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Una isla, un milagro - por Leonardo
-Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro…unos segundos de silencio que parecieron una eternidad,mediaron entre los dos ancianos que se miraban fijamente a los ojos, una mirada que lo decía todo, sin vacíos y sin vacilar.
Francesca rompió el silencio y sin mas preguntó confundida -¿Isla, milagro? ¿Que quieres decir?-su cara reflejaba el paso imparable del tiempo, pero su sonrisa mostraba la alegría y juventud eterna del alma.
-Quiero contarte una breve historia de un naufrago- le respondió Nil, dibujando en su rostro una sonrisa que transmitía calma y sobre todo seguridad.
Nil apartó por un momento la mirada de su compañera, entrecruzó sus manos en su propio regazo y permaneció con la mirada baja por unos instantes -Todo comenzó con un viaje, un viaje que no creía que durara tanto tiempo; todo empezó una madrugada de abril pero lo que recuerdo del gran viaje no es su principio sino mucho tiempo después…
Hizo una pausa corta y prosiguió su relato -La mar estaba en calma y los días eran tranquilos, serenos y de una mansedumbre que parecía que duraría una eternidad; en ese viaje me acompañaban personas que ya no están, otras aún si.
-Pero como muchas cosa buenas duran poco -eso es lo que dicen- aunque prefiero decir que es lo que en realidad percibimos, el viaje se volvió cada vez mas duro, complicado y difícil de continuar sin esfuerzo, los días apacibles se intercalaban con otros no tanto e inclusive con grandes tormentas que parecían durar una eternidad.
-Debió de ser un viaje muy emocionante – le interrumpió Francesca tomándole las manos a Nil y mirándolo con una ternura que amalgamaba sus almas como si de una sola se tratase -me gustan mucho las historias que me transportan a sitios donde otros han estado- agregó.
El rostro de Nil que reflejaba ademas de sus incontables arrugas, una dura experiencia con la vida, mostraba a Francesca un retrato de entera complicidad con su compañera -Bueno, a ver ¿Donde me quedé? ¡Ah si! En los días complicados de mi viaje. Todo parecía ir con tranquilidad, lleno de ilusiones, sueños, imaginaciones de como sería todo lo que me esperaba al final.
-¡Pero lo que no me esperaba era tener que luchar tanto y tan duro con un mar que dependiendo de donde lo observes, puede darte calma o bien hacerte pelear mucho para llegar a tu destino! Aunque no todo era luchar y luchar, había noches maravillosas llenas de estrellas las cuales no me cansaba de contemplar con asombro, un espectáculo hipnótico y cargado de misticismo.
-Los días transcurrían sin pausa, y cada cosa que veía y descubría me asombraba cada vez mas, las criaturas que ese mar me regalaba, sus olas con ese incesante movimiento que me acercaba cada día un poco mas hacia el final; me enseñaban casi todo lo que debía conocer para sobrevivir, me mostraba de manera indiferente lo correcto y lo que no lo era; ¿Y el barco? Bueno el barco ya es otra historia…
Sus palabras dejaron un momento de fluir para acariciar suavemente el rostro de Francesca y recorrer sus también innumerables arrugas, pero que aún conservaba su belleza que Nil recordaba con amor y con una luminosidad que evocaba la cara alegre de un niño cargado de alegría.
-Pero un día ocurrió algo que no esperaba que sucediera-prosiguió-¡Una gran tormenta que sacudía mi barco irrespetuosamente y sin compasión de un lado a otro, golpeándome duramente sin miramientos! Mi alma se estremecía confundida, con dolor, y de repente la calma; abrí los ojos y lo único que podía ver era un cielo azul como nunca lo había visto, no recordaba mucho o por lo menos eso lo que en realidad quería, ¡No recordar nada!
-Al parecer me encontraba en una isla, donde me sentía solo, caminé por mucho tiempo así, desconcertado, con un fuerte sentimiento de soledad. -Cuando ya la desesperación comenzó a apoderarse de mi, sucedió que un rayo de luz, un manantial de tranquilidad y regocijo se me presentó en mi duro vagar por la isla.
Con lágrimas en sus ojos viejos y cansados Nil no podía continuar con su historia; Francesca con mágica dulzura acarició a Nil en su plateada cabeza y con una ternura aún mayor lo besó y lo animó a que siguiera con su relato.
-Simplemente que ese milagro del que te hablo eras tu y solo pensé a partir de ese fantástico momento…¡Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro!
Comentarios (8):
juana Medina
31/12/2014 a las 13:37
Hola Leonardo, hace dos o tres días que quiero comentar tu trabajo, pero somos muchos y no me llegaba el momento. Ante todo quiero decirte que me ha gustado mucho la mirada positiva del personaje que tiene que luchar tanto contra la naturaleza. Me llamó la atención que Nil empezara hablando de “un” náufrago en tercera persona, y luego pasara a la primera. También que fuera una pareja de gente mayor y que recién en ese momento de la vida Nils contara la historia. Por otro lado aunque en general me gusta el lenguaje y la alternancia entre el relato de Nil y tu escripción de lo que va pasando entre ellos, ciertos adverbios como “irrespetuosamente” aplicados a la actividad de una tormenta, me suena un poco rebuscado. Pero insisto: el reconocer el milagro de la vida y del amor ya en la vejez me pareció una idea preciosa.
Felicidades
leonardo
31/12/2014 a las 20:45
Hola Juana, muchas gracias por tu comentario me alegró mucho, y lo digo por lo bueno pero aun mas por tu critica, porque de ellas se aprende y se mejora, ya nos comentaremos en el próximo relato, de nuevo muchas gracias muy feliz año!!!! 🙂
Marcelo Kisi
02/01/2015 a las 08:25
¡Hola Leonrado! Me has invitado y aquí estoy. En general escribes correctamente, utilizas bien el lenguaje, y sabes explorar emociones de una manera que yo no lo sé hacer. Felicitaciones por eso! Creo, eso sí, que el relato, en lugar de tratar de un náufrago, trata del amor entrañable entre un hombre y una mujer que han compartido tanto y todavía se aman como la primera vez. Esa es la gran noticia de tu texto! Porque fíjate lo que pasa a nivel de la acción: un hombre navega, hay una tormenta, y se despierta solo en una isla. Hay pocas historias más contadas que esa en la literatura universal. Entonces, dado que allí no hay novedad, se convierte en mera excusa para hablar de cómo ellos se miran, cómo se tocan y acarician, y qué sienten uno hacia el otro aun después de tantos años. Por eso, la relación entre el naufragio y la relación entre ellos se siente algo forzada, quizás por la consigna del mes 😉 O sea, como dice Juana, ¿recién ahora le cuenta Nil a Francesca cómo llegó a la isla? No parece creíble. La historia del naufragio no es tan increíble o tan terrible que el buen hombre haya tenido que ocultarla y que juntar tantas fuerzas al final del camino para contársela como si fuera un secreto que le pesa en el corazón por años. Te lo aclaro con un ejemplo: el secreto terrible que recién ahora se atreve a revelarle a su amada debió haber sido algo del peso de una esposa e hija que se le murieron en la tormenta del barco, o que en realidad era un asesino al que trasladaban en el barco a una cárcel de alta seguridad, y que en la tormenta su celda en el barco se desarmó, pudo escapar matando a toda la tripulación y desde entonces es prófugo de la justicia. O algo terrible así, estoy exagerando para hacer claro el punto. Haber naufragado y ya, no alcanza para sostener el relato así como está. Siguiente punto: me gusta que personifiques cosas, tormentas, barcos, que los hagas sentir o transmitir, escribes muy poéticamente. Lo que yo te aportaría es agregar acción concreta al “hablar general”: o sea, todo lo que sabemos es que el viaje fue “emocionante”, y que hubo una tormenta y días de calma. Pero no vemos nada de todo eso, porque no está realmente contado. Fíjate en la frase donde relatas la tormenta: “¡Una gran tormenta que sacudía mi barco irrespetuosamente y sin compasión de un lado a otro, golpeándome duramente sin miramientos! Mi alma se estremecía confundida, con dolor, y de repente la calma…” A punto tal eres un sentimental incorregible 😉 que en lugar de tener un par de huesos rotos y de que le duela una pierna porque se le cayó un mástil encima, la que fue sacudida y golpeada no fue su cuerpo sino su alma! Y la “irrespetuosidad” de la tormenta se repite dos veces en la misma frase. Lo “sacudió irrespetuosamente” y después “golpeó sin miramientos”… que es lo mismo! No sé si empiezas a ver lo que quiero decir: todo lo que nos queda es que hubo una gran tormenta, nada más. No sabemos si una ola dio vuelta el barco, si llegó una ola por el costado izquierdo justo cuando él tiraba de una soga para mantener el mástil de pie y se le hacían llagas en las manos, en qué momento vio caer del barco a su esposa o al capitán, cuándo tuvo que soltar la mano de un marinero que se estaba por caer, cargando con esa culpa para siempre, o algo. Bueno, eso. Mi humilde recomendación para la próxima, si quieres incursionar por el género cuento, que se basa en una introducción, un desarrollo con drama y rupturas, y un desenlace, es que intentes disminuir un poco la dosis de poesía y sentimientos en el transcurrir de la acción, y que intentes -al menos como ejercicio para mejorar- ser más “fotográfico”, o digamos más “fílmico”, contando acciones y que éstas “digan” lo que sienten los personajes si hace falta. Ojo, disminuir la dosis no quiere decir abandonar tu habilidad para describir sensaciones, solamente dosificar, para que la lectura sea más fluida y atrapante. Dos cosas técnicas para terminar: 1) Releer el relato en busca de repeticiones. Al principio del relato tienes demasidas “miradas”, hay que buscar sinónimos o decir otras cosas. O también partículas repetidas, como la que te mostré en el caso de la tormenta: el lector entiende la primera vez 😉 confía en él!. 2) Los guiones de diálogo indican cuándo empieza a hablar el personaje. Si pones punto y aparte, y entonces otra vez guion, es porque habla otro. Si quieres hacer punto y aparte porque su parlamento es largo, pero que siga hablando el mismo, debes abrir comillas. Hay un post en el blog de Iria donde explica todo el tema. Bueno Leonardo, espero no haberte dado demasiada lata, y que te haya aportado en algo. Tienes potencial y muy buena energía, así que a seguir, te leo la próxima!! De nuevo gracias por tu comentario a mi relato, y que tengas un feliz 2015!!
leonardo
05/01/2015 a las 18:06
Hola Marcelo, mucas gracias por tu comentario, me ha aclarado muchas cosas, me ha gustado lo positivo que me comentaste pero me ha enseñado mas las cosas que consideras que debo cambiar, muchas gracias por tu tiempo, saludos y buen año!!!
Ángel Gabriel
07/01/2015 a las 01:53
Realmente Marcelo Kisi, se salto la barda con una muy buen análisis minucioso, de una contribución muy positiva en la crítica que hace del trabajo arriba descrito, ya casi no deja nada al asar para comentar, es como aquel que se ha comido toda la carne y solo nos dejo los puros huesos, ja,ja,. Solo lo que puedo agregar es que el final me gusto mucho, es muy sentimental, la descripción de los personajes y su edad, considero que esta bien plasmada. Por lo demás coincido con Marcelo. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELICITACIONES!!!!!!!!!!
Lee el mio es el 106 LOS BALSEROS.
leonardo
07/01/2015 a las 20:36
Muchas gracias Ángel por tu comentario y tu tiempo, por cierto ya he comentado tu relato, saludos!! 🙂
KMarce
28/01/2015 a las 21:19
Creo que estos ensayos no ponen en duda la capacidad artística, el ingenio y creatividad. Ya me he leído un tercio de los trabajos del mes y encuentro talento.
Pero coincido com Marcelo, la historia tuvo ese hueco, muy dulce el romance, pero la escena del naufragio la noté impositiva, quizás porque sentiste que encajaba con la temática.
No pierdas la perspectiva del narrador. El diálogo de Mil me pareció extendido. Y el mal uso de los guiones me perdieron ya que cada apertura, indica un nuevo interlocutor.
Para diálogos extensos, el consejo de Marcelo es excelente. También puedes usar recurrir al narrador omnisciente para las descripciones que en lenguaje coloquial nadie habla así, pero al narrador se le permite ser tan poético porque es su trabajo: narrar lo que se ve y lo que no se ve.
En el “big picture” tu historia es dulce, y las posibilidades de ese pasado revelado, las opciones pudieron ser infinitas.
Adelante vas por buen camino.
KMarce
28/01/2015 a las 21:23
Disculpas por mis errores ortográficos, y cambiarle el nombre a Nil. Estoy con una tablet con auto corrección. Solo con el afán de seguir leyendo fuera de casa. Feliz día.