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...La Maldición... - por Osvaldo Mario Vela Saenz
…La Maldición…
Ya comienza el mes de abril. Espero con ansia el desafío de la nueva escena. Abro mi página y alá: aparece en mi ciber-hoja, una encomienda difícil. La imagen plasmada en ella: una pluma y una hoja en blanco, sobre lo que parece ser una banca escolar. Mi inspiración que, siempre se asoma curiosa a escudriñar la faena del mes, ahora es esquiva; se esconde en el fondo de mi imaginación.
El encabezado de la nueva misión, igual para cada obra por concursar; “La Maldición”.
Acude a mi raciocinio, la mexicanísima expresión “Me dan ganas de rajarme”.
No se vale, somos hombres de palabras… Me lanzo con ellas a cumplir el desafío. La pluma inspiradora llena mis manos, miro con pasión la pieza de papel sobre la mesa, no ocurre plasmar alguno… La hoja sigue en blanco.
Para añadir color a mi inspiración, me dejo llevar por los pormenores que dan vida al grupo que nos une al escribir. Reconozco que, desde que me uní a él, mi redacción ha mejorado mucho. No quiero perderme un solo mes, mi presencia en el grupo es como oxígeno a mi pluma.
El día quince del mes, será la fecha indicada para enviar una inmaculada obra.
¡Maldición!, las horas pasan, sigo pluma en mano, Nada llega a mi papel y sólo dispongo de unos días más para el envío.
En espera de que la inspiración aparezca, divago de nuevo por lo que vendrá después del día quince de abril. Ese día voy a recibir las obras a revisión bajo el mismo nombre.
La revisión, examen visual que, es labor obligada de loable fin; ayuda recíproca de opinión a cada narración. La cifra de obras bajo encargo; el primer número prohibido. A mí me llama el poder conocer el nombre de cada narrador bajo mi lupa. Busco después sus encabezados, en la enumerada recopilación de escenas. Pero por ahora, me voy a quedar en ascuas. Si deseo descubrir quién es el narrador de la faena bajo mi calificación, mi obligación será leer cada obra enumerada de principio a fin.
Cada narración que se me adjudica a revisión, merece de mí una reverencia… Cada faena que leo, algo me deja; puede ser una bella escena, a lo mejor algo chusco o quizá, desenlaces profundos. Procuro dar al narrador una idea, a innovaciones necesarias, siempre haciendo mención de su ingenio, su fluidez y el amor plasmado en su encomienda.
De nuevo me esfuerzo por regresar a escribir sobre “la maldición”.
¡Maldición! Mi conciencia me abandona; vuelvo a claudicar. Mi imaginación es caprichosa y desvaría aún más lejos, allá por el fin de mes. Aparece, en ciber página, la recopilación de obras de un mundo de colegas emprendedores en espera de una calificación. Juiciosas opiniones volcadas sobre sus creaciones.
Yo, aguardo con ansia los consejos de Aldo Brov, su profundidad de evaluación me guía. El siempre fiel compadre José, añade fuerza a mi dedicación. Añoro las sinceras alusiones de Chiripa, Marazul, Roger, Lunaclara, Wolfdux, KMarce, Luis Ponce, Paola, Ryan y de muchos más, cuyos nombres son, no mencionables. Agrupación que, por su sabiduría, alegra mi fin de mes y principio del que sigue.
Mi divagar es sincero al recordar las ayudas recibidas.
¡Ni modo! Mi inspiración sigue de escondidillas. Mi pluma se rehúsa a plasmar ideas. La fecha de envío casi por vencerse. Por lo mismo, me veo obligado a enviar el recorrido de mis divagares y mis desvaríos para acabar con la “Maldición”. De locura… Ya cumplí.
Gracias compañeros por ese desenlace.
Comentarios (21):
Aldo Brov
28/04/2015 a las 13:35
Hola Osvaldo, ahora me siento en la obligacion de hacer una evaluacion profunda de tu texto! …aunque como habras visto este mes estuve lidiando con mi ego por lo que mejor intentare hacerlo simple.
