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Al final del día - por José Torma

Web: http://www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com

Eutimio cerró el portafolio, «another day, another dollar», se repetía mientras subía a su Porsche. Miró al indigente que últimamente estaba en el mismo lugar; todos los días pidiendo“para comer”.

Con desdén aventó unas monedas en su sombrero…

—Gracias, caballero —obtuvo por respuesta—, que tenga un excelente día.

Apenas lo escuchó, era un hombre ocupado y no podía detenerse ni a pensar, «demasiado análisis crea parálisis», era su mantra.

Aventó su portafolio al asiento trasero, mientras encendía el auto. Éste era su jaula de oro, deportivo del año, «rojo pa’ que corra más rápido», se decía mientras el viento desordenaba su cabello.

—¿Comerás hoy con nosotros? —preguntó su esposa al verlo llegar a casa—. Tony preguntaba si lo llevarías al club.

—No aceptan niños—contestó fastidiado, sabiendo que mentía—. Ya habrá otra oportunidad de llevarlo a otra parte.

—¡Carajo contigo!, promesas del tiempo que te sobre, ¿eso es lo que le ofreces a tu familia?

—¿Te molesta que trabaje tanto? ¿Acaso te falta algo?

—Tu hijo necesita de tu tiempo, no de tu dinero.

—No lo parece cuando está como idiota con el XBox —terminó de cambiarse—. Voy tarde, nos vemos en la noche.

—Ojalá no sea tarde cuando te des cuenta de lo que es importante en la vida.

—Me hartas con tus dramas —gruñó.

Marina guardó silencio, evitando la confrontación. Ya la vez anterior le había levantado la mano. Era como si no lo conociera. Todo era más importante que su familia.

Resignada se encerró en su cuarto, tomó el teléfono; ni el llanto de su hijo lograba sacarla de su depresión. Buscó el número que le había dado el investigador privado y marcó.

Eutimio aventó molesto el celular al asiento del pasajero al no obtener respuesta; distraído, no vio salir al anciano para cruzar la esquina hasta que le golpeó con el auto. Maldiciendo se detuvo para revisar que su auto no hubiera sufrido daño. Con la palma de la mano revisaba para notar alguna abolladura. Escuchó un gemido de dolor y por fin puso atención a la persona que había atropellado.

—¿Está bien? —preguntó molesto—. Tome este dinero y aquí no ha pasado nada —le dijo mientras le aventaba unos billetes al suelo.

—Gracias caballero, que tenga un excelente día.

Guardando su cartera volvió al auto, maldiciendo otra vez su mala suerte, tendría que ir al taller a que le sacaran el golpe, lo bueno es que no se había despostillado la pintura. El timbre de su celular le hizo cambiar de humor ante la perspectiva del próximo encuentro con su amante.

—¿Eutimio? —se escuchó la voz temblorosa de Leticia—. Eutimio, lo sabe todo, acabo de colgar con ella.

—¿Qué es lo que dices, te llamó? —presionó más fuerte el acelerador—. ¿Qué le has dicho?.

—Nada, te lo juro, solamente colgué. Me prometiste que la dejarías…

—¿Y perder la empresa?, no puedo perder el apoyo de su padre, no en estos momentos de expansión.

—Pues ahora lo sabe y me amenazó…

Eutimio tomó la ruta más rápida para regresar a su casa, tenía que lidiar con el problema. ¿Cómo se había enterado?, seguramente fue su padre.

Llegando a casa no se molestó en poner el auto en la cochera, bajó corriendo. Un viejo jardinero intentó quitarse de su camino pero aun así lo arrolló.

—¡Hágase a un lado, por favor! —le gritó mientras lo empujaba.

Entró como vendaval a la estancia.

—¡Marina! —gritó, pero solo el eco de su voz tuvo por respuesta. Buscó infructuosamente por toda la casa. Su auto estaba en la cochera, pero pronto descubrió que su ropa y la de Tony no estaban. Salió al jardín a preguntar al jardinero si los había visto.

—Ay, Eutimio, siempre tan ocupado, lo recuerdo tan bien.

—¿De qué está hablando, me conoce acaso?

—Más de lo que crees —dijo mientras lo miraba a los ojos…

Solo entonces se percató de su intenso color azul, su mente brincó al indigente, al anciano al que había atropellado. ¡Era él mismo!.

