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LA MALDICIÓN - por DavidRubio
Web: http://elreinorobado.blogspot.com
Aurelio permaneció un instante en el umbral de la puerta de su dormitorio aferrando el almohadón contra sí. Sus latidos casi solapaban la sonora respiración de su mujer. Suspiró profundamente y se sentó en el borde de la cama.
—¡Jacinta! ¡Jacinta! —gritó mientras la zarandeaba con su mano de campesino—. ¡Que el niño no respira!
La mujer abrió los ojos y agarró el brazo de su marido con desesperación, como si tratara de confirmar que lo que había escuchado fuera una pesadilla.
—¡Dios bendito, Aurelio! ¡No me asustes!
Ante el severo silencio de su esposo se incorporó con arrebato y se lanzó por el pasillo entre balbuceos y voces quebradas que llamaban a su bebé: «¡Antoñito! ¡Antoñito!»
Aurelio perdió su mirada en el almohadón. Esperó en la oscuridad de su dormitorio hasta que un grito desgarrador, una explosión de llanto, estremeció los muros de aquella casa de pueblo. Carraspeó y se tragó el esputo tras levantarse; con parsimonia, se dirigió hasta la habitación de su primogénito.
—Jacinta, voy a por el padre José —dijo al llegar.
Su mujer no respondió. Abrazada a su pequeño, lloraba desconsolada, con la cara escondida en ese cuerpecito nacido de sus entrañas dos meses atrás. Aurelio dejó el almohadón apoyado en una silla y se marchó.
Le recibió la fresca aurora de la mañana con aroma de pino. Sacó el tabaco y se preparó un cigarrillo. Tras la primera bocanada, se encaminó por la calle empedrada que llevaba a la iglesia.
El camino lo relajó, si bien todavía sentía un temblor en las piernas, el mismo que le venía cuando regresaba a su campamento durante la guerra. Hacía dos años que terminó: una eternidad, en ocasiones; un segundo, en otras.
Ya estaba hecho. Él, Aurelio Marín, jamás habría atentado contra su sangre. Pero ese niño no era suyo, ni tampoco de Dios. Y si el Altísimo había consentido el nacimiento de ese hijo del diablo, nada podía reprocharle por haberlo matado antes de que se hiciera hombre.
Comenzaba a clarear, el lucero del alba asomaba tras el campanario. La casa parroquial quedaba en la parte posterior de la iglesia.
No estuvo bien lo que hizo, pero Dios tendría que saber que en la guerra es difícil seguir sus mandamientos. Aun y así, buscó su perdón cada domingo desde que Jacinta le anunció su embarazo; él, que nunca había asistido a misa más allá de las fechas señaladas. Pero no lo escuchó. De haberlo hecho, jamás hubiera permitido que su mujer se empeñara en llamar a su hijo, Antonio. Con cualquier otro nombre, todo hubiera sido distinto.
Pero a Él parecía no importarle y fue así que Antoñito nació con una marca negra en el pecho, con forma de estrella, como el recuerdo de un agujero de bala. Hubiera bastado con que la tuviera en cualquier otra parte del cuerpo. Quizás no creyó sincero su arrepentimiento o acaso el demonio mostraba más interés en asuntos de hombres.
Aurelio agarró el llamador y picó con fuerza.
—¡Padre José! —gritó acompañando a los golpes.
Mientras que el apesadumbrado cura se vestía los hábitos, encendió otro cigarrillo. Tendría más hijos, tal vez cinco o seis. Pero esos serían suyos y no engendros nacidos de una maldición.
Subieron con dificultad la empinada cuesta que les llevaba de vuelta a su casa. El religioso le preguntó si el niño tenía enfermedad o si había sufrido caída o golpe. Aurelio se limitó a decir: —Le habrá cogido un aire.
Cuando encararon el último tramo, Aurelio empalideció. Unos llantos ahogados, pero estruendosos, salían de su casa.
—¿No es eso el lloro de un bebé? —preguntó el cura, aunando en su rostro una expresión de alivio y una mirada rigurosa.