Me gusto la simpleza del tema, exponiendo tu sentimiento ante el desafio que implica escribir para el taller, la mayoria nos debemos sentir asi con el pasar de los dias cuando no sale una idea mas o menos interesante.
Creo que es evidente que la obligacion de evitar las T te llevo a crear un texto que tiene una mayor expresion literaria, con oraciones y sustantivos que le dan mayor elegancia al texto, sin embargo no lo siento forzado. Tu texto tiene un tono excelso, aristrocratico.
Es verdad que no hay mucha trama, o una intriga que te atrape, es que el texto se enfoca en los sentimientos, en la emocion de enfrentarse a este desafio que tomamos mes a mes y esa sensacion de impotencia que a muchos les hace renunciar… Yo estuve apunto de hacerlo, mi texto salio 5 minutos antes del cierre…
Osvaldo Mario Vela Sáenz
28/04/2015 a las 19:02
Aldo muchas gracias por tus comentarios a mi texto. Solo me resta por decirte que si tu te salvaste del cierre por cinco minutos, yo, me escapé de tu maldicion por veinticinco.
Luis Ponce
29/04/2015 a las 00:18
Osvaldo, te felicito, cuando acepté el desafío de la “T”, en mi trabajo la maldición me cerró el entendimiento, pero veo que tú lograste un texto de categoría con el mismo uso. Esa es la manera de no sacrificar la calidad de la narración a las condicionantes. Me has dado una lección que agradezco.
Creo que todos aprendemos algo cada mes y personalmente estoy agradecido de las opiniones que recibo. Esta retroalimentación es la que pude lograr que encontremos lo que buscamos día a día.
Gracias por tus comentarios. Te leo.
Chiripa
29/04/2015 a las 01:15
Hola Osvaldo.
Me alegra que mi relato te haya hecho evocar tu niñez. Yo me divertí mucho escribiéndolo.
Leeré y comentaré el tuyo dentro de unas horas, con la lucidez necesaria para hacerlo bien.
Slds.
Paola
29/04/2015 a las 09:58
Hola, Osvaldo, me he reído mucho con tu relato, la verdad es que delante de algunos temas no sabemos que decir.Los que escribimos “realidad” nos bloqueamos delante de la palabra magia, es nuestro antagonista, el que saca el conflicto que llevamos dentro, es el detonante de nuestra vida. Está claro que a ti y a Aldo (y seguramente a alguien más que aún no he leído) os ha trastocado y lejos de conseguir su propósito de crear una trama os ha dejado el encefalograma plano. Pero de ahí también se pueden sacar buenos escritos, la musa que lleváis dentro así lo ha demostrado.
lunaclara
29/04/2015 a las 14:19
Hola Osvaldo! Tu relato es muy original. Lo de la hoja en blanco es una maldición en toda regla, jajaja, y a mi me pasa muchas veces.
Gracias por nombrarme. Muy sabia no es q sea en esto de la escritura, solo necesito escribir, y poder hacerlo bien.
Yo en tu relato pondría algunos puntos y a parte, para separar los párrafos y agilizar la lectura.
Por lo demas, felicidades!
José Torma
29/04/2015 a las 17:17
Compadrito Osvaldo.
Usted no se raje que los mexicanos se nos conoce por dicharacheros pero tambien por aferrados.
Mira que como dice Luna Clara, no hay peor maldicion que la hoja en blanco y el tiempo encima. Yo tambien hubiera incluido las 750 palabras que en su momento tambien nos obligan a obviar explicaciones o de plano cortarlas con la esperanza de que el texto sea entendible.
Aqui logras dos cosas muy importantes. La primera, yo no vi ninguna T asi que felicidades. La segunda, logras con algo que todos hemos experimentado alguna vez, recrear un relato divertido y lleno de imagenes que lo hacen sabroso de leer.
Felicidades y espero que la hoja en blanco se vaya para ser reemplazada por un bonche de buenas criticas a tu relato.
Pato Menudencio
29/04/2015 a las 18:47
Hola Osvaldo.
Lograste hacer un texto sin “T” y a la vez que fluye de forma natural sin verse forzado. Además la idea es simpática y no pude evitar una sonrisa al leerlo.
Saludos.
grace05
29/04/2015 a las 21:24
Hola Osvaldo:
Me encantó tu relato, cuantas verdades escrita con fluidez y humor. Lograste describir, incluyendo la consigna, un relato común a muchos, o por lo menos a mi, que hecho maldiciones cuando las musas no me visitan… jajaja… ¡Buenisssssimo!!!!!
Te invito a comentar 106
Chiripa
29/04/2015 a las 22:17
Gracias a Dios que no te rajaste, cuate! Porque la falta inspiración nos regaló un elegante relato des – T – tado, hilado con humor que, además, plasma esa inquietud que a todos nos acosa cuando las musas se van de vacaciones y el tiempo nos cae encima.
Cuando haces mención a los comentarios que haces al revisar los textos ajenos, creo que fuiste muy justo, porque en realidad eres uno de los que siempre deja ese toque positivo necesario para que el escritor novel no cuelgue la pluma.
He disfrutado mucho la lectura de tu maldición, además, por el manejo tan fino que haces de nuestra lengua.
Enhorabuena, Osvaldo.
Ryan Infield Ralkins
30/04/2015 a las 14:33
Pues vaya forma de cumplir el reto. Ingenioso, muy ingenioso. Y mas que, creo no equivocarme al decir que todos los compañeros literautas nos hemos sentido asi en algun momento. En mi caso fue con este taller y a punto estuve de no participar. Pero como bien dices en tu relato:”No quiero perderme un solo mes, mi presencia en el grupo es como oxígeno a mi pluma.”
En cuento a lo demas, bueno, me parece que usaste un vocabulario excelente y como dice Aldo, no resulta forzado. Y me haces pensar en lo interesante de que todos los relatos se llamen igual y poder ver como cada cual escribe algo distinto e interesante.
Felicitaciones por este excelente relato y saludos.
Gracias por tu comentario en mi relato y tambien por mencionarme en el tuyo. Muy honrado me siento aunque al igual que dice lunaclar, muy sabio no creo ser, je je.
Nuevamente felicitaciones.
Leonardo Ossa
01/05/2015 a las 15:22
Osvaldo, tu texto me fue llevando por esa sensación de sequía literaria en la que a veces caemos. Cuando a mí me sucede una situación así, creo haber llegado definitivamente al límite final de mi creatividad, pero veo que en tu caso, un posible pensamiento inicial a ese respecto, te genera un torrente de ideas con el que terminas plasmando en una forma fluida, todo un relato.
Adicionalmente cumples con el reto opcional de este mes. Pero tu escrito no se limita a ello únicamente, sino que es capaz de generar en quien lee, esa incomoda sensación de no saber que escribir. Es entonces ahí, en la sensación creada, que tu escrito adquiere un valor agregado, puesto que no solo demuestra la capacidad de un giro gramatical para omitir una letra, sino que cobra vigor el contexto, al generar un sentimiento.
También leí tu comentario, en donde recuerdas tu tránsito por los caminos selváticos de Chiapas. Espero leer en un futuro alguna historia tuya con esa evocación. Nací en Medellín, la capital de Antioquia en Colombia, una ciudad industrial muy populosa, pero tuve la oportunidad de vivir varios años en una región selvática, en donde a cambio de habitantes, brotaban historias.
Un saludo.
marazul
01/05/2015 a las 22:06
Hola Osvaldo. Tu relato es una prueba de la imaginación y dominio del lenguaje que tienes (y de la labia también…) Si eres capaz de escribir estos párrafos tan geniales sin inspiración y bajo el efecto de “la maldición de la hoja en blanco”……qué serás capaz de ofrecernos cuando estés inspirado
Un relato con el que nos sentimos todos identificados y que además logra el reto de la innombrable.
