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Areye - por Anoide
El sol aún no ha salido cuando el aire se torna gélido.
Me inquieta tal cambio de temperatura en el interior de la casa; ya llevo un rato despierto y estoy seguro de que el mercurio marcaba antes un punto bastante más alto en el termómetro. Ahora puedo ver mi aliento arremolinándose en nubecillas que se deshacen a medida que se elevan. Intrigado, abro la ventana para asomarme al exterior… Donde la temperatura es fresca pero agradable.
Algo no está bien y no logro discernir qué. Mi cuerpo, sin embargo, se anticipa ante lo que a mí se me escapa: tengo erizado todo el vello del cuerpo y no es por el frío. Detecto un movimiento al otro lado de la habitación; cuando soy capaz al fin de comprender, el corazón se me desboca.
Areye.
«No otra vez, por favor».
Trago saliva antes de aproximarme apenas unos pasos. Necesito comprobar que es ella aun estando seguro de que no puede tratarse de nadie más, pues su silueta esbelta no deja lugar a dudas.
En su presencia, mi cuerpo deja de responder para pertenecerle. Mi mandíbula se tensa, mis manos tiemblan y las rodillas se me aflojan; trato de tranquilizarme pero mi respiración es incontrolable. Cierro los ojos para imaginar que no está ahí pero, al instante, vuelvo a abrirlos por el temor de no encontrarla más.
Me divido entre huir y enfrentarla. No habría lugar seguro para mí después de marcharme, pues ella me acabaría encontrando; tampoco tengo agallas para buscar una confrontación. Areye siempre gana.
Se mueve hacia mí. Avanza con movimientos rápidos pero elegantes, y yo solo atino a observarla en silencio.
No me da tregua cuando retrocedo. Busco con la mirada un lugar donde esconderme pero, a mi espalda, todas las puertas se cierran antes de alcanzarlas. Ni pensar en pedir ayuda: nadie podría oírme desde aquí.
Huyo a toda prisa por el pasillo, desesperado. Sé que me persigue pero no soportaría volver la vista y verla tan cerca, ella con su aire regio y yo tan desvalido. Una mirada bastaría para hacerme caer, y ese sería mi final. La imagino caminando sin prisas a sabiendas de que al final me atrapará; su mirada apuñalando mi espalda y su vestido de terciopelo deslizándose mudo por el suelo.
Mi corazón late con tal ímpetu que tengo que detenerme en las escaleras a respirar. Estoy exhausto cuando apenas he avanzado y la garganta empieza a quemarme por el frío pero no puedo quedarme aquí…
Solo una ojeada atrás basta para toparme con los ojos inhumanos de Areye. Se clavan en mí con tal fuerza que me tambaleo desprovisto de toda voluntad, cayendo aun sintiendo el suelo bajo mis pies.
Me va a estallar el corazón.
¿Cómo puedo seguir corriendo? El pánico me oprime el pecho y trepa por mi garganta amenazando con ahogarme. No veo, no oigo, ni siquiera sé ya dónde estoy. Huir es lo único claro en mi mente enmarañada.
El muro con el que me golpeo vuelve a dejarme sin aliento pero, esta vez, el choque es real. Palpo horrorizado hasta darme cuenta en medio de aquella semioscuridad de que no hay escapatoria, pues el pasillo no tiene salida. La puerta de entrada ha desaparecido.
—No…
Un sollozo de impotencia se me escapa al derrumbarme, tapándome la cara como si así pudiese evitar lo que va a ocurrir. Mi estómago se contrae con horror ante la perspectiva del enfrentamiento.
Areye traza un paso tras otro. Temblando, cuento los segundos que tarda en llegar.
«Hazlo ya», suplico para mí. Una muerte rápida es todo lo que puedo pedir.
Me abandono al llanto sin más pretensiones de huir. Desde que apareció y la esquivé por primera vez, Areye me ha vuelto a encontrar cada ocasión en que me creía a salvo. Quizá sea mejor acabar con todo, pues las pastillas ya no controlan mi ansiedad y mis nervios se desbocan a la mínima oportunidad.
Pero cuando, antes del fin, alzo la mirada para otorgarme un momento de valentía, Areye se ha desvanecido. Pestañeo con incredulidad, casi sin atreverme a moverme, y entonces me doy cuenta de que las primeras luces del amanecer se asoman tímidas por la ventana.
