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Vidas ajenas - por Pato Menudencio+18

Web: http://menudencio.wordpress.com/

― Señora, no pague de más, con lavalozas Vitella, su economía mejorará.
Marta conocía de memoria la voz del locutor anunciando productos de limpieza, ha sido su compañía durante varios años. Su rutina de hecho es bastante patética y tanto las telenovelas como los programas radiales la ayudan para desconectarse del hastío que a veces le causa su propia familia.
― No se aleje de nuestra compañía, en breve su programa favorito “Consultorio sentimental” con su conductor “el doctor ternura”.
Marta apura sus tareas. Por más de cinco años que es fiel radioyente del programa, y el “doctor ternura” es el profeta de las amas de casa, el Dalai Lama de las marujas. Nada mejor que escuchar a personas anónimas contando sus problemas, el morbo es lo suyo.
Un ruido rompe con su concentración, es Diego, su hijo menor, que apenas la saluda. Sube la escalera, y un portazo resuena en toda la casa. “Mejor, así podré escuchar mi programa tranquila”, pensaba Marta para sus adentros.
Se sienta en su silla favorita y de inmediato la vibración de su teléfono móvil le interrumpe su ritual previo al programa.
“¿Ahora qué?”, esas llamadas imprevistas la vuelven loca. Aún quedan unos minutos para que empiece su programa y en el visor aparece el número de su marido. “¿Qué querrá este enfermo?”.
Atiende de mala manera, usa las frases de siempre para terminar la conversación lo más rápido posible. Veinte años de matrimonio la han convertido en una experta para eso.
Por fin se sienta y la música de obertura empieza. “Por poco”.

― Buenas tardes, les habla el doctor ternura, todos sus dramas los puede compartir llamando al 555-32600, aló tenemos el primer llamado.
— Ho… Hola— la voz se escuchaba temerosa, lo que hizo que Marta se enterneciera.
— Si, estás con el doctor ternura ¿Cómo te llamas?
— Hamlet…
— Vale, no te preguntaré tu nombre real. Quiero que sepas que puedes confiar en mí. Dime ¿En que te puedo ayudar?
— Doctor, no se que hacer con mi vida, todo es ahora una mierda. No tengo amigos, mi familia no me respeta. A veces siento que si un día no despierto a nadie le importará.
“Pobre niño”, pensaba Marta frente a la radio.
—Hamlet, por tu voz sé que eres joven, y también sé que a tu edad crees que todo es oscuro y que nada tiene solución. Créeme, también fui joven y te aseguro que cuando seas mayor podrás ver que lo que te sucede siempre mejorará— el doctor ternura tomó una pausa— ¿Has hablado con tus padres de tus problemas?
—Mi madre está más pendiente de las teleseries turcas que de lo que me pasa. Ya es tarde para mí, sólo llamaba para suicidarme en frente de todos los auditores, tengo un revólver en mis manos y si no puedo estar en el corazón de alguien, por lo menos estaré en sus conciencias.
“Que alguien lo pare, dios mío, es terrible ¿Quién permite que un pobre niño sufra tanto? ¿Quiénes son los desgraciados que tienen por hijo a ese pobre muchacho?” pensaba Marta al borde de las lágrimas.
—¡No lo hagas!— el locutor radial abandonó a su personaje, y en su reemplazo un hombre nervioso trataba de evitar la catástrofe— ¡Por favor! Eres alguien maravilloso, allá fuera hay gente que te quiere y que sufrirá si te matas. Danos por interno tu dirección y te enviaremos ayuda, pero por favor, Hazlo por ti.
“Que alguien lo ayude” se decía Marta mientras su corazón estaba a punto de salirse por la boca.
—Lo siento— dijo el joven—, ya no hay nada que hacer. Si alguien me quiso, sólo quiero decirle que me perdonen…

—¡Nooooo!

“Noooo”.

¡Bang!

El doctor ternura, Marta y tres millones de auditores quedaron en silencio al ser testigos de un suicidio en vivo y en directo. Marta apenas reaccionó cuando se dio cuenta que escuchó dos disparos. El primero retumbó en toda la casa y el segundo se escuchó apenas un segundo después en la radio. Esa es la gracia de las ondas de radio, siempre se demoran un segundo en llegar a los radioescuchas.
Soltó todo lo que estaba haciendo y subió con un nudo en el estómago por las escaleras. Echó la puerta abajo y ahí estaba Diego, con un revólver en su mano y un libro con las obras completas de Shakespeare en la otra.
Para Marta y Diego ya era tarde, al fin los problemas ajenos se transformaron en los propios…

Comentarios (23):

delaberna

28/03/2015 a las 15:56

una gran idea! La pena es que he intuido por dónde iba un segundo antes de lo que creo que habías previsto, y se me ha estropeado la sorpresa 🙁

Quizá quitaría la última frase, para cerrar me gusta mucho más lo del libro de Shakespeare en las manos.

