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Siete minutos en el cielo - por Pato Menudencio+18

Web: http://menudencio.wordpress.com/

Por fin Teresa tendría la oportunidad de estar a solas con Carlos.

Estaban en el último año de instituto, y junto a Vicky, Gustavo, Mariana y Vicente formaban un grupo inseparable.

Desde pequeños que Teresa sentía algo por Carlos. Puede ser su aire desgarbado, o su forma de ser que le recordaba a alguien mayor. No lo tenía claro, pero estaba loca por él.

Los padres de Gustavo habían comprado hace poco una casa, y para celebrarlo se fueron de la ciudad dos días, por lo que este organizó una fiesta para sus amigos.

Teresa estaba nerviosa, tendrían la casa para los seis y tanto Vicky como Mariana prometieron que le ayudarían para conquistar a Carlos.

Llegó la noche y la fiesta había empezado, la cerveza abundaba y no tardaron en animarse.
—Está “filete” la casa— dijo Vicente, que apenas modulaba después de cuatro “piscolas”—, tus viejos debieron pagar mucha “plata” por ella.
—Nada de eso— dijo Gustavo—, la casa estaba regalada, mis padres la compraron por la mitad gracias a un pequeño detalle.

—Ya, ya— dijo Mariana guiñando un ojo a Teresa—. Dejen de dar la lata, animemos esta fiesta. ¿Les parece que juguemos a “Siete minutos en el cielo”?

—Parece que estás viendo muchas películas adolescentes gringas— interrumpió Carlos— ¿De qué se trata el juego?

— Simple— Dijo Mariana—, hacemos girar una botella y una pareja elegida se besará durante 7 minutos en un armario.

—Suena rico— dijo Vicky con la cara roja de alcohol.

Los jóvenes se sentaron en la alfombra alrededor de la botella. Mariana la hizo girar. Durante toda la semana había planeado este juego para ayudar a Teresa. Con un hábil movimiento de manos logró que su amiga y Carlos fueran los primeros elegidos.

Teresa, que estaba mareada después de tres daiquiris, subió primero las escaleras hasta llegar al armario de la habitación de los padres de Gustavo. Adentro estaba todo oscuro y era incapaz de ver más allá de su nariz. Entre el encierro, el calor y el nerviosismo, la cara de Teresa ardía. «En unos segundos llegará Carlos», se repetía para si una y otra vez.

Sintió el ruido de la puerta al abrirse y la silueta de Carlos entró para encontrarse con ella.

—Carlos, no sabes cuanto esperaba esto.

Un dedo en sus labios la hizo callar. Sin esperar respuesta se besaron.

Teresa estaba en la gloria. Desinhibida por el alcohol, se dejaba llevar por las caricias de Carlos que iban subiendo de intensidad. De pronto sus manos buscaron por debajo de su blusa.

—Es… Espera— dijo Teresa tratando de controlarse— no deberíamos…
Carlos no hizo caso. Las caricias continuaban. Le acarició los pechos con delicadeza, mientras la otra mano buscaba sus muslos por debajo de la falda.

— ¡Debemos parar!— dijo Teresa acomodándose la ropa—Yo bajaré primero para que no nos molesten tanto. Si quieres —sonrió— otro día podemos terminar lo que empezamos.

Teresa bajó las escaleras feliz por lo sucedido. Tal vez fue un poco rápido, pero sabía que una vez terminado el año todos partirían a otras ciudades para comenzar la universidad. Ahora podrían pasar el resto del tiempo que les queda para estar juntos.

Llegó a la sala y su euforia se transformó en incredibilidad cuando vio a Carlos sentado con el resto del grupo.

—Perdón Teresa por no subir— dijo Carlos—, mis padres me llamaron al móvil y tuve que contestar.

La piel de Teresa perdió su color en fracción de segundos. Sin responder, corrió hacia el baño aturdida por lo que pasaba. Tomó agua y al mirarse en el espejo todo se volvió aún más horrible.
Unas marcas de sangre en forma de manos estaban por todo su cuello, sus pechos y en sus piernas.

Aterrada, decidió marcharse cuanto antes del baño. Giró hacia la puerta, y unas manos la detuvieron en seco.

Levantó la mirada y vio el rostro un joven pálido como la muerte, que aún tenía las marcas del labial de Teresa en su cara. Trató de zafarse y vio en las muñecas del joven dos tajos que goteaban sangre putrefacta…

Sólo los gritos de ella alertaron a sus amigos, que la encontraron completamente sola y sin sentido tirada en el piso.

Tres meses después, cuando Teresa fue dada de alta en el psiquiátrico, el resto del grupo acordó que nunca le revelarían que la razón de por qué los padres de Gustavo compraron tan barata la casa fue el suicidio del hijo mayor de los antiguos dueños…

Comentarios (22):

Moria

28/11/2014 a las 14:05

¡Buenísimo, Pato! Me encantó jaja me trajo muchos recuerdos y sensaciones. La única vez que jugué a esto me dieron una cachetada en la cara y la mano me quedó marcada durante días.
Bien redactado. Fantasmofilia a otro nivel jaja.

¡Abrazos!

Diego Manresa Bilbao

28/11/2014 a las 14:56

Pato,
Me ha gustado mucho tu relato, esta muy bien narrado, como siempre haces, pero creo que esta vez te ha quedado un poco peor, no hay demasiado factor sorpresa… Es bastante complicado la verdad este mes, creo que para el tema del terror hay que tener mucha experiencia escribiendo,el mio no da ningun miedo por ejemplo…
Aun asi, espero impaciente mas relatos!!!!
Nos leemos!!!

Anoide

28/11/2014 a las 15:32

Muy bueno, Pato, aunque predecible. Yo creo que éste va a ser un problema en muchos relatos este mes ya que, para mí, poco queda de sorpresa en el género :S

Coincido con los compis: muy bien narrado. ¡Pobre Teresa, que solo quería un beso de Carlos!

Un saludo.

Paola

28/11/2014 a las 16:29

Los siete minutos del armario, muy buenos, yo creía que no iba a salir de ahí, al final sobrevive, cosa que me gusta en este tipo de relatos, casi siempre los protagonistas mueren destripados.

Si te aburres, el mio es el 105 ciaociao Paola

Darkristal

28/11/2014 a las 17:05

Me gusto la forma en la que esta narrado, aunque, desafortunadamente he leído demasiados creepy pasta, me iba inventado el siguiente párrafo y al leerlo, acertaba :c
Eso es, autospoiler XD

Ah y tal como los creepypasta, la protagonista termina en un psiquiátrico XD

Igual me gusto XD

PD: Que fantasma tan lujurioso, creo que eso fue lo que dejo pendiente en vida XD

Roger/NHICAP

28/11/2014 a las 18:57

Hola Pato,
Se notan los recursos del autor. Una narración sencilla, coloquial, sin excesos literarios. Nos engatusa con el grupo de jóvenes, la fiesta y el juego. Se intuye que en el armario se cuela otro en lugar de Carlos pero…un giro brusco y la reencarnación de un espíritu se aprovecha de
Teresa. Fenómeno. El final, pues de de miedo, para cumplir la escena.
Enhorabuena.
Un abrazo
Enhorabuena

Chiripa

29/11/2014 a las 03:27

Antes que nada, agradezco tus comentarios (privado y público) a mi relato. Este género se me da poco y es difícil convencer a todos los gustos.

Acerca del tuyo:
Aunque me confundieron un poco tantos nombres, a mi tu relato me parece muy ágil, con descripciones que hacen sentir un nudillo anticipatorio en el estómago.
El juego que escogiste para tus jóvenes me disparó al pasado: lo jugué con todas las penitencias imaginables. 😉
Me gustó que en espárrago final lo cerraras retomando aquel comentario de Gustavo acerca del “pequeño detalle”.
Un saludo y enhorabuena

Marazul

29/11/2014 a las 22:30

Es verdad que la mayoría de las historias de miedo son protagonizadas por jóvenes. Los que se van de excursión, los que se reúnen en una cabaña alejada del mundanal ruido….los que hacen jueguecitos…..Y esto de los juegos da para muchas historias, sobre todo si hay alcohol por el medio y casas con misterio. La tuya, Pato, me ha parecido que está muy bien llevada. Escribes muy bien y eso es lo que importa, en este caso, cómo lo cuentas.
Un saludo. Marazul

Aldo Brov

30/11/2014 a las 16:16

Hola Pato, lei tu relato y me gustaria hacerte algunos comentarios. A veces me pregunto si solo deberia limitarme a dar un comentario superficial, algo como: “Me gusto mucho tu relato, felicitaciones, si quieres lee el mio que es el nro 20” o si puedo tomarme el atrevimiento de hacer un comentario mas profundo, es por eso que si te interesa escuchar mi opinion, te pido que me pases tu email escribiendome a aldobrov@hotmail.com

En caso que no te interese, solo me limitare a decir:

Me gusto mucho tu relato, felicitaciones, si quieres lee el mio que es el nro 20

🙂
Saludos

fernando sanz félez

30/11/2014 a las 16:50

Hola, Pato. Tu cuento me dejó, como han dicho muchos comentarios, con la sensación de estar viendo una película americana tipo “Highschool friends VI” Todos la hemos visto o nos la han contado a los quince años alrededor de una fogata en el campo.
¿La virtud? Pese a eso, se lee bien. Y eso no es fácil. Ágil, con su lógica interna y entretenida.
Un detalle, cuando vuelve nadie cae en que tiene el cuello lleno de sangre…
En fin, un saludo.