Me levanto despacio llevándome la mano al pecho. Deshago mi corta carrera hasta el dormitorio para luego volver otra vez sobre mis pasos y cerciorarme de que realmente se ha ido.
A pesar de estar solo, no logro tranquilizarme. Areye me encontrará.
Comentarios (31):
Diego Manresa Bilbao
28/11/2014 a las 12:28
Anoide!!!!
Decirte que he sido uno de los comentaristas anonimos de tu relato, y felicitarte ahora publicamente por lo bien que esta… Muy bien escrito!!!
Parece que siempre tenemos algo en comun en los relatos jejeje
Nos leemos!
Anoide
28/11/2014 a las 13:47
No me digas que otra vez coincidimos… ¡Jajajaja! En un minuto me paso a leer el tuyo, ¡qué curiosidad!
Muchas gracias por tu comentario, Diego. Estoy muy contenta con los tres que recibí así que, sea cual sea, fue constructivo y agradable de leer.
Un abrazo 🙂
Anoide
28/11/2014 a las 13:51
Se me olvidaba añadir algo que me apetece explicar a modo de curiosidad, ya que se sacaron interpretaciones bastante dispares del relato. La motivación que me llevó a escribirlo fue mi tremenda fobia a las arañas y todas las sensaciones que tiene mi pobre protagonista son las que yo experimento cuando veo una… Incluido el miedo a perderla de vista por si luego no la encuentro para matarla 🙁 Y que “areye”, en haitiano, significa precisamente “arañas”.
De hecho, estaba atascada con la tarea este mes porque escribí dos relatos pero ninguno me convenció. Y de repente, me encontré una araña en mi cama. Lo demás salió solo, jejeje… Por una vez tengo algo que agradecer a esos bichos del demonio.
Diego Manresa Bilbao
28/11/2014 a las 13:59
Jajajajaja… You fui el que te dije que si era una pesadilla, de alguna mujer o antigua novia que habia muerto… Parece que me deje llevar por las pequenias similitudes que pensaba que podia tener con el mio…
Muy bien escrito otra vez!!!!!
Diego Manresa Bilbao
28/11/2014 a las 13:59
P.D: Yo tambien tengo fobia a las aranias
Anoide
28/11/2014 a las 14:19
Pues por las dudas: no, no era un sueño 😛 Todo pasa de verdad. La imaginé a ella como una especie de demonio…
Paola
28/11/2014 a las 16:43
Creo que el no entender qué o quién es Areye es un ingrediente más en el suspense de la historia, de esa manera te apetece seguir leyendo para ver si has conseguido adivinar… ¡Yo he perdido, en ningún momento se me hubiera ocurrido pensar que era una araña!
Escribes muy bien, enhorabuena.
Si no sabes que hacer…el mio es el 105 ciaociao Paola
Darkristal
28/11/2014 a las 17:17
Si no fuera por los comentarios, me quedaba con la idea de que la protagonista tenia esquizofrenia y que los medicamentos ya no le estaban haciendo efecto XD
Poco me iba a imaginar que era una araña haitiana.
ya de pensar en ese trastorno me da miedo, así que lo has logrado, aunque sea con una araña.
Wolfdux
28/11/2014 a las 17:25
Un relato correctísimo. Bien escrito y una historia que engancha. ¡Felicidades!
Marcelo Kisi
28/11/2014 a las 20:33
Hola Anoide! Me encantó tu relato. Impecablemente escrito. La perla principal en mi opinión es el hecho de que el perseguido conoce a su perseguidor. Hay aroma a continuación desde un pasado, como si fueran dos viejos conocidos, amantes o adversarios. ¿Qué tal agregarle alguna alusión al respecto? ¿De dónde se conocen? ¿Cómo empezó la persecución? Aunque sea con insinuaciones. No sé, es algo que haría yo, pero quizás le daría más consistencia al hecho de que el perseguido conoce el nombre del bicho. Fuera de eso, espeluznantemente delicioso, bravo!
Cesar A. Martin
29/11/2014 a las 07:14
Después de leer tu relato me alegro de haberte seguido. La anterior escena me gustó pero esta me ha encantado. Conduces toda la historia de forma magistral, mantienes la tensión y la intriga, los detalles que ocultas le dan mucha vida y el ambiente y el lenguaje están muy conseguidos. Después de ver tu comentario la segunda lectura es mucho más rica, aunque me quedo con la inquietud que me produjo la primera lectura. No se si ha sido intencionado pero se reconoce la influencia del romanticismo oscuro del XIX. De cualquier forma es muy elegante. Enhorabuena y saludos de un seguidor.
