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Sentir los latidos - por Sergio Mesa
“Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro” y ese milagro fue Gloria. Empecé este diario con esa frase el día que la conocí. Me pareció adecuado recodarlo hoy, que lo cerraré definitivamente.
No sé dónde tengo el corazón. Lo perdí hace meses, pero todo empezó el día que escribí esa frase. Hace cinco años. En la discoteca donde la encontré.
Recuerdo sentirlo atronador aquella noche de Agosto, latiendo con más fuerza cada vez que Gloria se acercaba. Jugaba conmigo y yo consentía. Atontado por el ritmo hipnótico que sonaba en mi interior. Cuando nos besamos pensé que la presión me iba a romper las costillas. Durante meses sentí mi corazón como nunca. Batiendo fuerte en el pecho, alcanzando con sus vibraciones cada rincón de mi cuerpo; rodillas, garganta, cabeza, estómago… Todo se agitaba con su ritmo.
Poco a poco aquel estruendo fue apagándose. “Normal”, pensé. “La vida es así, esto va y viene”. En algún momento empecé a sentirlo sólo en mi cabeza. Latía lánguido, lejos de su lugar natural, pero arrullándome. Con una sonrisa, ella conseguía reavivar el sonido. Y le encantaba sonreírme.
Una vez se paró, pero una ráfaga de recuerdos bastó para restablecer su ritmo. Volvió la tranquilidad, pero no duró. Al tiempo mi corazón volvió a detenerse y otra vez fue suficiente recordar los momento junto a su sonrisa para volver a sentirlo… hasta que volvió a pararse una y otra vez más. Creo que al final solo oía el latido recordado, no el real.
E incluso eso acabé perdiéndolo. Dejé de oír mi corazón. Me asusté mucho, pero descubrí que no lo había perdido. Lo sentía latir de vez en cuando. En la punta de los dedos, en los ojos, en los labios, en la entrepierna… Allá dónde en mi cuerpo coincidía con el de Gloria, cuando me sonreía o inundaba con su perfume. Pero, esas ocasiones se fueron haciendo cada vez más raras y con ello más espaciados los latidos. Hasta que dejé de sentirlos en absoluto.
Mi corazón ya no estaba en el pecho, ni en la cabeza, ni en la piel que compartía con Gloria. Le pregunté a ella. ¿Era normal?, ¿también le pasaba? No respondió.
Me enfadé, le eché la culpa. Me había robado el corazón. No sabía cómo, pero ahora lo tenía ella, en alguna parte. Le pregunté desesperado y me llamó loco. Pensé y no se me ocurrió nada. Hasta el día en que la encontré por casualidad en el parque. Iba con otro y pude oír a la perfección los dos latidos. Potentes como aquella noche de Agosto.
Y lo entendí todo, Gloria tenía mi corazón en el pecho (¿donde sino?) junto al suyo. Podía oírlos, martilleándome la sien, mientras ella sonreía a aquel desconocido. ¿Por qué me había hecho eso? ¿Que buscaba? ¿Una muleta? ¿Un trofeo? ¿Hacerme daño? Me dio igual. Decidí recuperar lo que era mío.
Pero cuando escarbé con todas mis fuerzas en el centro de su pecho sólo encontré un corazón. Débil por momentos, apagándose entre mis manos. No podía ser el mío. Y decidí que si era el suyo había perdido cinco años de mi vida. La dejé allí, con su corazón inútil y reseco, asqueado de lo que había sentido por ella y busqué a ese con el que la había visto. A lo mejor se lo habías regalado a él. ¿Creyó que no me había dado cuenta de cómo se miraban? Lo encontré y también escarbé su pecho. Pero nada, sólo otro corazón débil. No como el mío, que era capaz de atronar. Lloré, desolado por la pérdida.
Y desde entonces lo busco. Tuvo que dejarlo en alguna parte. ¿A quien se lo dio? ¿Dónde pudo haberlo escondido? Este diario ya no tiene sentido. En realidad lo de aquel día no fue un milagro, fue el principio de mi perdición. Y ya sólo me queda la voluntad de recuperar mi corazón.
Seguiré buscando.
