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Un cliente diferente - por Caminante en la sombra
Web: http://caminanteenlasombra.blogspot.com.es/
María entró y caminó por el interior de la tienda hasta llegar al mostrador. Fue poco a poco encendiendo las luces. Un nuevo día comenzaba. Y con él, una nueva jornada de trabajo en la sastrería. María era una mujer de unos cincuenta años. Bajita, de pelo negro, ya marcado por la edad con las canas. Caminaba siempre despacio, inclinada, como si nunca tuviera ninguna prisa en adelantar lo que tenía que hacer. Su vida era sencilla, se limitaba a abrir su pequeño negocio de telas cada mañana y a descansar en su casa de los días libres.
Ella era feliz con esa vida. Había entablado amistad con la mayoría de sus clientes y clientas. A menudo mujeres jóvenes y guapas que buscaban un nuevo vestido que lucir en sus fiestas.
Cuando lo tuvo todo preparado, se acercó al mostrador y encendió la radio. Tenía por costumbre trabajar todo el día con la radio puesta, le gustaba escuchar todas las noticias que iban relatando a lo largo del día y sentirse informada. De otro modo, la radio también le hacía un poco de compañía.
Se sentó tras el mostrador y esperó, hasta que llegase el primer cliente del día.
Éste no tardó en llegar. Se trataba de un hombre moreno de pelo lacio, cuyo aspecto era desgarbado, harapiento y sucio. Con sólo vero, María supo que había venido a buscar allí ese hombre: estaba claro que necesitaba ropa nueva.
—Buenos días señor, ¿en que puedo ayudarle? —le preguntó mientras se levantaba de su asiento y salía de detrás del mostrador.
El hombre la miró, ceñudo, y se detuvo en mitad de la tienda.
—Necesito….ropa nueva —balbuceó.
María asintió levemente con la cabeza.
—Oh claro, por supuesto. Siéntese en este sillón, por favor.
El hombre obedeció apresuradamente.
—Dígame, ¿qué tipo de ropa desea?.
—Me da igual, la más sencilla posible. No tengo más de trescientas pesetas.
Mientras decía esto, echaba rápidas miradas al exterior.
María entrelazó los dedos de sus manos.
—Con trescientas pesetas será suficiente.
Se metió en el almacén y sacó varias cajas con telas para mostrárselas. Pero él eligió la primera que le enseñó con desgana, parecía tener prisa por terminar aquello.
Mientras tanto, la radio encendida, relataba los hechos que habían sucedido en los últimos días: un hombre había matado a su mujer, unos niños habían sido atropellados……
Elegida la tela, María se inclinó sobre el hombre, y comenzó a hacerle medidas. Su cliente, cada vez más serio, rechistó. Estaba empezando a perder los nervios.
—¿Esto va a tardar mucho? —preguntó con fastidio.
—Me temo que tardaré al menos una hora. Pero no se preocupe, mientras hablemos un poco, ¿como se llama?
—Víctor —respondió con sequedad, mientras levantaba un brazo y dejaba que la mujer le colocara el metro.
—Así que Víctor eh. No se preocupe que enseguida le coso su ropa.
Él asintió, sin dejar de mirar al exterior.
María sacó su maquina de coser y empezó la tarea. Entonces el silencio inundó la sala, solo interrumpida por el sonido de la radio, que seguía relatando las desgracias que sucedían a diario.
Una hora y media después, María detuvo la máquina de coser y mostró una sonrisa.
—Ya he terminado, Víctor —anunció exultante.
Como empujado por un resorte, el hombre se levantó de un salto, agarró la ropa nueva y se sumergió en el interior del vestidor. A los dos minutos, salió ya vestido. Soltó las trescientas pesetas sobre el mostrador sin decir nada y comenzó a caminar hacia el exterior.
—Muchas gracias Victor, hasta pronto —se despidió María con amabilidad.
Víctor se detuvo ante la puerta de la calle. Se dio la vuelta y respondió.
—Gracias a usted, señora —respondió con una amplia sonrisa. Y se fue.
María abrió la boca, asombrada. Era la primera vez en todo el tiempo que estuvo en la tienda que le había sonreído. Pero lo que le había sorprendido no era eso, sino un diente de oro que brillaba reluciente en su dentadura.
Suspiró, había sido un cliente muy inusual. Comenzó a recoger las cajas y a guardarlas. Mientras la radio emitió un comunicado oficial: "Se avisa a la población de que se ha escapado esta madrugada un preso de la cárcel. Es un hombre joven, de pelo lacio. Si lo ven, llamen enseguida a las autoridades. Lo reconocerán al instante por su diente de oro"
Comentarios (12):
U.Monserrat
28/03/2015 a las 16:12
Me ha gustado mucho el relato, he de decir que en un principio pensaba que era el asesino de la señora, no me esperaba que fuese un preso fugado. Con cada relato te vas superando, venga que ya me queda menos para leer una novela tuya.
