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Los científicos - por Maureen
Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. Ninguno entendemos cómo ni por qué, los científicos del continente se han ido por fin. Pero voy a contar todo tal y como pasó desde el principio, para que nadie se pierda.
Pues el caso es que yo nací el 3 de agosto de…
—No tan al principio —me dice la Pirucha por lo bajini.
—¿No?
—¡No!
—¿Y desde cuándo?
—Desde que llegaron los científicos.
Vale. Pues el caso es que hace unos tres meses, o cinco, aparecieron unos de allá arriba, del continente. Científicos, ingenieros y gente de esa. Se ve que el agua de la poza que hay en la cueva de la Tía Tula es buenísima para la salud. Yo ya lo sospechaba; siempre llevo allí a mis ovejas a que beban y no hay más que fijarse en sus caras para ver lo sanotas que están. Yo también he bebido muchas veces de aquella agua y por eso a mis 31 años, aparento 40.
Pues el caso es que aquellos ocho aparecieron un día así de buenas a primeras y, como acá somos tan buenos, dejamos que se quedaran en nuestras casas. En la mía se alojaron todos menos siete. La que se instaló fue una «biológica» de esas, Teresa, muy simpática y que hablaba muy bien, aunque yo no entendía la mitad de lo que decía.
Fijaos cómo hablaban que ayer vino otro de esos tipos, uno muy alto y muy flaco que parecía un ratón con gafas, y Teresa y él tuvieron esta conversación tan rara:
—¡Rafa! ¿Has obtenido algo interesante?
—Nada, el PH es normal, la conductividad es la esperada, el nitrógeno amoniacal es normal…
—Yo tampoco he encontrado nada especial.
—Ya lo sé. No tiene sentido seguir aquí, Teresa. Esta agua no tiene nada de especial. Mañana aviso para que vengan a recogernos.
Aunque no entendía nada, yo tenía mucha curiosidad por saber lo que hacían allá en la cueva, así que cuando pasaron por mi lado me decidí:
—Señorita Teresa, ¿puedo ir un día con usted a la cueva a ver lo que hacen?
—No. —Sé entender una indirecta, así que me senté en mi banca de la puerta y ellos se fueron a trabajar.
Un rato después, apareció el Tonto Nico. Lo llamamos así porque no tiene muchas luces. Se sentó a mi lado y me dijo:
—Ay, Antonio —me dijo así porque me llamo Pedro—, tengo miedo de que la expedición venida del continente destruya la idiosincrasia propia de nuestra adorada isla.
Yo ya lo había pensado, así que sólo respondí:
—Sí, la Herme anda loca por el del pelo largo y ya no me hace ni caso. Y el Bardo y el Tenorio están todo el día a la gresca para que la Teresa les haga caso. Así no se puede vivir. Tenemos que hacer algo para que se vayan.
—¿Pero qué podemos hacer? Me temo que la civilización del consumo y la sociedad de la ley de la oferta y la demanda han llegado para quedarse.
—Tengo una idea —se la cuchicheé al oído.
—¿Esta noche?
—Esta noche.
Así que anoche, el Tonto Nico, Juan el Agarrotao, la Pirucha y yo esperamos a que los científicos se acostaran, para que no nos descubrieran, y nos encaminamos a la cueva. Habíamos pergeñado un plan buenísimo que no podía fallar.
Nos pusimos unas bolsas de plástico en la cabeza…
—Con agujeros para ver, ¿eh?, que no somos tontos —me interrumpe Juan el Agarrotao.
—Sí, Agarrotao, sí…
Pues eso, nos pusimos unas bolsas de plástico en la cabeza, nos colocamos dos en cada entrada y, a la de tres, entramos todos de golpe gritando y haciendo ruido para asustar a aquellos tipos del continente y que se fueran de nuestra isla.
Pero no estaban allí.
¿Qué había podido salir mal? ¿Se lo habrían olido?
Volvimos a nuestras casas muy desanimados y sin entender nada.
—¡Y, por eso, esta mañana ha sido un milagro ver que se iban!
Sí, hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. Los científicos del continente se han ido por fin. Y ahora mismo vamos a celebrarlo con unas jarras del vino que mana del manantial de la cueva de la Tía Perica.
¡Salud!
Comentarios (21):
Darkristal
28/12/2014 a las 20:37
Mmm no se, pero el uso de lenguaje tan formal contrasta mucho con el lenguaje técnico y el vulgar ._.
Se me hizo algo duro de leer pero entre bache y bache descubrí que sigo sin saber que pasa XD
Al menos se que el agua tiene algo malo, pero al parecer no lo suficientemente malo como para ser de interés y no lo suficientemente malo como para evitar que sea bebida.
Por otro lado, toda esta confusión resulta interesante, pero agota un tanto, supongo que por las diferencias regionales.
Ánimos con tus relatos, si puedes manejar formas de hablar tan diferentes, seguro puedes mejorar mucho mas 😀
Denise
29/12/2014 a las 00:40
Y sí, es lo que yo llamaría bizarro XD Creo que la palabra surrealista en tu comentario me dio la clave, me hubiera gustado leerlo sin haberla visto… Me gusta el tono medio jocoso con que está escrito, y el contraste entre los científicos y lo nabo que es el protagonista, que encima tiene el tupé de menospreciar al tonto Nico jaja!
lunaclara
29/12/2014 a las 12:10
Hola Maureen: Me encanta el lenguaje irónico que utilizas. Me he imaginado a los dos sentados uno junto al otro, con las boinas puestas, y arguyendo qué hacer para deshacerse de los científicos… 🙂 Qué risa!!
Felicidades!
Roger/NHICAP
29/12/2014 a las 12:58
Hola Maureen,
A mí me ha gustado. Llamar a la cueva de la Tía Tula, ya sitúa el tipo de personajes, de pueblo pero muy listos al no desvelar el misterio de la cueva de la Tía Perica (nombre apropiado).El texto fluye muy bien y es divertido, con un humor sutil, donde el tonto es al menos tan listo como el narrador.
Felicidades
Un abrazo
Paola Panzieri, papan
29/12/2014 a las 13:08
A mi también me ha parecido interesante y lo del manantial de vino…”lo más”
Es original y chispeante en los diálogos, la lectura amena y divertida. Enhorabuena
Maureen
29/12/2014 a las 13:24
Muchas gracias por los comentarios.
Darkristal, el agua no tiene nada de malo; pero tampoco tiene nada de bueno como para que a los científicos les interese especialmente. Las diferencias al hablar son a propósito, para remarcar las diferencias de los diferentes personajes.
Denise, sí, es muy bizarro, jajaja, pero es lo que se me ocurrió con ese comienzo. Además que se me ocurrió la historia rapidísimo, no como otras veces, en un estilo que nunca había probado. Con el protagonista me río hasta yo 😉
Lunaclara, es una imagen simpatiquísima, sí, me alegro de que te haya hecho reír.
Roger/NHICAP, no sabes cómo me alegro de que hayas entendido lo de las dos cuevas; dos de mis comentaristas no lo entendieron y fue lo que me criticaron. Posiblemente se pueda mejorar ese final, no me quedé muy convencida de él, pero me alegro de ver que no es tan retorcido como parecía por los comentarios que me han hecho.
Paola Panzieri, papan, me alegro de que te haya gustado.
Ahora me pasaré por cuestros relatos, si no lo he hecho ya 🙂
Emmeline Punkhurst
29/12/2014 a las 17:38
Jajaja, Maureen. Muy bueno. No sabes lo que me he reído. Al final va a ser más lista la gente que menos lo aparenta.
Ana
29/12/2014 a las 18:28
Me ha encantado la lógica ilógica del relato. El Tonto Nico es lo más!
Divertidísimo y muy ingenioso. Felicidades!
marazul
29/12/2014 a las 19:05
Hola Maureen. Manejas muy bien el lenguaje de lo absurdo, y nos haces reir (como Mendoza en “Sin noticias de Gurb”), de lo incoherente, del disparate. Tu relato tiene unos golpes muy buenos: “–ay, Antonio–me dijo así porque me llamo Pedro–” y nos calcas a los personaje con los nombres y las expresiones que les asignas.
Me ha gustado de verdad y agradezco un relato tan ameno e ingenioso. Enhorabuena y Feliz Año..!
Job Peró
29/12/2014 a las 21:07
Sí, Marazul! A mí también me ha recordado mucho a “Sin noticias de Gurb”. Me encantan este tipo de situaciones y diálogos aparentemente absurdos!! Felicidades! Para ser tu primera vez con este estilo, te has salido!
Anoide
29/12/2014 a las 21:19
¡Qué absurdo y qué divertido! Me lo he pasado muy bien leyendo. Me han encantado las perlitas que contiene, como lo del “tonto” Nico y el manantial de vino. Y manejas el lenguaje de cada personaje a la perfección, aunque el detalle de mostrar al final que los más listos no son siempre quienes aparentan serlo, es lo mejor.
¡Felicidades! Un abrazo.
beba
30/12/2014 a las 01:07
Genial, Maureen. Un relato desopilante.Me hizo reir muchísimo. Un juego muy inteligente con las diferencias y los prejuicios culturales. Y una riqueza de “perlitas”, que ya te han señalado los otros compañeros.
Una estructura excelente, una gramática pulcra y una gran originalidad en el uso de los recurasos.
Un abrazo.
Darkos
30/12/2014 a las 06:34
Hola. Me ha gustado mucho tu relato. El desparpajo de los locales es una delicia en la lectura al igual que la afortunada confusión de las cuevas. Te sugeriría tal vez que cuando el personaje de Pedro hable de la parte técnica, lo haga equivocándose en las palabras. Tal vez lo haría más verosímil y divertido a la vez. Por lo demás fenomenal. Espero seguir leyéndote.
Aurora Losa
30/12/2014 a las 11:12
Hola, Maureen. Yo, la verdad, no sé qué decirte. Me gusta mucho la idea y algunos párrafos son geniales, pero veo algunas inconsistencias, por ejemplo que la Pirucha esté escuchando la historia y luego haya formado parte del “susto” o que el protagonista parezca ser más viejo de lo que es (no sé si está alrevés o si hay algo que se me escapa)
Lo que sí te puedo decir es que me ha gustado el punto de las ovejas, el vocabulario y el nombre de personajes y lugares, aunque no haya terminado de entender qué hacían allí los científicos, ni qué tenía de particular la isla para estar aislada del resto del mundo (aparte de estar rodeada de agua, claro)
Espero que puedas alargarte más en otro formato, porque me ha dado la sensación de que esta vez las 750 palabritas nos han dejado a medias.
Feliz año.
Pato Menudencio
30/12/2014 a las 18:54
Tiene bastante humor. admito que tuve que leer dos veces para entender la historia. Y luego de eso reí, en especial con la parte de “por eso a mis 31 años, aparento 40”.
Pd: Quiero un manantial de vino.
Peter Walley
01/01/2015 a las 17:31
Hola Maureen,
Es muy divertido, me he reído mucho con él; y totalmente diferente al resto de relatos de este mes.
Enhorabuena, bien hecho.
José Torma
02/01/2015 a las 20:52
Hola Maureen. Aca en Mexico decimos… “ah fregados pues de cual fumo?” para describir algo que se escapa de nuestra comprension jaja, asi es tu relato, loco inconexo pero siempre divertido. Independientemente de que el vino sea el motivo de que se vea joven, en realidad necesitamos pretextos para degustar un buen vino?
Un abrazo y felicidades.
Ratopin Johnson
05/01/2015 a las 00:44
Muy bueno Maureen. “Yo también he bebido muchas veces de aquella agua y por eso a mis 31 años, aparento 40”, esta frase es épica, parece de Woody Allen. O “—Ay, Antonio —me dijo así porque me llamo Pedro”. Me he reído bastante. Los personajes son geniales
Ryan Infield Ralkins
07/01/2015 a las 17:01
Me parece una historia interesante y llena de realidad. Lamentablemente siempre hay muchos científicos que al “investigar” contaminan lo que investigan.
Me encantó el lenguaje, como hablan los personajes y su forma de actuar. Ademas de las frases mencionadas por los compañeros, me dio mucha risa lo del ratón con gafas.
Saludos y felicidades.
Wolfdux
17/01/2015 a las 13:27
Felicidades Maureen, me ha encantado.
No he parado de reírme, me gusta el humor absurdo, y aquí haces una buena muestra de ello.
Enhorabuena. ¡Nos leemos!
El ciervo alado
18/01/2015 a las 16:02
Ja,ja,ja, me encantó. Siempre he querido leer algo de ti y ahora que leo esto me doy cuenta que tienes talento y que triunfarás en lo que te propones. Sigue adelante y, si quieres leerte mi relato es el 9 de la lista.
Felicitaciones y sigue así.