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3.42 - por estcat6
Web: http://nubesenlamente.blogspot.com.es
Estaba corriendo colina abajo, aquellos ruidos la tenían desconcertada, tan repentinos, la despertaron y la hicieron correr instintivamente. Notó que llevaba menos peso. “¡La mochila!”, pensó. Había ido a pasar la tarde bajo aquel sauce. El sauce que tantos secretos le guardaba. Se paró. Intentó recuperar el aliento. “Bueno, volveré mañana, cuando haya luz”, se dijo. Notó el teléfono móvil vibrar en el bolsillo. Un mensaje. “¡Malditas promociones!”, exasperó. Decidió volver a por la mochila, usaría el flash del móvil de linterna para poder orientarse entre la hojarasca. Sabía perfectamente donde había dejado la mochila. Leer la relajaba, tanto que la mochila terminaba siendo su cojín durante aquellas siestas. Llegó al sauce, pero allí no había nada, en su lugar, una nota ‘If you want to talk, give me a call’. Reconoció la letra, la forma de aquella f era única, sólo se la había visto a una persona. Hacía años que no la había visto, los mismos que llevaba sin ver a Damien. “¿Hay alguien ahí?”, gritó. “¿Cómo pueden haber puesto esto aquí? ¿Quién más sabe esto? ¿Quién lo ha hecho?”, pensó. Era algo entre Damien y ella. Aquella canción que tanto les gustaba, aquella frase que tanto significaba para ellos. No había escuchado esa canción desde hacía años.
Nadie conocía la historia de Damien en aquel lugar. Pensó que cambiar de aires y quedarse esa historia para sí misma sería la mejor manera de recordarle. Pero, ¿y esta nota? ¿Quién estaba jugando con ella? “Un momento”, pensó “esta nota es la misma que tengo en el cajón, está doblada igual y sigue oliendo a su colonia”. “¿Quién anda ahí?”, gritó. Pudo oír las hojas crujir. Alguien estaba allí, definitivamente. “¡No sé cómo has conseguido esta nota, pero no sabes con lo que estás jugando!”, gritó intentando que no se notara el temblor de su voz. Intentó seguir el crujido de las hojas. El móvil le sonó en la mano. Era un mensaje, una imagen, no conocía el número desde donde procedía. Lo abrió. Se le cayó el móvil de las manos. Sus piernas le pesaban, terminó arrodillada en el suelo. Sus manos frente al rostro, las lágrimas cayendo sin control por sus mejillas. Era la última foto que había visto de Damien. Ahí estaba él, con su guitarra entre las manos, sonriendo. Su pelo enmarañado como siempre y llevaba aquella camiseta que compraron en aquella tiendecita junto al río. Detrás, en la estantería, el sombrero que encontraron en su primera cita. A ninguno le servía, pero les recordaba a la primera noche juntos, como si el destino hubiera decidido darles un recuerdo tangible. Esa foto iba acompañada de un mensaje: ‘Siempre estoy pensando en ti, hasta cuando no estoy pensando en ti. Pienso en ti al despertarme, pienso en ti al acostarme y pienso en ti en las horas que hay entre medias. Tú, siempre. ¡Eres tú!’ Horas más tarde recibió la llamada que le cambió la vida. Decidió cambiar de aires, empezar de nuevo, llevarse a Damien con ella, pero sólo sería para ella, nunca volvió a pronunciar su nombre. “Es imposible que alguien sepa quién es Damien”, pensó. Volvió a oír las hojas crujir. Se incorporó y siguió el sonido. Llegó a un pequeño claro, la luz de la luna proyectaba la sombra de los árboles que simulaban una jaula reflejada sobre la hojarasca. Había alguien allí sentado, mirándola. Reconocería aquel cabello en cualquier sitio. La poca luz y las emociones la estaban perturbando. “Damien no está”, se recordó. “Sí, sí que estoy. Estoy aquí frente a ti”. Le tenía enfrente, sosteniendo su mochila entre las manos. Era la voz de Damien, sin duda. Era Damien, ese pelo enmarañado, esa sonrisa, esa camiseta. Se quedó paralizada unos segundos, empezó a llorar, avanzó hacia él. Damien no paraba de sonreír. “¿Cómo?”, farfulló. “Nunca me fui a ningún sitio.” Fue a tocarle y se desvaneció entre sus dedos. La mochila cayó frente a sus pies. Gritó al mismo tiempo que se despertaba. Se incorporó envuelta en sudor. Miró el reloj, eran las 3.42, la misma hora a la que recibió la llamada hacía 3 años. Sonaba aquella canción de fondo, “Te quiero, te quise y siempre te querré, no es por ti.”, fueron sus últimas palabras, le siguió un sonido ensordecedor y un golpe seco contra el suelo.
Comentarios (9):
Vero
28/01/2015 a las 22:18
Este fue uno de los que me tocó comentar!!! Y sigo teniendo buenas palabras su autor!!
Aldo Brov
29/01/2015 a las 18:43
Hola Ester, uno puede evaluar forma o contenido, el contenido suele ser bastante subjetivo, pero a nivel forma hay algunas cosas que tienden a ser un poco mas objetivas, a no ser que uno quiera experimentar como muchos que andan dando vuelta por aqui. Respecto a la forma te recomendaria lo siguiente:
Tu relato esta escrito en estilo indirecto, el narrador sobresale en la historia y cuenta todo lo que pasa y piensa. El estilo indirecto suele usarse mucho en monologos interiores, que estan en primera persona, ya que el mismo narrador es el protagonista, pero en tercera persona conviene usar mas el estilo directo, que permite al lector vivir la historia como si el misma la estuviese viendo y no tanto como si se la cuentan. Escuchaste alguna vez esa de “Mostrar y no contar”, tiene que ver con esto. El estilo indirecto se usa muchas veces en tercera persona para hacer avanzar la historia mas rapidamente, en vez de tener que contar toda una situacion de como dos personas discutieron, simplemente se dice “Y juan le dijo que se calle, luego de discutir por algunos minutos”
Los parrafos largos suelen generar una especie de cansancio solo de mirarlos. Cuando uno comienza a leer un parrafo se concentra mentalmente para no perder ningun detalle, el punto y aparte da un pequeño respiro a la mente. Si usas parrafos largos, con frases cortas seguidas de punto y seguido, uno debe mantener la atencion por mas tiempo y se genera una especie de ansiedad por terminarlo. Es como si tuvieses que mantener la respiracion para leer el parrafo. Al ir cansandose, se acelera la lectura, y se suele tener que hacer pausas para respirar y retomar la lectura pero retroceciendo algunas palabras.
Tambien el uso de oraciones cortas generan esa especie de mensaje telegrafico y hacen que la lectura fluya rapidamente pero de forma entrecortada, siempre es recomendable entremezclar las frases cortas con otras mas largas, aunque las largas suelen ser mas complejas de armar para que suenen bien y no haya dualidades en lo que se dice.
Recomiendo tener en cuenta estas cuestiones para futuros relatos.
Respecto al contenido, no entendi el sonido ensordecedor y el golpe seco. ¿Se desmayo?, eso sucedio en ese momento o cuando lo llamo hace tres años?
Saludos
Adella Brac
30/01/2015 a las 10:35
Aunque he captado la idea principal, hay varias cosas que no entiendo. Al principio es bastante confuso.
Coincido en lo de los párrafos largos.
¡Un saludo!
Diego Manresa Bilbao
31/01/2015 a las 19:57
Hola estcat,
Coincido con mis companieros en lo de los parrafos largos, hacen perder fluidez al texto.
Aun asi, me ha parecido una historia preciosa, como se sigue recordando a los amores traumaticos.
El relato es confuso porque tiene que ser asi, me parece una virtud mas que un defecto… Muy conseguido
Nos leemos!!!
Emmeline Punkhurst
31/01/2015 a las 23:51
Hola Est.:
Como mis compañeros te han comentado, la aparición de párrafos largos puede dificultar la lectura o echar para atrás a la persona que se disponga a leer tu historia. A pesar de este detalle, cuando te introduces en ella, te cuesta salir. Mantienes el interés vigente a lo largo del argumento y terminas sintiendo una profunda identificación con la protagonista. Creo que es una propuesta interesante. Te seguiré leyendo. 😉
Laia Varona
01/02/2015 a las 19:57
Yo estaba tan intrigada con la historia que no me he dado cuenta de lo de los párrafos largos. En lo que sí que me he fijado es en el ritmo de las frases cortas, que a mí personalmente me gusta. Creo que refleja muy bien el nerviosismo de la protagonista. Y qué bueno lo de las sombras de los árboles formando el dibujo de una jaula sobre las hojas.
KMarce
02/02/2015 a las 06:16
Saludos Estcat6. Primera vez que te leo.
Déjame decirte que soy fan de los párrafos largos. Siempre y cuando sus oraciones tengan el ritmo que deben tener. El uso adecuado de la puntuación, que de los “respiros” adecuados a la lectura.
Los párrafos cortos, de una o dos líneas; el uso continúo de punto y aparte, crea en mí, una pausa mental, que me hace perder el hilo de la historia. Pero, son cuestiones de estilo.
Lo que sí noté, fue la puntuación, quizá no muy acertada. No hagas uso continúo de las comas, aunque es peor no usarlas. Sin embargo, la puntuación, como te la han recomendado, no solo sirve para dar ese respiro, sino para enfátizar, marcar, suspender, centrar, etc., una idea que quieres expresar. Por otro lado, evita el uso de palabras repetitivas, sobre todo si estan con poca separación, has uso de los sinónimos, y modifica los verbos a activos, si es necesario para la oración.
Mira esta frase tuya, con otra puntuación:
“Corría colina abajo, aquellos ruidos la tenían desconcertada, tan repentinos, la despertaron, haciéndola correr instintivamente. Notó que llevaba menos peso: “¡La mochila!”, pensó. Había ido a pasar la tarde bajo aquel sauce. El mismo, que tantos secretos le guardaba. Se paró. Intentó recuperar el aliento. “Bueno, volveré mañana, cuando haya luz”, se dijo. Notó el teléfono móvil vibrar en el bolsillo. Un mensaje. “¡Malditas promociones!”, exasperó. Decidió volver a por la mochila. Usaría el flash del móvil como linterna, para orientarse entre la hojarasca. Sabía perfectamente donde la había dejado. Leer la relajaba, tanto que la mochila terminaba siendo su cojín, durante aquellas siestas. Llegó al sauce, pero allí no había nada, en su lugar, una nota: ‘If you want to talk, give me a call’. Reconoció la letra, la forma de aquella “f” era única, sólo se la había visto a una persona.”
He comprendido bien la historia, no me fue confusa en lo absoluto. Quizá un poco de más claridad al final, pero no veo nada que sea imposible de ser corregido. Como datito, los números siempre deben escribirse en letras, a no ser que sean complicados, extensos. (tres años), y olvidaste notificar si la hora es a.m. o p.m. Supongo que si duerme, en su cama, es de madrugada.
Y he entendido, que Damien ha fallecido, fue hace tres años que ella despertó con el sónido del telefóno, él usaba una canción (como solían hacerlo), para despedirse de ella, antes de su suicidio.
Notifícame si me equivoco.
Interesante relato. Con un ambiente paranormal ligero, sin sentirse obligado.
Si gustas leerme y comentarme, mi relato es el 180. Es la primera vez que hago público mis escritos.
Kenoa Gessle
02/02/2015 a las 13:13
La repetición de la palabra mochila llega a ser molesta. Por otra parte las oraciones cortas no le dan fluidez al texto y si bien la idea del mismo es entendible, me queda la duda sobre el final si ese golpe seco que se escucha es la chica que cae muerta al piso u otra cosa.
estcat6
04/02/2015 a las 23:54
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Entiendo lo de los párrafos largos y el cansancio que provoca, aunque particularmente nunca lo he considerado un problema, pero lo tendré en cuenta. Por otro lado, el uso de las frases cortas, es adrede para intensificar la sensación de angustia de la protagonista. También quería comentar que me sabe mal que algunos no entendáis bien el final o la situación en sí, me gustaba la idea de jugar un poco, sin dar ideas claras, pero por opiniones que había recibido antes de publicarlo, parecía que era entendible. Os explico, es un sueño, sí. Damien ya no está. Ella se despierta a esa hora traumática, a la hora en la que tres años antes Damien la llamó, le dijo que la amaba y se quitaba la vida. Pensaba que si ella oía el sonido fuerte y un golpe seco contra el suelo, se sobreentendía que venía desde el lado del teléfono de Damien. También, mi idea era no decir claramente que se había suicidado, pero creía que era relativamente claro.
Debido a las dudas que he ido recibiendo he pensado en aclararlo. Tendré todas vuestros consejos en consideración para siguientes relatos.
Muchas gracias a aquellos que os ha gustado, me habéis hecho muy feliz!!
Un saludo!