Moria
29/11/2014 a las 14:05
¡Excelente, Anoide! Contiene de pies a cabeza todas las partes y sustancias de un clásico de terror. Y no hay nada como trasladar el miedo de uno mismo a la hoja y transformarlo en el miedo de un personaje. Te aplaudo por esta imagen tan nítida: “su mirada apuñalando mi espalda y su vestido de terciopelo deslizándose mudo por el suelo”.
¡Saludos!
Anoide
30/11/2014 a las 00:22
Mil gracias a todos. He pasado ya por vuestros relatos para devolveros la lectura y dejaros mi opinión 🙂
Paola, dudé mucho si poner una frase al final en alusión a la araña o dejarlo tal cual. Al final opté por mantenerlo así porque pensé lo mismo que tú.
Darkristal, creo que también se podría interpretar así como tú pensaste y también quedaría bien. No quise especificar quién o qué es Areye para dejar al lector imaginar lo que más le apetezca. Además, me dio la libertad de imaginar al personaje no como una araña, sino como algún ente maligno… Vamos, que aunque todo me lo inspirara la maldita araña, no hay araña alguna en el relato 😛
Wolfdux, muchísimas gracias. Después de haberte leído estos dos meses, ¡me parece todo un halago viniendo de ti!
Marcelo, te comento lo mismo que a Darkristal: decidí no dar más información porque, aparte de parecerme que lo que no se cuenta también dice mucho, creo que da más libertad para que cada uno pueda imaginarse lo que quiera. No soy muy partidaria de dar todo masticado al lector y decir que tal cosa es así, y aquella otra es asá. Manías de cada uno, supongo, aunque tengo muy en cuenta tu consejo. De hecho, ¡me has dado ganas de escribir la precuela!
Cesar, más me alegro yo de que te haya gustado. Gracias por tus palabras, ¡alegra tanto ver tal aprecio! En uno de los comentarios que recibí me dijeron que les recordaba a E. A. Poe. No me creo yo para tanto, desde luego, pero es todo un halago, ¡jajaja!
Moria, gracias a ti también. Después de leer tu relato, créeme que más halagada me siento aún. El tuyo es fascinante.
lunaclara
30/11/2014 a las 01:10
Muy bueno Anoide!! Cómo dominas las descripciones!! Guau, te felicito.
Paola
30/11/2014 a las 12:47
Gracias, Anoide, por tus comentarios, los tendré en cuenta la próxima vez
Peter Walley
30/11/2014 a las 15:25
Muy muy bien contado, yo durante mucho tiempo tampoco me dí cuenta de que era una araña (soy así) pero leyéndolo con cuidado sí que se ve. las descripciones perfectas. Enhorabuena.
Chiripa
30/11/2014 a las 20:41
Hola Anoide, la aracnofóbica
Primeramente ¡gracias por pasarte por mi relato y comentarlo!
Con respecto al tuyo he de decirte que es tal cual un clásico. Me hizo temblar de miedo, ese miedo de no saber a qué.
!Enhorabuena!
Bego
30/11/2014 a las 21:13
Es genial!! jamás hubiera imaginado que era una araña, más que nada por la obsesión que tiene por el protagonista, tambien pensé que era el ente de una antigua novia muerta…
Me gusta como relatas, tomo nota para futuras publicaciones!!
Y gracias por tu comentarios!!
Un saludo.
Denise
30/11/2014 a las 21:25
No me había dado cuenta de que era una araña, pero ahpra me explico lo de los movimientos elegantes. Y me hiciste acordar un poco al tema “Lullaby” de The Cure XD
Por lo demás, el relato funciona de maravilla sin ese dato extra, como funciona también sin historia detrás, en ese sentido estoy totalmente de acuerdo con vos. Lo más terrorífico es lo que se libra a la imaginación del lector, ya lo sabía Henry James cuando escribió Una Vuelta de Tuerca.
Ryan Ralkins
30/11/2014 a las 23:25
Tremendo cuento. Lo comparo a una canción que comienza suave y luego va subiendo de tono hasta llegar al climax.
Debo decir que creí lo mismo que Darkristal al leerlo por vez primera. Seguiría creyéndolo si no fuera por los comentarios.
Saludos.
Marazul
01/12/2014 a las 17:00
Hola Areye: tu relato es muy bueno por la angustia y la intriga que consigues transmitir al lector. La forma “en crescendo” muy adecuada pone nervioso a cualquiera.