Comentarios (18):
Sergio Mesa
28/12/2014 a las 19:37
buff.. pues no estoy yo muy contento con este relato. lo escribí sobre algo muy viejo en el último momento (el mismo día 15, creo :P) para faltar a la cita con el taller. al final los comentarios fueron mucho más positivos de lo que esperaba, pero sigue sin convencerme. no es lo que suelo escribir y lo que quería expresar quedó muy difuminado.
ya me contaréis 😉
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/
pd. el mes pasado cambié de ordenador y entre ordenar y vaciar el antiguo (copia de seguridad mediante) e instalar todo en el nuevo casi no pude leer/comentar textos de la escena anterior. intentaré ponerme al día, al menos con los que tuvisteis el detalle de dejarme un comentario. gracias 😉
Ginebra
29/12/2014 a las 16:15
¡Pues a mí me gusta la idea bastante! Igual cuesta un poco el arranque… pero mal no está, desde luego.
¡Un saludo!
Emmeline Punkhurst
29/12/2014 a las 18:03
Pues para no estar muy contento te ha salido un relato muy original. Me ha encantado. Menos mal que al final el protagonista volverá a recuperar su corazón… o eso espero. ¡Feliz año!
Wolfdux
30/12/2014 a las 01:38
¡Sangre y más sangre! Me ha gustado mucho. Para escribirlo el último día esta muy, pero que muy bien. Se lee de un tirón y el final me gusta. Felicidades.
PD: Todo un placer el que hayas sido uno de mis comentaristas, supe que eras tu en cuanto mencionaste los “mentes”, jejeje.
lunaclara
30/12/2014 a las 12:10
Hola Sergio:
Pues para no ser lo que sueles escribir lo has hecho muy bien. No tengo palabras para decirte lo que me gusta y lo que me ha hecho sentir, además de las múltiples preguntas que ha conseguido que me haga.
Genial la puesta en escena y las decripciones. Estupenda forma de decir que está loco perdido y se ha puesto a asesinar por doquier, incluída la chica.
Convéncete, hombre. Está muy bien escrito.
Felicidades!! Y Feliz Año nuevo!!
Roger/NHICAP
30/12/2014 a las 19:08
Hola Sergio,
Si le llegas a dedicar más tiempo, te sales tío. La idea es buena y en el desarrollo de la trama, consigues mostrar los latidos de ese atormentado corazón perdido.
Me ha gustado y, en mi opinión, solo tienes que retocar algunos aspectos formales. Ejemplo, hay párrafos, el cuarto, demasiado largos.
Felicidades y un abrazo
Iracunda Smith
31/12/2014 a las 15:20
Aisss esto del amor es una putada…
Un gran relato. Describes el desamor a la perfección (o será que estoy sensible yo… 😉 )
Me ha encantado leerte, como siempre
Un abrazo
Ana
31/12/2014 a las 19:40
Pues puedes estar más que satisfecho. Me ha parecido buenísimo. No me esperaba para nada el giro asesino y ahí estaba yo, leyendo la historia de desamor que me estabas contando y me he quedado en shock.
Me gusta mucho el tono del relato, que no se ve alterado al narrar el asesinato. Lo cuentas como si nada y precisamente por eso impresiona tanto. Es una imagen muy lograda de la locura.
Felicidades!
David Rubio
01/01/2015 a las 11:50
Está realmente bien, Sergio. Utilizas una subperspectiva muy acertada para mostrarnos la evolución de esa relación, es muy original esa idea.
Quizás la frase obligatoria queda un tanto forzada en el relato y hay un exceso de explicaciones en la segunda parte. A partir de que la ve del brazo de otro. Creo que si a continuación eliminas las explicaciones y te centras en mostrar lo que “le hizo”el relato tendría un final mucho más contundente. Feliz año, SErgio
juanjohigadillo
01/01/2015 a las 18:19
No sé exactamente qué tiene, pero tu relato me ha gustado mucho, pese al final un tanto… macabro. He visto en él, al menos yo, un poco de humor negro, un poco de ironía, un poco de venganza… En fin, me reitero en lo dicho antes: no sé qué tiene, pero me ha hechizado.
Aurora Losa
02/01/2015 a las 13:13
Hola, Sergio.
