
creo que, sin embargo, me he mareado, hay muchas referencias a libros que ni me he enterado.
Es un trabajo tierno, como un niño intentando justificar su interés por una niña mediante negarlo.
También como el mismo niño adornando su mundo junto a ella con figuras imaginarias que ha ido recolectando.

Creo que ha sido lindo, pero denso y, como han dicho los demás, muy intimo.
Dale cuerda y con tambores , te presentas.
Buen trabajo!

ILLARGUIA

06/05/2015 a las 21:14

Buen relato, Bruno, gracias por hacernos partícipes de esos espacios donde los sueños son como los libros que una vez has hecho tuyos construyen su propio paisaje. Los elementos oníricos, el queso, el jamón, los vestidos blancos, la escoba, Fiorella como mezcla de flor y fideo, si lo agitas todo y convenientemente aderezado con una literatura muy especial, Platero, el Principito y Harry Potter, el resultado no puede dejar de sorprender añadiento una pizca de ternura y prosa poética.
Un placer y a buscar el tambor de Gunter Grass.

KMarce

26/05/2015 a las 04:30

Saludos Bruno,

He retomado la lectura de los relatos de La Maldición y ha llegado tu turno.

Comparto opinión, es más una carta de afectos, negaciones y emotivas confesiones escondidas de lo que siente por su fideo, tal como dijera Darkristal, es un niño que justifica sus arrebatos de amor-indiferencia.
Confieso que soy la persona menos romantica del mundo, pero aprecio cuando alguien se permite expresarse.
En cuanto al tema del mes, imagino que implicitamente la maldición es esa misma, aunque como escena no contenga la introducción, el nudo y el desenlace, fue más una epistola de emociones repridas y ocultas.
Muy conmovedor que se lo dedicaras a tu novia, seguro que ella que te conoce bien ha captado todo lo que quizá nosotros no podemos, por no tener ese nexo de intimidad.

Pena que no lograras participar en el reto de los tambores, pero las puertas siempre estan abiertas a futuro.

¡Nos leemos!

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