Por otro lado decirte que lo importante, según mi opinión, no es en lo que se inspiró el autor. Para mi lo importante es lo que transmite, y las diferentes lecturas que puede tener el texto dependiendo de los ojos que lo lean. Eso es fantástico…!
Nunca hubiera imaginado que te inspiraras en arañas, pero si nos lo cuentas es una anecdota que se agradece conocer.
Yo pensé que se trataba de la depresión. Algo que domina al que la padece(como mencionas pastillas), va y viene y no se puede controlar.
Un relato muy bueno. Saludos. Marazul
Marazul
01/12/2014 a las 17:05
Perdona Anoide me acabo de dar cuenta de que me he dirigido a ti con el nombre de tu protagonista jajajajaj……Disculpa por favor, y más sabiendo que Areye significa araña en haitiano. Otro saludito
Roger/NHICAP
01/12/2014 a las 18:32
Hola Anoide,
Llego tarde y veo que ya te han dicho todo. Te dirë que a mitad del relato me puse algo nervioso, pensé en un demente huyendo de su obsesiva imaginación.
Buen relato, trasmites agobio al lector con las descripciones precisas.
Felicidades
Un saludo
David Rubio
02/12/2014 a las 00:45
Un relato muy bien llevado, Anoide. Esa amenaza etérea, sin forma definida, acechante pero nunca hiriente. Se divierte apretando pero sin ahogar. Muy bien porque deja la duda de si es real o no y eso le da mucho más misterio. Que sea una araña es algo que se dice fuera del relato, como los lectores no sabemos, en mayoría, haitiano el mero nombre no dice mucho en este sentido.
El ritmo, la relevancia de los movimientos que se cuentan están muy bien. Se nota que llevas relatos en tu espalda.
Un gusto leerte!!!!
Anoide
02/12/2014 a las 07:42
Buenos días. Aprovecho el camino hasta la facultad para responderos 🙂
Muchas gracias a todos por leer y por vuestros comentarios. Sois muy amables, en serio, así dan más ganas de seguir escribiendo. Me levantais la moral 😛
Me gusta que cada uno haya sacado su propia conclusión del relato. Prefiero que os quedeis con vuestra visión antes que con la mía, de hecho. Si es lo que os ha sugerido al leer, no puede ser errónea.
Marazul, si no lo llegas a mencionar en el segundo comentario, ni me doy cuenta… No te preocupes, jajaja 😀
De nuevo, ¡gracias! Un abrazo.
Emmeline Punkhurst
02/12/2014 a las 21:06
Hola Anoide:
Mmmm, una fobia. ¡Qué buen terreno para explorar en una historia de miedo! No te diré nada que no te hayan dicho antes. Simplemente es un relato que mantiene la tensión hasta el último momento, con un clímax que no llega a culminarse que, a mi modo de ver, es muy acertado. No me ha costado nada leerlo y eso quiere decir que has creado un argumento intenso e interesante.
¡Muchas felicidades!
Pato Menudencio
02/12/2014 a las 22:37
Guau. Después de leer tu relato, quiero usar una expresión de mi país. “Te hago un queque”.
Muy bueno el relato, uno de verdad siente la presencia de Areye. La imaginaba bella, pero representando a la muerte en persona.
Felicitaciones por tu historia.
Anoide
04/12/2014 a las 07:06
Gracias a los dos por tomaros el tiempo de leer. Es un gusto ver que lo disfrutasteis 🙂 ¡Saludos!
Luchiflús
04/12/2014 a las 12:20
Me ha gustado mucho! no imaginé que sería una araña, yo me decanté más por una niña espíritu o algo así, jajaja
De todas formas ha habido un momento en que no sabía si seguir leyendo o no porque me empezaba a dar bastante miedo y luego sufro las consecuencias! jajaja
Pero me ha encantado la forma en que lo has escrito y he seguido hasta el final ^^ Muy chulo!!!
Anoide
05/12/2014 a las 15:34
Wow, ¿en serio? No esperaba asustar a nadie, jajajaja. Aunque suene raro, ¡qué alegría asustarte!
Muchas gracias Luchiflús, un abrazo 🙂
José Torma
09/12/2014 a las 00:42
Muy bueno, muy bien escrito y solo lamento haber leido el comentario que era de arañas, pero no desmerecio.
Felicidades muy pulcro, fluido, da gusto leer cuando es asi de facil.
Saludos