Pato Menudencio

30/11/2014 a las 17:30

Hola chicos, gracias por los comentarios.
Admito que el relato no fue un derroche de originalidad, por eso tengo una idea en mente para desquitarme, pronto se las haré saber.

Respecto a la pregunta de por qué los amigos no advirtieron la sangre. Es por dos motivos:

1- Las huellas estaban en la parte posterior del cuello, por lo que el pelo impedía verlas. Un descuido mio, ya que en la edición corté ese detalle.
2- Estaban borrachos.

A partir de mañana leeré con mayor detalle los textos, de momento estoy atascado con unos asuntos del trabajo.

Nos leemos

Denise

30/11/2014 a las 21:30

Sólo quiero decir que la idea de sentirse manoseada por un muerto me dio escalofríos.

Aurora Losa

01/12/2014 a las 08:54

Uff, qué dificil concentrar tanto en tan poco.
Me encanta la descripción del momento en el armario, muy vívido.
Al principio sí te diré, que hay un par de incongruencias con los tiempos verbales, pero luego no vuelve a suceder.
Y con respecto al conjunto, creo que el límite te jugó una mala pasada y tuviste que acortar momentos que ganarían con más espacio para desarrollarlos, como el momento del baño o qué relación hay entre el comportamiento sexual del fantasma y el motivo de su suicidio.

Wolfdux

01/12/2014 a las 10:11

Un gran relato Pato. Quizás para algunos es algo típico, pero yo que trato de evitar mirar películas o leer libros de terror o miedo lo he leído de un tirón.
También he de decir que me esperaba que no entrara él al armario, pero me engañaste cuando dijiste que Teresa vio la silueta de Carlos al entrar. (aunque estas perdonado porque Teresa iba borracha y con ganas de Carlos… jeje)

De todas formas, un relato magnífico.

¡Nos leemos!

Maureen

01/12/2014 a las 18:55

Me gusta mucho la escena en el armario: se intuye que quien está con ella no es Carlos pero eso en lugar de quitársela, le da mucha fuerza a esa parte, ya que la felicidad de ella resulta incomodísima y algo desagradable.

Sergio Mesa

01/12/2014 a las 19:31

wenas Pato!
muy bueno el cuento. el ambiente adolescente y le mal rollo creciente está clavado ^^
sólo dos cositas. por un lado, ¿por qué entrecomillas “filete”, “piscolas” y “plata”? ya sean usos regionales o argot adolescente no veo la necesidad de resaltarlas con las comillas, les quitan frescura. y yo personalmente hubiera soslayado más la frase en la que el hijo de los dueños dice que la casa les costó poco a los padres. tal y cómo está escrita tiene un neón luminoso anunciando que va a ser importante y cuando lo resuelves queda un poco redundante. pero vamos es mi opinión 😉
un saludo, amigo. nos leemos!
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/

Emmeline Punkhurst

02/12/2014 a las 21:22

Muy bueno, Pato. Siempre me han entusiasmado las historias de miedo con adolescentes. Eso de tener las hormonas revolucionadas y meterse en sitios poco recomendables da mucho juego.
Me he quedado leyendo palabra por palabra hasta el final porque sabes mantener la tensión. ¡Felicidades!

Osvaldo Mario Vela Sáenz

03/12/2014 a las 23:42

Buen trasbajo Pato. Primero un titulo sugerente que te mueve a seguir leyendo al notar el rumbo de la historia. Picara forma de atracción. Narracion muy bien llevada hasta el final. Me perdí un tanto cuando “su padre había comprado hace poco”. Creo que iría major “poco antes”. Por lo demás muy bien. Enhorabuena.

Anoide

04/12/2014 a las 07:08

Muchas gracias por tu comentario en mi relato, Pato 🙂 Sólo una pregunta: ¿qué significa “te hago un queque”? Me dejaste confusa, jajaja.

Un abrazo.

Ryan Ralkins

09/12/2014 a las 22:10

Tu cuento me recordó mucho a Scary Movie 2 cuando Shorty esta con la fantasma y le pone una bolsa en la cabeza…xd.
En fin, tu cuento me dio un miedo terrible. Eso de una persona estar enamorada de alguien y se percata de que es un fantasma cuando se estaban besando y tocando…se me paran los pelos.
Buen relato, buen cuento.
Saludos.
(No quiero jugar a ninguno de esos juegos y cuando tenga novia, le voy a sacar sangre en un dedo con una aguja para ver si sangra. Si lo hace no es una fantasma, xd.)

lunaclara

17/12/2014 a las 10:39

Qué miedo, Pato! Las descripciones son muy buenas. Felicidades!!

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