Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

El amorcillo pensador - por Libres de Lectura

Web: http://libresdelectura.blogspot.com.es/

Lloraba. Estaba cansado de llorar. Llevaba toda una vida llorando. ¿Pero qué era llorar para él? Esa agua que siempre le resbalaba por la cara, día tras día, pero no salía de sus ojos. ¿De dónde salía? Inmóvil, con su cuerpo en una posición estática, no sabía de dónde procedía aquella agua que al caerle de los ojos él pensaba que era llorar.

Tenía miedo, las caras de la gente estaban desfiguradas, no era cómo creía que debían ser. Y todo empezó a volverse misterioso y terrorífico desde que comenzó a llorar. Porque no todo había sido siempre llorar. Cuando lo colocaron en aquel lugar, hacía ya muchos años, él veía las cosas de otra manera. Él tenía una sonrisa en los labios que ahora parecía haber desparecido. Pero eso era imposible. Él era una piedra inmóvil. Los ojos de la gente se diluían en sus caras, las cuales se deformaban en figuras líquidas con las que soñaba noche tras noche, cuando la gente dejaba de pasar por delante. Su día era un calvario en el que luchaba por cerrar unos ojos inertes para evitar ver aquellas figuras que se desmoronaban ante él. Su noche era una pesadilla en la que solo quería mantenerse en vilo para no soñar con ellas.

—————————————————————————-

Cierto día, el agua que saltaba de la fuente de aquel emblemático parque situado en el centro de la ciudad como escape a la ingente polución del ambiente, dejó de correr. Algo o alguien decidió que ya era hora de derrochar agua simplemente por estética. Y un cierto número de transeúntes, aquellos con el tiempo, o las ganas, suficientes como para observar a su alrededor descubrieron que, detrás de aquel antiguo chorro de agua, se encontraba un pequeño amorcillo con una sonrisa en sus labios.

——————————————————————————

Miraba la vida, sonreía con placer. ¿Y si aquello era la felicidad? ¿Y si consistía en luchar por apartarse del engaño de nuestra mente, del engaño de nuestra percepción?

Comentarios (3):

Diego Manresa Bilbao

29/11/2014 a las 20:38

Un relato muy simpatico, bien pensado el narrarlo desde el punto de vista de una estatua!
Nos leemos!

Emmeline Punkhurst

02/12/2014 a las 22:22

Hola Libres…:
Un relato muy original. La verdad es que lo tuve que leer dos veces para darme cuenta de quién era el protagonista, pero ha merecido la pena. Esa sensación de desfiguración por el efecto del agua, me parece un elemento muy currado.
Tan sólo una pregunta: en el párrafo donde pones que “alguien decidió que ya era hora de derrochar agua”, ¿querïas decir de “dejar de derrochar agua”?

Aurora Losa

11/12/2014 a las 12:34

Miedo no da, pero bonito, un montón.

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *