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La maldición - por Thelma
La maldición
Han pasado dos décadas, y hoy me paseo por las calles de París. Soy africano, mi ocupación es en bienes raíces. Mis padres no biológicos, me hallaron dormido en una parada de buses en mi país de origen. Para esa época era un niño de nueve años, había escapado de las garras de un viejo cruel, que hacía que sus esclavos no descansáramos, ni de día ni de noche en los campos de cosecha. Mis verdaderos padres murieron en manos de aquel hombre y mis cinco hermanos lograron escapar. Los he buscado, pero no dan señales de vida, no descansaré, sé que algún día nos reuniremos y seremos felices.
Esa noche que escapé, fue después de escuchar a una madre desesperada que llegó a la casona de aquel hombre, reclamándole que él era el único culpable de que su hijo de cinco años muriera en aquel barranco. Él había mandado a perder al niño en plena noche, decía que ese chiquillo no servía, que sólo problemas ocasionaba, pasaba llorando y llamando a la madre. Recuerdo que esa mujer le decía: —A los campos les caerá una maldición, sólo así serán pagadas las crueldades que has hecho. Esa maldición cesará cuando ellos pasen a manos de un hombre bueno—.
—Calla, calla mujer, eres una loca, ninguna maldición caerá aquí —dijo aquel hombre—.
—Guardias, guardias, saquen a la loca y no la quiero ver más por aquí.
Los guardias la sacaron de forma brusca y ella desgarrada desde afuera no se cansaba de decirle: —La maldición vendrá, la maldición se acerca y se quedará rondando. Los campos morirán, así como murió mi pequeño hijo—. Poco a poco esas voces iban decayendo, al final lo que se escuchaban eran gemidos de dolor.
Recuerdo que al oír aquellas palabras y gemidos, mi pequeño cuerpo se llenó de miedo y a la vez de fuerzas para escapar de ese lugar. Sabía que podía salir de ahí, yo conocía muy bien esos caminos, los recorría llevándoles pedazos de pan añejos a los esclavos. Ese pedazo de pan que cada esclavo recibía, era la única comida del día. Muchos de ellos murieron en pleno sol, de hambre y sed. ¡Qué ironía!, en la casona sobraban las comidas y las bebidas, más en las reuniones que hacía el ogro con sus amigos.
La maldición cada año se iba cumpliendo, las cosechas iban mermando y llegó el día en que los campos murieron. El viejo cruel se quedó sin riquezas, hoy en día deambula por las calles pidiendo limosna, su familia y amigos lo abandonaron.
Hoy he recibido un comunicado, ha llegado a mis manos vender aquellos campos. Un compañero y amigo me ha pedido que los negocie, que a él se le ha hecho difícil venderlos, nadie los quiere adquirir, sus compradores exponen que esos sembrados no sirven.
Es verdad nadie los comprará, pero yo Alejandro Albuquerque, que conozco la maldición, seré el único dueño de ellos.
Comentarios (17):
Fabián
28/04/2015 a las 19:46
Genial la narración.
Siempre me encuentro con algún relato donde el protagonista cuenta una historia/anécdota y la mayoría de las veces veo el mismo fallo, que no parece algo contado desde el recuerdo, si no algo que está pasando en el presente.
Tu lo hiciste genial esto, en ningún momento se pierde la sensación del protagonista relatando sucesos de su vida.
•Forma
No fue hasta la tercera vez que lo leí que me di cuenta de que no había “T’s” y esto es buena señal, significa que no se echan de menos en lo mas mínimo.
La puntuación la encontré bastante correcta y la sintaxis también, ya te digo ni noté la ausencia de “T’s”
Quizá lo único que cambiaría es ese “pan añejo”, viejo si pero ¿tanto como añejo?, ¿para qué guardan pan que tiene uno o mas años?. Pondría “pan duro”, “pan viejo”, “pan ennegrecido”,etc
•Contenido
Me gusta como narra los hechos el protagonista, sin irse por las ramas en detalles que no tienen importancia, como debe de ser un recuerdo vamos.
La pega que le pongo a la trama es el destino final del viejo, no me acabo de creer que por no poder cultivar en un terreno, un señor que tiene esclavos y los explota, acabe mendigando. No sé, normalmente una persona que está metida en ese tipo de cosas también está metida en otras, como por ejemplo trafico de esclavos/niños para guerrillas, o para trabajar en las minas de coltán, venta de órganos, prostitución. Vamos creo que si se le acaba el negocio de los cultivos tendría unas cuantas salidas mas para seguir lucrándose a costa de sus esclavos.
beba
28/04/2015 a las 22:04
Hola, Thelma
Felicitaciones por no haber usado la “T”(salvo en tu nombre, claro, ja, ja)
Buena historia. Correcta en la forma, original el contenido; buen manejo del ritmo.
Me gustó leerte.
Saludos.
Thelma López Lara
29/04/2015 a las 22:27
Gracias Beba y Fabián, por sus palabras.
Fabián tomaré muy en cuenta tus sugerencias son bienvenidas. Les cuento, el final de ese relato yo lo quería cambiar. Mi idea inicial era que Alejandro Albuquerque en ese viaje que él tiene que hacer a África para vender esos campos, él se encuentra en una estación de tren de un pueblo a una mujer atractiva y misteriosa. Esa mujer era nada más y nada menos que una nieta del viejo ogro. Ellos se enamoran y viven todo un romance. Pero esa relación trajo muchos problemas a Alejandro, por supuesto todo lo relacionado con la maldición.
Bueno cuando lo termine lo compartiré con ustedes.
