Literautas - Tu escuela de escritura

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El mar - por Eva

Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. Y ha ocurrido a la chita callando y por la noche, clandestinamente, como ocurren todas las cosas que se precien en este atolón de despropósitos. Nos fuimos a dormir como cualquier otro día, con la espalda encorbada por los quehaceres, los dientes negros de humo de cigarro y la mente en las estrellas. Y nos hemos levantado en un mar de tierra infinita.
—Niño, ¿qué has hecho con la casa mientras dormiamos? Que te lo tenía dicho, que ibas a perder hasta el alma en las apuestas. ¿No te la habrás jugado, desgraciado de mis entrañas? Ay, que nos han mudado mientras roncábamos. Maldito.
—Que no, má, que no he hecho nada, que ha sido la isla. Que le ha dado por engordar de golpe. Que parece que ya no quería ser isla.
—La muy desgraciada. Ay, que entre todos vais a enterrarme antes de tiempo. Isla maldita, que me ha quitado el mar.
Y má se puso a llorar como la Magdalena, con los brazos extendidos al cielo, maldiciendo tanto que parecía que le iba a salir un diablo por la boca.
El gobernante se levantó hoy y tras acicalarse un poco y beber su café se fue al balcón presidencial a disfrutar de la vista de sus dominios. Se restregó los ojos atónito ante la extensión de tierra que se perdía allá donde le llegaba la vista. Después se puso a calcular con esa capacidad innata que tiene para sumar cifras. Se puso la corbata y volvió a salir al balcón para felicitarse de tamaña prolongación terrestre y anunció a bombo y platillo la construcción sucesiva de puentes y canales, carreteras y edificios de oficinas.
—Conciudadanos, alegraos por esta tierra virgen que la naturaleza nos ha regalado. ¡Ya nos somos un islote! —y nos miraba desde lo alto con estudiada efusividad—. A partir de ahora nos convertimos en conquistadores de un nuevo mundo.
Y nosotros vitoreamos y nos alegramos como nos dijo, porque trabajo no nos iba a faltar y, confiados, a golpe de pico y pala, empezamos a contribuir a los planes económicos que tanta prosperidad prometían.
—Niño, no me esperes hoy.
—¿Adónde vas, má?
—Ay, que he criado un ingenuo. Perdóname hijo, que en esta vida te va a tocar sufrir mucho. Ven, que te bendigo, hijo ludópata y tontaina. Me voy. Que esta isla devoradora de costas me ha arrebatado lo más precioso: el mar. Que con su afan invasor me ha acortado la vida porque ya no puedo purificarme cada noche en el latido de la madre que nos creo. ¡Maldita! Ahora solo queda avanzar y avanzar, pero yo sé que esta ínsula con delirios de grandeza va a tener que detenerse en alguna parte, porque nada es eterno, ni los dinosaurios, ni los imperios chino y romano.
Y se echó el petate al hombro con sus escasas pertenencias.
Y yo esta noche no he podido dormir. Me faltaba algo: una respiración, un arrullo, una queda presencia. Y me fui al casino, lleno esta vez a reventar de sonámbulos como yo, y eché los dados mientras me imaginaba a mi madre avanzar, paso a paso, hacia los límites de la tierra, en pos de las olas.

Comentarios (6):

Emmeline Punkhurst

29/12/2014 a las 18:13

Hola Eva:
Me parece que has escrito un relato muy original, rayando el absurdo a veces, lo que es complicado porque requiere mucho fondo creativo. Sólo cambiaría la repetición del la palabra “y” en el último párrafo. El resto, perfecto.
¡Enhorabuena!

Wolfdux

30/12/2014 a las 00:44

Hola Eva,

un relato que me ha sacado una sonrisa. Felicidades.

Carlos

30/12/2014 a las 12:50

Relato surrealista pero con trasfondo. Muy logrado y divertido. Además, el lenguaje utilizado le viene como anillo al dedo.

Me ha gustado.

Saludos!

Eva

30/12/2014 a las 16:35

Emmeline, Wolfdux, Carlos, sois unos cielos. Muchas gracias por haberos pasado por aquí y haber leído mi relato. De verdad que lo aprecio. Un abrazo.

Ryan Infield Ralkins

11/01/2015 a las 23:33

Lamentablemente muchos seres humanos actuarían como el gobernador y pocos como má. Me gustó tu relato pues me parece que tiene una interesante dosis de realidad y fantasía mezclada.
Te felicito por tan excelente relatos.
Saludos y nos leeremos.

lunaclara

16/01/2015 a las 11:11

Guau, Eva!! Qué relato más chulo, me ha encantado!! Vaya forma de retratar una gran parte de la sociedad actual. Sabes transmitir la pesadez y angustia de ese ambiente, y el lenguaje lo dominas, ya veo. Me gusta má, me hubiera ido con ella a buscar aventuras por ahí.
Un abrazo.

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