Literautas - Tu escuela de escritura

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Una X en el calendario - por M. H. Heels

Web: http://mhheels.wordpress.com

El pitido del despertador le taladraba los oídos. No sabía cuánto tiempo llevaba sonando pero no se atrevía a apagarlo. Hacía unas horas que la luz de la habitación se había apagado con un chasquido. El lado racional de su cerebro pensaba que la bombilla había fallado, pero su instinto creía que habían sido ellos, aquellos entes que habitaban su casa y que aborrecían la luz.

Pero era tarde y el despertador seguía sonando. Tenía que levantarse ya. Estiró el brazo previendo lo que iba a pasar: en lugar del despertador, tocaría una de aquellas caras desfiguradas. Probablemente metería los dedos entre sus dientes o tocaría unos ojos sin párpados con la punta de sus dedos.

Su mano se posó por completo encima del despertador, sin que nada se hubiera interpuesto en su camino. Con el dedo índice deslizó el botón y el despertador dejó de sonar. Suspiró. Ahora tenía que levantarse.

Salió de debajo de la seguridad de sus mantas sin abrir los ojos. Presentía que había varios de ellos en su habitación, observando cada uno de sus movimientos, esperando a atacar. No quería verles. Bajó los dos pies de la cama a la vez, sentándose en el borde. Esperó que aquellas manos frías y huesudas salieran de debajo de la cama, agarrándole de los tobillos.

Se levantó sin problemas y caminó con los ojos cerrados hasta la puerta. En cuanto entrase la luz del pasillo en la habitación todos se esfumarían de su vista. Algo le rozó el brazo y se quedó paralizado. Odiaba trabajar en el turno de noche. Prefería las mañanas, con toda esa luz entrando por las ventanas.

Respiró hondo. Era demasiado tarde y no podía perder más tiempo. Avanzó de nuevo, dispuesto a enfrentarse a lo que le hubiera tocado. Alargó la mano intentando apartar el pánico de su mente. El Dr. Sanders tenía razón, no podía permitir que controlasen su vida. Se agarró al pomo de la puerta como si le fuera la vida en ello, abriéndola de golpe.

Abrió los ojos en cuanto notó la luz a través de los párpados. Nada. Allí ya no estaban. Fuera lo que fuese lo que le había rozado desapareció a la luz amarilla del pasillo. Encendió todas las luces del resto de la casa y se metió en la ducha. En un descuido, el jabón se le metió en los ojos haciendo que los cerrara. Al igual que sabía que a oscuras era mejor tener los ojos cerrados para no verles, sabía que en cuanto abriera los ojos se encontraría con uno de ellos cara a cara, a un palmo de su nariz. Sabía, incluso, cuál de ellos sería: el adolescente pálido de ojos redondos y negros. Podía intuir su figura esquelética dentro de la ducha, con el agua resbalándole por el pelo negro. Podía llegar a sentir su presencia y su no-respiración. Abrió los ojos poco a poco, no le quedaba más remedio. Entre sus pestañas no vio más que los azulejos de la pared del fondo, no había nada más allí.

Salió de la ducha sin mirarse al espejo, temía que le hubieran dejado algún mensaje escrito en el mismo, y volvió a la habitación para vestirse. Al pasar por el pasillo vio una sombra al fondo. Entró en la habitación corriendo, con el corazón palpitándole a toda prisa. Escuchó los pasos acercarse, cansados, arrastrando los pies. La sombra se proyectó en la puerta. Ya no tenía forma de escapar. Un sudor frío le resbaló por la espalda y comenzó a verlo todo como a través de un túnel: estaba a punto de desmayarse.

-Cariño, date prisa o llegaras tarde – dijo su madre desde la puerta – ¿te preparo un café?

-Si – respondió con la voz entrecortada.

Marcó una X en su calendario. “Otro día sin incidentes” pensó, aun sabiendo que era mentira. Se sentía enfermo. Sentía que su vida se escapaba de su control. Quizá era el momento de volver a ver al Dr. Sanders y retomar la medicación.

Comentarios (14):

Luis A.R. Selgas

28/11/2014 a las 12:23

Hola amiga. Me encanta tu historia. Y como no iba a ser así, si estás en tu salsa en medio de las penumbras. He notado, sin embargo, que has aplicado un toque de gamberros momento. Te han dicho que hagas una historia de miedo y es la primera vez que creas un entorno en el que quizás todo lo que vemos es falso. Genial. Adoro tus relatos, son simplemente fantásticos y para el que no los conozca que se pasa por tu web a co probarlo. Un gran saludo y nos leemos.

Wolfdux

28/11/2014 a las 17:39

¿Alargar la mano y tocar una cara desfigurada? Madre mía… Me da un yuyu si me pasa, jajaja.

Me ha sorprendido gratamente que no pasara nada al final, mejor, no me gustan los sustos. Pones todos los ingredientes para que pase algo y ¡ZAS!, nada. Repites la formula un par de veces y a riesgo de poder caer en una repetición que diluya todo lo conseguido, consigues con cada una de ellas una atmósfera cargante, no me ha gustado leerlo. (me he puesto tenso)

Pero el objetivo era esa ¿no? Así que excelente trabajo, me quito el sombrero.

¡Felicidades!

M. H. Heels

28/11/2014 a las 17:48

Como bien dice Luis, esta vez he sido un poco gamberra y en una historia de miedo me apetecía que, al final, no hubiera historia de miedo.

Siempre he pensado que el peor terror es el psicológico. Sobre todo aquello a lo que tememos de manera irracional, aún sabiendo que no tenemos nada que temer.

Quería jugar con eso. Me alegra que os haya gustado. Muchas gracias!

Cesar A. Martin

28/11/2014 a las 18:41

Enhorabuena, una escena muy bien montada, si señor. Se nota que te apasiona el tema. Consigues mantener la tensión con un toque socarrón, mezcla muy difícil, por cierto. Además cierras muy bien la historia. Un saludo

Paola

28/11/2014 a las 19:23

Menos mal que mañana es sábado y no suena el despertador, el lunes ya veremos!
Lo que más me ha gustado es esa especie de montaña rusa que creas llevándonos a un estado de tensión que posteriormente desinflas con la realidad y luego… vuelta otra vez… Ha estado muy bien.
ciaociao Paola (105)

Iracunda Smith

29/11/2014 a las 16:12

¡Hola M.H!
Me encantan los relatos que te dejan con la duda de si el protagonista está loco o, efectivamente, le rodean fantasmas.
No he podido evitar pensar en el capítulo de Dr. Who de los angeles asesinos esos, cosa que me encanta (si no lo has visto te lo recomiendo, creo que se titula “Parpadeo” o algo así).
Un abrazo, ¡nos leemos!

P.D. Párrafo 2 -> aiss que asquito.. 😛

Peter Walley

30/11/2014 a las 14:59

Buenas M.H.,

Me ha gustado mucho la historia, sobre todo la descripción de cómo avanza a oscuras en la primera parte me ha dado miedo. Bien hecho, nos leemos.

Roger/NHICAP

01/12/2014 a las 09:34

Hola M.H.
Sabía que no me defraudarīas. Me ha gustado y lo he leído inmerso en el clima de creciente angustia que vas creando al lector segùn avanza el texto. Me gustö el recurso de como empleas la oscuridad: se cierran los ojos, el mundo es oscuro, y aparece el miedo a ver que hay al abrirlos de nuevo.
Muy bueno, en estructura, ritmo, frases y léxico.
Me gustan tus relatos. Felicidades y hasta otra.
Un abrazo

Fernando Sanz Félez

01/12/2014 a las 11:07

Guau…
Magnífico.
No tengo palabras.
Es absolutamente terrorífico. El miedo interior que siempre busca autoajustarse, explicarse, a sí mismo para seguir existiendo. No hay motivos, la inteligencia y la imaginación los crea. Aterrador.
El ritmo pausado, como normalizando los hechos, es genial. Te sientas en la cama lentamente y esperas, como si tal cosa, que aparezcan unas manos que te arrastren. No ocurre, pero podía haber pasado. Tranquilos, nos dices con suavidad. Es lo normal. Pero no, no es lo normal, responde mi inteligencia, es espeluznante.
La sombra, la madre, el doctor, las pastillas, los fantasmas interiores que son absolutamente lógicos, monstruosamente lógicos. Todo es lógico. Terrible.
De verdad, magnífico.

M. H. Heels

02/12/2014 a las 11:58

Muchas gracias a todos, habéis conseguido sacarme los colores… En realidad es un relato del que no estaba muy convencida, pero gracias a vosotros ya lo miro con otros ojos.

De nuevo gracias, de corazón 🙂

Emmeline Punkhurst

02/12/2014 a las 22:09

Hola M.H.:
Un relato muy logrado. Ese tira y afloja de que va a ocurrir algo que luego no pasa ayuda a mantener la atención en todo momento. Además, el final creo que le va como anillo al dedo, jugando con la locura del protagonista y sus falsos monstruos.
Debes estar orgullosa… ¡felicidades!

David Rubio

03/12/2014 a las 00:26

Un relato muy bien narrado y escrito, aunque eso en ti es sello de autor. Quizás hay una repetición al principio, de esas que por más que revisas no encuentras ” atrevía a (apagarlo). Hacía unas horas que la luz de la habitación se había (apagado) Una tonteria.
en cuanto a la historia, el suspense el miedo está muy bien conseguido, nada es más terrorífico que estar en la cama y encontrarte algo al abrir los ojos. Ese final esquizofrénico es adecuado, al menos para la extensión de 750 palabras. Otro final más elaborado hubiera sido imposible.
Muy buen relato, Heels. saludos

José Torma

04/12/2014 a las 18:03

Hola M.H.

Hace algunos años fuimos a acampar al bosque en Nuevo Mexico, a mi me toco la tarea de recolectar leña para la fogata. Audaz mexicano que soy, me meti al bosque a cumplir la encomienda, solo para en un par de minutos empezar a pensar… «¿Que haria si me sale Jason ahorita?», no te digo la locura que siguio, solo te dire que gritaba tan fuerte que fueron a buscarme. La mente es muy poderosa y cuando te dice que el maullido del gato es el grito de un monstruo? no hay poder humano que te haga cambiar de opinion.

Muy logrado tu relato, felicidades y por favor, no dejes de tomar tus medicamentos jaja

Saludos

Aurora Losa

12/12/2014 a las 09:31

Desde luego has planteado la escena de este mes de una forma muy original, el miedo sin el miedo, algo así como pasa con la película de “Los Otros” de Amenabar cuando descubres la verdad al final.
Me gusta mucho cómo has ido planteando esta historia a la inversa, mientras tendemos a partir de situaciones normales que se “paranormalizan”, tú has planteado una situación paranormal que se normaliza. Y lo has hecho de forma magistral.
Sabía que no me defraudarías, jiji.

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