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Un héroe, un traidor - por Elphie Frex

Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. La luz se ha encendido en el horizonte y ha iluminado nuestro camino, por fin hemos podido ver qué es lo que se espera de nosotros, lo que nuestro destino ha marcado para cada uno de los habitantes de esta pequeña e insignificante isla. Hoy, después de diez años de confrontaciones, de papeles adjudicados y de imposiciones, hemos comprendido que no hay destino para nosotros. Yo no seré quien salve el mundo de las terribles garras de la ignorancia. Yo no seré quien traiga esperanza. Hoy, en esta isla, por primera vez en diez años, soy libre.

Cuando tenía once años el chaman de nuestra tribu vaticinó que sería yo el que nos libraría a todos de la maldición, aquella que nos impide salir de lo que siempre ha sido nuestro hogar. Nuestros ancestros así se lo habían dicho, y así debía de ser. Fue en ese momento cuando comenzó el principio de una vida marcada por un destino que yo nunca había escogido. Así fue como tuve que renunciar a todo: mis sueños, mis esperanzas y mis ilusiones; mis gustos quedaron aparcados y mi tiempo siempre estaba destinado a aprender, a saber cómo enfrentarme a lo que había fuera. A terminar con la maldición.

Pero entonces apareció ella y lo cambió todo. Y a la vez nada. Todo estaba escrito, pautado y decidido. Y yo tenía que alejarme de ella, tenía que apartarla de mi vida. No lo hice, al menos no al principio. Cada vez que la echaba de mi vida ella volvía, me sorprendía con nuevas palabras, nuevos gestos. Inevitablemente la odiaba, y, a la vez, la quería. Tenía que ser así porque lo habían decido mis ancestros, mis dioses, y hasta mi corazón. Pero ella, ajena a todo lo que bullía en mi interior, volvía a convertirse en mi tormento y, simultáneamente, en mi salvación.

No podía evitar pensar que quería perderme en cada rincón de su piel, acariciarla, besarla hasta que el anochecer nos pillase de improvisto. Me he esforzado en odiar cada una de las cosas que la hacen única, sus habilidades y sus manías, su peculiar manera de contarme las cosas, yéndose por las ramas para después volver al tema inicial, eso cuando aun lo recordaba. Y hoy, cuando por fin soy libre, me pregunto si voy a ser capaz de amar todo lo que he aprendido a detestar.

Ante nosotros se ha abierto un mar nuevo de opciones, de caminos que recorrer; pero me doy cuenta de que mi felicidad es el miedo de los demás. Están asustados, por primera vez pueden hacer lo que siempre han soñado, aunque al mirarles sé que ellos han interiorizado tanto el papel que creían que les habían encomendado, que no saben quiénes son. No se conocen. Y ahora no hay ancestros, no hay dioses, no hay destino, solo estamos nosotros. Y yo me siento libre, para los demás esto es un tormento.

Estoy completamente seguro de que ella se sentirá como yo. Pero cuando la veo, su rostro solo refleja tristeza por nuestro descubrimiento, la verdad la asola, la está destruyendo como a todos los demás. Y me doy cuenta de que ella es como todos, prefiere vivir una mentira antes que enfrentarse a la verdad. Me mira, no sonríe, sé ella sabe cómo me siento.

Sin decir nada más me voy, no de nuestro pequeño poblado, si no de la isla. Irónicamente, hoy que se ha conocido la verdad, hoy que puedo ser quien yo quiera ser, decido ser lo que todos habían planeado para mí. Un héroe, un traidor; la salvación y la derrota.

Comentarios (4):

Ryan Ralkins

30/12/2014 a las 19:06

Me gustó mucho el giro que le diste al final. Las palabras de ese chaman se cumplieron aunque no como ellos creían, a mi entender pues salió de la isla.
Me identifique en parte con el personaje cuando dice que no puede estar con la mujer que ama. Aunque es un caso totalmente distinto…
En fin, es un excelente relato.
Te felicito y feliz año nuevo!

Pato Menudencio

30/12/2014 a las 19:45

Hola, fue un gusto comentar tu texto de forma anónima, de verdad que me ha gustado un montón. (por cierto hice la referencia al mito de la caverna).

Saludos y nos leemos.

Elphie Frex

07/01/2015 a las 13:53

Muchas gracias a los dos por el comentario 🙂

Un saludo.

David Rubio

18/01/2015 a las 18:14

Si tiene un poco del mito de la Caverna. Está bien redactado y se lee fácil pero me falta algo un poco más concreto, menos genérico. Una luz, ella lo cambia todo, pero en sí no sabemos gran cosa de ese mundo, ni el por qué no podían abandonar la isla o de qué manera ella consiguió el milagro. Es como si narraras la conclusión que querías transmitir pero no el relato.
En todo caso no deja de ser un buen trabajo. Saludos

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