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Recuerdos - por Silvia Camino
Me siento en el sofá después de comer. Me tapo con la manta hasta la nariz y cierro los ojos. El calor del suave letargo me acoge…
Acabo de llegar de la calle. He estado jugando a las canicas un rato con mis amigos antes de ponerme a hacer los deberes. Mamá me ha regañado porque no llevaba puesto el abrigo. “Pero, Rafa, hijo, ¡que estamos en febrero!”, me ha dicho, así, como ella se pone. Cojo mi cartera y la cuelgo en la silla que mamá ha acercado a la mesa camilla. Mi hermana Marta ya ha empezado sus deberes, siempre hace cosas para que mamá me coja manía. Me siento pegadito a la mesa para taparme bien con las enaguas porque el brasero eléctrico está encendido. Saco mi libro de Lenguaje. Los bordes de las hojas están un poco negros por el uso. Me da vergüenza cuando mi amigo Luis me lo coge, porque en la primera hoja hay un corazón pintado en grande con los nombres Marta y Chuso. Mamá me pilló intentando arrancar esa hoja y me echó una bronca porque dice que tengo que cuidar los libros para que le sirvan a mi hermano Toño, igual que hizo Marta. Jo, siempre Marta la perfecta… Abro el cuaderno para copiar el enunciado del ejercicio "En las siguientes frases, subraye en rojo el verbo, en azul el sujeto y en verde el objeto directo". La cremallera del estuche se atasca. Consigo abrirlo lo suficiente para sacar el bolígrafo azul y copio la primera frase. Como todas las tardes mamá está cacharreando en la cocina mientras escucha su radio nueva. Me gusta escucharla cuando tararea la canción que suena en ese momento o cuando le habla al locutor, como si pudiera oirla. A lo mejor sí, a lo mejor sí la oye. Dentro de poco me traerá un colacao y galletas para merendar. Tengo que volver a escribir la misma frase otra vez, me he equivocado. Yo conozco esa música. ¡Sí! Es la que le gusta a Luci. La oigo cantar en el recreo, creo que sólo lo hace cuando me acerco a ella. Me duele la tripa cuando la miro a los ojos. Desde que la sentaron en el pupitre de delante mío no puedo evitar observarla. Su coleta rubia baila delante de mí, clase tras clase. De vez en cuando se gira como asegurándose de que sigo ahí, y me sonríe. Hoy, pasé a su lado en el patio del colegio y, sin que Luis ni nadie se diera cuenta, le di una nota en la que escribí un trocito de esa canción que siempre canta:
"Yo no quiero ser nube de ningún firmamento,
ni esconderme de nada como cualquier secreto.
No me gusta esta cama que me muere por dentro.
Sólo quiero mirarte y decir que te quiero."
Quizá mañana debería cantársela al oído cuando salgamos del cole. He vuelto a equivocarme: he subrayado en rojo en lugar de en verde el objeto directo.
"Rafa, ¡Rafa!." Luci me toca el hombro. Me duele un poco la espalda por la mala postura. Ella insiste con paciencia."Rafa, despierta. Espero que no te moleste que haya encendido la vieja radio de tu madre mientras que estaba en la cocina. Es increíble que, después de casi cuarenta años, funcione aún." Mis ojos, que aún se niegan a abrirse, me permiten verla girar su cabeza hacia mí, con esa sonrisa tierna que me dedica mientras se acerca a ayudar a mi hijo a hacer sus deberes en la tablet.
Comentarios (4):
grace05
29/03/2015 a las 20:31
¡linda historia!!! Me gustó mucho. Muy tierna, con recuerdos de la infancia. Bien desarrollada, el lenguaje simple y las imágenes claras
llevan a una lectura ágil. Tal vez en el primer párrafo hubiera separado las oraciones con cada tema. Nada que enturbie la idea
¡Buen trabajo!!!
Te invito a comentar 114
Anoide
30/03/2015 a las 00:53
¡Qué ternura! Me ha gustado mucho la manera de narrar que tienes. Te metes en el personaje a la perfección con ese tono tan fresco y natural. Y el final me ha parecido muy dulce.
Lo que sí te remarcaría es que usas demasiados puntos y seguidos, cuando muchos de ellos los podrías sustituir por comas. Creo que eso haría que la lectura fuese menos “entrecortada”, por así decirlo.
¡Un saludo! Un placer leerte.
Edwardomalta
30/03/2015 a las 05:37
La historia es genial. El final es fantástico. Grace05 creo que tuvieron una idea simmilar pero en sentidos opuestos…
Que buenas ideas.
Leonardo Ossa
05/04/2015 a las 20:19
Silvia, tienes una historia entretenida. Un amor escolar que se concretó hasta el matrimonio. Todo presentado de una manera sorprendente, mientras el protagonista andaba en una ensoñación. La sorpresa de saber que ahora están juntos y con prole, hace que el relato sea muy tierno para quienes lo leemos.
Saludos.