Literautas - Tu escuela de escritura

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El rescate - por Aldo Brov

Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. Uno más en la cuenta de milagros que me han tocado vivir desde que este mar embravecido condenó a muerte a todos los pasajeros y tripulantes del barco. Una condena que he sabido evitar gracias a esa serie de acontecimientos maravillosos de los que quisiera dejar testimonio antes de partir, pues hoy, después de haber estado cerca de 700 días en esta isla, finalmente seremos rescatados.

Todo comenzó con esa tormenta que nos tomó por sorpresa. A los pocos minutos el barco estaba a medio hundirse. Mi esposa y mis dos pequeños hijos fueron lanzados al mar, y sin pensarlo me arrojé tras ellos. Después de algunos minutos luchando por mantenerme a flote pensé en ceder y dejarme llevar hacia lo más profundo. Sobre la superficie todo era un caos, el barco pudo haberme aplastado varias veces, pues se elevaba y caía repentinamente con el vaivén de las olas, en cambio bajo el mar todo se veía tan tranquilo. Pero entonces ocurrió el primer milagro. Un bote salvavidas golpeó mi cabeza, y fui rescatado. Mi esposa y mis niños estaban adentro, juntos me ayudaron a subir.

Cuando la mañana llegó y el mar se calmó vimos en el horizonte una isla, eso nos dio esperanzas. No quería volver a pasar una noche a la deriva. Nunca fui un hombre de mar y solo pensar en exponer a mi familia a la oscuridad, el frío o en los tiburones me hacía sentir escalofríos. El segundo milagro fue cuando la corrientes comenzó a acercarnos hacia la costa, a las pocas horas estábamos besando la arena. ¡Que hermosa sensación la de volver a tocar tierra firme!

Recorrimos la isla y no encontramos ninguna señal de que otra persona hubiese estado aquí jamás. Un nuevo milagro se dio al descubrir que esta isla nos ofrecía todo lo que uno podría necesitar para sobrevivir. Una vertiente de agua dulce resolvía el principal problema que cualquier naufrago pudiese tener, pero además encontramos una variedad de frutas y todo tipo de animales que podríamos cazar para alimentarnos.

Pasamos varias semanas organizándonos y comenzamos a vivir relativamente bien. Estar aislados en este lugar me acercó mucho a mi familia, compartíamos todo. Hasta llegué a pensar “¿qué necesidad hay de ser rescatado de este paraíso?”, pero mi esposa no estaba dispuesta a vivir aislada del mundo, y así llegaron las primeras discusiones.

Durante el día nos turnábamos para recolectar comida y hacer guardia en la zona más alta de la isla, esperábamos ver algún barco en el horizonte. Teníamos una única bengala que había aparecido flotando entre otros objetos del naufragio, no sabíamos como usarla, tampoco sabíamos si funcionaria, pero solo tenerla mantenía nuestra esperanza viva.

Con el paso del tiempo, y a medida que las esperanzas de ser encontrado se iban desvaneciendo comencé a perder mi fe y necesite encontrar respuestas. Jamás había creído en Dios, pero aún así comencé a hablarle. No le pedí ser rescatado, pues me parecía egoísta pedirle algo siendo que jamás creí en él, yo sabía que él me ayudaría, no había duda que los milagros ocurridos no eran una simple casualidad.

Armé una pequeña cruz con dos troncos en la que traté de tallar la figura de cristo y por las noches la usaba para rezar, acercarme a él me dio tranquilidad. Entendí que solo está condenado aquel que no cree en Dios.

Así fue como obligué a mi familia a creer en él, pero eso solo logró alejarme de ellos. Mi esposa me acusó de estar alucinando y me llamó loco, pero ¿quién es la loca? ¿Y si esta isla es el purgatorio y todo esto que nos tocó vivir era necesario para purificar nuestras alma antes de entrar al cielo?, ¿como no darse cuenta que solo siguiendo el camino de Dios podríamos ser rescatados?

