Literautas - Tu escuela de escritura

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Actividad sospechosa - por Aldo Brov

Ryan miró el reloj mientras hacía crecer la espuma de leche en la máquina de café. Aún faltaban cinco horas para que terminase su turno. Suspiró profundo y volvió a enfocarse en su trabajo. Apagó el vaporizador, y vertió con delicadeza la espuma sobre el café. Luego uso un palillo para dibujar la cara de un conejo enojado diciendo “Hola” sobre la superficie. Pensó que sería gracioso escribir la palabra que el hombre olvidó decir al pedir su desayuno. Entonces puso la taza sobre la barra.

El hombre, que esperaba su café con un gesto similar al conejo dibujado, miró la taza sin inmutarse, y luego miró a Ryan. Manteniendo la mirada fija en el muchacho, vacío dos sobres de azúcar dentro de la taza y comenzó a revolverlo. Tomó un sorbo, y luego de saborearlo unos segundos frunció el ceño.

—Mucha destreza y poco sabor —dijo el hombre antes de marcharse hacia la mesa que estaba al lado de la salida.

—Tenga buen día… —respondió el muchacho con una sonrisa falsa en su rostro— y váyase al demonio —susurro mientras se disponía a limpiar la máquina de café. “Siempre lo mismo, debería largarme de aquí…” pensó mientras quitaba la leche seca del vaporizador.

—Sírveme un Latte —dijo una muchacha a su espalda.

Ryan interrumpió su tarea y resopló molesto, “¿acaso nadie tiene modales en esta ciudad?” pensó.

—Si madame, ya le preparo… —dijo irónicamente girando su cabeza hacia la joven. Al verla se quedó pasmado unos segundos fascinado por su belleza y su modo particular de vestir. La ropa y el sombrero tipo campana que usaba le daban el aspecto de una actriz de los años 20. Un estilo extraño pero hermoso. La muchacha lo miró a los ojos y se sintió algo incomoda por la forma en la que Ryan la estaba mirando, entonces bajó su mirada.

El muchacho comenzó a preparar el Latte en silencio, pensando en las palabras que podría decir para intentar cautivarla. Se sintió un depredador pendiente de su presa. Derramó la espuma cuidadosamente dentro de la taza y dibujo un gran corazón. Entonces lo sirvió.

—Soy Ryan. ¿Eres de por aquí?

La muchacha tenía en sus manos una servilleta que doblaba y desdoblaba obsesivamente, y cada tanto miraba de reojo sobre su hombro hacia la mesa cercana a la puerta.

—¿Conoces al hombre que acabas de atender? —preguntó mientras ponía la azúcar en el café y comenzaba a revolverlo, sin percatarse del corazón hecho de espuma.

—Eh… no, nunca lo había visto.

—Me está siguiendo —dijo volviendo a mirar de reojo hacia la mesa.

Ryan se sonrió pensando que se trataba de una broma, pero la chica se veía nerviosa y parecía estar hablando en serio. Miró disimuladamente al hombre de la mesa, quien se encontraba de espaldas a la barra tomando su café y leyendo el periódico. No le pareció que estuviese pendiente de la muchacha.

—¿Quieres que llame a la policía? —dijo Ryan sacando un teléfono celular de su bolsillo.

—Shhh, pueden oírnos —susurró la joven y extendió su mano pidiendo que se lo entregue.

Ryan se quedó pensativo unos segundos y entonces se distendió.

—Ah, entiendo. Buena técnica para conseguir mi número, no se me hubiese ocurrido —dijo sonriendo y le entregó el celular sintiendo que ahora él era la presa.

La muchacha tomó el teléfono y lo metió en su bolso. Ryan notó que por dentro el bolso estaba forrado con papel aluminio.

—Efecto Jaula de Faraday —dijo la muchacha—, anula cualquier señal electromagnética. Ahora no pueden escucharnos.

—Pero… estaba apagado.

—Te escuchan igual. La CIA y la NSA. Seguramente ahora que saben que hablamos van a vigilarte —La muchacha seguía hablando en voz baja y estaba atenta del entorno.

En ese momento, el hombre que estaba sentado cerca de la puerta se paró y se puso el abrigo. Miró hacia la barra un instante y se marchó.

