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Larga espera - por Silvyt

En cuánto llegué a la universidad me dirigí directamente a la taquilla. Era la primera mañana después de las vacaciones navideñas y, como todos los años, hacía un frío polar. Me quité los guantes, la bufanda y el sombrero, pero me dejé el abrigo puesto. Apenas había un par de grados de diferencia entre el interior y el exterior del edificio.
Cogí el móvil del que no me separaba desde hacía una semana y lo metí en un bolsillo del pantalón, bien pegado a mí; sino lo oía sonar, lo sentiría vibrar.
Pasé toda la mañana chequeando que, efectivamente él, aun no se había dignado a llamar.

La hora del almuerzo me sorprendió sentada en una de las mesas de la universidad esperando a que el teléfono sonara.
– Si te concentras un poco más, conseguirás hacerlo levitar –Lucía estaba al corriente de la ansiedad que me provocaba aquella situación. Llevaba pegada a aquel instrumento del diablo desde el viernes anterior.
– ¿Tú crees? –pregunté a modo de repuesta mientras me ponía los dedos en la sien y entrecerraba los ojos.
Lo que quiso ser una cara de concentración hizo estallar en carcajadas a mi amiga.
– Sonará –dijo cuando terminó de reír.
Le dediqué una mueca de fastidio antes de añadir en tono repipi:
– Me siento cual pajarillo en su jaula. Completamente esposada esperando a que este maldito cacharro suene.
– Ya sabes cómo funcionan estas cosas –dejó la frase en el aire.
– En verdad, no –aclaré.
– Sí que lo sabes –me rebatió ella-. Dos personas se conocen, él le pide el número a ella y ella se vuelve loca esperando a que él llame. Acuérdate de Julio.

Aunque me desconcertó aquella respuesta, pensé en Julio. Era exactamente lo que Lucía describía. Me había tirado una semana esperando a que aquel maldito tarado diera señales de vida. Había perdido siete días de mi vida mirando el móvil mientras cocinaba, limpiaba, me duchaba y… cagaba, porque sí, las mujeres también tenemos nuestro tránsito intestinal.
No había sido hasta que había perdido toda esperanza, hasta que me había sentido la más desdichada de las ilusas, cuando el "señor" se había dignado a llamar.
– No es lo mismo -argumenté alejando a Julio de mis pensamientos, menudo idiota.
– ¡Ah! ¿No? ¿No te hallas esclava del teléfono? ¿No es otro chico que conoce a chica?
– Esto es distinto. Él ya tenía mi número.
– Mírate, guapa. Va a llamarte.
– ¿Qué sabrás tú? No estabas presente –me estaba enervando con aquella actitud tan segura de la que yo carecía por completo.
– Sé que eres más que válida y él se dará cuenta.

Le dediqué una mirada de odio infinito mientras el teléfono sonaba. Si no hubiera sido por su cara de "te dije que sonaría" ni siquiera lo habría escuchado.
– ¡Digame! –respondí de mal humor.
– ¿Stra. Muñoz?
Tragué saliva completamente consciente de que había metido la pata hasta el corvejón mientras miraba a Lucía con cara de cordero degollado. Me respondieron unos ojos de autocomplacencia; había acertado.
– Sí… –me aclaré la voz para que sonara más firme-. Sí, soy yo.
– Soy Jesús de la Rúa, le llamo en referencia a la entrevista que tuvimos sobre su manuscrito.
– Ajam… –acerté a decir mientras esperaba el veredicto.
– Tras varias reuniones hemos decidido que, previa corrección de la editorial, vamos a publicarle –hizo un silencio esperando mi reacción, pero el estupor era tal, que no dije nada-. Entonces si a usted le parece bien, convocaremos la siguiente reunión el próximo martes 23.
– Perfecto, sí, claro, claro. Nos vemos.
Colgué y parpadee un par de veces.
– Te lo dije –añadió Lucía antes de abandonarme en mi incredulidad.

Y es que, señores, la paciencia es una virtud. Una de esas que pierdes total y absolutamente cuando dedicas tu vida a preparar un trabajo y al fin, después de una larga entrevista y cortés "ya te llamaremos", toca esperar.

Comentarios (17):

Luis A.R. Selgas

29/01/2015 a las 15:07

Hola Silvyt. Tu historia me ha sorprendido un montón. Si, esta vez me has engañado. Me he creído de verdad que era una simple historia semiromantica, muy bien escrita, pero simple al fin. Por suerte le has dado la vuelta al final, con esa llamada que seguramente sería el sueño de muchos. Toda una ilusión.
Como aspecto a tener en cuenta, solo debes pulir las reglas del diálogo. Cuando pones guión para hacer una acotación debes tene en cuenta algunos detalles. Si la siguiente frase no es del tipo “dijo, pensó, gritó” y todas sus variantes simples o complejas, la frase comienza con mayúscula y antes del guión debes poner punto y seguido. Cómo en “Tú no estabas presente. -Me estaba en errando. ..” El guión también debe ser largo, como en todo diálogo, pero en el móvil no lo encuentro.
Un pequeño detalle a mejorar, para una narradora que sin duda recibirá un día esa llamada. Muchas felicidades.

Cesar A. Martin

30/01/2015 a las 17:34

Buen relato. Transmites el buen rollo entre las amigas y la angustia de la protagonista por esa llamada que no llega, además conduces al lector por donde quieres para sorprenderlo con un giro final muy bien traído . También me ha gustado lo del tránsito intestinal, le da un toque cómico y cercano, ¿quien no mira el móvil en esa situación?
Enhorabuena y un saludo.

Kenoa Gessle

31/01/2015 a las 18:58

Me encanto. Esta my bien escrito yo esperaba a un señor invitandola a una cena y en cambio era una llamada mucho mas importante. Esa ilusión que tenemos todos de que alguien lea los nuestro y lo considere publicable. Yo sigo esperando un mail que diga que mis cuentos infantiles son asi de Buenos. No me rindo 😉

Silvyt

31/01/2015 a las 19:45

Muchas gracias!
Paso a leeros en un momento. Solo una cosa Luis, que sabes que te sigo bastante: ¿Dónde encuentro la puntuación correcta sobre diálogos?
Gusanearé ahora en busca de la información que me das, porque fui cuidadosa y estaba segura de que la puntuación era la correcta. La información que tengo sobre escritura es la que he aprendido como lector.

Mil gracias otra vez y también a mis comentaristas, que alguno me indicó lo mismo sobre la puntuación de los diálogos.

Paola

31/01/2015 a las 20:47

Magnífico, Silvyt! Sorprendente y con un final maravilloso.
Me han gustado además muchos detalles como lo del móvil pegadito, lo del tránsito intestinal, había perdido siete días de mi vida esperando que ese cacharro sonara…
Enhorabuena Saludos

Diego Manresa Bilbao

01/02/2015 a las 20:33

Me ha gustado tu relato Silvyt!!!
Y no es solidaridad de emigrantes jejeje, esta muy bien contado, muy natural la conversacion de las chicas, con la sorpresa de que es para un manuscrito, parecia que era un chico, me estaba sintiendo indentificado jejejeje… Siempre esperando que la otra persona llame…
Felicitaciones!
Nos leemos!

Maureen

02/02/2015 a las 00:37

Esta página me ayudó mucho con la forma de escribir los diálogos:

http://reglas-escritura.blogspot.com.es/2007/10/estructura-de-los-dilogos.html

Espero que te sirva.

Por lo demás, una buena historia. Como comentan mis compañeros, parece una historia romanticona, lo típico de “llamará, no llamará” que luego transformas en otra cosa totalmente diferente y más original. Aunque me sobra el último párrafo, creo que no hace falta para entender el texto y queda un tanto extraño al estar escrito de una forma distinta al resto, más “pesada” cuando el resto es muy ligero y fácil de leer.

Se agradecen relatos tan agradables como el tuyo, enhorabuena.

Adella Brac

03/02/2015 a las 09:26

Coincido más o menos en lo que ya te han dicho. Encuentro la escena muy natural. ¡Buen trabajo! 🙂

Roger/NHICAP

03/02/2015 a las 10:58

Hola Silvyt.
Me gustö tu trabajo por la naturalidad que encierra por estar escrito con sencillez y un estilo muy cercano.
Soy otro de los engañados porque la habilidad de tu narraciön me hizo imaginar que esperaba otro tipo de llamada. Excelente ese inesperado giro final.
Felicidades y un abrazo

Ryan Infield Ralkins

03/02/2015 a las 15:40

Perdóname por ser tan repetitivo pero estoy de acuerdo con todo lo dicho por los compañeros.
Ademas del transito intestinal (bien cómica esa parte por cierto, me rizo reír mucho) y la parte en que ella trata de hacer levitar el teléfono (así lo entendí, claro que fue haciéndose eco de las palabras de su amiga) me pareció interesante la amiga, Lucia. Y me pareció interesante porque era como el ancla de la protagonista, dándoles esperanzas y tranquilizándola. Me pregunto si ella hubiese mantenido esa actitud al estar en una situación semejante. Pero eso ya es un aparte.
También me gustó el toque que le diste, de lo que parecía ser una historia romántica a la llamada de una editorial. Somos muchos los que ansiamos una llamada de esas. Lastima que sea tan difícil publicar.
Te felicito por tan excelente relato, Silvyt.
Saludos.

Pato Menudencio

03/02/2015 a las 21:45

Me ha sorprendido el giro. Por un momento pensé que sería una historia con mucho rosa y unicornios, pero al final era algo completamente distinto.

José Torma

03/02/2015 a las 22:39

A mi me gano el morbo y pense en el desdichado que te hacia esperar. Genial, no le encuentro mas que un pequeño pero y es mas de gustos que de forma. muy al principio creo que pierde fuerza la coma despues de él, pero como te digo es cuestion de gustos.

Pasé toda la mañana chequeando que, efectivamente, él aún no se había dignado a llamar.

Me sorprendiste gratamente.

Saludos

Chiripa

06/02/2015 a las 16:19

Hola Silvyt, además de comentarte que en “…sino lo oía sonar, lo sentiría….”
debes separar el no del si, >>si no lo oía sonar, lo …<< quiero decirte que me ha gustado mucho tu relato y tu forma de escribir.

Espero seguir leyéndote.

Te invito a visitar y comentar mi relato @
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-22/2509

Silvyt

15/02/2015 a las 15:15

Muchas Gracias a Tod@s!!

En primer lugar pedir mil perdones por la tardanza, pero me paso hoy mismo por vuestros relatos.
Maureen, gracias también por la página de los diálogos, la ncesitaba.
José Torma, se me adelantó la coma al escribir pero, efectivamente, la coma delante de él.
Chiripa, lo del “sino” me lo han comentado también en los comentarios primarios… tengo que mirarlo porque nunca sé cuando va junto y cuando separado; seguiré teniendolo en cuenta.
Cesar, Paola y Ryan, gracias por mentar el tránsito intestinal, pretendía buscar un poco de comicidad en esta historia y no estaba segura.Seguiré trabajando porque lo veo mejorable.
Y por último a Pato, Roger y Adella, gracias por vuestras aportaciones. Insisto de esta tarde no pasa.

Silvyt

15/02/2015 a las 15:17

Se me quedó a medias 🙁

Un saludo a todos, Literautas.
Suerte con el microrrelato, os iré leyendo.

Chiripa

18/02/2015 a las 17:24

Silvyt,
Gracias por tus comentarios a mi relato.
Suerte con el micro-relato este mes.

Dan

27/03/2015 a las 20:42

Y repasando me doy cuenta de que leí este relato pero nunca llegué a comentarlo. Espero que la autora pueda perdonarme O.O
Yo fui engañado, como los demás. No esperaba que el relato verdaderamente tratase de eso, así que muchas gracias por el giro final. Siempre es refrescante que consigan sorprenderte cuando ya crees que lo sabes todo =D
En cuanto al estilo, me gusta. Es natural y desenfadado, como creo que le corresponde a una narración así. Lenguaje cuidado que hace que leerlo sea muy cómodo. Te seguiré leyendo porque la verdad es que creo que merece la pena. ¡Prometo tardar menos en comentar el de este mes!
Un saludo

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