Caminante en la sombra
28/03/2015 a las 16:17
Muchas gracias!! Me alegra que te haya gustado y que haya logrado despistar un poco con la identidad de Víctor. Gracias por los ánimos!
Veronica
28/03/2015 a las 17:53
Que misterio! Me gusta que lo hayas situado cuando aun estaba la peseta, por cierto. Sera la nostalgia jeje.
Caminante en la sombra
28/03/2015 a las 23:06
Muchas gracias! Sí, pensé que en esa época quedaba mejor este tipo de relato.
Luis Ponce
29/03/2015 a las 19:14
La ubicación en el tiempo le da el aire imprescindible para poder usar el detalle de la radio. Eran otros tiempos y otra manera de comunicarse. Pero como siempre queda la sensación de que muchos de los presos lo están injustamente. Si no como justificar el hecho de pagar por un trabajo a una mujer sola y no robarla, aparte del hecho de agradecerle por su trabajo. Cómo han cambiado los tiempos.
Me ha gustado, te seguiré leyendo.
Caminante en la sombra
29/03/2015 a las 19:17
Cuanta razón tienes Luis. Y te confieso que en algunos puntos de los que señalas no había pensado. Muchas gracias y me alegra que te haya gustado.
Caminante en la sombra
29/03/2015 a las 19:18
¿Cuál es el número de tu relato Luis? Y así le echo un ojo.
grace05
30/03/2015 a las 22:22
Como dicen los compañeros …lograste despistarme. Creí que era el hombre que había matado a su mujer, el nerviosismo de Víctor me hizo pensar que tenia un cómplice e iban a robarle a la pobre mujer. En fin, a medida que leìa me hice un par de ” películas” propias. jajaja
El giro final me gustó mucho, como dice Luis ” un preso bueno y agradecido”, imagen clara del “error de la justicia”, que no debe suceder pocas veces.
¡Te felicito!!!!
Te invito a comentar 114
beba
31/03/2015 a las 01:03
Hola:
Un cuento simple y simpático.
Yo también pensé mal del pobre Víctor.
Me gustaron los dos retratos.
Manejaste muy bien el lenguaje-gramática y sintaxis-; el ritmo lento acompaña una situación de confianza, a pesar de la información.
Realmente, otro tiempo; nadie se pone loco por una noticia, como ahora.
Caminante en la sombra
31/03/2015 a las 07:03
Muchas gracias por vuestros comentarios!. Me alegra mucho que os haya gustado!. Echaré un vistazo al 114.
Fabián
03/04/2015 a las 20:54
Muy buenas Caminante en la sombra.
Como te fuiste por la tangente ¿eh?, lograste despistarme, por un lado sabía que no iba a ser el asesino, pero por otro lado tampoco sabía por donde ibas a salir. Buen trabajo compañero.
•Forma
En este apartado hay algunas cosillas que, bajo mi punto de vista, se pueden mejorar. Empezando por algunas redundancias y/u obviedades que he visto, cosas menores vamos.
“ya marcado por la edad con las canas“ creo que con decir que lo tiene marcado por la edad ya se da a entender que la mujer tiene canas.
“sus clientes y clientas. A menudo mujeres“, como después del punto aclaras que suele entablar mas amistades con la clientela femenina, creo que no hace falta poner “clientes y clientas”
También le vendría bien pegarle un repaso a la puntuación, algunos puntos podrían ser comas y viceversa, y algunas comas se podrían omitir.
Cuidado también con los típicos fallos tipográficos que se nos suelen colar.”Con sólo *vero*“
Como ves no son nada del otro mundo, el resto de la forma está muy bien tanto en vocabulario como en ritmo y estructura.
•Contenido
Normalmente me suelo aburrir con introducciones largas pero con el tuyo no fue así, creo que hasta le aporta personalidad al relato y va muy bien con la protagonista que se lo toma todo con calma.
Muy buena construcción de la intriga, muy buen giro final y muy buena idea. Lo has hecho muy bien.
Caminante en la sombra
03/04/2015 a las 21:03
Muchísimas gracias Fabian por el enorme esfuerzo al analizarme el texto, me servirá de gran ayuda. He de decir, que la mayoría de cosas que resaltas como fallos, no me había dado cuenta. Gracias a ti podré corregirlos.