Saludos
Leonardo Ossa
30/04/2015 a las 20:22
Thelma, debo decir que el comentario de Fabián es muy acertado, coincido con él. La ausencia de la letra “te” es un valor agregado que resalta la dedicación al escrito. La alusión que haces a la esclavitud me recuerda otras historias de la época colonial Española, de donde surgen infinidad de relatos históricos y fabulosos.
La segunda parte que anuncias, en donde Alejandro Albuquerque se relaciona con la nieta del ogro, suena interesante.
Saludos.
Thelma López Lara
30/04/2015 a las 23:41
Gracias Leonardo por leer mi relato y gracias por tus comentarios.
Cuando tenga mi relato terminado se los compartiré, será para mi un honor que ustedes lo lean y hagan todos sus observaciones. Sólo así aprenderé.
Un millón de gracias.
grace05
01/05/2015 a las 21:05
Excelente relato. Me cautivó y me arrastró la tensión que no me di cuenta que faltaba “la señora T” solo por el comentario de Fabián me di cuenta. Tiene una fluidez y agilidad, que deja atrás el reto.
Una historia triste y fuerte de la muchas que existieron y aún, enmascaradas, existen en este mundo.
¡Excelente trabajo, te felicito!!!!
Te invito a comentar 106
José Torma
01/05/2015 a las 23:04
Que tal Thelma.
La esclavitud es una de las peores cosas que hacemos como humanos, reducir a la calidad de animales a las personas solo por su raza o color me parece deleznable. Sin embargo, tu relato (sin T’s) no es una critica ni un reclamo. Es la voz honesta de un niño que logro salir de ello y logro hacer algo con su vida.
El tono un poco afectado de la manera de expresarse creo que hace que lo escuches, le da sonoridad al texto y lo trae no solo a tus ojos sino a tus oidos. Difiero de Fabian en poca cosa, hay algun arreglo de palabras que me hubiera gustado de otra manera, pero son gustos y al final la idea se transmite fuerte.
Muchas felicidades por un relato tan logrado que ni cuenta me di que no tenia T’s
Thelma López Lara
02/05/2015 a las 03:33
Hola Grace,
Muchas gracias por tu comentario y qué bueno que te haya gustado mi relato, lo hice con muchas ganas e ilusión.
Ya paso por tu relato.
Mil gracias
Thelma López Lara
02/05/2015 a las 04:06
Hola José, espero que todo marche muy bien, después de esas pequeñas vacaciones. Bueno, eso fue lo que leí en tu último mensaje.
Muchas gracias por tu comentario, me siento motivada de ver que también te haya gustado.
Te cuento, ya hice el relato para participar en Literatta el tema es: “soñé con ella anoche”. Ahí lo tengo reposando, el 31 de mayo vence el tiempo.
De nuevo muchas gracias.
Ryan Infield Ralkins
03/05/2015 a las 23:37
Una historia muy realista en todo aspecto. Como dato curioso, los primeros en esclavizar a los africanos fueron ellos mismos. Una tribu capturaba gente de otra tribu y se las vendian a portugueses, ingleses, franceses, españoles, etc. Tu relato me hizo recordar eso.
En cuanto al mismo, muy bien narrado e interesante esa maldicion. Me parece bien que ese esclavista infeliz pagara por lo que hizo. Muy buena construccion de personajes y escenarios.
Felicitaciones y saludos.
Thelma López Lara
04/05/2015 a las 15:18
Hola Ryan,
Muchas gracias por leer mi relato. Definitivamente, la esclavitud es un acto “humano” cruel. Peor aún, en estos días todavía existe la esclavitud y en todo ámbito.
De nuevo, muchas gracias por tus palabras.
Miranda
04/05/2015 a las 15:43
Thelmma te felicito. Un buen cuento tanto en contenido Como en forma. No me he dado cuenta de las T, hasta que he leído los comentarios. Me ha resultado un lenguaje muy fluido.
Thelma López Lara
04/05/2015 a las 16:03
Gracias Miranda por tus palabras.
En cuanto al reto, muchos compañeros me han dicho lo mismo, que hasta al final se dieron cuenta de que no use la letra “t.
De nuevo muchas gracias por tus comentarios.
Saludos
José M Quintero
06/05/2015 a las 13:17
Hola Thelma
Me gusto tu relato, es muy real y esta muy bien narrado, espero pronto leer la version larga y ese romance con la nieta del verdugo.
Felicitaciones por cumplir el reto opcional. 🙂
Te invito a comentar el 58.
Thelma López Lara
06/05/2015 a las 23:20
Hola José,
Esa es la idea, concluir el relato con el encuentro de la nieta del verdugo y Alejandro. Tengo muchas tareas (trabajar en los relatos, hacer mi blog y la novela que está en pañales). Bueno, ¡a trabajar se ha dicho!, esperando que me lleguen “las brisas con aroma a lápiz”.
Nos leemos José.
Leonardo Ossa
07/05/2015 a las 05:17
Thelma, gracias por tu comentario sobre mi texto. Me animas bastante a seguir con este ejercicio de escribir. He tomado nota de las observaciones hechas.
Como te comenté más arriba, estaré pendiente de la segunda parte de tu historia.
Saludos.
leonardo_ossa@hotmail.com
Thelma López Lara
07/05/2015 a las 05:33
Hola Leonardo,
Me gusta tu forma de escribir, tienes un vocabulario muy fino. Tu relato permite que uno viaje, gracias a las descripciones que haces.
Tengo pendiente darle una pincelada a los relatos. Además quiero hacer un blog y retomar mi novela. Es bastante el trabajo que tengo que hacer, ¿verdad?
Saludos compañero