¿Qué quieres que te diga? A mi me parece un pedazo de trabajo y deberías estar contento con él.
Si tengo que hacer algún apunte, te diría que hay algunos párrafos que yo habría separado para darle aire al texto, para que el lector lo paladee. Y luego que he encontrado muchos “pero” (suele pasar, todavía estoy buscando algo para sustituirlos y solo he podido modificar frases para evitarlos).
En cualquier caso, a mi me ha gustado muchísimo, tanto el fondo (que es exquisito), como la forma (esas divagaciones tienen sentido y es difícil manejar ese tipo de textos).
Puede que tú no estés muy seguro del resultado, compañero, pero yo estoy convencida de que me ha cautivado.
Ryan Ralkins
02/01/2015 a las 18:29
El final fue impactante. En serio no me esperaba ese final. El relato engancha preguntándose uno que sucederá luego. Ahora que lo he leído me pregunto: encontrara el corazón? Xd.
Saludos y felicidades.
Pato Menudencio
02/01/2015 a las 22:15
La idea está muy buena Sergio, y la historia se entendió a la perfección. Tiene elementos fantásticos que le dan poder al relato.
Lo único que le cambiaría son algunas puntuaciones.
Saludos.
marazul
04/01/2015 a las 22:09
Hola Sergio he leído tu relato varias veces y me ha gustado como lo cuentas, como lo expresas. ¡Qué pasión le pones!. Pero, y a lo mejor le estoy buscando los tres pies al gato, veo un relato de denuncia de violencia de género. Yo siempre tan profunda…..jeje
Y si fuese así tiene dos lecturas: la primera de denuncia de la violencia y la segunda de ponerse en la piel del violento, del asesino.
No conozco tu intención pero es un relato fantástico y creo que polémico, que a veces eso también cuenta. Darle un poco de caña al personal. ¡Enhorabuena Sergio! y Feliz Año. Saludos. Marazul.
José Torma
06/01/2015 a las 01:10
Que tal Sergio?
Pues nada, aca en Mexico decimos, “no te azotes” que seria un no te tires para que te levanten jaja si esto es lo que haces en un intento, imagina si le dedicas tiempo. Creo que todo te lo han dicho, solo me queda aunarme a ese aplauso por un trabajo excelente y desafortunadamente hay una Gloria en mi historia, que tambien me robo el corazon jaja
Un abrazo y parafaseando a los ibericos… pedazo de relato te has liado tio.
Marcelo Kisi
10/01/2015 a las 09:36
Sergio tu relato tiene mérito, que es el de introducirse en la mente de un psicópata y dar una lectura posible a sus motivaciones, a sus visiones y a sus delirios. Me hace acordar de alguna subtrama en una novela, que era el monólogo interior de un pedófilo al ver a una niña de 9 años jugando en el parque. Era repugnante, obviamente, pero te daba una pauta, que se confirma en tu texto: todos los humanos nos vemos como los buenos de la trama, y creemos que, cuando hacemos lo que hacemos, estamos cumpliendo algún designio, luchando por algún principio o defendiéndonos de alguna amenaza. Tu relato, tan bien ejecutado, nos lleva a una conclusión: como humanos, podemos ser también armas peligrosas. Y al portarlas, debemos tratarlas con temor y respeto, pensando mil veces antes de apretar nuestro propio gatillo. Un relato excelente y terrible.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
11/01/2015 a las 23:37
Sergio. Tu reseña a la cúspide de una relacion donde involucraste a todos tus organos es única. Al siguiente parrafo tu sentir sufre una apagón “normal”. Desde ese momento dejas entrever todo lo que sobrevino. Que forma tan grata de presentarlo. Lo que si me quedó claro fue que lo que tenía de “Gloria” aquella mujer era sólo su nombre. Felicidades
Eva
12/01/2015 a las 20:57
Hola! te tenía abandonado! Bravo! esta vez te has adentrado en terrenos desconocidos y creo que has descubierto una faceta nueva que deberías explorar. El tema es maravilloso, profundo y esta en general bien escrito. Aunque una revisioncilla no le vendria mal para pulir frases como “Me pareció adecuado recodarlo hoy, (día en el que) cerraré (mi diario) definitivamente.” Un abrazo