—Hoy es el día que nuestra vida se fue al carajo —dijo el anciano con tristeza.

—Está loco, esto no puede estar pasando, yo nunca acabaré así…

—Cuando todo termine, cuando tus pasos sean más cortos intentando no llegar; ¿sentirás remordimientos, buscarás redención o partirás dignamente al infierno?.

Los ojos de Eutimio se llenaron de lágrimas, cayó hincado sobre el pasto recién cortado. Tal vez tuviera una oportunidad, tal vez no fuera demasiado tarde… pero sabía que lo era.

Comentarios (30):

Osvaldo Mario Vela Sáenz

29/01/2015 a las 01:40

José, como se ha vuelto costumbre tuya, me dejas sin palabras. A base de dialogos le das forma, construyes y luego das desenlace a una historia muy repetida en estos tiempos. Ademas al final incluyes algo de nuestras raices: El temor a la condenaciñn del alma. Exelso. Felicidades.

Denise

29/01/2015 a las 02:58

Concuerdo con Osvaldo, el personaje de Eutimio está muy bien construido; ¿el nombre lo elegiste a propósito? Porque si no me equivoco, significa algo como de buen temperamento o algo por el estilo, no?

El detalle fantástico del final es interesante.

Wolfdux

29/01/2015 a las 10:52

Como ya te comenté en el blog, un relato muy bueno. Felicidades otra vez.

¡Nos leemos!

Adella Brac

29/01/2015 a las 12:28

Yo creo recordar que no llegué a comentarlo en el blog, así que te diré que coincido con Denise, un personaje perfectamente construido.
Un relato redondo que contiene una sabia lección 😉
¡Buen trabajo! 😉

Paola

29/01/2015 a las 12:53

Muy bien construido, un final sorprendente, me ha encantado.
Saludos

Virginia Figueroa

29/01/2015 a las 14:13

Me ha gustado mucho tu relato, José. Vas desgranando la historia poco a poco y haciendo que tomemos parte de lo que sucede hasta posicionarnos. El personaje principal, como te dicen, está muy logrado. Sólo te indicaría que al ser relatos tan breves deberían usarse sinónimos de las palabras más frecuentes para que no resulte redundante. El término “aventar” lo empleas bastante a lo largo del texto. Por lo demás, fantástico. Me ha gustado tu historia y cómo nos la cuentas. Enhorabuena.

El ciervo alado

29/01/2015 a las 16:16

Muy bueno. Algunas cosas no las he entendido a la perfección. La estructura está prolija, sin errores (los diálogos también). Lo que sí las palabras aventar y carajo las empleas con demasiada frecuencia, mejor cámbialas y usa sinónimos.
Saludos, El ciervo alado.

Roger/NHICAP

29/01/2015 a las 17:36

Hola José,
Me ha gustado la narraciön tan fluida que aprovechas para mostrar la personalidad del protagonista. Buen relato en mero lenguaje mexicano.
La historia es una buena enseñanza.
Felicidades y un abrazo.

Aldo Brov

29/01/2015 a las 18:05

Uff tantas felicitaciones recibidas me hace dudar de escribirte mis comentarios. Suelo pensar que un comentario con fundamentos sobre detalles detectados ayuda mucho mas que una felicitacion que solo elogia el ego de uno mismo.

Una de las cosas a las que le presto atencion es a la voz del narrador. En tu caso, y no solo lo hace en este relato, sueles usar las comillas para resaltar frases o palabras ej: Todos los dias pidiendo “para comer”

Si esa frase la penso Eutimio deberia estar toda en comillas, pero si esa frase la comenta el narrador, no creo que deba incluirse comillas.

Cuando introduces el nombre Marina a la escena, este puede generar confusion ya que primero la llamas “Su esposa” yo recomendaria llamarla “Su esposa Marina” y luego si decir “Marina”

Cuando dices que Eutimio avento el celular al asiento, porque no obtuvo respuesta me genero confusion, ya que arriba dices que su esposa tomo el telefono y luego introduces la escena de Eutimio con el celular. Tal vez deberias aclarar que El intento hacer un llamado, y lo tiro enojado luego de que no le atendieron. (Ya que supongo que intento llamar a su amante pero esta estaria hablando con su esposa)

Consigues un giro al final del relato, de todas formas no se entiende bien porque cuando se cruzo con el indigente o luego atropello al hombre, este no le ayuda a evitar el destino que tendria.

