Tras un día agotador, Juliette llegó a casa. Depositó las llaves en un pequeño cenicero, se quitó la chaqueta y la colgó en el perchero. Se dirigió como de costumbre hacia la cocina arrastrando los pies, abrió la nevera, contempló sin apenas entusiasmo lo que había en ella y la volvió a cerrar.

\'Me pregunto cuantas personas en el mundo se estarán sintiendo solas en este mismo instante\'- pensó mientras se apoyaba en el mármol de la cocina y miraba por la ventana a la gente que caminaba por la calle absorta en sus pensamientos.

Apretó el botón de encendido de la radio con el dedo índice y comenzó a sonar \'Always\' de Bon Jovi. Esa canción ya la había oído antes pero prefirió ignorar ese detalle y se puso a pensar en cuanta gente habría bailado con ella, o reído, o llorado a solas hasta quedarse completamente seca.

La canción seguía sonando, flojito e intentando pasar desapercibida mientras Juliette deseaba que no le rozara con demasiada fuerza el corazón. <<And I will love you, baby>> gemía el cantante. Fue entonces, mientras sonaban un manojo de acordes de guitarra y el charles de la batería, cuando una bofetada de recuerdos le inundó el alma en cuestión de milésimas de segundos.

Un local, la noche confusa, los cubatas de más, los bailes lentos a ritmo de baladas de rock, las luces de colores abrumadoras iluminándoles las caras… y el baño, aquel horrible y desangelado baño. Aquellas manos despiadadas cual tentáculos…

Un dolor intenso se le instaló en la sien y le obligó a agacharse, sentándose en el suelo y con las rodillas pegadas al pecho. \'Cálmate, todo está bien, todo va bien.\'- Se repitió varias veces para sí misma en voz baja.

Entonces la canción se acabó y dejó paso a un silencio que a ella le pareció inacabable. Al momento comenzó a sonar otra, pero Juliette ya no oía nada. Las lágrimas empezaron a brotar y a caer por sus mejillas como si de acantilados se tratasen. Se quedó allí durante un largo tiempo, esperando que, en algún momento, aquel abismo infernal le abandonara y que de alguna manera consiguiese olvidar que una simple canción que suena a las siete de la tarde se hubiera convertido en su peor pesadilla.