—Se fué, debo irme ahora —dijo la joven. Pagó el latte con unas monedas y de un solo sorbo se lo bebió —Cuídate Ryan—. Sacó el teléfono del bolso y se lo entregó. Entonces se dirigió hacia la puerta, miró hacia ambos lados y se perdió entre la gente que pasaba.

Ryan examinó el celular atentamente, no le pareció notar nada extraño. Levantó su mirada y revisó uno a uno a los clientes buscando cualquier tipo de actividad sospechosa. Todo parecía normal. Volvió a mirar el reloj y suspiró una vez más. Entonces regreso a limpiar la máquina de café.

Comentarios (31):

Aldo Brov

29/01/2015 a las 00:16

Gracias a mis comentaristas. Para aquel compañero que comento que esto parece la introduccion de una historia mas larga, debo decirle que es cierto. Se me ocurrio armar esta primera escena de una historia mas larga que tengo pensado escribir, que trata sobre la paranoia.

De cierta forma, Ryan esta basado un poco en Aldo Brov, un tipo que se esfuerza mas de lo que debe en su trabajo, que trabaja directamente con la gente, entre los que se incluye uno que lo visita seguido y que es paranoico, usa un gorro que dentro tiene una malla metalica, y habla de la CIA y la NSA, de hecho varias veces me pidio boligrafo y hoja para escribirme que podian escucharnos, y pedirme que lo ayude, sobre todo cuando me dio 8gb de informacion confidencial que habia obtenido en este tiempo, con toda la verdad. Que por cierto, parece sen tar real que puede volverlo a uno un poco paranoico. Pero ojo, ya estoy curado! (Esto para la CIA, por si me estan leyendo!!!!)

Al leer sombrero, jaula y telefono, fue inevitable asociarlo con este tema, ya que el mismo habia hablado del efecto de la jaula de Faraday.

En si, mi enfoque no era tanto escribir un cuento con cierre perfecto, estoy enfocado en trabajar en mi estilo, en mejorar las oraciones para que sean 100% entendibles, personajes que parezcan reales y expresen cosas con sus acciones, los dialogos, etc. La verdad me siento conforme con el resultado momentaneamente, pero seguro que a medida que mejore encontrare errores para cambiar en este relato.

La limitacion de las palabras me obligo a hacer la conversacion entre la chica y el chico muy corta, pero tengo mucho mas para agregar, y sobre todo contar como Ryan se ve mas tarde afectado por esta primera situacion que vivio, y como pretende aprovechar esa extraña oportunidad para obtener beneficios propios. Si algun dia termino la historia, y no muero EN UN ACCIDENTE!! compartire con ustedes la historia completa.

Nélida Sarduy Castellanos

29/01/2015 a las 00:50

Hola Aldo. Fuiste muy generoso conmigo la vez anterior, me hiciste un comentario que fue una verdadera lección, por eso he venido primeramente a tu cuento, me gusta tener maestros 😀 Me han gustado tus personajes, especialmente esa chica con paranoia, que según cuentas es además alguien a quien conoces, te recomiendo que te cuides (por si la CIA o cualquier otra organización de inteligencia o containteligencia te persigue) es algo que nunca está demás.
Tu texto se lee tan fácil, las oraciones tienen la síntesis y la la relevancia necesaria, eso es lo que quisiera lograr.¿Se puede aprender?

Osvaldo Mario Vela Sáenz

29/01/2015 a las 01:03

Aldo magnífico principio de tu futuro trabajo, pero mucho maejor, es tu post-prólogo para engancharme. Creo que me voy a pasar el tiempo esperando lo que sigue. Felicidades. espero no tardes mucho en tenerlo listo para no terminar paranoico.

Fabián

29/01/2015 a las 15:46

Muy buenas Aldo Brov

Tengo una duda e igual estoy pecando de ignorante ¿Quien es Aldo Brov? ¿Es algún personaje histórico? ¿Eres tu?

Ahora si, centrándonos en tu relato. La forma me ha parecido impecable, la sintaxis, los diálogos, sin dar información innecesaria, al grano, haciendo que cada linea sirva para avanzar en el relato, sin pararse con descripciones que no aportan nada.
Lo único que no me acaba de cuadrar, y seguramente se deberá al limite de 750 palabras, es el personaje de ella. Entiendo que ella sabe algo que el prota no, entiendo que es algo que conlleva cierto riesgo, pero no acabo de entender por qué deja caer ese tema con un total desconocido. Si está tan convencida de que la CIA y la NSA los pueden oír y están en todas partes, ¿ por qué parece confiar en un simple dependiente de cafetería/bar?.
Como dije antes, seguramente es algo que se puede explicar fácilmente sin el limite de 750 palabras.

