<< Volver a la lista de textos

Lo que mata es la mezcla - por Denise

Web: http://primeranaturaleza.blogspot.com.ar

De pronto, algo la sobresalta. El regreso a la realidad ha sido tan brusco que, por unos instantes, no sabe dónde está. Desorientada, mira a su alrededor, y de a poco la realidad va regresando a ella.

La señorita Eliana está sentada en un banco del patio. Evidentemente se ha quedado dormida, pero está segura de que no ha sido por mucho tiempo, ya que el timbre es lo que la ha despertado. El patio está vacío, por lo que supone que todos los chicos ya deben estar de nuevo en clase.

Se pone de pie. Se siente algo mareada; el patio se ve extraño y parece dar vueltas a su alrededor. Apoyando una mano en la pared, avanza con cautela para no caerse.

Suena la alarma de su celular: son las once de la mañana. A duras penas logra recordar que le toca dar Ciencias Sociales. ¿Qué tema era? Todavía se lo está preguntando, cuando llega a la puerta de su aula. Está vacía.

¿Dónde están los niños? Repentinamente, el cielo se oscurece; la señorita Eliana levanta la vista. La luna ha tomado una coloración rojiza que baña todo.

Ya no se siente mareada, pero las baldosas del patio siguen ondulando bajo sus pies. Vuelve a recorrer el lugar con las manos apoyadas en las paredes, aunque parecen inclinarse amenazantes hacia ella.

¿Dónde están los niños? Un movimiento llama su atención: uno de los portones que conducen al patio techado se ha abierto. Más allá sólo se ve oscuridad. La señorita Eliana se acerca dando un paso por vez, mientras intenta controlar su ansiedad.

Asoma apenas la cabeza, y entonces vuelve el mareo, esta vez acompañado de náuseas, como si la entrada diera a una especie de pozo inclinado a punto de devorarla. En seguida, el eco de un murmullo apagado. Con el temor en el cuerpo y la voz de la conciencia en la cabeza, la señorita Eliana decide avanzar hacia el ruido.

¿Dónde están? Luego de una eternidad caminando a tientas, guiándose sólo por el oído, alcanza por fin la entrada del pasillo donde están las aulas de primer y tercer grado. Allí el murmullo es más claro: gruñidos y chapoteos, quizás un arrastrar de pies… Las voces le ponen la piel de gallina.

Apoya el cuerpo contra la pared, y con el corazón que se le quiere salir del pecho, la maestra traga saliva y se asoma.

Allí están los niños: en el fondo del pasillo, junto a la puerta de tercero A, enrojecido por la luz del eclipse que se cuela por un tragaluz, rebulle un montón de guardapolvos blancos en un rincón, como si estuvieran devorando algo.

Apenas logra ahogar el grito de horror que se le escapa de la garganta, mas esto no es suficiente. Basta que uno de los pequeños caníbales se dé vuelta y comience a arrastrar los pies hacia ella, para que todos los demás lo imiten.

Sin poder contener el pánico, se echa a correr, pero la distancia que la separa del patio descubierto es muy grande, cada paso le demanda un esfuerzo sobrehumano y casi no puede respirar. Así, faltándole aún más de la mitad del recorrido, siente que una mano la toma del tobillo; cae, y, aunque no puede verlos, sabe que un montón de rostros ensangrentados se abalanzan sobre ella. En vano intenta defenderse; son demasiados.

Y en medio de la oscuridad, un cristal que se rompe.

Y otra vez el sobresalto y la desorientación. Está sentada en el sillón del living de su casa. Hay botellas vacías en la mesa ratona y una copa rota en el suelo. Su esposo duerme plácidamente a su lado. El televisor muestra en su pantalla el menú del DVD que han estado mirando.

Mientras intenta deshacerse de las últimas imágenes de la pesadilla que acaba de tener, se levanta, pone un poco un poco de orden, y se promete que es la última vez que mezcla una maratón de The Walking Dead con vodka.

Comentarios (14):

José Torma

28/10/2014 a las 19:15

Que sensacion de vertigo tan tremenda me has ocasionado. Temble y casi desmaye con la protagonista. La idea de que algo paso en el momento que por estar dormida no se dio cuenta me gusto. La imagen de los niños como canibales es muy perturbador. Hasta ahi muy bien logrado. El final comico me descoloco un poco, pero la historia en si esta muy bien.

Felicidades

Pato Menudencio

28/10/2014 a las 22:17

Que buen giro le diste al final.
Zombies, alcohol y gore, una gran combinación.
Saludos.

Brillo De Luna

29/10/2014 a las 17:15

A mi me ha encantado. El final es genial, simplemente no te lo esperas!

forvetor

29/10/2014 a las 19:13

jajaja muy bueno Denise. dos buenas vueltas de tuerca y ale, un buen relato en un periquete 😉
un saludo, nos leemos.
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/

Yiye

29/10/2014 a las 23:14

Muy bien descrita la desorientación, se puede ver como va y viene mientras la protagonista trata de superarla.

