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El muelle - por Wolfdux

Web: http://www.wolfdux.blogspot.com.es

Ferdinand y Serge se subieron al coche que había parado delante de ellos.

—Llevamos veinte minutos esperándote Robert… —gruño el más bajo quitándose las gafas de sol.

—Me encontré tráfico por el camino —explicó a modo de disculpa el conductor—. ¿Ha ido bien? —preguntó a Ferdinand quien se había sentado en la parte de atrás.

—Sí. Tenemos el dinero, lástima no poder ver la cara de estúpido que ha tenido que poner al no encontrarlos —contestó soltando una carcajada.

—Perfecto. ¿Qué os parece comer algo antes de ir para el muelle? —sugirió Robert tras oír la buena noticia.

Sus compañeros se miraron y asintieron. Robert se giró, agarró el volante y apretó el acelerador. Se alejaron de allí, conduciendo hasta la ciudad en busca de un lugar donde comer.

Llegaron al muelle cuando el sol comenzaba a ocultarse, el olor a sal inundaba el lugar y el oleaje audible muy levemente chocaba contra las rocas. Los tres hombres bajaron del coche y se acercaron a la puerta.

Se encontraron con el interior completamente a oscuras, las luces de emergencia estaban encendidas y a duras penas.

Ferdinand se adelantó y caminó hasta la caja de fusibles, la abrió y tras observar que habían saltado los magnetos, los volvió a subir. El almacén se iluminó por completo durante un segundo, luego, unos chispazos en la caja de fusibles volvió a dejarlo a oscuras.

—¡Mierda! —se quejó—. Hay algo que lo hace saltar… —concluyó dirigiéndose a sus compañeros que lo observaban desde detrás.

—Creo que tengo una linterna en el coche —anunció Robert—. Voy a buscarla.

Cuando salió por la puerta del almacén observó a un hombre que miraba con curiosidad el interior de su coche.

—¿Necesitas algo? —preguntó Robert con desconfianza cuando se acercó al desconocido.

El hombre le miró sorprendido y frunció el ceño.

—Perdona, he visto tu coche y pensaba que era el de un amigo —se excusó—. Me habré equivocado.

Robert se encogió de hombros y se acercó al maletero. El hombre, con el rostro empapado en sudor, se volteó y subió a un descapotable rojo. Le dedicó una última mirada a Robert y se marchó. Éste, esperó hasta que lo perdió de vista para abrir el maletero y buscar la linterna.

Extrañado volvió al interior del almacén y se encontró a Serge tirado en el suelo. Se aproximó a él percatándose de que un hilo de sangre le salía de la oreja, cayéndole por el rostro. Robert acercó el oído a la boca de éste pero no escuchó nada.

—Serge, reacciona… —habló al tiempo que notaba como se le aceleraba el pulso.

Un sonido procedente del fondo del almacén le sobresaltó y alumbró con la linterna a toda prisa.

—Socorro… —gimió alguien en la lejanía.

—¿¡Ferdinand, eres tú!? —preguntó alzando la voz.

El sonido de unas cadenas volvió a sorprenderle, notó como se le encogía el estomago. Tras caminar unos pasos, se paró y miró con atención mientras alumbraba el oscuro almacén.

—¡Ferdinand! —volvió a gritar.

Escuchó un gruñido detrás suyo. Corrió asustado hasta las escaleras, sin mirar atrás, comenzaba a subirlas cuando agarrándose en la barandilla notó un líquido espeso y caliente. Se alumbró la mano y vio que era sangre. Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, retrocedió y se apoyó de espaldas contra la pared. Escuchó aterrado como algo se acercaba a él en la oscuridad, por lo que corrió escaleras arriba hasta llegar al despacho. Cerró la puerta y alumbró el interior cada vez más asustado, respirando con dificultad.

En el suelo se encontraba Ferdinand con una horrible herida en la pierna. Estaba inconsciente, por lo que trató de levantarlo.

—Ferdinand. Estoy aquí —le dijo mientras lo cargaba en su hombro—. ¿Qué ha pasado?

Al no obtener ninguna respuesta, decidió escapar de allí. Con su compañero a cuestas salió del despacho y se dirigió a la salida de emergencias que había cerca de allí. Miraba con recelo por todos los rincones, temiendo que algo se le abalanzara encima. Cruzó el pasillo, ya veía la puerta cuando ésta se abrió bruscamente.

El hombre que minutos antes se había encontrado fuera merodeando, acababa de entrar golpeando la puerta con fuerza.