—Yo… no.
Una vez dentro, se dirigieron a la habitación del pequeño y, allí, observaron a Jacinta de pie, acunando a su bebé mientras susurraba una nana.
—¡El niño respira, Aurelio! ¡Tu hijo está vivo!
El cura se santiguó mientras el bebé contenía su llanto y clavaba sus ojos enrojecidos en su padre. Aurelio se estremeció. Comenzó a temblar al ver en ellos la misma mirada desafiante y doliente de aquella mujer que abrazaba a su moribundo hijo de diez años; de aquella madre incapaz de taponar la hemorragia mortal que manaba del pecho de su Antonio; de aquella bruja que impuso su condena a la infamia cometida: «¡Asesino! ¡Míralo! ¡Míralo bien y recuérdalo! Porque renacerá en el vientre de tu mujer para matarte».
Comentarios (37):
Bego Asomadaalalocura
28/04/2015 a las 12:12
Espectacular relato, David con un final tan dramático como grandioso, me ha encantado.
Felicidades!
Pikadili
28/04/2015 a las 12:34
Increible! Gran final! Te mantiene en tension hasta el ultimo momento para confirmarte tus sospechas con una gran escena. Me habria gustado mucho que lo hubieras echo con el reto opcional, pero es genial igualmente. Enhorabuena por este grandisimo trabajo!
Paola
28/04/2015 a las 15:26
Wau!!! No se si se escribe así pero tenía que ponerlo!
David, pedazo de relato!
Me encanta que al principio no entiendes como puede saber que el niño no respira sin haber ido a verlo,( crees que es vidente o algo parecido). Luego sale a por el cura tan tranquilo (descolocas), después piensa que no es su hijo,( traición! crees ingenuamente)(encima la mujer se ríe de él poniéndole su mismo nombre, se la cargará a ella también, veras) y al final la maldición que es al mismo tiempo una venganza. Espectacular.Cumples todos los requisitos de un buen cuento zarandeando al lector de un lado para otro sin la más mínima piedad.
Cesar A. Martin
28/04/2015 a las 16:10
Gran relato David, en anteriores relatos ya te he felicitado por la ambientación y el vocabulario, aquí vuelves a demostrar cómo puedes pintar toda una historia a través de expresiones y giros coloquiales. Sólo con los nombres ya nos pones en una zona rural. La historia fluye sola hasta el magnífico desenlace.
Enhorabuena y un saludo.
Anoide
28/04/2015 a las 16:57
Manejas las palabras que da gusto. Nos llevas por donde quieres, dejándonos pistas pero sin esclarecer el misterio del todo, y cuando llegas al final es como una bofetada. Se me ha encogido un poquito el corazón, ¡lo reconozco! Está escrito de manera impecable.
¡Un placer leerte!
Rubia Alubia (aka A. Losa)
28/04/2015 a las 18:18
David, reitero lo que ya te he dicho en tu blog: quizá lo mejor que te haya leído (y el listón está alto)
Gracias por compartirlo.
PAULATREIDES
28/04/2015 a las 18:28
Somos marionetas y nos manejas con tus palabras. Nos conduces por pequeños callejones y al final, nos sorprendes (por no decir que nos das el golpe de gracia).
Impresionante.
Saludos.
Eva
28/04/2015 a las 21:26
Estremecedor! un relato a la altura del reto. Ha sido un placer leerte.
Peter Walley
28/04/2015 a las 21:50
Muy bueno, el final es de diez. Al principio parece que los comentarios sobre la guerra son superfluos, pero luego te das cuenta de que no sobra ni falta nada. Felicidades.
Roger/NHICAP
28/04/2015 a las 22:51
Hola David,
Excelente relato, logrado en todos los aspectos. Destaco la ambientación, es realmente buena, y el ritmo ágil por la combinación adecuada de diálogos con descripciones; y la dosificación de la intriga.
El remate final le pone el lazo de brillantez al texto.
Me ha gustado y he disfrutado con su lectura.
Un abrazo
Denise
29/04/2015 a las 00:22
Bueno, no tengo mucho más que agregar a los comentarios que me preceden. Magistralmente escrito.
Saludos!
Quique Crespo
29/04/2015 a las 05:17
Qué pedazo de loco ese Aurelio! Me gustó mucho tanto la historia como el relato de la misma. Me ha sacudido tanto dramatismo. Estupendamente escrito.
Un cuento genial.
Felicitaciones.
Tim Galano
29/04/2015 a las 12:38
Impresionante! El mejor relato que he leído por aquí, y quizá también por allá.
La ambientación, el ritmo, los diálogos (los presentes y los ausentes) el cuentagotas del final, una auténtica maravilla!
Envidia, sana claro!
Jose M Quintero
29/04/2015 a las 12:51
Hola David, excelente relato.
Esta muy bien escrito soltando informacion de a poquito hasta el sorprendente final, muy bueno felicitaciones. 🙂
Aldo Brov
29/04/2015 a las 14:11
Hola David
Encontre unos errores cuando dices que…. nahhh mentira!
¿Que mas se puede esperar de ti? otro mes con puntaje 10/10. La forma en que escribes, como ordenas las ideas y llevas la intriga, la ambientacion y la representacion de los personajes, no se te escapa nada, manejas muy bien el elemento llamado “El arma de Chejov”, todo lo que dices tiene una funcion y al final todo cierra, y algo muy valioso es que lo haces dentro de las 750 palabras que para tantos es tan complicado. Si hubiese un primer premio, dificilmente alguien te lo quitaria.
Felicitaciones, espero que cuando seas un escritor famoso sigas viniendo por aqui!!
Saludos
lunaclara
29/04/2015 a las 14:49
Ole David! Un texto impecable. Gran final, aunque eso de aclararlo todo en una linea me ha chocado un poco. Pero vaya, que no le quita ni una pizca de merito. Puede hasta incluso hacer que el final sea mas sorprendente.
Felicidades!
marazul
29/04/2015 a las 15:35
Me ha impactado tu relato David por lo que cuentas y como lo cuentas. De los mejores que he leído. Puedes estar orgulloso de la historia tan completa que has parido.¡ Felicidades!
ortzaize
29/04/2015 a las 19:04
que fuerte este relato. me parece genial y estas sobrecogido todo el rato. saludos.
Pato Menudencio
29/04/2015 a las 22:48
Si tuviéramos que poner de ejemplo finales de antología para un texto, definitivamente este estaría si o si.
Estás dentro de los autores que hay que leer de forma obligada mes a mes.
Mi más sincera felicitación.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
30/04/2015 a las 00:16
Guau, David. para ser mas expresivo: Wow, David.
Adella Brac
30/04/2015 a las 08:44
Dominas a la perfección el tono y siempre hay profundidad en tus relatos. Totalmente de acuerdo con Pato de que eres lectura obligada 🙂
¡Buen trabajo!
Un saludo.
Luis A.R. Selgas
30/04/2015 a las 09:57
Como cada mes te doy mis felicidades y como cada mes me quito el sombrero ante tu relato.
Al principio, debido al vocabulario y a la ambientación llegué a pensar que sería similar al de la muchacha enferma; pero como siempre me has sorprendido.
Felicidades.
Servio Flores
30/04/2015 a las 13:10
Solo puedo decir que el relato está perfecto.
Mi admiración, felicidades!
Miranda
30/04/2015 a las 15:19
David si re sigues superando, tocas techo. Ritmo genial, vocabulario perfecto, descripciones las justas y una historia imaginativa con muy buen final.
Atrapa.
Me ha encantado
Demetrio Vert
30/04/2015 a las 18:42
Ya te lo han dicho todo. Muy buen relato.
Felicidades.
Te agradecería pasaras por el mío. El 181.
Margarita Graña
30/04/2015 a las 19:21
Te felicito! qué decirte para no repetir los elogios? Sólo que eres de mis referentes a la hora de leer en literautas. Gracias
Aner
01/05/2015 a las 01:25
Me uno a los comentarios. Una pasada en todos los sentidos.