Luciano Sívori

29/01/2015 a las 16:00

Me gustó el cuento, es ameno y se lee con fluidez. A diferencia de algunos comentaristas, no me parece que el final sea tan “abierto”. Uno puede llegar a pensarlo como un cierre enigmático donde quedan en el tintero algunas preguntas, pero me parece (es mi opinión, al menos) que el enfoque del relote es, justamente, ese miedo irracional que tenemos a ser observados, a que nuestra vida está siendo minuciosamente investigado.
Me entretuvo la intriga, y no me molesta que no haya una verdadera resolución. Realmente es tremendo cuando llega la sombra de una duda. Es como la gente a la que le fueron infiel, y de pronto ve infieles en todos lados. Me he sentido observado alguna que otra vez, y creo que cualquiera puede relacionarse con Ryan, una persona común, promedio.
En el lado negativo, personalmente me parece mejor utilizar vocabulario más local, en lugar del neutro. O sea: siendo argentino, yo disfruto escribiendo como hablo, me parece que lo hace más real. Por eso me resulta “raro” cuando leo cosas como “quieres”, “eres” o nombres como Ryan (super yanqui, jaja). Es como que siento que leo una traducción de un texto americano. Repito: es algo completamente subjetivo.
Buen relato que ojalá puedas continuar. Fijate de revisar los acentos, porque en algunos lados están mal colocado (“fué”) y en otros faltan (“Entonces regreso a limpiar”)

Lindo el detalle de los dibujos con espuma que hace Ryan. Esos detalles hacen al cuento, le brindan calidad por sobre otros.
Un saludo.

Wolfdux

29/01/2015 a las 16:33

Felicidades Aldo. Un texto excelente. Ya sabes que soy fan de tu estilo, jeje. Un abrazo.

DreamxAlchemist

29/01/2015 a las 18:10

Me gustó mucho tu estilo, y vaya que la historia pinta para tomar un rumbo mucho más largo. Has hecho algo impresionante con una extensión de 750 palabras. ¡Saludos! 🙂

Paola

29/01/2015 a las 18:54

La verdad es que me has dejado con ganas de saber más, el camarero me cae bien, es un personaje cercano y un poco ingenuo a la primera apariencia, ella me parece un poco estirada y muy enigmática.No sé si eran esas tus intenciones!
Muy bien escrito. Enhorabuena

Ryan Infield Ralkins

29/01/2015 a las 19:47

Este relato pide continuación y a gritos. Te por seguro que te seguiré leyendo. Quiero saber que sucede con mi tocayo (de nombre, xd) y si algún día se reencuentra con la mujer. Ademas, claro esta, saber mas sobre quien es el que la sigue y porque. Creo que Ryan se ha metido en un buen lío y sera vigilado.
Saludos y felicitaciones.

Adella Brac

29/01/2015 a las 21:40

A mí también me has dejado con ganas de más 😀
Me ha encantado el personaje de la chica 🙂
¡Buen trabajo! 😉

Margarita Graña

29/01/2015 a las 23:00

Ya te hice mis comentarios pero no podía dejar de pasar por acá. Muy buenos los comentarios de los compañeros, y esperamos ansiosos como sigue esta historia. Me hago eco de la pregunta, ¿quién es Aldo Brov?

Marcelo Kisi

29/01/2015 a las 23:02

Aldo, Aldo! Excelente comienzo a un relato que ya te has obligado públicamente a continuar. Aquí estaremos pidiendo nuestro fascículo mensual! Me gustaron los tres personajes, el suspenso prometido, la fantasía cumplida de una dama que le pide a uno ser salvada, todo muy tentador! Te aportaría dos cosas. Una es un poco más de “ruido ambiente”. Es una escena de café, pero al principio, por el estilo de serenidad espiritual ;-), me sonaba como un sereno de edificio o un empleado del turno noche de cualquier organización, que sencillamente cuenta con máquina de café en su oficina. Como si hubiera un corte entre el estilo de redacción, muuuuy tranquilo, y la ambientación, que teóricamente es más rápida y ajetreada. La otra es una simple repetición: “la muchacha” aparece como 4 o 5 veces, hasta que al final aparece “la joven”. Y dale para adelante, veremos qué nos deparan Ryan y la chica del sombrero!
Saludos!