—¿Dónde están los niños? —quiso saber éste apuntándole con un revólver.

—¡Eh! ¡Eh! ¡Tranquilo! —dijo retrocediendo—. No sé de qué estás hablando, pero tenemos que salir de aquí ahora mismo.

—¡No te muevas! No saldremos de aquí hasta que tu amigo no me diga dónde están.—espetó señalando a Ferdinand.

Comentarios (26):

Fernando Sanz Félez

28/11/2014 a las 12:32

¿¿¿¿¿????? ¿¿¿Pero esto qué e lo que e????
¡¡¡Esto es un sindios!!!
Fantástico relato. Pero me niego a tener que esperar al mes que viene para tener la continuación… Exijo que la pongas como un comentario…
jejeje
Fantástico. Pero, ahora en serio, es una auténtica decepción que no haya explicación. ¿Qué ha ocurrido? ¿Quién es quién? ¿Qué dinero y a cuenta de qué? ¿La cara de quién había que haber visto? ¿Quién es el del descapotable? ¿Por qué no hay luz? ¿quién ha golpeado a Serge? ¿Quién ha herido a Ferdinand? ¿Quién se aproxima en la oscuridad? ¿Quién pide ayuda?
Repito, ¿esto qué e lo que e?
Enhorabuena.

Moria

28/11/2014 a las 13:25

¡Buena, Wolfdux! 😀
Me uno a Fernando jaja, espero que haya continuación en el blog al menos. Me hizo pensar mucho en “En el Juego del Miedo 3” jaja no se parecen en nada, pero la situación de las personas que se encuentran como si ambas ya vinieran de un suceso anterior me dio el golpecito.
Te corrijo una cosilla nada más 😛 cuidado con los “dijismos”. Siempre es mejor poner “dijo”, que verbos como “anunció”, “explicó”, “excusó”. Trata de que la acción te diga la forma.

¡Abrazos!

Virginia Figueroa

28/11/2014 a las 16:19

Joer! perdón, Wolf, quiero decir… guau!! Es un no parar de acción, me gusta!! Hace que todo el rato me esté preguntando cosas y participe en la historia. Me gusta como recreas el miedo de Robert.
Un apunte sólo. Cuando se dirigen al muelle y bajan del coche y se acercan a la puerta, tardas en decir de dónde y eso hace que me pierda un poco.
Un abrazo!!!

Wolfdux

28/11/2014 a las 16:33

Gracias a los tres por pasaros por aquí. Anoto todas vuestras sugerencias para el futuro.

Este relato es una continuación del relato del mes pasado “Columpios oxidados”. Los tres comentaristas me han dicho que no entendían nada de nada, jeje. Y razón no les falta. Así que les pido disculpas. (era un riesgo que tenía que correr)

Un@ de ell@s me ha dicho que no entiende porque pongo doble espacio en los diálogos cuando en los libros no sale. Y le he estado dando vueltas, mirando que el formato de la página no haya hecho alguna trastada y sigo sin comprender a qué se refiere. ¿Alguien puede resolverme la duda?

Os pongo el enlace del relato:

http://wolfdux.blogspot.com/2014/11/taller-columpios-oxidados.html
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-19/1959

¡Nos leemos!

Anoide

28/11/2014 a las 17:02

¡Te odio por dejarlo así! ¡No pedí una continuación para esto! 😛

Cómo te pasas… Has sabido sacarle mucho provecho al relato del mes pasado. Coincido con Virginia en el apunte que te hace, yo también me perdí ahí un poco. Y el final me parece muy brusco. Sin duda, eso era lo que tú querías, pero no deja de resultarme algo chirriante.

Por lo demás… Wow. Es que casi ni me enteré de que llegaba al final. Se lee del tirón, es directo, de fácil comprensión en realidad, muy rápido. El momento de acción es el que más me ha gustado.

¡Y no dejo de preguntarme qué has hecho con los niños!

Anoide

28/11/2014 a las 17:04

Ups, ya había enviado cuando me ha salido tu comentario, Wolfdux, pero supongo que se refieren a que dejes esa “línea” en blanco entre línea y línea, en vez de seguir inmediatamente debajo de la anterior. No sé si me explico. Personalmente lo hago también así por comodidad visual. No es lo mismo ver una masa ingente de letras que ver los párrafos y las líneas de diálogo claramente definidos.