Diego Manresa Bilbao

28/03/2015 a las 17:21

Que hay Pato,
De acuerdo con delaberna en todo, pero es, como siempre, un relato excelente, el ritmo, lo que pasa, muy bueno…
Nos leemos!!!
Tu humilde discipulo

Paola

28/03/2015 a las 19:53

Una idea muy buena, Pato. A eso se le llama ver la paja en el ojo ajeno y no ver el árbol en el tuyo!

beba

28/03/2015 a las 22:56

Hola:
Buena historia. Buen manejo gramatical.Muy bien logrados el personaje de Marta, y el “personaje programa de radio”. Una historia de todos los tiempos.
Abrazo.

Luis Ponce

29/03/2015 a las 01:45

Bien Pato, también me he anticipado al final, pero está bien llevada y como siempre bien escrita. Me gusta leerte. Yo también quitaría la frase final. Cinematográficamente un fundido sobre el libro abierto de las obras de Shakespeare cerraría perfecto.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

29/03/2015 a las 18:13

Pato Menudencio, como siempre tu escritura me llena y tu forma de ir forjando la trama es única. Coincido con Luis Ponce, el comportamiento del personaje principal ante su familia permite adelantarte a los acontecimientos. Después del egundo espacio dedicado a la radio, me tope con una expresión cuya estructura me destanteó.”Por más de cinco años que es fiel”, Yo lo simplificaria con ” Por más de cinco años ha sido fiel”

José Torma

30/03/2015 a las 01:27

Me paso a reiterarte mi saludo y enhorabuena. Creo que los cambios sugeridos funcionaron muy bien.

Felicidades.

Virginia Figueroa

30/03/2015 a las 09:39

Me ha gustado mucho Pato. Me encanta la expresión: “Dalai Lama de las marujas” jajaja está genial. El relato tiene mucho ritmo, se me ha hecho muy ameno y fácil leer la historia que nos cuentas. Reconozco que cuando el “especialista en consejos marujiles” es consciente de que trata con un menor, inmediatamente pensé en el hijo de Marta, con lo cual no me sorprendió todo lo que sigue pero está contado con mucha gracia. Enhorabuena!
Un abrazo compi!!!

Nick Brooks

30/03/2015 a las 21:09

Ha sido estupendo. No me ha importado nada que el final haya sido predecible, la forma en que lo cuentas me ha hecho querer seguirlo leyendo.
“Si no puedo estar en el corazón de alguien, por lo menos estaré en sus conciencias.”
Te aplaudo y te leo.

grace05

30/03/2015 a las 22:49

¡Excelente!!! tu historia. Tiene ritmo, sentimiento y verdades. Yo también supuse el final, pero como esta escrita me hizo darle una lectura vertiginosa hacia la búsqueda del final.
Lamentable que avece los padres no nos demos cuenta lo que necesitan nuestro hijos…la locura de lo cotidiano, empaña la realidad.
¡Te felicito!!!! Me encantó tu trabajo.
Te invito a comentar 114

Wolfdux

31/03/2015 a las 11:07

Coincido con la mayoría en que el final es predecible, pero no le quita mérito al relato. Como siempre un placer leerte. Un abrazo.

Cesar A. Martin

31/03/2015 a las 16:04

Hola Pato, muy bueno. Me ha gustado mucho, el diálogo entre el locutor y Hamlet está muy conseguido.
Gran trabajo y un saludo.

lunaclara

31/03/2015 a las 23:15

Hola Pato: tu relato es muy visual, y esta tan bien escrito que haces que el lector se meta en la escena desde el principio hasta el final.
Felicidades

Leonardo Ossa

01/04/2015 a las 05:30

Hola Pato Menudencio, muchas gracias por haber leído mi relato, y muchísimas más por haberlo comentado. Cada glosa aporta de manera inmensa a este propósito que tengo de escribir bien algún día.
He tenido la oportunidad de leer muchos de los relatos disponibles en este ejercicio de “Móntame una escena”, y encuentro que hay gran variedad en los temas, en los estilos, y en las calidades de la escritura. De todos he venido aprendiendo con la motivación y la alegría que me surge tras haber encontrado a Literautas. A todos les debo mi gratitud.
Tu historia “Vidas ajenas” me ha estremecido, me ha recordado lo que decía Séneca: “La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy” a veces dejamos pasar personas por nuestras vidas de una manera superficial, creyendo que estarán ahí por siempre, cuando lo que existe es el riesgo latente de perderlas. Has redactado una historia que a todos nos toca en alguna medida. Gracias por ello. Con seguridad que volveré a leerte. Un saludo.

Leosinprisa

01/04/2015 a las 11:13

Hola Pato, el relato es estremecedor y conmueve su final trágico, aunque se intuia ese desenlace. No obstante, su estilo esta muy bien narrado y me ha encantado leerlo, aunque sea tan trágico. Un saludo.

Iracunda Smith

03/04/2015 a las 08:47

Estoy de acuerdo con los compañeros, se preveía que Hamlet era Diego. Yo habría omitido la llegada del chico a casa para darle más impacto al final, que descubriésemos quién era Diego al verlo muerto.
Aún asi es un buen relato, ¡te espero en el próximo taller!
¡Un abrazo!

A.Losa

03/04/2015 a las 11:16

Te voy a ser sincera, al empezar el relato creí que me encontraría con otra de tus historias cargadas de humor y críticas veladas, pero no me siento decepcionada. Claro que la crítica está ahí, aunque humor, poquito.
Me ha despistado un poco el cambio de tiempo verbal en el centro del relato, pasas del presente al pasado y me ha chocado.
Por lo demás, a pesar de que se ve venir quién es el suicida, no le resta mérito a la escena ni a la lección que esconde. Muy bien retratado eso de “ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.

Ángel Gabriel

04/04/2015 a las 22:52

Muy buen relato, aunque muy anunciado el final, yo desde que llegó el niño y la madre no le puso atención lo vi venir, pero por lo demás es genial, esta muy bien entrelazado, tiene diálogos fluidos, la lectura es amena, conduce al lector por el laberinto del problema, en el cual a pesar de saber el final, pero no quieres dejar de leer por la emoción intensa que provoca. ¡¡¡¡¡¡¡¡FELICITACIONES !!!!!!!!

Ryan Infield Ralkins

06/04/2015 a las 13:21

Concuerdo en que el final fue algo predecible pero fue un relato fuerte e impactante. Sospeche que Hamlet era hijo de ella cuando se encierra en su cuarto. Como dije, impactante.
Felicitaciones y saludos.

Darkristal

06/04/2015 a las 17:23

Jajaja, a veces me río de mi propia ceguera.
Si bien, me imaginaba que el chico llegando iba a ser el que participaría en el programa, trate de negarlo, tal vez pena por el chico, o la madre o quien sabe.
A la final, la madre conoció en persona uno de esos problemas con los que tanto se deleitaba en observar desde lejos.
Mal para todos.
Buen relato

Jose M Quintero

07/04/2015 a las 00:13

Hola Pato.
Me gustó mucho tu relato, estoy de acuerdo con los compañeros, se intuye el final pero aun asi las ganas de seguir leyendo no se van. Esta muy bien escrito y se lee facil.
Gran trabajo. Felicitaciones! 🙂

Roger/NHICAP

07/04/2015 a las 19:02

Hola Pato,
A mí me ha gustado, creo que esta muy bien escrito, con unos diàlogos muy logrados. Se lee de un tirón.
Para mí no es relevante que el lector descubra el final antes de la última línea, siempre que la historia tenga interés, como en este caso, y la narración sea buena, como tu has hecho. Buen relato Pato.
Un abrazo

Demetrio Vert

09/04/2015 a las 12:57

Hola Pato. Soy nuevo en elclub.
Como lector opino lo que ya te han apuntado. Tal vez un giro final, no sé… La madre baja desesperada y se encuentra a su hijo tranquilo jugando con su PC; o asustado porque escucha la misma serie. El desenlace previsible se torna en sorprendente. Pero esas cosas son elecciones del autor. Los relatos gustan o no gustan. A mi me ha gustado.
Sin embargo yo veo este lugar para opinar como una forma de aprender. Me interesa más el análisis literario. ¿Tiene un relato presentación, nudo y desenlace? ¿Ocupan el espacio que les toca? ¿Hay núcleos? ¿Los tiempos verbales se correspaonden?
Yo si veo la estructura del relto, pero en mi opinión hay algunos tiempos verbales incorrectos. Ej. “Marta conocía de memoria la voz del locutor anunciando productos de limpieza, ha sido su compañía durante varios años.” El verbo debía ser “había sido”, pienso. Así, algunas cosillas.
Buen relato que trata de incrementar la tensión cuando el lector imagina lo que sucederá y nadie lo puede evitar.

Felicidades.

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