Aldo Brov

30/01/2015 a las 00:03

Gracias gente por entrar a mi relato.

Hola Luciano, espero no haberte ofendido con lo que te escribi antes, es verdad que uso nombres yanquis, pero tambien siempre digo que soy amante del conductismo o behavorismo norteamericano, la cultura norteamericana es una gran influencia para mi, tal vez en otra vida fui un Yanqui.

Para Fabian que pregunto, porque alguien que es paranoico confiaria en alguien a quien no conoce. La respuesta es: No lo se, no le pregunte al paranoico que me conto todo porque me lo conto. De hecho muchas veces pense que el tipo podria cambiar su vision de mi y pensar que yo era un espia, son en estas cosas son las que se puede sacar una historia interesante. Lo que nunca le voy a contar a mi amigo paranoico es que tambien trato con otro loco que habla ingles y que dice ser escritor, pero al final termino confesandome que rabajo para la CIA. ¿Como no escribir sobre esto? JURO QUE NO MIENTO.

Aldo Brov soy yo. No hay ni hubo otro en la historia. Al menos no lo encontre en Internet, todas las referencias en google te acercan a mi. Un escritor en sus primeras etapas como escritor. Soy como Morfeo en Matrix, pero menos Hacker.

Denise

30/01/2015 a las 00:44

Está bueno el relato, a mí también me llamó la atención lo de los nombres yanquis, no es algo que me fascine si el escritor escribe en castellano, pero cuando llegué a la parte “conspiranoica” entendí todo, creo que la ambientación es coherente con la historia. Lo del castellano neutro (y el estilo) tiene sentido también, aunque yo, al menos, prefiero los estilos más personales, pero como dije, es coherente con la ambientación y la historia. Ya sabemos que para paranoicos, los yanquis son mandados a hacer XD

El ritmo está bien llevado, y tiene una buena dosis de suspenso, si tu objetivo era enganchar al lector, lo lograste bien, en mi opinión.

Por otra parte, si bien soy fan de los finales abiertos, en este caso creo que quedó muy abierto, así que espero la continuación para saber qué es lo que sigue.

Saludos!

Fabián

30/01/2015 a las 00:58

Ah vale!, creía que mas arriba estabas hablando de un personaje o algo, perdona por la pregunta, Aldo.
O sea que eso que contabas del tio con la gorra forrada fue una anecdota personal.

Nick Brooks

30/01/2015 a las 02:30

He venido a ver quién es el otro Ryan, jajaja 😀
TODOS QUEREMOS CONTINUACIÓN ALDO.
Una excelente historia, y pensando en lo que dijo Fabián, lo único que se me ocurre es que Ryan está más implicado de lo que parece 😉
Sólo unos cuantos detallitos, como las tildes, que ya las mencionaba Luciano. Y creo que es “el azúcar”, no “la azúcar”
Espero la continuación!

Iracunda Smith

30/01/2015 a las 17:09

¡Hola!
He llegado hasta tu relato a través de uno de tus comentarios que me pareció muy interesante.
Sólo decirte que me ha gustado mucho tu relato, estoy totalmente enganchada a los personajes con alguna “tara” así que tu joven paranoica me ha encandilado.
Además como trabajadora que está de cara al público me identifico con Ryan… 😉
Estaré atenta a tu blog para leer la continuación.
Por cierto…
No suelo pedirlo, pero ¿te gustaría leer mi relato?
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-22/2547
Me encantaría saber tu opinión que, por tus comentarios, sé que será sincera.
Esta sería la versión corregida y aumentada:
https://iracundasmith.wordpress.com/2015/01/30/regresan/

Gracias por adelantado!!

