La maldición
Ella me perseguía, yo corría lo más rápido posible, entre a mi habitación y puse seguro a la puerta aunque estaba consciente que eso no la podía detener pero esta vez sí lo hizo, me senté en el suelo y agarre las fotos que todavía conservaba y comencé a verla y a verme a mí y a ver la diferencia de esos tiempos con los de ahora, y lloré y fue mi miedo saliendo por mis ojos y sentí el terror estallando por dentro haciéndome temblar, grité y no supe más de mí.
Escuche las voces y los golpes a la puerta, era mi puerta pero se sentía lejos, y seguí escuchando mi nombre y entonces me arrastre y la abrí

-¿Qué pasó?- preguntaron todos
-Ha vuelto- fue lo último que dije ese día, yo sólo se llorar

En la noche la sentí, abrí los ojos y estaba ahí, tenía un cuchillo en la mano lista para apuñalarme
-¡¿Por qué me haces esto?!- le grite- yo soy tu hermana- le seguí gritando
-Eras- me dijo- ERAS Y A TI TAMPOCO TE IMPORTO- me condenó, la luz se encendió y ella desapareció, lloré, estaba condenada para siempre mientras respirara, era una maldición que me seguiría hasta acabar con mi vida, me seguiría y cuando me atrapara iba a acabar conmigo, ella, mi hermana o su fantasma, iba a hacer lo que yo hice con su corazón, destruirlo, iba a destruirme. No dormí más, ni esa noche ni ninguna otra, dormí en compañía en las horas del día, no comía por el miedo al envenenamiento y bote todos los cuchillos de la casa y ella desapareció. Por un tiempo.

Cuando volvió a aparecer me hizo correr otra vez, yo estaba tomando una ducha y salí y corrí por toda la casa de madera, sola, estaba sola con mi asesina
-Perdóname- le grité, no me iba a dar su perdón yo la había traicionado, la había roto y acabado, yo, yo era su hermana gemela y lo hice, le quite todo lo que quería, le quite su amor y fue a propósito, yo había conquistado a su prometido y él le quito el anillo que ahora yo llevo puesto, ella murió de dolor y ahora quería vengarse, quería quitarle al que fue su amor, su amor, ojo por ojo, amor por amor y que también muriera de dolor.
Corrí hasta encerrarme en el sótano nunca había estado ahí, cerré la puerta, eso no la detuvo y venía con su hacha desde el mas allá por mí y me empujo hasta que me estrellé con las cajas que ocupaban todo el lugar y lanzó su hacha hacía mí.

-Eso fue lo que pasó- dije al terminar de contar todo a la psiquiatra con respecto a la última vez que la vi
-¿Tu hermana ha vuelto?-
-No- dije a secas, cuando me percate del mundo alrededor, la oficina de la psiquiatra blanca e insípida, no era la primera vez que estaba ahí, conocía ese sitio perfectamente, ella escribía cosas, me incline para ver

Emily Pronter
“Trastorno espectro autista & esquizofrenia paranoide"

Comprendí todo, todo lo que no había pasado y en donde siempre había estado.