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El caso de las musas perdidas. - por Pato Menudencio+18

Web: http://menudencio.wordpress.com/

¡Mis musas han desaparecido! Se fueron sin dejar rastro y ahora no se cómo enfrentar el desafío de literautas. Necesito meter tres palabras en un relato y no se me ocurre nada interesante que escribir.
Debería empezar por el principio. Desaparecieron la noche de año nuevo. Estaba pensando qué escribir cuando ellas aparecieron. Las dos eran bellas y al escuchar mis lamentos se apiadaron de mí y propusieron inspirarme. Me sentí el hombre más afortunado del planeta, tanto que decidí invitarlas a una ronda de chupitos. Ahí fue mi error. Talía y Calíope habían sido musas anteriormente de Hemingway y Bukowski, por lo que eran igual de borrachas que sus antiguos socios. Fue imposible seguirles el ritmo, chupaban como orilla de playa y pronto me quedé sin dinero e inconsciente en el bar.
A la mañana siguiente desperté sintiendo que un batallón desfilaba por mi cabeza. ¿Dónde están mis musas?, gritaba aún borracho. No había señales de ellas y le pregunté a todos los que quedaban en el pub sin obtener respuesta, hasta que Don Jacinto —El viejito del aseo—, me dijo que la última vez que las vio, estaban borrachas bailando arriba de las mesas, luego se durmieron y un hombre que dijo ser el padre de ellas las subió a una camioneta con vidrios polarizados. Sólo un papel arrugado en el que decía “primera palabra” era mi única pista para encontrarlas.
Entré en desesperación, mis musas fueron raptadas y sólo quedaban unos pocos días para entregar mi texto. Recorrí las calles durante días con la esperanza de hallar pistas que me condujeran a su paradero, pero sólo me topaba con las frases cursis que el grupo “Acción poética” dejaba en las paredes. Ustedes saben, cosas tales como “Estamos en el mundo para repetir el ciclo”, “En un poco de ti está todo”, “el puerto de las oportunidades a veces te ofrece un barco” y otras pelotudeces de ese estilo. Miré otra vez el papel que dejaron mis musas sin comprender la pista. ¿Qué significará “primera palabra”?.

De pronto pude ver todo más claro. ¿Cómo pude ser tan tonto? La respuesta estuvo frente a mis narices todo el tiempo. El papel tenía la misma tipografía de las frases en las paredes. Las ordené y obtuve “ESTAMOS- EN- EL PUERTO”.

Al fin los malditos pagarían por raptarlas. Cogí mi equipo de infiltración y mi teléfono y apuré el paso hacia el puerto. Un galpón tenía las luces encendidas pese al abandono que evidenciaba por fuera. Me escabullí en silencio y vi algo horrible por la ventana.

Ahí estaban mis musas, y no solo eso. Cinco más estaban en una jaula, sedadas, mientras un batallón de mecanógrafos escribía los textos que ellas les dictaban, vigilados de cerca por un hombre enmascarado.

Irrumpí rompiendo la ventana, provocando una estampida de los escribanos. Sólo el hombre de la máscara fue a mi encuentro dispuesto a frenarme.

Fue una dura pelea, apenas podía esquivar sus golpes. Parecía un profesional. La pelea habría sido eterna si no fuera porque sacó un arma y me apuntó con ella.

—Se acabó el juego— me dijo—. No es nada personal, pero nadie debe saber de este negocio.

Vi pasar mi vida ante mis ojos, estaba resignado para afrontar mi destino…

Un balazo abatió al hombre enmascarado. No pude contener mi alegría al ver que un detective (hasta sombrero estilo Dick Tracy llevaba) ingresó al galpón con todo un equipo de fuerzas especiales para reducir a los delincuentes que no tardaron en rendirse.
Una vez que todo volvió a la calma, el jefe de la operación se dirigió hacia mí:

— Señor Valenzuela, soy Conrad Donovan, de la policía literaria. Gracias a usted pudimos desbaratar a esta banda dedicada al tráfico de inspiración. Como puede ver, al tener a las musas drogadas y en condiciones infrahumanas, lo único que podían producir eran libros de autoayuda y mala literatura.

Ellos fueron los culpables del éxito de “Pablo Cohecho” y de la aparición de las “cincuenta sombras de Frei” y la saga de vampiros que brillan. También incursionaron en la música con “Ricardo Arjana”. Es usted un héroe…

Días después de tan intensa aventura mis musas volvieron a casa aún afectadas por lo sucedido. Estaba feliz por verlas libres, pero mi mayor problema ahora era mi participación en literautas.

— Quedan doce horas para entregar el relato y no tengo nada— les dije.

— ¿Por qué no escribes la historia del secuestro?

Y al final, eso fue lo que hice.

Comentarios (26):

David Rubio

29/01/2015 a las 00:08

Imaginaba que este texto era de algún autor al que conocía. Como te dije en el comentario: conseguiste hacer de la necesidad, virtud. Un excelente y divertido ejercicio. Enhorabuena

Ryan Infield Ralkins

29/01/2015 a las 02:55

Lol. Tu relato es excelente en todo sentido. Me encantó la forma en la que usas al personaje como un detective y eso de la policía literaria, me lo imagino. Y creo que seria buena idea que existiera a ver si no hay tanto peligro de plagio, xd.
Te felicito por tan excelente relato.
Saludos.

Virginia Figueroa

29/01/2015 a las 14:26

Jajajaja, es genial Pato!!! ¿Tráfico de inspiración? Me encanta!! Cada detalle me ha sacado una sonrisa, me he divertido muchísimo leyendo tu relato, tiene puntos buenísimos. El título captó mi atención y supe que no me defraudarías desde la primera línea. Enhorabuena, las musas te han salvado bien!! 😉 un besote!

Diego Manresa Bilbao

29/01/2015 a las 15:41

Como siempre, sombrerazo Pato…
Emocionante, gracioso, metalinguistico, muy muy bueno… La frase “al tener a las musas drogadas y en condiciones infrahumanas, lo único que podían producir eran libros de autoayuda..” es historica.
Saludos de tu humilde aprendiz

Aldo Brov

29/01/2015 a las 17:02

Muy original! mezcla realidad con fantasia. Como siempre muy bien escrito, entretenido y con pocos errores. Se que lo que voy a hacer podria ofender a alguno, pero me fue inevitable escribir una extension a tu relato. Un regalito para ti:

EL CASO DEL SEÑOR VALENZUELA.

Siempre habia querido ser una musa del nivel de Talía o Calíope, pero sabiamos que no solo se trata de saber inspirar, sino que tambien era necesario encontrar a alguien capaz de escribir como Hemingway y Bukowski.

Aunque para ser sincera, debo decir que creo que Talia fue una farsa. Dicen que ella solo se sentaba en la ventana a mirar las flores y que su escritor no le dirigia la palabra por horas. Será que tuvo suerte.

Ese dia nos acercamos a la ventana del señor Valenzuela y lo observamos trabajar un rato. Nos habia llegado el comentario que sus escritos en Literautas habian tenido buenas criticas por lo que pensamos que el hombre tal vez podria ser nuestro Hemingway.

Durante mas de media hora dio vueltas de aqui para alla. Fue gracioso verlo golpearse la cabeza con la mano, como si estuviese forzando salir una idea. Finalmente se recosto sobre el respaldo de sillon y comenzo a jugar con un lapiz, moviendolo rapidamente de arriba hacia abajo. El efecto hipnotico del lapiz, que parecia curvarse nos atrapo, “supongo que asi es como los humanos obtienen su inspiracion” pense. Entonces fue cuando nos sorprendio husmeando desde la ventana. No le costo darse cuenta quienes eramos, se ve que ya habia leido sobre nuestra existencia. Enseguida nos invito a entrar y comenzo a suplicarnos por ayuda. “Que tipo tan pesado” pense, pero se veia desesperado y senti un poco de lastima, por lo que decidimos ayudarlo.

Se ve que tenia problemas con el alcohol, ya que lo primero que hizo fue invitarnos a tomar chupitos. Nunca pense que un chupito podria hacer perder la cordura tan rapidamente. Sabia que Calíope era una borracha empedernida, y podria tomarse una botella de whisky sin marearse, pero yo era una musa muy sensible. A los pocos minutos senti que todo me daba vueltas.

Lo que paso luego fue terrible, ser capturada por el enmascarado y ver todo ese mundo de maltrato de musas raptadas fue realmente triste, pense que mi mundo se habia terminado. Afortunadamente aparecio ese detective que nos rescato, no solo a nosotras, sino tambien a Valenzuela, el muy tonto siguio todas las pistas pero no leyo el cartel que le deje que decia: “Fuimos raptadas, ven a buscarnos y trae un arma”, y se habia presentado desarmado. Casi lo matan, pero valore mucho de que nos haya ido a buscar.

Fue por eso que decidi regresar a su casa unos dias despues. Lo vi algo desesperado, me dijo que faltaban doce horas para entregar el nuevo relato y que no tenia nada. La verdad estaba algo cansada para inspirarlo, y teniendo en cuenta lo mal que todo termino la ultima vez que quise ayudarlo, le dije:

-¿Por que no escribes la historia del secuestro?

No se si a eso se puede llamar inspiracion, pero ¿que debia hacer? ¿decirle que escriba un libro de autoayuda?

Saludos!!!

Aldo Brov

29/01/2015 a las 17:36

Uff, ahora que lei de nuevo tu texto descubro mi error y me doy cuenta que ellas eran Talia y Caliope, pense que serian otras. Bueno, habria que retocar mi texto entonces!

saludos

Chiripa

29/01/2015 a las 23:32

Además de divertido, ti relato es ágil y emocionante
Este mes, Pato, se te desbordó la creatividad.
Me han gustado mucho los últimos tres párrafos y tu manera muy diplomática de referirte a ciertos autores.
La guinda del pastel: “…al tener a las musas drogadas y en condiciones infrahumanas, lo único que podían producir eran libros de autoayuda y mala literatura” jajajaja

¡Enhorabuena!

Te invito a pasar por mi relato “Aquel Dia” # 28 y a darme todos los consejos que te parezca pertinente!!!

Feliz viernes y fin de semana.

Miranda

30/01/2015 a las 15:48

Estupendo relato, con imaginación desbordante y bien escrito, hasta sirves de inspiración a otros compañeros de Literautas, eso ya es para nota.

José Torma

30/01/2015 a las 17:48

Te reitero lo comentado, my buen relato y me gusta que al final si hayas incluido a la basca del arjona jaja

Saludos

Marcelo Kisi

30/01/2015 a las 23:22

Pato, qué gusto leerte!
No paré de reirme. Me encantó pensar que el tipo aloja unas chicas en su casa que trabajan de musas, las secuestran, y no le importa que estén bien y que no les hagan nada, sino que todo lo que le preocupa es que él no llega a tiempo con el relato! Una genialidad.

Ojo eso sí, con las repeticiones. Tenés demasiados “borracho” y “borrachas” por ahí, y un par de “puerto” demasiado cerca.

Y un tema técnico, para condimentar: cuidado con el tiempo del relato. Al principio decís que “Se fueron sin dejar rastro y AHORA no sé cómo enfrentar el desafío de literautas”. Pero al final contás en tiempo pasado que aparecieron, y que pasaron algunos días más. Entonces, ¿cuándo es el “AHORA” del narrador? Parece haber cambiado, quebrando la coherencia.

La última frase me suena un pelín naif, así que se me ocurrió un agregadito: “Y al final, eso fue lo que hice. Entonces me di cuenta que no las necesitaba”. Nada, no me des bola, me divirtió pensarlo.

Ah, y si de inspiraciones se trata, y de hacer de la necesidad virtud como te dice David, lo tuyo me hizo acordar a “No hago otra cosa que pensar en ti” del Nano Serrat 🙂

En resumen, bravísimo!

Roger/NHICAP

31/01/2015 a las 10:37

¡Olé Pato! Una lección magistral de narración divertida, un derroche de humor en cada frase. Yo no hablaría de imaginación desbordante sino que eres la pura esencia de la imaginación. Quizás seas la reencarnación de alguna musa.
Buen trabajo amigo
Un abrazo

M. H. Heels

31/01/2015 a las 12:54

Tenías que haber oído la carcajada que he soltado al leer: “Ellos fueron los culpables del éxito de “Pablo Cohecho” y de la aparición de las “cincuenta sombras de Frei” y la saga de vampiros que brillan. También incursionaron en la música con “Ricardo Arjana”. Es usted un héroe…” y lo de las “musas drogadas”… me matas, es brutal! jajaja
El buen rato que me has hecho pasar no se paga con dinero! Mil gracias!