Iracunda Smith

30/01/2015 a las 17:10

¡Hola!
He llegado hasta tu relato a través de uno de tus comentarios que me pareció muy interesante.
Sólo decirte que me ha gustado mucho, estoy totalmente enganchada a los personajes con alguna “tara” así que tu joven paranoica me ha encandilado.
Además como trabajadora que está de cara al público me identifico con Ryan… 😉
Estaré atenta a tu blog para leer la continuación.
Por cierto…
No suelo pedirlo, pero ¿te gustaría leer mi relato?
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-22/2547
Me encantaría saber tu opinión que, por tus comentarios, sé que será sincera.
Esta sería la versión corregida y aumentada:
https://iracundasmith.wordpress.com/2015/01/30/regresan/
Gracias por adelantado!!

José Torma

30/01/2015 a las 18:56

Que tal Aldo. Pues mira que ahi tienes a tu proximo personaje, Aldo Brov jeje que es un buen nombre para un protagonista.

Concuerdo mucho con lo que te han dicho, yo de acentos no opino porque soy malisimo para eso, solo te puedo decir si me gusto o no y la verdad me quede esperando mas (malditas 750 palabras). Creo que conceptualmente esta muy bien, el ambiente de fastidio del servidor publico (yo trabaje en un video club), esta muy bien descrito.

Por algun motivo que no puedo explicar, la chica en mi mente la vi como Mila Kunis, la actriz norteamericana. No hay absolutamente nada que me diga por que llegue a esa imagen pero sin embargo ahi esta.

Hay imagenes grandiosas como el bolso recubierto de papel aluminio.

Felicidades, a mi me gusto y leere la continuacion por supuesto.

Saludos.

David Rubio

30/01/2015 a las 22:18

¡Hola Aldo!
Más que un relato, nos has mostrado como se debe comenzar una historia que atrape al lector.
El narrador, casi observador, se limita a mostrar a los personajes y, de esa forma, nos hace empatizar con ellos. Los personajes se van definiendo por lo que hacen, por lo que dicen, por cómo actúan. Personalmente, es como me gustan las historias. De esa manera atrapas al lector. No hay nada que haga perder el interés al lector que un narrador que, machaconamente, nos diga cómo es o cómo se encuentra un personaje. Es mejor que el autor nos lo MUESTRE.
Por otra parte esas acciones como el dibujo en el café, solo eso, ya nos dice mucho del personaje.
Y nada mejor que una rubia, un tipo corriente, un enigmático villano, la CIA o la NASA, para formar un potente historia que, poco a poco, irás tejiendo a tu ritmo, a tu manera.
Brillante puesta en escena, Aldo.
Un abrazo

Luis Ponce

31/01/2015 a las 15:26

Un gran abre boca para una historia que puede tener para rato. tienes claros los personajes y sus problemas, pero te quedaron cortas las 750 palabras. Me gusta la parte de la preparación del café porque no es gratuita, conoces del tema. Te estaré siguiendo pues me gusta tu manera de escribir.
Saludos

marazul

31/01/2015 a las 20:04

Hola Aldo, lo que más destaco de tu relato es que has creado unos personajes muy bien caracterizados y que parecen tener vida propia. A partir de ahí puedes hacer lo que quieras con ellos. La acción, en este caso, no es tan importante; darles más vida depende de ti, que eres su creador. Tú mueves los hilos de sus vidas y eso no lo consigue cualquiera.
Creo que tienes mucho talento y me gusta la claridad con la que escribes.
Un saludo
Marazul

Emmeline Punkhurst

31/01/2015 a las 23:32

Buen relato, Aldo. Aunque yo no he echado de menos una historia más larga porque en mi cabeza me he hecho la imagen del pobre protagonista, que soporta la rutina diaria y una clientela de lo más extraña, lo cual creo que tampoco debe extenderse más. En mi opinión, el relato es perfecto tal cual está.

Darkos

01/02/2015 a las 06:00

Hola Aldo,
¡Que bueno tu texto! Tiene un ritmo agradable que se deja leer y lleva al lector a la escena rápidamente. El estilo te adentra en la historia y a los pocos segundos ya estás enganchado.

También debo felicitarte por la excelente técnica en los diálogos. Se ve que lo has trabajado bastante.

Finalmente quisiera sugerirte que, aunque sea una fantástica apertura de una historia más larga, le añadas algo que se parezca a una conclusión. Un giro en la historia lo puede hacer bien y no necesariamente corta el buen ritmo. Por lo demás me ha parecido fenomenal. Éxitos y espero seguir leyéndote.

Valjean

01/02/2015 a las 06:07

Me ha enganchado el cuento. Me gustan en serio las historias que arrancan con la acción en lugar de largas descripciones introductorias. Creo que has fusionado bien este tema. Lo del efecto de jaula de Faraday sí fue un detallazo; típico del paranoico.

Finalmente quisiera agregar que el detalle del conejo al inicio no tiene presa mala. Fue un deleite. Te seguiré leyendo. Saludos!

Carlos Dauro

01/02/2015 a las 08:32

Muy buen relato. Consigues atrapar al lector enseguida. Nos propones una historia trepidante. Ahora tienes el reto de seguir interesando con este ritmo de atención al lector si continuas la historia. Seguro que a más de uno de los que hemos disfrutado con tu relato se nos han ocurrido mil escenas para continuar, éste, el primer capítulo de tu próxima obra. Enhorabuena.

Jose M Quintero

01/02/2015 a las 17:58

Hola Aldo.
Me gusto mucho tu relato, te logra enganchar desde las primeras lineas, me imagino la cara del chamo cuando la chica empieza hablar sobre que la estan siguiendo y ve el bolso cubierto de papel aluminio.
Yo tambien pido la continuacion, te deseo suerte con este proyecto que estas emprendiendo.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

02/02/2015 a las 01:32

Aldo, regreso a tus dominios para agradecerte la visita y los comentarios tan atinados a mi texto. Tu ayuda llega no solo al texto mencionado sino que lo he aplicado a muchos de mis escritos y la mejoría en ellos me llena de satisfacción. seguí tus recomendaciones lo más fiel posible a mi entendimiento, los resultados positivos hicieron acto de presencia. Y vaya resultado. Muchas gracias.

Roger/NHICAP

03/02/2015 a las 17:30

Hola Aldo,
He pasado a leer tu relato para conocerte tras tu extenso comentario a mi texto del mes. Y me has sorprendido gratamente con un estupendo relato, bien narrado y una trama que engancha al lector.
Bien hecho al dejar el relato abierto, con mucho margen para sorprendernos en el próximo capìtulo.
También opino que el nombre de Aldo o Aldo Brov, le daría más fuerza al personaje (o incluso Vrobaldo si no quieres que te identifiquemos, je, je). En una historia por entregas el nombre del protagonista es importante, pienso que debe ser llamativo, con tirón, y Ryan ya está muy usado.
Felicidades y hasta la siguiente
Un abrazo
Un abrazo

Pato Menudencio

03/02/2015 a las 22:28

Hola Aldo. A mi parecer es un inicio con bastante gancho para una obra más larga. Nos dejas en la duda de que si es verdad lo que dicen los personajes o simplemente están locos (Aunque sería interesante hacer una historia en que en verdad todos los personajes con los que se cruza Ryan sean en realidad los pacientes de un psiquiátrico que se fugaron. Y que para matar el rato deciden hacer creer al protagonista de que es parte de una conspiración internacional).
Tuve un compañero en la casa universitaria en donde vivía, que cuando hablaba de ciertos temas me pedía que apagara el teléfono, fue inevitable pensar en aquellos años.
Si la joven en realidad no está bien de la cabeza espero que Ryan siga un gran consejo que aprendí de la peor manera en mis 30 años de vida: “Ryan, nunca salgas con una loca, XD”.

Respecto a alguno puntos formales, las palabras que terminan en “mente” se repiten varias veces, al igual que el nombre del protagonista.

Respecto a la historia de las musas que colgaste en los comentarios de mi texto, déjame decirte que no me sentí para nada ofendido, más bien todo lo contrario.

Saludos.

Darkristal

04/02/2015 a las 19:39

Pensaba:
Paranoia, paranoia, paranoia …Esquizofrenia? D:

Jajaja un relato entretenido, me daba un poco de pena el pobre Ryan, al parecer no le gusta su trabajo o le irritan los clientes maleducados, o ambos XD

Me gustaría remarcar algunos detalles, pero están fuera de mi área de servicio, lo siento.
Aun así, tienes muchos comentarios que te podrán ayudar aquí.

A mi me pareció un digno relato corto, de un evento cotidiano sorprendente y que puede ser autoconclusivo, pero si de alguna manera se puede prolongar a una novela corta, o a una novela larga, pues , me gustaría verlo

Felicidades y sigue adelante.

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