Hoy al despertar vi un barco a pocos kilómetros de la isla, dos botes se acercaban hacia la playa. Yo supe que era el día que seriamos rescatados. Es por eso que silenciosamente fui rescatando el alma de mi esposa y mis hijos, tomando sus cuellos con mis propias manos. Ellos no entendieron que estaban siendo liberados, pero yo sé que ahora están con dios.

Ahora es mi turno, pero antes quería dejar este testimonio para que intenten entender mis acciones. Pues ustedes no podrían habernos salvado, solo el amor de Dios pudo hacerlo. Sepan que hoy, nosotros… ya sido rescatados.

Comentarios (18):

Aldo Brov

28/12/2014 a las 17:55

Y bueno, hay veces que uno escribe cosas y no queda del todo contento con el resultado final, este es el caso de esta historia. No me gusto mucho la propuesta del mes, pero no queria faltar en ultimo mes del año.

Una correccion, la frase final dice “ya sido rescatados” y deberia ser “ya hemos sido rescatados”

Tal vez si tomo la misma historia, y narro todo los hechos en vez de contarlo en una especie de carta final, quede mas contento. Intentare hacerlo para no quedar con este sabor agridulce que quede.

Peter Walley

28/12/2014 a las 18:16

Pues a mí me ha gustado bastante, sólo me ha resultado un poco apresurado el final. Si haces una versión extendida quizás puedas hacer un poco más gradual la evolución del narrador.

La forma de redactarlo me ha gustado mucho, y la historia es original.

No sé qué tenía la propuesta de este mes, yo tampoco me he quedado nada contento con lo que me salió. Otro mes será 🙂

Denise

28/12/2014 a las 19:09

A mí también me gustó el cuento, me hizo pensar en Robinson Crusoe, pero el giro final me hizo ver que estaba equivocada XD Estoy de acuerdo con vos en que quizás la forma de carta le quedaría bien, espero poder leer pronto la versión definitiva!

Job Peró

28/12/2014 a las 20:57

Sea como sea, has conseguido trenzar un buen relato. Al principio pensé que tanto milagro junto en la isla, con tantos recursos a su alcance sin apenas esfuerzo, debía tener truco, algo maligno y oculto. Al final la propia locura puede tornarse la más cruel de las maldades. Quizás es cierto que falta algo más de desarrollo en la evolución del personaje.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

29/12/2014 a las 02:31

Aldo, una historia que deja clara la profundidad espiritual del personaje principal contra la locura interpretativa de su actuar. Agradece a dios por todos los Milagros pero castiga a los suyos y se auto flagella al no poderles inculcar la profundidad de su sentir. Al notar el abismo de pensamientos dentro del personaje, estoy de acuerdo con uno de tus comentarios . Como escritor, creaste una histoia que te fue llevando a ti en lugar de que tu tuvieras el mando de ella y lo notaste al contemplar el final, que aunque concordaba con el personaje, no fue de tu agrado. Más, la historia en sí, contiene destelllos de realidad humana. Enhorabuena.

lunaclara

29/12/2014 a las 11:43

Hola Aldo:
Tu relato me ha gustado, es original.
¿Por qué adelantas en el primer párrafo el final del rescate? Si lo hubieras desvelado solo al final, el lector andaría todo el relato preguntándose “¿qué va a pasar?¿cómo va a acabar eso?”, y se mantendría mejor el interés por seguir leyendo…
La descripción del naufragio es muy visual, genial!!
El giro final es muy bueno, aunque en mi opinión, algo cruel.
Es verdad que tantos milagros seguidos es raro. Hasta que no se lee lo de la locura, claro.

Saludos.

Anoide

29/12/2014 a las 12:36

Me gusta como carta y me gusta la historia en sí. Es cierto que el final se precipita un poco al no poder extenderte todo lo necesario en la evolución del personaje. Son cosas de esta limitación de palabras que tenemos. En una versión más amplia se podría solucionar.

Y me gusta el rescate porque a pesar de que lo anuncias en el primer párrafo, no es el tipo de rescate esperas. Muy bueno eso 🙂

Emmeline Punkhurst

29/12/2014 a las 18:09

Bravo, Aldo. Qué bien describes la psicología del protagonista y cómo haces que nos enganchemos a la historia. ¡Enhorabuena!

