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Adiós - por Libres de Lectura
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Cristina dejó el libro en la mesa que acompañaba a aquella cama donde llevaba tantos días tumbada sin poder moverse. Tenía una grave enfermedad de la que todavía los médicos no sabían el nombre y eso la estaba matando. No el hecho de estar enferma o de no saber qué tenía exactamente, sino de ver como aquello estaba desgastando a su familia. Con todos los problemas que tenían diariamente en el trabajo, en casa, entre ellos, ahora solo faltaba que su única joya de valor, su hija, estuviera marchitándose en esa fría habitación de hospital.
Cristina había nacido dentro de la generación del usar y tirar, de la obsolescencia programada, del comprar algo nuevo antes que reparar lo viejo. Por ese motivo, decidida a coger las riendas de su situación, se deshizo de todos los cables que la ayudaban a respirar, a comer, en definitiva, a vivir.
Temblando, repasó por última la estancia que la había acompañado esos últimos días. Empezó por la puerta, cerrada, decían que para que pudiera descansar (nunca mejor pensado); el armario, lleno de una ropa que probablemente quedaría para la hija que supliría su corta existencia; la flor que le robaba oxígeno por las noches; el sombrero de su padre con el que, según decía, atrapaba y no dejaba escapar las ideas. Qué habitación tan lúgubre, qué pena que esto fuera lo que tantos veían por última vez.
Viendo que su alma por fin se libraba de aquel cuerpo que tan poco había aguantado con vida, le vino una fugaz ocurrencia a la cabeza. Cogió rápidamente y como pudo el teléfono móvil y, abriendo el apartado para las notas, dejó para el primer afortunado la frase que su abuelo le dijo antes de dormir para siempre en una cama como aquella no hacía mucho tiempo: "la vida es una jaula con las puertas abiertas".
Comentarios (2):
Luis Ponce
31/01/2015 a las 23:44
Corto y preciso. Triste por que está bien contado. Quizá algo más de humor aparte del mensaje final dejado en el teléfono. Es difícil escribir algo redondo con pocas palabras. Quizá un tinte más poético. Te seguiré leyendo.
Saludos
Piloska
20/02/2015 a las 00:21
Con muy pocas palabras has escrito un bonito relato. ¡Enhorabuena!
Te seguiré leyendo