Respecto a la forma, tiene un buen ritmo, es sencillo y esta bien escrito. Tipo de lecturas que uno disfruta.

Saludos

Ryan Infield Ralkins

29/01/2015 a las 19:39

Concuerdo con que el personaje esta bien logrado pero hasta ese punto. Y me explico. Es interesante ese personaje pues claramente es el principal pero el personaje que mas me impactó (y que llegue a sospechar que era el mismo del principio) es el que Eutimio atropelló. Es cierto que sus apariciones son breves pero me parece que son apropiadas en extremo, dando diversidad al relato y pienso de el que es como un espía.
Solo me queda una duda. Ese sujeto era el investigador privado?
Saluds y buen relato.

tavi oyarce

29/01/2015 a las 21:28

Parece un cuento tan breve que uno no llega a explicarse como cala tan hondo. Son los recursos que manejados con maestría.
Se agradece la brevedad que dice tanto.

Nick Brooks

30/01/2015 a las 01:23

Concuerdo con Aldo en lo de cuando Eutimio aventó el celular, me confundió, pensé ¿Es Eutimio el investigador? y después se me ocurrió que Eutimio había matado al investigador o algo.
Por lo demás me parece una excelente historia, pero mi exceso de imaginación no me deja en paz. ¿Quién era realmente el investigador? La manera en que aparece de diversas formas, su mirada profunda, y su pregunta… Me suena a que es alguien sobrenatural xD
“Rojo pa’ que corra más rápido” esa frase me hizo feliz hoy

KMarce

30/01/2015 a las 05:59

Decidí buscar tu relato, porque nos comentamos anteriormente con el Balabolka… jajaja! Ya que tiendo a seguir el orden de aparición para leer los relatos, pero… !mea culpa!
Coincido que uno de las finalidades del taller, es hacernos crecer como escritores, porque en cuanto a talento, aquí he encontrado quizá la gente más creativa de cualquier blog.
En lo particular, repito, amo enormemente los párrafos largos, tiendo a cortarme cuando encuentro punto y aparte. Pero, supongo que esto ya es cuestión de estilo.
Tu puntuación y ortografía ha sido cuidada, una errata sin importancia. Aunque coincido con Aldo en algunos puntos.
Creo que el “investigador” ha creado muchas expectativas, si no era importante podrías obviarlo, y expresar: Ella marcó el número que tanto temía… o algo así.
Pero, la historia fue la caída de un hombre arrogante, egoista… que me deja pensando, cómo se convirtió en un anciano gentil. Pero, la idea es que su destino será quizá alejado de todas sus riquezas, la perdida de su familia, etc. Sin lugar a dudas, me hizo pensar en las historias de “Twilight Zone” con relatos “normales” que terminaban fantasticos.
He disfrutado de la lectura de tu historia, me pareció amena y fácil de leer, con un mensaje profetico de que todo lo que el hombre siembra, eso mismo cosecha.
Gusto en leerte. Te felicito por esta historia tan singular.

Iracunda Smith

30/01/2015 a las 16:54

Es un relato interesante pero estoy de acuerdo con Aldo Brov en sus correcciones.
Además creo que el personaje de la mujer debería describirse más, hablas de una depresión pero estaría bien “mostrarla” con algunas acciones de Marina. Entiendo que son sólo 750 palabras (yo este mes he apurado el final de mi relato demasiado :S).
De todas formas sabes que te lo digo desde el respeto y el cariño. Y porque a mí me gusta que me digáis estas cosas también.

Un abrazo, ¡nos leemos!

P.D. Estoy con la revisión del relato Smile… ¡lo mío con el inglés no tiene remedio! 😛

Pato Menudencio

30/01/2015 a las 17:07

Mis opiniones ya habían sido expuestas. (“ya tu sae”).

Sólo quiero repetir que me gustó el giro del relato. La forma en como el protagonista se encuentra con su versión futura y las muchas veces en que lo ignoró.

Felicitaciones.