ILLARGUIA
01/05/2015 a las 15:04
David, es un extraño relato de guerra y maldición. En la guerra es difícil seguir sus mandamientos, dices, yo creo que es imposible, incluso está justificado matar. Asuntos de hombres, no me parece ideal como definición de la guerra, aunque se acerca bastante.
Un abrazo y a por el próximo reto.
grace05
01/05/2015 a las 17:18
Un relato estremecedor, fuerte. Muy bien escrito. Vas ” descolocando” al lector: “la desesperación y la tranquilidad” , sensaciones que se sienten al leer tu historia. Tu historia es atrapante desde principio a fin, mantiene la tensión y el suspenso. El giro final aterrador, me dejó la pregunta: ¿ qué será de la vida de Aurelio ? su hijo tarde o temprano será su asesino…
¡FELICITACIONES!!!!!
Te invito a comentar 106
T.Arévalo
01/05/2015 a las 17:36
Espectacular, simple y llanamente espectacular.
Magnífico relato que reúne todas las características de un grandísimo relato.
Bien escrito, cada palabra cuenta, vocabulario adecuado a la ambientación, personajes perfectamente retratados a pesar del límite palabras,y lo más importante: conmueve al lector, provoca emociones.
Mis más sinceras felicitaciones.
Yo de mayor quiero escribir como tu.
Gran descubrimiento.
Leonardo Ossa
02/05/2015 a las 00:48
David se hace un buen recorrido con tu escrito hasta finalizar en una maldición muy patente. Eso se dice fácil, pero la estructura debió tomarte tiempo, pues se ve que está bien elaborada.
Recreas con fidelidad el sentimiento de cada uno de los personajes.
¡Felicidades! Saludos.
KMarce
02/05/2015 a las 07:24
Saludos David, … Y yo sufriendo por el pequeño engendro.
Que final mas aterrador. ¡Ay el karma! frase de moda de mi sobrina.
Pobre Jacinta, pero más triste el destino de Aurelio.
Me ha gustado tu relato por la potencia de todo, las emociones de la madre, el enjuto del padre que lo miraba como “en estado de shock” que ahora comprendo que sería casi de alivio… Y un bebe-reencarnado que cumpliría la sentencia de su bruja madre.
Sin medir el porque el niño de diez años murió en manos de Aurelio, “bajas” de guerra, es en sí una trágedia, pero el peso latente es sino la maldición misma que se cumplirá sin forma de ser evitada.
Muy bueno. Morfeo me está abrazando desde hace horas, pero no quería dejar de pasar por tu relato. Puntos de mejora, no las he detectado, me pareció fluído, sencillo y con el impacto del caso.
Felicidades, elogios bien merecidos.
Ryan Infield Ralkins
02/05/2015 a las 18:33
Que mas puedo decir que ya no hayan dicho? Tremendo relato el que tienes David. Como ya dijeron, mantiene en tension de principio a fin y cada cosa se revela justo a tiempo. Tremendo, simplemente tremendo.
Felicitaciones y saludos.
José Torma
03/05/2015 a las 22:35
Maestro Rubio.
Que pedazo de relato nos acabas de regalar. LLego tarde y te han dicho todo lo que se pueda decir. Asi que solo añadire que me gusto mucho, lo senti sonoro y visual, el sentimiento del padre muy definido y la maldicion, dejada hasta el ultimo momento, pone la cereza a un pastel de letras que, a falta de una palabra mas descriptiva, te quedo de rechupete.
Felicidades y eres de mis autores preferidos.
Saludos.
beba
09/05/2015 a las 23:29
Hola: llego tarde, sólo me queda aplaudir y felicitarte. Excelente. El desenlace, genial.
Felicidades.
Wolfdux
19/05/2015 a las 09:31
Excelente David, es un placer leerte. Un abrazo.
Tinta Negra
26/05/2015 a las 00:46
Redondo en tres dimensiones, una esfera perfecta. ¡Muchísimas felicidades!