Un saludo. Marazul
Mirando al sur
02/05/2015 a las 02:05
Si has conseguido hilar este relato sin una trama sólida avísame cuando estés inspirado, será genial.
KMarce
02/05/2015 a las 05:34
Saludos DavidR. Creo que la maldición que muchos tenemos es que no nos podemos desprender de esta página. Yo dije: Solo dos horas en Literautas… creo que entre ir y venir llevo casi seis.
Que grato ha sido tu relato, me gustó desde el principio. ¡Y me has mencionado! No alcanzan los nombres ¿Verdad?
Doblemente obligada de venir al tuyo, me has comentado y te tengo en mi lista de pendientes. Ayer saqué un listado de los primeros veinte y mis “note pads” se quedaron pequeñas.
Me ha gustado mucho la fluídez, sino leo que hiciste el reto ni me entero que no tenías Ts, eso ya es un gran acierto.
Pero lo que más me gusto es que aunque parece un monologo reflexivo, yo si le veo la regla: introducción, nudo y desenlace.
¿A mejorar? Nada en la primera lectura, la segunda alguna coma extra. Parece poco creíble pero es un trabajo muy dedicado el que tuviste, y no hay nada a subrayar.
Nunca he tenido “el bloqueo del escritor”, me identifico más con “una tormenta de ideas”. No sé si les pasa a todos, pero yo tengo la historia completa de pe a pa, como decimos, con diálogos y todo,(soy terriblemente visual y siempre es como ver una película pero sabes que sienten y piensan los personajes) a veces en fragmentos como un rompecabezas, sé que está ahí, solo que no sé exactamente a dónde va.
Ahora con tu historia, ya sabré que cuando eso me pase, voy a recordar todos los consejos recibidos y seguir adelante. Escuchó la expresión: Reto y yo salgo dando saltos: Yo, yo. No soy mexicana, ¡Pero tampoco me rajo!
Abrazos, nos leemos.
KMarce
02/05/2015 a las 06:59
Saludos Osvaldo… me vas a perdonar por cambiarte el nombre. Revisaba mi listado de pendientes y me equivoqué de número y línea. Ya es bastante tarde por aquí y mi hermana me texteaba. ¡Lo siento!
Lo demás es todo verídico. Me reinvidicaré contigo 😛
Abrazos, nos leemos.
Demetrio Vert
03/05/2015 a las 10:50
Buenas, Osvaldo. Encantado conocerte aunque sea en un momento en el que “la inspiración te ha abandonado”. Suave como la brisa indignada, tu texto llega al final batallando contra el encrespado mar vacío. ¿Qué más pedir?
Felicidades.
Adella Brac
04/05/2015 a las 17:33
¡Quién de nosotros no se ha sentido así alguna vez! 🙂
Has sorteado el reto con imaginación, y de paso, has creado un estupendo texto. ¡Enhorabuena!
Un saludo 😉
Roger/NHICAP
06/05/2015 a las 09:13
Hola Osvaldo,
Relato original e inteligente que supera muy bien el reto. La idea es sencilla y te sirve para desarrollar un texto fluido, agradable y bien escrito.
Me ha gustado Osvaldo y gracias por incluirme en el mismo.
Un abrazo y hasta otra
Leonardo Ossa
07/05/2015 a las 05:24
Osvaldo, me gusta saber que mi narración despertó alguna evocación con respecto a tu vida. Como te dije más arriba, estaré atento por si decides escribir sobre tus experiencias en las selvas de Chiapas.
Gracias por tu nota.
Saludos.
leonardo_ossa@hotmail.com
Wolfdux
19/05/2015 a las 09:41
Osvaldo, llego tarde, pero llego, jeje.
Me ha gustado mucho que hayas utilizado el taller para recrear la mente de un escritor frente a el desafío de Literautas y a la vez nombres a algunos de nosotros en él. Como bien a mencionado Aldo, creo que el no usar la T, te ha obligado a escribir un estilo diferente que aporta una esencia que enriquece el texto, y mucho. Felicidades por el texto y por el reto.