José Torma

30/01/2015 a las 17:29

Gracias a todos por sus flores y tomatazos. Le comente a Aldo que el relato original era de 1000 palabras y pues con la tijera edite mal.

La confusion con la mujer, Marina y la amante Leticia es un ejemplo de mala edicion.

El detective privado es solo una figura para dar a entender por que tenia el telefono de la amante.

De “avento” no tengo disculpa, no lo lei en voz alta.

Eutimio es el indigente, el anciano y el jardinero. De ahi el comentario

—Hoy es el día que nuestra vida se fue al carajo —dijo el anciano con tristeza.

Si hubiera parado a hablar con el indigente, primer aviso, tal vez no se hubiera ido con Leticia. Tanto trato de detenerse que se le atravezo para detenerlo y finalmente el jardinero que esta solo para decirle la cruel verdad.

Agradezco de nuevo sus sugerencias, las revisare y modificare. No se cohiban en decirme la “neta” yo aprecio los buenos y malos comentarios si vienen con fundamento como lo hacen aqui.

Un abrazo y ya llevo 10 relatos comentados!! labor titanica.

lunaclara

30/01/2015 a las 22:39

Hola Jose Torma:
A mi me ha desilusionado un poco tu relato. No me ha sorprendido, y lo digo con mucho respeto y admiración, porque normalmente me gusta cómo escribes. Y pienso que este relato podría haber sido mas apasionado. El final me parece brusco (espero q no te ofendas), como sacado de la manga, y me da rabia, porque tú puedes hacerlo muchísimo mejor!!! Ya lo creo.

Un abrazo fuerte.

PD: no repites mucho el verbo aventar??

Jose M Quintero

30/01/2015 a las 22:51

Hola José.
Ha sido un buen relato, me gustó mucho el final, cuando ve al jardinero y se da cuenta que todo esta perdido.
predije un final parecido cuando la mujer le dijo “Ojalá no sea tarde cuando te des
cuenta de lo que es importante en la
vida”. pero lo del jardinero fue un gran giro.
felcitaciones. 🙂

marazul

31/01/2015 a las 19:44

Hola José, según mi punto de vista lo mejor es la moraleja que nos ofrece tu relato: el significado. Todo ello es una metáfora y me gusta mucho el hecho de que se lo intentes hacer ver al protagonista a través de los 3 personajes (mendigo,anciano y jardinero). En cuanto a la forma es verdad que detecto algunos fallos que creo ya te han dicho algunos compañeros.
Por lo demás siempre me gusta leerte.
Un saludo. Marazul

Marcelo Kisi

31/01/2015 a las 20:14

José!

Excelente idea y excelente relato. El motivo artístico de “uno mismo anciano” hablándole al “uno mismo joven” es quizás mi preferido, no me cansa nunca. A veces lo uso medio en broma y medio en serio con los jóvenes que se hacen tatuajes. Les digo: “Imaginate a vos mismo/a de 60 años diciéndote ‘Qué me hiciste! No me tuviste en cuenta ni te importaron mis deseos!’

Más allá de eso disfruté tu relato y lo que hay para mejorar ya te lo marcaron los compañeros. Felicitaciones!!

Silvyt

31/01/2015 a las 20:46

Creo que no me queda nada por decir.
Me ha gustado mucho el giro final en el que le habla su yo del futuro y eso. Por lo demás, si que se nota un poco ese recorte que tuviste que hacerle. Visitaré tu blog, para leer la versión extendida jajaja!
Un saludo, nos leemos.

Emmeline Punkhurst

31/01/2015 a las 23:23

Hola José:
Leyendo tu relato, uno se puede hacer una imagen exacta del protagonista. Creo que éste es el punto fuerte de tu historia. Otro logro es el dinamismo con el que la vas desarrollando. Por poner una pega, me he perdido un poco en alguna parte, ya que no distinguía a algún personaje con el que el protagonista habla por teléfono, pero no he tardado en volver a ubicarme.
Te felicito porque tu historia es de las más interesantes de este mes.

Luis Ponce

31/01/2015 a las 23:59

Me gusta tu relato, especialmente por el mensaje final. Solamente me perdí entre las dos llamadas telefónicas que las he entendido ahora, porque saltas de mujer con el teléfono al protagonista con el teléfono. es la edición por el número de palabras. pero me gustó.
Saludos

Ana

01/02/2015 a las 00:58

Como siempre, una idea muy original. Me gusta el desarrollo y el final tan tremendo e impactante.