Emmeline Punkhurst

31/01/2015 a las 16:35

Una propuesta muy original, Pato. Me ha gustado mucho tu relato de este mes. Creo que todos nos hemos sentido alguna vez así (el clásico bloqueo creativo), pero tú le das una dosis de humor muy acertada.
😉

marazul

31/01/2015 a las 19:25

Hola Pato. Una de las mejores canciones de Serrat es “No hago otra cosa que pensar en ti…..y no se me ocurre nada”. Ya ves, como si te dejas llevar te puede salir algo bueno. Me ha parecido un relato policíaco ingenioso y divertido, con algunas frases muy acertadas: “tráfico de inspiración”, “la policía literaria”…..Me parece que tu no tienes problemas con las musas. Ellas siempre volverán a ti. ¿Qué las das?
Un gusto leerte Pato
Marazul

Jose M Quintero

31/01/2015 a las 20:02

Hola.
El relato esta muy bueno, una gran combinacion de la fantasia y realdad.
Me rei mucho con lo de cincuenta sombras de frei y la saga de los vampiros que brillan, simplemente genial.
felicitaciones.

lunaclara

31/01/2015 a las 23:51

Hola Pato: qué te puedo decir? Me has dejado con los ojos abiertos como platos. Qué imaginación tienes, colega!! Es súper divertido y escrito a la perfección.
Felicidades!!

Carlos Dauro

01/02/2015 a las 09:49

Bueno las musas debes de tenerlas haciendo cola ¡ja ja ja! Enhorabuena por tu relato, divertido, sin desaprovechar ni un ápice de tu generosidad literaria para con el lector.

Wolfdux

01/02/2015 a las 11:30

¡Felicidades Pato! Sabía que gozaría leyendo tu relato. Con que facilidad te sacas historias de la chistera, jeje.
El otro día, publiqué un relato en mi blog en el que el protagonista busca inspiración, y me ha hecho gracia ver que hemos coincidido, aunque me quedo con el tuyo.

Enhorabuena. Un abrazo.

Iracunda Smith

01/02/2015 a las 16:40

Jajaja, ¡genial, sí señor!
¿Así que de ahí salió crepúsculo? Normal, normal…
Me ha encantado el tono del texto, espero que te animes a escribir más de ese estilo.
Un abrazo, ¡nos leemos!

Peter Walley

01/02/2015 a las 22:47

¡Qué divertido! Me ha gustado la idea del tráfico de inspiración y la referencia a Pablo Cohecho 😉

Desde el principio atrapas al lector y así y todo el relato va in crescendo, hasta la frase final que es muy buena.

¡Ah! Y no conocía la frase ‘chupar como orilla de playa’, me la apunto 🙂

Auora Losa

02/02/2015 a las 12:52

Amigo Pato. Me has matado de la risa. Esto es el principio de una saga, si te pones. (Hablando de sagas; echo de menos a mi Padre favorito)
No voy a destacar tu derroche de imaginación porque es evidente, así que, solo te voy a hacer una preguntita de nada ¿te has quedado a gusto? Madre mía, creí que me moría cuando empezaste a nombrar los resultados de las musas drogadas (coincido 99%).
Buen trabajo.

Auora Losa

02/02/2015 a las 12:54

Ah, por cierto. Lo de la policía literaria me ha recordado a un libro que leí hace un par de años y me gustó mucho: “El caso JAne Eyre, de Jasper Fforde.

Paola

02/02/2015 a las 16:13

Hola, Pato
Acabo de leer tu relato y me ha gustado mucho. El lío con las musas es genial, la borrachera, como has traído a cuento los escritores y cantantes que nombras, el desenlace y el final, en fin, todo me parece un acierto. Felicidades.
También me ha parecido estupenda la versión vista desde los ojos de las musas que ha hecho Aldo.
Saludos

Job Peró

03/02/2015 a las 21:50

Ligero y muy entretenido. Sin pretensiones, directamente escrito para escritores. Felicidades.

beba

04/02/2015 a las 03:09

Hola, Pato:
Tu cuento es lo más original que he leído en Literautas desde que me relacioné con ustedes. ¡Un cuento genial! Y un manejo ágil de la técnica y de la gramática. Felicitaciones.

Silvyt

15/02/2015 a las 19:03

Hola Pato!

Me ha gustado mucho más esta historia. ¡¡Y la policía Literaria!! Me has hecho imaginar a un Bobbie inglés con una letra gigante por placa policial.
Has dado con frases que llevadas a la gran pantalla, podrían pertenecer al mismísimo John Mclay en Jungla de Cristal.
Me gusta muchísimo el lenguaje.

Un saludo, nos leemos 🙂

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