M. H. Heels

28/11/2014 a las 17:09

Si, si, si, si! Me gusta y mucho. Sobre todo me gusta lo que no cuentas: las preguntas sin respuesta, que ha pasado y que va a pasar. Me encantan las medias historias y las ganas de saber más de lo que pasa y ha pasado.
Se te da muy bien la acción y me encantan tus historias. Felicidades.

Wolfdux

28/11/2014 a las 18:00

Referente al apunte que comentáis Virginia y Anoide no tengo excusa. Releyéndolo otra vez, el paso intermedio me lo ventilé, jeje. No digo en ningún momento que entren a ningún sitio… En mi cabeza sabía hacia donde se dirigían pero me equivoqué al no incluirlo. 😛

Lo del doble espacio también lo hago por comodidad visual, no me gusta escribir párrafos muy extensos, a parte que tengo la manía de separar los diálogos de lo que no es diálogo. (¿Si lo hago siempre igual no está mal no? Jeje)

Y el tema de los niños… A ver que tema nos proponen este mes en el taller… Jajaja.

M. H. Heels, gracias por tus palabras. ¡Suben la moral!

Marcelo Kisi

28/11/2014 a las 19:48

Ey, Woldfux, primero: brillante la idea de continuar el relato tomando las consignas del taller como desafío! Me tuve que ir al link que pusiste a ver de qué venía la cosa, pero ahí me tienes, esperando la continuación, a ver cómo te las apañas el mes que viene. Relatas como un maestro del suspenso mezclado con un cierto estilo comics (Sin City?) de los de antes, impecable! Yo también, por aportarte algo, señalaría que se te escapan aquí y allá repeticiones: comer-comer, a oscuras-a oscuras, varios “coche” juntos, y hay alguna otra. Hasta la próxima! 🙂

Wolfdux

28/11/2014 a las 19:53

Gracias Marcelo, intentaré estar más atento la próxima vez.

El tener el relato fresco en la cabeza hace que mientras reviso lea recordando lo que he escrito en vez de leer lo que realmente pone… Es lo que tiene tener 15 días como mucho para dejarlo reposar, y eso si el primer día escribes el relato, jeje.

Miedo me da saber el tema del próximo taller, jaja.

José torma

28/11/2014 a las 22:50

Te felicito amigo, encaja perfectamente con el anterior capitulo y si bien el miedo era que no lo terminaras, creo que encontraste un tema que te va a dar tela. Me arrepiento tanto de no haber tomado el mismo riesgo, yo escribi una continuacion, pero dude que no fuera a ser comprensible y pues me fui por una alterna que fue, por no encontrar una palabra menos dramatica, horrible jaja, pero aqui estamos hablando de ti y me gusto mucho. Arre pa’lante a buscar a esos niños.

Wolfdux

29/11/2014 a las 11:59

Muchas gracias José. Siempre estas a tiempo de hacernos llegar esa continuación en futuros talleres o en el blog, sabes que te leeremos, jeje.

¡Nos leemos!

Eva

30/11/2014 a las 14:22

hola!
Que me quedado en ascuas!!! Bien hecho! parece el guion para una peli de terror

Roger/NHICAP

30/11/2014 a las 22:42

Hola Woldux,
Fantástica historia. Soy otro de los perplejos con ese final. Me gustó lo bien que engancha y después te lleva la narración. Al principio me pregunté, ¿por qué nos cuenta que el tipo más bajo se quita las gafas?. Sigo emocionado con la intriga y al final, ¡plaf! :¡este Woldux ha chuleado a la audiencia! Muy bueno. Pues a ver que nos cuentas el mes próximo.
Felicidades por lo bien que lo has hecho.
Un abrazo

Aldo Brov

30/11/2014 a las 23:27

Hola Wolfdux, eres de los buenos y no hay duda que aqui hay horas de experiencia. Sabes enganchar al lector, y el estilo y tono que usas es envidiable.

Lei este relato primero y luego fui al del mes pasado, lo mas interesante fue como cambio mi punto de vista de los personajes luego de leer el primero. Pense que el tipo del descapotable rojo era el malo, pero luego todo cambio.

Soy de los que prefieren escribir para el taller cuentos que no tengan continuacion, para aprovechar la variedad y probar diferentes cosas, y no tener que seguir con el mismo estilo, punto de vista y tono que el mes anterior. Escribiendo tan bien como escribes aprovecharia a continuar mis historias directamente en mi blog, ya que debes tener varios seguidores. Pero eso no quita que uno disfrute leyendo una historia continuada.

Saludos

Si tienes tiempo, pasate por el mio:
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-20/2126

Saludos

Wolfdux

01/12/2014 a las 09:39

Eva, muchas gracias.

Roger, es un honor que hables tan bien del relato, muchas gracias. Voy a tener que sudar tinta en el siguiente taller para estar a la altura de las expectativas creadas, jejeje.

Aldo, hoy que se terminan mis vacaciones, y me has dado una alegría ya de buena mañana, gracias. Lo de hacer una continuación tampoco es que fuera una de mis prioridades, ya que como bien dices, también intento hacer experimentos raros y aprovechar la mano dura de los comentaristas durante los talleres. Pero en esta ocasión el experimento fue hacer una continuación fuera cual fuera la premisa a seguir. Y ahora estoy obligado, creo, a continuarla ya que si no carecería de sentido este relato. Sobre los seguidores del blog, supongo que algún que otro compañero de Literautas, lo será o quiero pensarlo, jeje, pero te animo a que te pases por allí. Aquí tienes el link:

http://www.wolfdux.blogspot.com.es

David Rubio

02/12/2014 a las 00:37

Hola Wolfdux, al leer ese ¿dónde están los niños? me di cuenta que estaba relacionado con el mes pasado. Formalmente está muy bien, con las cosillas que te han comentado.
Los signos en las intervenciones de los diálogos están perfectos y el espaciado es estético, no se a qué se referían los comentarios…
En cuanto al fondo es difícil valorarlo, no podemos saber a dónde vamos. Me ha gustado el desarrollo de las escenas, todos los movimientos tenían una finalidad.
Un abrazo!!

Chiripa

02/12/2014 a las 01:22

¡Eso no se vale Wolfdux! Estas dos van siendo una novela por entregas.
De ahora en adelante te llamaré el “Suspense Master”.

Sigo en el gancho, siempre te leo con agrado.
Gracias por pasarte por mi relato. ¿Feliz retorno al laboro!

Wolfdux

02/12/2014 a las 11:40

David, muchas gracias por pasarte por aquí.

Chiripa, me queda muy grande esa etiqueta, jeje. Pero gracias por el cumplido.

¡Nos leemos!

Emmeline Punkhurst

02/12/2014 a las 21:10

Hola Wolfdux:
Creo que te ha pasado como a mi y, de miedo miedo, nuestros relatos no son. Pero ¡qué narices! Está fenomenal contado, con mucha acción y tensión hasta el final. Sólo hay un problema: ¿qué es lo que ha pasado antes y lo que pasará después? Da para alargar un poco la historia, ¿no crees? 😉

Aurora Losa

03/12/2014 a las 10:06

Dos apuntes que me han fallado un poco:
“y a duras penas.” (a duras penas ¿qué?)
“decidió escapar de allí. Con su compañero a cuestas salió del despacho y se dirigió a la salida de emergencias que había cerca de allí.” (quitaría el segundo “allí”)
Y ahora las felicitaciones, Wolfdux.
Me chifla la forma en que has continuado la historia de la escena anterior. Pensándolo bien, me parece que las premisas de diciembre se prestan al desenlace final, pero eso ya es cosa tuya.
Me ha gustado más esta parte que la anterior, tiene mucho más ritmo, aunque es difícil entender una sin la otra.
Un buen trabajo de continuación, sí, señor.
Espero ansiosa el desenlace.
Saludos.

Wolfdux

03/12/2014 a las 13:52

Emmelie, gracias por tu comentario.

Aurora, tomo nota de tus sugerencias. Pues la intención es alargarlo todo el taller (si soy capaz, claro esta) aunque este mes ya me va a costar horrores poder enlazarlo… Así que no sé que pasará… ¡Gracias!

Osvaldo Mario Vela Sáenz

04/12/2014 a las 00:02

Wolfdux historia muy bien llevada. Me sorprendió encontrarme al final con la expresion requerida en el taller anterior y por un momento pense en haberme equivocado de pagina. Pero al leer el comentario de Jose T. me ubiqué de Nuevo en la realidad. Enhorabuena. otra expresion para tu conocer “Echale pa’ delante”.

Wolfdux

04/12/2014 a las 11:05

Gracias Osvaldo por pasarte por aquí.

Pato Menudencio

05/12/2014 a las 18:01

Como digo algunas veces:

Es tu deber moral continuar esa historia, XD. Quiero saber más.

Bien narrada y muy ágil.

Saludos

Wolfdux

05/12/2014 a las 18:58

Gracias Pato. Veremos que sale este mes… Jejeje.

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