Una invitación a la reflexión sobre lo que realmente vale la pena en la vida.

Sigue así!

Cesar A. Martin

01/02/2015 a las 13:24

Buenas José, parece que todos estamos de acuerdo en que el contenido es lo mejor del relato, en la técnica hay más variedad de opiniones, yo creo que hay deslices de fácil corrección que seguramente con más tiempo no hubieran aparecido. Se lee con fluidez y mantienes la tensión. Buen trabajo.
Un saludo

David Rubio

01/02/2015 a las 18:39

Hola Jose,
Ya te comenté en tu blog. Simplemente dejar mi paso por aquí. Me parece un muy buen relato.
Un abrazo

Diego Manresa Bilbao

01/02/2015 a las 23:30

Hace pensar tu relato Jose, como siempre…
Bien construido el personaje principal!!!!
Nos leemos!!!

Maureen

02/02/2015 a las 00:52

Hola, Jose. Como siempre, un relato estupendo, aunque tiene un par de detalles que me han chocado un poco (no te hablo de lo del verbo “aventar”, que ya te lo han mencionado varias veces).

El cambio de la llamada telefónica de la mujer a la llamada de Eutimio es demasiado brusco y no acaba de entenderse; tal vez podrías haber marcado el salto de tiempo con unos asteriscos:

“Resignada se encerró en su cuarto, tomó el teléfono; ni el llanto de su hijo lograba sacarla de su depresión. Buscó el número que le había dado el investigador privado y marcó.

***

Eutimio aventó molesto el celular al asiento del pasajero al no obtener respuesta; distraído, no vio salir al anciano para cruzar la esquina hasta que le golpeó con el auto.”

Y otra frase que me sonó rara es la siguiente:

“Solo entonces se percató de su intenso color azul, su mente brincó al indigente, al anciano al que había atropellado. ¡Era él mismo!.”

El jardinero, el indigente y el viejo al que atropella son tres Eutimios “diferentes”, pero en esa frase no parece quedar claro eso. No sé si la frase quedaría mejor así:

“Solo entonces se percató de su intenso color azul, y su mente brincó al indigente y al anciano al que había atropellado. ¡Eran él mismo!.”

Pero ya digo que tu historia me ha gustado mucho, lleva un ritmo rápido acorde con la forma de vida que lleva el protagonista, pero no tan desenfrenado como para no entender el argumento; y el personaje principal está muy bien caracterizado en pocas palabras.

Enhorabuena.

Chiripa

02/02/2015 a las 03:57

¡Hola José!
Gracias por comentar mi relato. Me causó mucha gracia lo del “enganche” a la lectura por la curiosidad de saber qué pasa con el papel fosforescente. Yo también soy ofidiofóbico y quizás haya sido por eso que no le di más cuerda al gran evento de la picadura. Jajajaj

Con respecto a tu relato:
Es ágil. Con buena estructura y muy bien escrito, como siempre. Me agradó leerlo.
Odié al Eutimio egoísta, soberbio, infiel, arrogante, desconsiderado. Necesito me expliques (en mi relato, please, que por aquí no vuelvo) cómo se convirtió en un indigente/ anciano/jardinero tan educado.
Esta frase me hizo ruido: “…no vio salir al anciano para cruzar la esquina hasta que le golpeó con el auto”. Error de copy & paste? Pareciera que es: no vio salir al anciano QUE CRUZABA la esquina hasta que…

Seguiré leyéndote. ¡Enhorabuena!

Aurora Losa

09/02/2015 a las 11:56

Una simple “pega”: en los primeros párrafos, nuestro querido amigo “aventa” demasiadas cosas, yo cambiaría alguno por “tiró” o “lanzó”, no sé.
Y ahora mi enhorabuena por un texto que engancha desde el principio, que retrata al protagonista a la perfección y que nos sorprende con el giro final encontrándose con sus “yos” futuros que han estado ahí todo el relato, eso es lo mejor.
Perfecto, amigo. (y creo que no faltaba ninguna tilde ;P)

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