Marcelo Kisi

30/12/2014 a las 06:50

¡Aldo hola! A mí también me gustó el giro que le das a una clásica historia de naufragio, claro que hay que seguir trabajando el ritmo al que se llega al desenlace final, además de agregarle quizás diálogos: ¿qué le dijo exactamente la esposa cuando él habló de quedarse para siempre? ¿Cómo reaccionaron los niños cuando se les dijo que tenían que aprender a cazar si querían comer? Pero como te han dicho, las descripciones de la isla y de la psicología del protagonista están espectaculares y hacen meterse a uno en el relato. El final, aunque haya que prepararlo más, es lo mejor. ¡Felicitaciones!

Pato Menudencio

30/12/2014 a las 22:30

Confieso que al avanzar en la lectura del relato pensé “Un cuento con tintes religiosos sacados de la atalaya” (mi error). Luego con el final esbocé una sonrisa al ver lo traumado que quedó el protagonista con “el amor de dios” y para donde apuntaba tu historia.

Concuerdo con lo del ritmo, creo que las 750 palabras limitan en ese aspecto.

Saludos.

Darkos

31/12/2014 a las 23:30

Hola Aldo. Me ha gustado mucho tu relato. Teniendo en cuenta lo corto del texto, la dinámica de la mentalidad del protagonista y del giro del final es exquisita. Espero seguir leyéndote.

Nelida Sarduy

01/01/2015 a las 00:52

No sé por qué no estás satisfecho, es muy bueno el relato. Engancha. Sorprende. Convence. Sigue escribiendo 😉

ILLARGUIA

02/01/2015 a las 23:12

Aldo, esto es una versión de El resplandor, pero sin ninguna posibilidad, sin recurso de salvación. Es cruel.
No dejas ninguna opción a la esperanza.

Ryan Ralkins

02/01/2015 a las 23:42

El final es sorprendente y por lo que entendí, la esposa del protagonista tenia razón: estaba loco.
Ese final nunca lo vi venir.
Buen relato, en serio. Lo del final aun me tiene como en shock…
Saludos y felicidades.

José Torma

03/01/2015 a las 02:09

Que tal Aldo, un muy buen relato, muy bien llevado y al final, el giro hace que te tengas que replantear todo lo que habias leido. La pifia al final mi mente la lleno sin darme cuenta, solo cuando la mencionaste regrese a darme cuenta del asunto.

Para mi Dios siempre sera una respuesta y una esperanza, pero entiendo que en su nombre se han hecho muchas cosas malas y peores. En su locura, tu protagonista castiga a los suyos “por amor”, que retorcida idea jeje

Muchas felicidades.

Margarita Graña

12/01/2015 a las 18:02

Felicitaciones.
También quedé sorprendida gratamente con el desenlace. Me imaginé el naufragio perfectamente, muy bien descrito. Creo que lo más impactante es que el relato es sobre la evolución hacia la locura de un hombre “normal”,y que esa evolución ocurre en la vida más comúnmente de lo que uno esperaría.
Creo que amerita perfectamente un mayor desarrollo.
Gracias y sigue escribiendo!
Saludos vecino.

Aldo Brov

12/01/2015 a las 23:36

Gracias a todos los que leyeron mi relato. Esperaba alguna que otra critica mas dura, pero se ve que el que hace las criticas duras soy yo! jaja

Intentare seguir leyendo sus relatos, pero esta epoca es temporada alta donde vivo y es cuando hay mas trabajo, por lo que tengo un mix de mucho trabajo y poca concentracion para la lectura/escritura. Intentare leerlos todos.

Saludos

Wolfdux

13/01/2015 a las 00:17

Hola Aldo,

había leído tu relato antes de comenzar la mudanza, pero por lo visto se me pasó comentar. Un relato que te mantiene enganchado hasta el final. Sin la limitación de palabras te quedará perfecto. Estoy seguro.

Un abrazo.

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