Yo esperando que “la mezcla que mataba” y había dejado tan confusa a la protagonista fuera una reacción inesperada en clase de química o algo por el estilo… y me encuentro con ese final.

Denise

30/10/2014 a las 01:04

Bueno, les agradezco mucho sus amables comentarios. Lo mismo a mis comentaristas anónimos.

La verdad es que hace rato que quería escribir algo con ese final, aunque la idea original era experimentar más con el estilo. Pero como no se ocurría nada para el taller, pensé: qué más da, hagamos algo con esa frase. Confieso que fui terrible fan de TWD hasta que se toparon con el Gobernador (por nada en particular, simplemente dejé de verla); parece que mis sueños de zombies me sirvieron para algo 😛

Aurora Losa

30/10/2014 a las 10:26

Ja, ja, ja, ja.
Muy bueno, Denise. Te prometo que el título me dio la pista de la soberana borrachera, pero luego, según leía, iba desechando la idea. Caray, que he pasado miedo y todo. Y luego vuelta a la resaca y el dvd de The walking dead, ja, ja, ja.
Buenísimo y muy bien escrito.

Ana/Anoide

30/10/2014 a las 17:55

Totalmente inesperado. Por el título pensaba que ocurriría algo en la clase de química y me equivoqué por completo.

Qué sensación de ansiedad mientras leía… Me mantuviste todo el tiempo en tensión, deseando saber qué más pasaba. Está muy bien llevado, Denise, ¡te felicito!

Con lo que estoy algo dividida es con el final porque, por un lado y muy personalmente, nunca me han gustado los relatos que acaban con “todo fue un sueño”. Sin embargo, este no me ha disgustado del todo por el tono cómico que le aporta al texto después de toda esa tensión… Lo dicho, no me decido. Por lo demás, ¡está genial!

Roger/NHICAP

30/10/2014 a las 18:23

Hola Denise,
Estupendo relato. Me ha gustado mucho la dosificación de la tensión que logras. Es gradual,y va enganchando al lector que desea vislumbrar pronto el desenlace.
La técnica de las frases tan cortas es decisiva para generar esa tensión. Felicidades!
El final inesperafo por ingenioso y con una pizaca de humor que agradece el lector.
Un abrazo.

David Rubio

01/11/2014 a las 14:13

Me encantó todo, la narración el ritmo, el estilo. Todo menos el final. No deja de ser un gusto personal pero no me gustan los finales en los que todo lo que me han contado es un sueño, ese recurso me parece que desmerece siempre el resto de la historia.
Pero hasta ahí me encantó.
Saludos

chiripa

01/11/2014 a las 18:30

Vertiginoso y bien narrado. (Perfecto para la escena de este mes. Jajaja )
Con buen estilo y vocabulario.
El título que le diste le viene como anillo al dedo.

Para tu consideración:
* En “…Se echa a correr..”, creo que me gustaría más: echa a correr

* “…aunque parecen inclinarse amenazantes hacia ella….” ¿qué tal si pones comas antes y después de amenazantes? para que se les: aunque parecen inclinarse, amenazantes, hacia ella.

Saludos y gracias por pasarte por mi relato

Maureen

02/11/2014 a las 17:09

Al principio no sabía por qué partes del colegio me llevabas, la profesora parecía ir como a saltos: primero el patio, luego el aula y el patio de repente otra vez… pero al leer el final y releer toda la historia, tiene todo el sentido esa desorientación, que refleja la de la profe.

Estoy de acuerdo con Ana/Anoide en que los finales “todo fue un sueño” son poco originales y, de hecho, en uno de los relatos que me tocó comentar lo puse… sin embargo, en tu caso me ha gustado ese giro final, creo que por ser un sueño dentro de un sueño (al despertar al principio la primera vez, no pensé que lo que le pasaba después fuera otro sueño).

Me has agobiado un montón con los críos zombis y luego me has hecho reír con la referencia a TWD. Genial 🙂

Denise

02/11/2014 a las 22:10

Muchas gracias a todos por molestarse en leer y comentar, voy a tener en cuenta sus sugerencias. En cuanto a lo del sueño, sé que es un recurso mal visto, pero como no lo usé como deus ex machina, sino que fue mi punto de partida, decidí arriesgarme. Por eso intenté que la percepción de la escuela fuera cuando menos irreal…

Les agradezco mucho a tod@s!

Wolfdux

05/11/2014 a las 12:44

Un relato original Denise. Yo mismo he usado el recurso del sueño en algún que otro relato que he escrito y no comparto la opinión de que es algo poco original. Creo que es saber llevarlo sin que quede como un “deus ex machina” como tu comentas. Me he metido tanto en el texto que todavía sigo preguntándome porque he tomado vodka mientras miraba TWD, jajaja.

¡Felicidades!

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *