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LOS OJOS DE DIOS - por DavidRubio
Web: http://elreinorobado.blogspot.com
Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. Ha sido justo en el momento en el que usted, querido lector, ha puesto sus ojos en ella. Puede que por curiosidad o por casualidad, ello es indiferente.
No me pregunte desde cuándo vivo aquí, esa sería una tarea harto complicada que requeriría ponernos de acuerdo y ajustar nuestros relojes: el suyo y el mío. Solo puedo decirle que soy uno más entre los que aquí habitan. Su número es incierto. A veces, apenas convivimos un grupo; en otras ocasiones, cientos, tal vez miles. Y, de tanto en tanto, solo uno. En todo caso nunca demasiados para el tamaño de la isla, puesto que hasta sus dimensiones son difusas. Ahora, desde este montículo sobre el que le hablo, puedo ver el otro extremo; pero, ayer, sus tierras y vegetación se perdían más allá del horizonte.
Alargo el brazo. Sobre la mesita de noche se encuentra un vaso de leche. Me lo llevo a los labios. Me gusta su sabor, aunque nunca pueda estar seguro de cuál puede ser. También miro al cielo estrellado mientras desciendo por el talud de húmeda tierra, sintiendo el acogedor calor de la manta que me cubre en la cama. No han entendido mal. Esa capacidad es una de las maravillas que se suceden aquí. Estoy en dos sitios a la vez y, en ocasiones, yo soy todo el lugar.
Me siento sobre la arena de la playa, noto un pequeño escalofrío, como cuando comienzas a mojarte en la ducha de buena mañana. A mi izquierda aparece una figura. Es mi yo joven; a su lado, mi yo niño; y, junto a él, una presencia sin forma: la potencia de lo que podría ser antes de ser concebido. Sus pensamientos se entremezclan con los míos. Ideas olvidadas y deseos recurrentes confluyen en una única consciencia: la mía. Sin embargo, siento algo más. Me produce vértigo, desconcierto. Miro a mi derecha y percibo el instante de mi propia muerte, el momento en el que dejo mi cuerpo. Y esa imagen convive con un beso de mi madre cuando cumplí un año.
Ha salido el sol. Me pongo en pie y me dirijo al pueblo. Dejo a mis otros yo en la playa o, según se mire, desaparezco de su lado, que ambas afirmaciones son lo mismo aunque parezca que no. En el camino, observó un manzano. De una de sus ramas, comienza a nacer una manzana. Madura ante mis ojos hasta que el tallo del que pende se rompe. Pero no cae. Permanece suspendida en el aire mientras el árbol desaparece. De la fruta comienzan a salir filamentos que buscan el cobijo del suelo y, una vez lo han penetrado, se enrollan entre sí formando un tronco. De él emergen nuevas ramas. Todo en un suspiro, o tal vez no.
No me he olvidado de usted, lector. Sé que sigue ahí, observándome, a la espera de que le revele la naturaleza del milagro sucedido. Será pronto, pero antes permita que me levante de la cama y atraviese la pared de mi casa. Siento los átomos que la conforman cruzar los míos. Y también tropiezo con una raíz. Caigo y me hago un corte en la mano. Sangro mientras voy camino del pueblo. Sangro una vez he salido de casa. Sangro en los dos lugares.
Ya estoy únicamente en el pueblo. Las casas aparecen y desaparecen. Lo hacen tan rápido como un parpadeo de sus ojos. Por favor, apreciado observador, intente no hacerlo. Puede que eso no le parezca importante. Pero cada vez que aparta su vista de mí, todo cambia. Las pequeñas casas de adobe y tejas se convierten en rascacielos; con otro parpadeo, en cuevas. Ahora son castillos dentro de una bola de cristal. Atravieso sus paredes transparentes y me dirijo a una sala de espejos. Siempre me ha gustado encarar unos con otros y ver mi propio reflejo perderse en el infinito. Creo que es el mejor lugar para desaparecer.
Siento que pronto dejará de mirarme, y, por tanto, dejaré de existir. Ese es el milagro que usted mismo ha realizado. Sin su mirada, yo y la isla, volveremos a esa nube de incertidumbre de lo que podría ser. Pero no se sienta culpable. Lo hemos disfrutado plenamente.
Si usted es el Creador le estoy agradecido. Pero si vive en su propia isla, bajo la mirada de otro observador, solo puedo desearle que su estancia sea agradable.
Me hubiera gustado conocerla.
Comentarios (24):
Macnarez
29/12/2014 a las 15:08
Hace un tiempo que llevo en esta página (poco) y eso me ha permitido leer algunos de tus relatos, aparte de pasarme por tu blog, que por cierto me gusta mucho.
Tienes una manera de escribir que me atrae, y las historias me resultan muy interesantes.
En cuanto al relato que tenemos aquí, aunque no estoy seguro de entenderlo bien del todo, tiene la capacidad de mantenerme atento a ver qué pasa. Y esa manera de ver también a los dioses y la creación de universos es muy buena.
Y me despido. Ya te iré leyendo, que eres uno a los que voy a seguir de cerca.
Macnarez
29/12/2014 a las 15:14
¡Ah!Se me olvidaba: valiente decisión de que el narrador sea en 2ª persona. Hace que impliques al lector.
Darkristal
30/12/2014 a las 02:20
Me siento cada vez mas atraído a la narración en segunda persona.
Una vez lo intente, pero fue duro, gracias a ti, lo volveré a intentar en otro momento.
Creo que un escritor es una deidad creadora y destructora.
Creo que el escritor es el dios mas malo que puede haber.
Creo que como escritor, no nos queda otra mas que crear mundos y verlos perecer.
Creo que, como escritor, damos vida a seres, como bien dejaste ver.
Marcelo Kisi
30/12/2014 a las 09:32
Wow, David, increíble! Te voy a decir por qué me encantó: es un relato filosófico -no me vas a ver aplaudir a muchos- creado a partir de un mosaico de imágenes visuales -que sí voy a aplaudir siempre-. Increíble, delicioso, disfrutable, y -también inusual- legible varias veces. Tiene capas y ribetes para ir descubriendo de a poco. Me hace pensar en una referencia: el cuadro “Las Meninas”, de Velázquez. El tema del análisis es el lugar del autor en el cuadro, y el de la mirada del observador del cuadro, como mirada creadora. Aquí el lector está implicado como creador de la trama. De una manera extraña, profunda. Por no hablar de la reflexión acerca del tiempo, la pincelada de física quántica, la muerte como terminación de la mirada o la memoria, el infinito como construcción posible. Anda flotando por ahí, también, Herman Hesse. En fin, lo mejor que he leído por ahora este mes! Mi agradecimiento y admiración!
lunaclara
30/12/2014 a las 11:48
Hola David:
Tu relato me recuerda a ciertas películas de Terrence Malick (El árbol de la vida, To the wonder), por lo bellas que son las imágenes que describes, por su contenido metafísico.
La escritura es impecable y te felicito por ello. Un relato muy original.
Felicidades! Y Feliz Año nuevo!
Roger/NHICAP
30/12/2014 a las 19:31
Hola David,
Ya te lo han dicho: nos has obsequiado con relato genial. Cuando escribo, siempre procuro introducir fantasìa en la historia, me parece importante porque la realidad se nutre de fantasía y la vida de sueños.
En tu relato, eres un creador de esa fantasía en la que involucras al lector de forma magistral. Me han gustado su originalidad y la elección de la voz narradora.
Un excelente trabajo David.
Felicidades y un abrazo
Paola Panzieri, papan
31/12/2014 a las 19:56
Hola, David, ha sido un placer leerte, sobre todo la segunda vez,en la cual pude saborear lo que contabas pues en la primera lectura me fue difícil entender el significado de la historia hasta que llegué al final.
Seguiré leyéndote a partir de ahora,( a lo mejor se me pega algo) si te apetece pasarte por mi relato, te doy unas explicaciones a tus comentarios
Iracunda Smith
01/01/2015 a las 11:26
David, es un texto precioso pero he de confesar que no lo he entendido muy bien 🙁 (y mira que me fastidia decirlo, por que los mios son rarunos por naturaleza)
Por los comentarios deduzco que el que habla es un personaje de ficción que está sometido a constantes cambios por ser eso, un personaje ¿Tiene sentido esto que digo o se me ha ido la pinza?
De todas formas siempre es unplacer leerte, ¡nos leemos en el próximo taller!
y feliz año a todos!!!
Peter Walley
01/01/2015 a las 17:16
Hola David,
Me ha encantado, y eso que el tema tenía el potencial de ser un desastre si no se llevaba bien 🙂 en cambio tú lo has hecho de maravilla.
Me han gustado mucho las imágenes que has creado y lo bien que has contado la historia, el relato ha crecido exponencialmente con ello.
Enhorabuena, un saludo.
Alex
01/01/2015 a las 17:37
He de decir que llevo poco tiempo en literautas, pero he leído algunos cuantos relatos. Y lo cierto es que el tuyo me ha sorprendido gratamente.
Ya te han dicho todo lo que se podía decir de este relato, pero me gustaría decirte mi opinión. Este relato es cómodo de leer, atractivo para el lector, ya que el narrador en segunda persona es todo un acierto, lo sientes cercano, hace fácil meterse al lector en la historia. Es bastante profundo y metafórico. Realmente es una forma muy inteligente de utilizar el disparador creativo del milagro en la isla.
Como te dijeron en un comentario anterior, me gusta mucho tu forma de escribir. Considero que debe ser así, sencillo, atractivo y cercano. Veo muchos relatos que se llenan de palabras raras que solo dificultan su lectura y frenan el interés por la historia.
Por cierto ¿cual es tu blog? me gustaría pasarme por él para echarle un ojo.
Alex
01/01/2015 a las 17:38
Perdón, el blog lo tienes puesto debajo del título jajajaja. Un descuido.
juanjohigadillo
01/01/2015 a las 18:10
Nada que añadir a los comentarios anteriores, sólo que yo también he necesitado una segunda y una tercera lectura para acabar de sacarle todo el jugo al relato.
Saludos.
Anoide
02/01/2015 a las 00:44
La verdad es que es una maravilla. Te he estado leyendo estos meses desde que me uní al taller y me fascina tu manera de escribir. Tus textos tienen un acabado limpio y atractivo, que ya quisiera yo para mí. Son muy cómodos de leer, dibujas cada escena con tal precisión y maestría que la lectura pasa en un suspiro y, encima, me quedo con ganas de más.
Gracias por hacernos disfrutar. Un abrazo y feliz año nuevo 🙂
Aurora Losa
02/01/2015 a las 11:30
(en pie para ovacionar al autor)
Voy a elogiar tu trabajo en dos planos, pero primero el “pero”: cuando ve el manzano, pones “observó” ¿puede que la tilde se colara? Me ha roto el esquema.
Y ahora lo prometido:
Plano 1: contenido. La idea es inmensa, parece que inabarcable, uno busca la identidad del personaje (supuestamente adelantado en el título), pero al llegar al final yo, a nivel personal, he sentido que era algo más cercano y más hermoso, la literatura en sí misma es quien me ha hablado todo el tiempo. Gracias por eso, David.
Plano 2: la forma. Aquí me he quedado perpleja, es que es dificilísimo controlar un discurso sobre la omnipresencia y que sea coherente y comprensible, te lo debes haber currado de lo lindo, y se ve. Es perfecto. Gracias por la lección.
En fin, como se ve, no me ha gustado nada ;P Sin duda tu mejor trabajo, “grandérrimo”.
Cesar A. Martin
02/01/2015 a las 16:41
Impresionante. Enhorabuena, y pensar que has llegado a este relato por el taller. Me ha gustado desde la voz del narrador, la cuidada prosa, las maravillosas metáforas… Todo. Me recuerdas a Onetti en cómo haces que el protagonista habite la ficción con la misma verosimilitud que nosotros nuestra realidad, también me llevas a “Las ruinas circulares” de Borges con ese final en donde se perpetúan los sueños hasta el infinito. Magistral el árbol naciendo de la manzana o la reunión de los “yo” de todas las edades, imágenes que ofrecen mil interpretaciones. Me ha encantado como presentas la futilidad de la materia frente a la fuerza de la consciencia y como la eterna duda sobre la percepción de la realidad viaja por todo el texto. Sé que se me escapan muchos detalles pero ese es el mayor mérito, saber escribir a tantos niveles. Es la primera vez que te leo y después de este comentario es evidente que te seguiré de ahora en adelante. Enhorabuena de nuevo.
Ryan Ralkins
02/01/2015 a las 18:45
Según tengo entendido, pues nunca lo he hecho, construir un relato en segunda persona es difícil y mas uno bueno. Tu has logrado construir uno buenísimo. No tengo mucho que decir pues los compañeros ya lo han dicho todo pero tu relato confirma algo que pensaba yo hace unos días y que uso ya como un dicho: cada humano es un mundo y entre todos formamos un enorme universo.
Te felicito por tan buen relato.
Saludos y felicidades nuevamente.
ILLARGUIA
06/01/2015 a las 23:19
David, es un relato filosófico que me recuerda la “nivola” Niebla de Miguel de Unamuno, con algunas diferencias, en esta Augusto, el personaje. se rebela contra su autor, sabe que todo es un sueño de Dios, lo cual le anula su voluntad, no sabe si usar paraguas o enamorarse. En tu relato no hay personaje, bebe un vaso ¿de leche?, se levanta, camina al pueblo, pero todo es un sueño, un leve parpadeo y cambia la perspectiva, pero por eso mismo no hay desesperación, el personaje pasa a ser el lector.
Hermoso.
José Torma
06/01/2015 a las 23:58
Mi querido David, pos yo no sabo hablar bonito pero te digo que que bonito escribes tu. Cuando logras que cada palabra signifique algo, que vas hilando la historia y justo cuando creo que me olvidaste me vuelves a hablar y me siento feliz de seguir teniendo tu atencion (cuando en realidad tu tienes la mia) Excelso! un abrazo y solo espero con mucha practica y paciencia, llegar a tener tu pluma.
Saludos
Sergio Mesa
07/01/2015 a las 10:27
Enormísimo!!!
A estas alturas no será ninguna sorpresa que te lo diga, porque tenías que saberlo cuando lo escribiste y porque ya te lo han dicho a mansalva los compañeros. Fíjate que hasta estoy utilizando mayúsculas en el comentario, que siempre las desecho por parecerme demasiado formales 😛
Muy, muy bueno David. me suscribo totalmente al comentario de Aurora. Gracias por brindarnos un relato como este.
Un abrazo compañero, nos leemos!
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/
PD. A mi también me vino a la cabeza “El Árbol de la Vida” de Malick.
Eva
11/01/2015 a las 23:07
Hermosisimo! Bien escrito, lírico hasta la médula. Me ha llegado al corazón, de verdad. Un abrazo.
Margarita Graña
12/01/2015 a las 05:07
Increíble David. Qué decirte que no lo hayan expresado los compañeros? Me dejaste sorprendida y además me acordé de un cuento fascinante, El Aleph, de Borges.
Me gustaría que alguien me explicara eso del relato en segunda persona, porque yo lo leo y me parece que está en primera persona.
Gracias David por este relato.
Sergio Mesa
12/01/2015 a las 13:10
sí Margarita, a mi me pasa lo mismo … me parece obvio que está escrito en primera persona… pero como tantos lo comentaban supuse que se me estaba escapando algo y se me olvidó comentarlo. 😉
Wolfdux
16/01/2015 a las 20:26
Como ya te comenté en el blog y aquí ya se ha dicho todo, solo paso para volver a felicitarte. ¡Nos leemos!
Marazul
19/01/2015 a las 15:40
Ya el título de por sí es precioso. Es un relato que parece concebido en esos momentos en que no se sabe si uno está dormido o despierto. En los que parece que se está levitando. Onírico, filosófico y bello. Muy bello porque introduces momentos de una narración metafórica impecable (el párrafo del manzano…)
Esa argucia para mantener al lector expectante e interesado es muy loable porque lo consigues plenamente. No nos olvidas e incluso al final nos recompensas con ese “me hubiera gustado conocerla” que resulta muy elegante.
Un excelente relato David. Me ha gustado leerte
Un saludo de Marazul