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Hambriento - por Miles+18
Abrió los ojos y sintió una punzada en el estómago. Emitió un tosco quejido y sintió cómo su interior se revolvía como huevo pasado por agua. No pudo contenerse y vomitó sobre sus pies. Fue un vómito desagradable y doloroso. Tuvo dos arqueadas que le irritaron la garganta. Sus ojos azules se cubrieron de lágrimas y pensó en su madre.
\"Se va a disgustar por los zapatos\", fue exactamente el pensamiento. Su cabeza se llenó de fantasmas y temores, castigos y sermones. Otra oleada de vómito irrumpió en su garganta pero esta vez pudo controlarlo. Alzó la cabeza y recordó que aún estaba en el colectivo que lo llevaría hasta la nueva escuela en la calle Sarmiento.
-Vaya primer día, pensó, mientras las miradas descaradas del resto de los pasajeros le golpeaban en el rostro sin piedad alguna. Se levantó de un salto y tocó el timbre. El pesado autobús se detuvo abruptamente, y aunque bajó sin mirar atrás pudo sentir esas miradas silenciosas pero acusadoras que decían \"vomitaste\".
El humo del vehículo revivió las náuseas y cayó pesadamente de rodillas al suelo arenoso. El vómito fue más violento. En la mezcla asquerosa que hace unas horas había sido un rico sándwich, notó oscuras manchas de sangre. Sangre opaca, sangre coagulada. El niño se asustó profundamente y una brisa de aire helado le recorrió por todo el cuerpo. Pero su mente infantil, perturbada por el dolor y el malestar, sólo repetía como un viejo tocadiscos la desgracia de haber vomitado sus zapatos. Entre el delirio de imaginar a su madre frente a la puerta de su habitación con una varilla de treinta centímetros, su cerebro captó un atisbo de la realidad que percibió levemente entre una mezcla de gritos y voces humanas algo distantes.
-Lo que me faltaba, ahora vendrán a socorrer al niño vomitoso, pensó frustrado.
Cerró los ojos y se quedó inmóvil para engañar a la vergüenza. Ya casi sentía la presencia de algún caballero o una anciana realizando la más estúpida y típica de las preguntas:
-¿Estás bien hijo?
Pero no ocurrió nada. Sólo el malestar en su estómago que avanzaba como locomotora a toda marcha, la misma sensación de náuseas y la imagen de su gorda madre castigándolo sin piedad.
Abrió los ojos y desafío al destino. Levantó la cabeza y no comprendió lo que estaba viendo. A unos cinco metros un hombre muy gordo y pesado vomitaba constantemente sobre el asfalto. Su rostro regordete estaba rojo y sus labios hinchados como frutas maduras. Detrás de él, una muchedumbre corría de un lado al otro. Caos.
Lo hacían como animales salvajes. Vio a dos niñas vomitar. Segundos después las niñas estaban encima de una anciana que gritaba desesperadamente. Le mordieron el cuello. Las muñecas. Una de las niñas corrió con un pedazo de carne entre sus diminutos dientes. Una mujer era alcanzada por cinco hombres que vestían uniformes de bomberos. El alarido desgarró el cielo cuando le arrancaron una pierna.
El niño sonrió. Los gritos ilógicos le despertaron el apetito. Estaba hambriento y no sentía miedo. Pronto las náuseas se desvanecieron y dejó de sentirse avergonzado por haber vomitado. Se levantó tambaleante. Cuando sus ojos azules apuntaron una presa, dejó de preocuparse por volver a su casa con los zapatos arruinados.
Comentarios (3):
José Torma
05/12/2014 a las 01:25
Hola Miles.
Vamos primero por lo mejorable. Los dialogos, internos o normales llevan marca de inicio y de terminacion, tu lo pones en el incicio y no lo cierras o utilizas un metodo que no conozco. A mi me gusta, para los dialogos internos, poner comillas (« ») y el dialogo normal con guion largo.
Tienes una parte que la inicias como dialogo pero no sigues la regla:
“-Vaya primer día, pensó, mientras las miradas descaradas del resto de los pasajeros le golpeaban en el rostro sin piedad alguna. Se levantó de un salto y tocó el timbre. El pesado autobús se detuvo abruptamente, y aunque bajó sin mirar atrás pudo sentir esas miradas silenciosas pero acusadoras que decían \”vomitaste\”.”
«Vaya primer día», pensó, mientras las miradas descaradas del resto de los pasajeros le golpeaban en el rostro sin piedad alguna. Se levantó de un salto y tocó el timbre. El pesado autobús se detuvo abruptamente y aunque bajo sin mirar atrás, pudo sentir esas miradas silenciosas pero acusadoras que decían «¡Vomitaste!»
Si me permites el atrevimiento, creo que veras que con muy poco logras una mejora notable. Se que con una revision lograras mejorar esos pequeños detalles.
Me gusto que al final fuera un apocalipsis, no lo llamaria zombie porque el niño mantiene la conciencia (no que sepamos mucho de los ficticios zombies jaja).
Si me quito lo quisquilloso de la forma, creo que es un relato entretenido.
Ojala mis palabras te sirvan. Te dejo un enlace que a mi me ayudo mucho a entender el funcionamiento del dialogo y tambien te recomiendo compres el libro de Iria sobre el tema.
http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/tecni/guiones_de_dialogos.htm
Saludos y felicidades
Marcelo Kisi
05/12/2014 a las 17:22
Hola Miles!
Tu forma de narrar me hizo sentir como sen un kayak por los rápidos: pasan cosas todo el tiempo a un ritmo parejo, y después el kayak llega a una catarata y se desbarranca todo. Me gustó eso. Tenés imaginación y pintás la escena de un modo divertido. Los consejos de José son excelentes. Te agrego un tema de estilo: simplificá, no te compliques tanto pensando que para escribir bien hay que escribir de modo difícil, elegante, o lo que sea. El precio que estás pagando es el de fórmulas no del todo logradas o a veces inadecuadas o deslocalizadas. Nada, por tomar un ejemplo: si ubicás la trama en Buenos Aires, ahí nadie dice “Vaya primer día”, y dudo también de “¿Estás bien hijo?” El susto da escalofríos o te hace erizar la piel, pero hacer venir brisas heladas suena raro 😉 “gorda madre” suena un poco forzado. Y así otras cosas. Como dice José, podés mejorar sin demasiado esfuerzo. En este caso, yendo por lo más simple. En lugar de tratar de escribir en “alto nivel”, que suena un poco forzado, empezá por relatar como si estuvieras hablando, y a partir de ahí ir refinando. Espero que te sirva, suerte!
Angel Gabriel.
17/12/2014 a las 03:06
Es entretenido el relato, para mi aparte de lo apuntado por José Toma, solo podría agregar que a mi criterio falto algún dialogo para hacerlo más relajante, pero en términos generales, es una buena historia, muy bien lograda. ¡¡¡¡¡¡¡FELICITACIONES!!!!!!!