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Un Halloween infernal - por Jennifer

En una fría noche de octubre un grupo de amigos deciden hacer una fiesta en un lúgubre cementerio para celebrar que es Halloween.
—¡Esto es la hostia!—Grita uno de los chicos saltando por las tumbas.
Sus compañeros rompen en carcajadas, mitad por ver a su amigo “hacer el mono”, mitad por la que llevan encima.
Adentrados ya en el cementerio divisan una antigua lápida que, por la apariencia que tiene, debe de tener muchos años, incluso siglos. Sin pensarlo dos veces se sientan en ella, creando una especie de cuadrado pequeño. Y la fiesta comienza.
Tras una hora bebiendo y fumando, Paola se queda mirando con firmeza una de las lápidas que tiene en frente. Le parece que unos cuervos les están observando… ¿Pero es posible eso?
—¿Qué te pasa?—Pregunta Julio.
—Nada.—Responde aún mirándolos.
La chica acaba pensando que lo ve a causa de lo que ha bebido y fumado… y decide dejarlo pasar.
De repente aparecen de la nada dos jóvenes… con cara de pocos amigos.
—Tienen buena pinta, ¿verdad hermano?—Dice uno de ellos.
Su compañero simplemente le sonríe.
—¿Qué tiene buena pinta?—Pregunta con chulería Dani.
Los hermanos se miran y comienzan a reírse a carcajadas dejando a la vista unos largos colmillos.
Los cuatro amigos se miran asustados, preguntándose si lo que ven es una ilusión… o es la realidad.
Pero no esperan a una respuesta; salen corriendo como si la vida les fuera en ello… aunque, en realidad, es así.
Los dos hermanos comienzan a correr tras ellos, pero con total tranquilidad; saben que no se les escaparán.
Y el juego empieza.
Los hermanos hacen que el grupo se deshaga, quedando dos para cada uno. Pero, en cambio de matarlos al instante, juegan con ellos.
Vlad se abalanza sobre uno de ellos como un tigre haría con su presa. Le propina un profundo mordisco en su brazo izquierdo y… lo libera para encargarse de su compañera, que lo observa aterrorizada y llorando a mares.
—¿Por qué nos hacéis esto?
Recibe como respuesta una larga y aterrorizadora carcajada por parte del ser, que provoca que la sangre se le congele en las propias venas.
Su compañero lo copia con los dos amigos restantes… pero siendo aún más salvaje.
Pasan lo que para esos amigos son horas siendo perseguidos y mordidos por esos dos desalmados… Que se divierten escuchando como los amigos suplican por su vida… o que, directamente, se la quiten para descansar de esa tortura.
Pero los dos hermanos tienen mejores planes para esos cuatro jóvenes, algo que hacían sus “antepasados”; llevarlos a su casa y colgarlos como si de cerdos en una matanza se tratase.

******
Un año más tarde una joven pareja pasea con tranquilidad por una desértica calle la noche de Halloween.
Dos jóvenes aprovechan la tranquilidad de la pareja para atacarles. Les dan un golpe en la cabeza, dejándoles inconscientes.
Al despertar se percatan de que están atados boca abajo… y que están acompañados de muchos jóvenes en su misma situación… pero ensangrentados.

Comentarios (4):

Anoide

30/11/2014 a las 00:56

Hola, Jennifer. Vengo a dejarte mi modesta opinión y a ver si te puedo echar un cable.

La idea del relato, en sí, no es mala. Lo que pasa es que veo dos grandes problemas que van de la mano:

1. Un clásico: cuentas más que muestras. Podrías haberte recreado en lo bien que lo estaban pasando los chicos al principio, luego en el nerviosismo y el terror, en el disfrute de los vampiros… En definitiva, en los sentimientos y en las acciones que llevan a cabo. Te has limitado a contar lo que ocurre como si fueras un simple testigo de los hechos. Detalles como estos enriquecen mucho un texto. La voz del narrador debe aparecer lo justo y necesario, ya que quienes deben llevar la batuta son los propios personajes.

2. Por esto que te comento, no empatizo con los personajes. Son meras piezas que cumplen su función y a las que olvido una vez que dejo de leer, ya que no recuerdo su sufrimiento, su angustia…

Creo que si arreglaras estos detalles, tu texto ganaría mucho en calidad. Escribes bien de por sí, así que no debería ser un problema para ti 🙂

Y bueno, esto es sólo mi opinión como lectora. Siempre digo que los consejos son libres de tomarse o no, pero yo quería comentártelo con la mejor de las intenciones.

¡Un saludo!

Denise

30/11/2014 a las 21:40

Estoy de acuerdo con Anoide; si bien es cierto que lo de “mostrar en vez de contar” lo tomo con pinzas, creo que en este género es fundamental para crear la atmósfera necesaria. Sin atmósfera ni empatía es un poco difícil asustar o angustiar. Ni siquiera lo logré yo con mi cuento, aunque usé todos los recursos a mi alcance para acercarme lo más posible.

Y voto por vampiros más siniestros XD

Wolfdux

01/12/2014 a las 10:57

Pensar en miedo y escribir en vampiros sería lo normal, pero llevo muchos relatos leídos este mes y eres la primera que los a usado, y he pensado: ¡Por fin!

Lástima que como bien han comentado no has conseguido que el lector empatice con las víctimas, parte fundamental en un texto de esta temática.

¡Nos leemos!

Pato Menudencio

02/12/2014 a las 19:44

Hola Jenni, fui uno de los comentaristas anónimos. Así que las sugerencias respecto al texto ya fueron dichas.

Saludos, nos leemos.

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